Sincronía Otoño 2003


"La Llama Doble y Carta de Creencia: Correspondencias"

María Elvira Luna Escudero-Alie, Howard University/The Johns Hopkins University/SAIS

(A Ghassem Alie)

Biografía

Tengo diecinueve años y una mujer parecida a un canto.

Carlos Oquendo de Amat


 

El objetivo de las próximas líneas es comentar las correspondencias

encontradas entre la teoría del amor de Octavio Paz, postulada en "La llama

doble" y el tratamiento del amor en su poema: "Carta de Creencia".

 

Erotismo según Octavio Paz:

 

El erotismo de acuerdo a Octavio Paz está vinculado con la poesía:

La relación entre erotismo y poesía es tal que puede decirse,

sin afectación, que el primero es una poética corporal y que la

segunda, es una erótica verbal.(…) La imagen poética es abrazo de realidades opuestas y la rima es cópula de sonidos; la poesía

erotiza al lenguaje y al mundo porque ella misma, en su modo de operación, es ya erotismo. Y del mismo modo: el erotismo es una

metáfora de la sexualidad animal. (La llama doble p.10).

El erotismo es exclusivamente humano, según bien señala Paz; el erotismo

implica uso extensivo de la imaginación, y por ende variación; el sexo en cambio

es repetición y no es exclusivo del ser humano: "El agente que mueve lo mismo

al acto erótico que al poético es la imaginación. Es la potencia que transfigura al

sexo en ceremonia y rito, al lenguaje en ritmo y metáfora". (ob. cit. p.10)

El erotismo es una necesidad existencial como lo es la ficción (sea ésta en forma

de poesía o no). La imaginación es talismán y refugio que permite crear el

erotismo y la ficción para "protegernos" de la soledad destructiva.

Octavio Paz afirma que la sexualidad, el erotismo y el amor son tres caras de

una misma realidad donde el sexo es la fuente primordial. De estas tres

expresiones de la vida, el sexo funciona como"el centro y el pivote de esta

geometría pasional" (ob. cit. p. 13)

 

Paz describe el erotismo como un fenómeno dialéctico también; capaz de

brindarnos vida tanto como muerte. Eros está acompañado de Tanatos; nos

ofrece la creación y la destrucción:

 

Sometidos a la perenne descarga eléctrica del sexo, los

hombres han inventado un pararrayos: el erotismo. Invención

equívoca, como todas las que hemos ideado, el erotismo es

dador de vida y de muerte (…) El erotismo defiende a la sociedad de los asaltos de la sexualidad pero asimismo, niega a la función

reproductiva. Es el caprichoso servidor de la vida y de la muerte.

(Paz, ob. cit. p. 17)

 

El erotismo implica "sed de otredad". A lo largo de la historia las grandes

religiones han creado, según apunta Paz: "ritos y liturgias en las que la carne y

el sexo son caminos hacia la divinidad (…) Y lo sobrenatural es la radical y

suprema otredad". (Paz, ob. cit. p.20).

 

En el poema "Palpar", del poemario Salamandra, Paz grafica en imágenes su

discurso sobre el erotismo:

Palpar

Mis manos

abren las cortinas de tu ser

te visten con otra desnudez

descubren los cuerpos de tu cuerpo.

Mis manos

inventan otro cuerpo a tu cuerpo.

El erotismo es esa búsqueda desesperada y urgente de la "otredad" y el

vehículo que posibilita la búsqueda es la imaginación: "Mis manos inventan

otro…"

 

El erotismo sale al encuentro del ser: "Mis manos abren las cortinas de tu ser",

"te visten con otra desnudez". El erotismo no sólo es búsqueda, es también

hallazgo: "descubren los cuerpos de tu cuerpo".

En el poema: "Maithuna", del poemario: Hacia el Comienzo, Paz escribe un

hermoso verso:

Anoche

en tu cama

éramos tres:

tú yo la luna

 

La símbología de la luna es dual; representa la vida y la muerte, como el erotismo:

…es el ser que no permanece siempre idéntico a sí mismo,

sino que experimenta modificaciones dolorosas en forma

de círculo clara y contínuamente observable (…) la luna como

país de los muertos, la luna receptáculo regenerador de las almas (…)… la luna se asocia a la imaginación y a la fantasía, como reino intermedio entre la negación de la vida espiritual y el sol fulgurante de la intuición…

(Cirlot, Diccionario de Símbolos, p. 284)

 

La luna en el verso de Paz puede simbolizar, la soledad agazapada como

inminente peligro, el mundo de las tinieblas, y también la otredad, acaso

inalcanzable.

 

 

Según Octavio Paz, Platón fue el primero que teorizó sobre el amor, sin

embargo después Paz afirmará que la teoría de Platón no es en realidad una

teoría del amor sino más bien del erotismo.: "Incluso puede decirse que la suya

no es realmente una filosofía del amor sino una forma sublimada (y sublime) del

erotismo". (Paz, ob. cit. p. 40)

 

Stendhal escribió dos tomos sobre el amor; pero sólo describe el amor-pasión;

es decir el amor que está más emparentado con el erotismo. Stendhal, Platón,

Rougemont, y Ortega y Gasset, coinciden con Paz en el papel de los sentidos en

la aparición del amor. Según Stendhal, el nacimiento del amor atraviesa las

siguientes etapas:

L’admiration.

On se dit: Quel plaisir de lui donner des baisers, d’en revoir ! etc.

L’ espérance.

Lámour est né.

La première cristallisation commence.(…)

Le doute naît.(…)

Second cristallisation (…): Elle m’aime".

(Stendhal, Ouvres Completes: De L’amour, pp. 19-23, Tomo I)

El amor del cual habla Stendhal es el amor-pasión; el que tiene casi

exclusivamente un componente sensual y en el cual el aspecto físico es

primordial. Stendhal incluso mencionará que el encuentro erótico será la máxima

prueba de amor verdadero.

El amor es una ficción en Stendhal porque nace de una visión y si el

enamorado/a descubre que es falsa, el amor concluye. La teoría de la

cristalización mencionada por Stendhal no es otra cosa que el trabajo creador de

la imaginación. El erotismo es un deseo sin fin, afirma Denis de Rougemont:

L’Eros, cést le D’ésir total, cést l’Aspiration lumineuse, l’elan religieux originel porté à sa plus haute, puissance, à l’extrême

exigence de pureté qui est l’extrême exigence d’ Unité (…)

La dialectique d’ Éros introduit dans la vie quelque chose de tout étranger aux rythmes de l’áttrait sexuel: un désir que ne retombe plus, que plus rien ne peut satisfaire….(Rougemont, L’Amour est L’Occident, p. 48).

 

El poema de Octavio Paz, "Contigo", del poemario: Hacia el comienzo, ejemplifica muy bien la correspondencia entre la teoría de Paz sobre el erotismo y su poesía erótica:

(…..)

Tus pechos

maduran bajo mis ojos

Mi pensamiento

es más ligero que el aire

Soy real

veo mi vida y mi muerte

El mundo es verdadero

Veo

habito una transparencia.

 

Observemos el trabajo de la imaginación en el erotismo: "Tus pechos maduran

bajo mis ojos". El erotismo se vislumbra como una experiencia positiva y

creadora: "Mi pensamiento es más ligero que el aire". La otredad aparece

accesible: "Soy real (…) "El mundo es verdadero". El erotismo en tanto "dador de

vida y de muerte" está también señalado en el verso: "veo mi vida y mi muerte".

 

Amor según Octavio Paz:

 

Tanto Paz, como Ortega y Gasset, Rougemont, y Stendhal son herederos de la

teoría platónica del amor. Desde luego que más son las semejanzas entre ellos

que las diferencias. Todos los autores mencionados coinciden con Platón en

afirmar que el amor es una búsqueda de belleza y perfección. Están de acuerdo

cuando dicen que el amor es una concentración en una persona determinada

que acapara toda nuestra atención y entusiasmo.

Octavio Paz señala en el apéndice a : El Laberinto de la Soledad, que el amor es

la respuesta a la soledad; que sólo el amor posibilita la comunicación y que ésta

desde luego anula la soledad; la alienación en la que nos hallamos.

El hombre es nostalgia y búsqueda de comunión.

Por eso cada vez que se siente a sí mismo se siente

como carencia de otro, como soledad (…..) La plenitud,

la reunión que es reposo y dicha, concordia con el mundo,

nos esperan al fin del laberinto de la soledad.

(Paz, El Laberinto de la Soledad, pp. 211-212)

Todos los autores mencionados caracterizan el verdadero amor

como la experiencia existencial más gratificante del ser humano. Ortega y

Gasset la compara incluso con la experiencia mística. Desde Platón hasta Paz

los estudiosos del amor han coincidido en asociar a éste con el sufrimiento:

L’amour heureux n’a pas d’histoire. Il n’est de roman

que de l’amour mortel, c’est –à-dire de l’amour menacé

et condamme par la vie même. Ce qui exalte le lyrisme

occidental, ce n’est pas le plaisir des sens, ni la paix

féconde du couple. C’est moins l’amour comblé que la

passion d’amour. Et passion signifie soufrance. Voilà

le fait fondamental.

(Rougemont, ob.cit., pp. 11-12)

Octavio Paz también caracteriza al amor- así como al erotismo- como una

experiencia dialéctica; positiva y negativa: "Creación y destrucción se funden en

el acto amoroso; y durante una fracción de segundo el hombre entrevé un

estado más perfecto" (El Laberinto…., p. 213).

 

El amor en Platón es un delirio, también un demonio, hijo de la Riqueza y de la

Pobreza y por eso nunca satisfecho. Paz hace suya esta reflexión también y

dice: ‘’Como hijo de Pobreza, busca la riqueza; como hijo de Abundancia,

reparte bienes. Es el deseante que pide, el deseado que da". (La llama doble, p.

42).

Amar no es acto pasivo; es "actuar hacia lo amado", como dice Ortega y Gasset

y como de otro modo lo dice también Octavio Paz, y como antes ya lo dijo

Platón.

 

El amor no es bello; pero desea la belleza, la perfección. El amor busca lo bello.

El amor para Platón, según Octavio Paz, es "una aventura solitaria"; Paz

compara la posición platónica con la de un Don Juan filosófico porque está en

constante búsqueda de la belleza. Este amor a la belleza va unido al deseo de

inmortalidad y éste al ansia de trascender en nuestro ser. Ortega y Gasset

define bien el amor como: "un estar ontológicamente con el amado, fiel al

destino de éste, sea lo que sea". (Paz, ob. cit. p. 31).

 

El Amor según Platón, es un intermediario entre el saber y la ignorancia, porque

el amor busca siempre la belleza, las cosas bellas y la belleza como absoluto. La

sabiduría es también bella; por eso el amor la busca:

La sagesse en effect est évidemment parmi les

plus belles choses, et c’est au beau qu’ Amour

rapporte son amour; d’où il suit que, forcement,

Amour est philosophe, et, étant philosophe, qu’il

est intermédiare entre le savant ét l’ignorance.

(Platón, Le Banquet, p.111)

La fidelidad es una de las condiciones de la relación de amor y ésta es una de

las diferencias entre Platón y Paz, aunque debemos considerar las diferencias

histórico-sociales y recordar que en la Grecia de Platón, el amor homosexual

entre un hombre maduro y un joven hermoso era el "sumum" del amor. El amor

en Platón nos impele a buscar la belleza y ésta no es exclusiva; se halla en

diferentes cuerpos hermosos. Para Paz, Ortega y Gasset, Rougemont y

Stendhal, el amor es por definición fiel, es un arrebato que concentra toda

nuestra energía en una sola dirección; es demasiado poderoso para bifurcarse.

Ortega y Gasset incluso comenta que las personas que creen estar enamoradas

de dos o más personas a la vez, lo que están es confundidas.

 

Paz afirma que el amor es inseparable de la poesía y que no es casual que

Platón, quien fue el primer filósofo del amor, haya sido también un poeta. La

poesía busca la belleza en el lenguaje y también intenta construir un universo de

perfección; la poesía es una creación humana como lo es el amor. La poesía

requiere inspiración y uso de la imaginación como el amor. En este sentido Paz

no diferencia el amor del erotismo.

 

Octavio Paz afirma rotundamente que el amor es prácticamente imposible en

una sociedad como la nuestra, porque el amor no se explica sin la libertad y

nuestra sociedad reprime la libertad y más bien promociona el matrimonio que

no es una institución libre. Ortega y Gasset considera también que el matrimonio

no necesariamente coincide con los propósitos del amor. Rougemont con

respecto a este punto decanta el matrimonio basado en el amor de aquél basado

en conveniencias sociales. Stendhal dice que la fidelidad de la mujer en un

matrimonio sin amor es contra-natura.

 

Para Octavio Paz la conexión entre amor y erotismo es muy estrecha:

El amor es una atracción hacia una persona

única: a un cuerpo y a un alma. El amor es

elección; el erotismo aceptación. Sin erotismo

-sin forma visible que entra por los sentidos- no

hay amor; pero el amor traspasa al cuerpo deseado

y busca al alma en el cuerpo y, en el alma, al cuerpo.

a la persona entera.

(Paz, ob. cit. p. 33)

Según Paz, Rougemont erró al creer que el amor era exclusivo de la sociedad

Occidental. Paz afirma que la diferencia entre el amor en Oriente es que en éste

siempre estuvo asociado a la religión, en tanto que en Occidente ocurrió lo

contrario.

Octavio Paz vincula amor, sexo y erotismo utilizando una imagen muy visual: "el

sexo es la raíz, el erotismo es el tallo, y el amor la flor. ¿ Y el fruto ? Los frutos

del amor son intangibles. Éste es uno de sus enigmas". (Paz, ob, cit., p. 37).

 

El tema del "instante" en Paz también se relaciona con su teoría del amor. El

tiempo cronológico no es el tiempo que tomamos en cuenta en el amor; el

tiempo del "corazón", es el tiempo de nuestras vivencias. El amor en tanto

experiencia humana está hecho de tiempo y por eso todos los amores son a la

larga desdichados porque no pueden ser eternos y están condenados a

desaparecer. Sin embargo, como el amor es esa búsqueda por la perfección y la

belleza, y como cuando amamos sentimos que el tiempo se detiene y que sólo

existe la persona a quien amamos (y nosotros), por un momento alcanzamos "la

experiencia del instante" o nuestra "ración de paraíso". Nos asomamos a la

plenitud, al absoluto, a la perfección total. El tiempo del amor es un tiempo

existencial, un tiempo que se mide por su intensidad:

El amor es intensidad y por eso es una distensión

del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos.

El tiempo, que es medida isócrona, se vuelve discon-

tinuo e inconmensurable.

(Paz, ob. cit. p. 214)

Como el amor está hecho de tiempo no puede durar para siempre; no es eterno,

puede convertirse en otra cosa; amistad, por ejemplo.

El amor no es invulnerable ni tampoco se alza como vencedor de la muerte: "es

una apuesta contra el tiempo y sus accidentes" . (Paz, ob. cit. p. 220). El amor

se debe conformar- aunque nunca lo hace-con la vivencia de los instantes donde

se perfila la maravilla:

El amor no es la eternidad; tampoco es el tiempo

de los calendarios y los relojes, el tiempo sucesivo.

El tiempo del amor no es grande ni chico: es la

percepción instantánea de todos los tiempos en uno

solo, de todas las vidas en un instante. No nos libra

de la muerte; pero nos hace verle la cara.

(Paz, ob.cit. p. 220).

El tiempo puede causar grandes estragos en el amor, sobre todo si se carece de

imaginación, el amor puede volverse monótono y aburrido y morir

paulatinamente. Además el paso del tiempo destruye la belleza física y si el

amor sólo estaba basado en ella, desaparecerá junto con la atracción sensual.

La solución de Paz ante estos peligros es el valor para seguir arriesgándose a la

aventura temeraria de vivir. El amor no contiene menos riesgos que la vida.

A diferencia de Platón, Paz dice que el amor es un fin en sí mismo- pero también

dice que es una respuesta a la soledad y por lo tanto: un medio, que el amor no

busca nada. Platón afirma que el amor siempre está buscando la belleza: ‘’El

amor no busca nada más allá de sí mismo. Es una atracción por un alma y un

cuerpo; no una idea: una persona." (Paz, ob. cit. p. 210).

 

El fuego original es la sexualidad, la cual alimenta a la doble llama: el amor y el

erotismo. El amor mediante el cuerpo, es erotismo y a través de él se comunica

con "las fuerzas más vastas y ocultas de la vida". (Paz, ob. cit. p. 207).

El erotismo representa el momento culminante del cuerpo y también la pérdida

de ese cuerpo porque la unión erótica es una comunión donde se pierde la

identidad, dice Paz. Sin embargo, la comunión es un encuentro que nos salva

de la soledad, que nos orienta ónticamente; somos en el otro. El erotismo nos

permite trascender la soledad por un instante, el amor lo hace por momentos

más largos e intensos; "el mundo cambia si dos se miran y se reconocen, amar

es desnudarse de los nombres…" dice Paz en : "Piedra de Sol".

 

Aunque el amor no puede vencer a la muerte porque ésta es invencible, la

integra a la vida. Es decir, el amor ordena el mundo; cada cosa va al lugar que le

corresponde; la vida debe aceptar su correlato oscuro; la muerte: "El amor es un

regreso a la muerte, al lugar de reunión. La muerte es la madre universal". (Paz,

ob. cit. p. 145).

Paz afirma que la historia del amor incluye también la historia de un género

literario o la historia de "las diversas imágenes del amor que nos han dado los

poetas y los novelistas". (Paz, ob. cit. p. 136).

 

Según Cirlot: "El mismo acto de amor en lo biológico, expresa ese anhelo de

morir en lo anhelado, de disolverse en lo disuelto". (Cirlot, Diccionario de

Símbolos, p. 66).

El amor implica la vida en su totalidad y entonces, también abarca la muerte. Si

la historia del amor es también la historia de la literatura del amor, ésta a su vez

será la historia de cómo el ser humano se ha ido enfrentando a la vida y a la

muerte; la historia de la evolución del pensamiento sobre la vida y sobre la

muerte; sobre el amor: experiencia telúrica que permite aflorar lo mejor de

nosotros mismos y nos enfrenta al misterio de la muerte como a una

continuación necesaria de la vida. Vivimos la plenitud de la vida cuando

podemos gozar del "instante" que nos depara el amor; "nuestra ración del

paraíso". El instante es finito como todas nuestras experiencias; ésta

aprehensión del instante nos prepara también para la muerte.

Lo que Octavio Paz dice sobre la poesía también podría decirlo sobre el amor:

"La poesía está enamorada del instante y quiere revivirlo en un poema; lo aparta

de la sucesión y lo convierte en presente fijo".

(del Discurso de Octavio Paz al recibir el

Premio Nobel, pp. 50-51).

Ortega y Gasset también vincula el amor con el dolor y con la muerte:

Pero no es menos cierto que el amor es a veces triste

como la muerte, tormento soberano y mortal. Es más: el

verdadero amor se percibe mejor a sí mismo y, por decirlo

así, se mide y calcula a sí propio en el dolor y sufrimiento de

que es capaz. (Paz, ob. cit. p. 16).

El amor, como señalara Platón por primera vez, es un eterno insatisfecho. Esta

insatisfacción no nos instala en la pasividad sino lo contrario, nos lanza al mundo

de la actividad. Ortega y Gasset lo dijo claramente: "En el amar abandonamos la

quietud y asiento dentro de nosotros, y emigramos virtualmente hacia el objeto.

Y este constante estar emigrando es estar amando". (Paz, ob. cit. p. 17).

 

El amor es una fuerza poderosa que nos enfrenta a la vida y a la muerte, que

nos urge a conquistar instantes de maravilla donde el tiempo vivido sea tan

intenso y perfecto que nos haga creer que la eternidad existe y que la comunión;

el encuentro existencial con el otro son posibles.

 

Según todos los autores mencionados, el amor comienza súbitamente. Platón lo

llamó delirio, Ortega y Gasset dice: "(…) podríamos decir que el amor no es

disparo, sino una emanación continuada, una irradiación psíquica que del

amante va a lo amado. No es un golpe único sino una corriente".

(Ortega y Gasset, Estudios sobre el amor, p. 18).

Platón insiste en que el amor es una búsqueda perenne, un afán de

perfeccionamiento. Amar es desear que alguien persevere en su ser; que sea,

que exista, "no admitir, en lo que depende de uno, la posibilidad de un universo

donde aquel universo esté ausente" (Ortega y Gasset, ob. cit. p. 20).

Ortega y Gasset, a diferencia de Paz, considera que el amor no es la

experiencia más íntima que podemos vivenciar. Ortega y Gasset opina que es el

"sentimiento metafísico" o nuestra impresión última del Universo la

experiencia más íntima que podemos tener.

Una diferencia que Ortega y Gasset postula entre el erotismo y el amor es que,

el erotismo implica atracción y el amor incluye además de atracción, interés

hacia la persona que nos atrae. "Este interés es el amor, que actúa sobre las

innumerables atracciones sentidas, eliminando la mayor parte y fijándose sólo

en alguna". (Ortega y Gasset, ob. cit. p. 73).

 

El amor tiende a la exclusividad porque es elección. El erotismo, como dice Paz:

"es aceptación" y no necesita ser exclusivo. El amor en tanto exclusividad

implica como correlato lógico la fidelidad, el erotismo sólo es fiel en cada

encuentro erótico, o dicho de otra manera; sólo es fiel a sí mismo. El

amor es anhelo de "engendrar en la belleza", de trascender, como dijera Platón.

Para Paz el amor no persigue ninguna trascendencia, porque "principia y acaba

en sí mismo". (Paz, ob, cit. p. 210). El amor en Paz es un fin en sí mismo y no un

camino de perfección como en Platón y en Ortega y Gasset.

 

Paz asocia también el amor con el sacrificio y en esto coincide con todos los

autores mencionados. El amor en Paz y en Ortega y Gasset es siempre

subversivo y a la vez creador. El amor se lanza cual toro ciego contra todo lo

establecido en pos de un instante de maravilla; de "nuestra ración de paraíso".

Conclusión:

Las posturas con respecto al amor de Platón y de Ortega y Gasset son

filosóficas; ambos coinciden en otorgar una trascendencia espiritual al amor; una

victoria ontológica del ser que ama sobre el que es amado y viceversa (porque el

amor es recíproco). La postura de Paz es más romántica y poética y por lo tanto

también más trágica; el amor debe aspirar sólo a acceder a la maravilla a través

del instante que es efímero y huidizo, acaso inalcanzable. El amor en Platón y

en Ortega y Gasset es como el célebre viaje que narra el Proemio del Poema

de Parménides; una descripción detallada y precisa del camino del error hacia la

luz, del paso de la Noche al Día. Así como el viaje narrado en el Proemio es una

representación alegórica de las secuencias diversas por las que la mente

transcurre hasta llegar a la Verdad, así también, el amor en Platón y en Ortega y

Gasset es un sendero de perfección por el que el espíritu atraviesa para

alcanzar su meta: la perfección, la belleza como absoluto.

 

El amor en Octavio Paz tiene las siguientes características, las mismas que

veremos representadas en su poema: "Carta de Creencia":

El amor es elección en libertad,

El amor es exclusivo,

El amor es fiel,

El amor es comunicación; comunión.

El amor es erotismo,

El amor es fin en sí mismo,

El amor es una criatura del tiempo,

El amor es conciencia de la muerte,

El amor es intensidad,

El amor es sufrimiento,

El amor es una apuesta contra el tiempo y sus accidentes,

El amor es armonía.

"Carta de Creencia":

 

El título de este poema de Octavio Paz, del poemario: Árbol adentro, se refiere,

según el propio Paz, a la declaración de nuestras creencias; "a la carta que

llevamos con nosotros para ser creídos por personas desconocidas" (en el

Liminar a La llama doble).

Paz anuncia en el Liminar señalado, unos nexos, unos vasos comunicantes

entre su poema "Carta de Creencia", y su libro en prosa: La llama doble: amor y

erotismo, los cuales enunciaré y comentaré.

 

Los primeros versos son una alusión al tiempo; sustancia de la cual estamos

hechos: "Entre la noche y el día

hay un territorio indeciso.

No es luz ni sombra:

es tiempo".

El amor se inscribe en el tiempo en tanto construcción del ser humano. La

siguiente referencia es al lenguaje. Recordemos que Paz establece una

vinculación estrecha entre erotismo y poesía. Es interesante además que la

referencia al lenguaje sea a la palabra escrita. Tanto el lenguaje como el amor

viven en el tiempo y son frutos de la imaginación humana.

"página que se oscurece,

página en la que escribo

despacio, estas palabras".

El lenguaje escrito es comunicación, lo mismo que el amor es comunión:

"Yo escribo:

hablo conmigo

hablo contigo."

La siguiente estrofa de la Cantata es una referencia a la naturaleza y a su

capacidad de comunicar; el lenguaje aparece entonces como una fuerza

cósmica similar a la naturaleza, capaz de establecer puentes entre el poeta que

habla y el destinatario de la comunicación.

Los siguientes versos también aluden al lenguaje; pero esta vez a su expresión

oral. Es interesante el orden elegido por Paz; primero la palabra escrita, luego la

hablada. Las palabras posibilitan la comunicación; pero a veces esta

comunicación es errónea:

"Las palabras son puentes,

también son trampas…"

El lenguaje configura el mundo; refleja la realidad:

"Esa palabra eres tú,

esa palabra

te lleva de ti misma a ti misma.

(…)

La mujer que eres

es la mujer a la que hablo:

estas palabras son tu espejo,

eres tú misma y el eco de tu nombre".

Hacia el final de la primera Cantata, continúan las referencias al lenguaje, esta

vez como catalizador de la verdad: "Déjate llevar por estas palabras

hacia ti misma".

 

En la segunda Cantata siguen las referencias al lenguaje, en tanto posibilidad de

establecer comunicaciones erróneas también- lo cual nos remite al fenómeno de

la alienación, tratado en El laberinto de la soledad-:

Las palabras son inciertas

y dicen cosas inciertas.

Pero digan esto o aquello,

nos dicen.

Amor es una palabra equívoca como todas."

Esta desconfianza frente al lenguaje es también desconfianza frente a la

realidad. Paz alude a Platón como "Fundador". Se refiere a él como al Fundador

de la teoría o filosofía del amor; para Platón, el amor no es palabra sino visión,

comienzo de la contemplación.

Paz señala otras características del amor a lo largo de la historia a través de la

literatura:

no es la virtud

pero nace de aquello que es la perfección

y los otros:

una fiebre, una dolencia,

un combate, un frenesí, un estupor,

una quimera.

En el siguiente verso hay una referencia al origen del amor: "El deseo lo

inventa". El amor comienza con una atracción física. Unos versos después, Paz

dice: "la costumbre lo mata", El amor muere sin imaginación sujeto a la

monotonía de la cotidianeidad y la repetición, dice Paz en La llama doble.

Unos versos después observamos más correspondencias entre la teoría de Paz

sobre el amor y este poema: "Es un nudo: vida y muerte". Nuevamente Paz nos

habla del amor vinculado tanto a la vida como a la muerte.

En los próximos versos vemos reflejada la dualidad de amor; construcción y

destrucción:

"Una llaga

que es una rosa de resurrección".

 

La función de los sentidos en la aparición del amor es destacada en el verso: "El

amor comienza con el cuerpo". También vemos una referencia a la "otredad" que

parece inalcanzable:

‘’Fatal espejo

la imagen deseada se desvanece",

Paz nos habla también del instante:

"Instante:

reverso de la muerte,

nuestra frágil eternidad".

El instante es para Paz "nuestra ración de paraíso". El amor está vinculado a la

soledad pero por oposición binaria; es lo contrario; el amor es establecer una

comunión:

Amar:

hacer de un alma un cuerpo,

hacer de un cuerpo un alma,

hacer un tú de una presencia.

El amor configura la identidad al destruir el dualismo. Paz hace referencia

también a "La Puerta Condenada" a los recuerdos y los fantasmas del

inconsciente:

Amar:

abrir la puerta prohibida,

pasaje

que nos lleva al otro lado del tiempo.

Amar implica de acuerdo a estos versos, arriesgarse, atreverse a vivir; "abrir la

puerta condenada" ; lanzarse a la vida y con ella echarse a los brazos tibios de

la muerte también.

La imagen del espejo que Paz nos ofrece en los versos:

Amar es perderse en el tiempo,

ser espejo entre espejos,

nos remite a la imaginación y al pensamiento y según Cirlot: "es el órgano de

contemplación y reflejo del universo". (Cirlot, ob. cit. p. 194)

Amar es entonces, ignorar la sucesión del tiempo cronológico y habitar el tiempo

mítico donde el ritmo es circular; amar en el verso de Paz, es desafiar la

eternidad, nuestra condición de mortales, ser reflejo del espíritu de los otros;

representarlos.

 

 

Los siguientes versos son un lamento por nuestra condición mortal, por las

humillaciones y estragos que el tiempo causará en nosotros:

El tiempo es el mal,

el instante

es la caída;

amar es despeñarse:

caer interminablemente,

nuestra pareja

es nuestro abismo.

 

Tocamos el abismo del tiempo al entregarnos a otro ser mortal como nosotros;

amar es caer en las tinieblas del tiempo.

El amor en los siguientes versos aparece vinculado al erotismo y a la sexualidad

y por ende, a la fuente de la vida:

Amar: una variación,

apenas un momento

en la historia de la célula primigenia

y sus decisiones incontables.

Eje

de la rotación de las generaciones.

El amor implica rebeldía, subversión, dice Paz en La llama doble, en su

poema:

Transgresión

de la fatalidad natural,

bisagra

que enlaza destino y libertad,

El amor se enfrenta a todo lo establecido, a todo lo estipulado porque es libre

por definición y no está sujeto a ninguna regla ni institución; es trasgresión o

"hamartía". El amor trasgrede porque desafía nuestra condición mortal al

anhelar "el instante"; nuestra ventana a la eternidad.

Los siguientes versos de Paz nos recuerdan : El laberinto de la soledad; nuestra

condición de separación, de alienación:

- ¿de dónde fuimos arrancados ?

cicatriz,

memoria: sed de presencia,

querencia

de la mitad perdida.

Estos versos también aluden al mito del andrógino postulado por Platón en su

teoría del amor; somos seres en búsqueda de nuestra mitad escindida.

Amar es una actividad de dos:

El Uno

es el prisionero de sí mismo.

El amor nos permite acceder a la "otredad":

amar es dos,

siempre dos,

abrazo y pelea,

dos es querer ser uno mismo.

El amor es combate también y permanente descontento:

dos no reposa

no está completo nunca.

En la tercera Cantata tenemos nuevamente una referencia al tiempo y al amor

eximido del tiempo:

Amor, isla sin horas,

isla rodeada de tiempo,

claridad

sitiada de noche.

 

El tiempo del amor es mítico y no sucesivo; el amor es una experiencia tan

especial e implica a todo nuestro ser que la intensidad de su vivencia posibilita

crear un paréntesis en el tiempo; por un dichoso "instante" somos inmortales,

vislumbramos el paraíso. Todas las demás experiencias de nuestra vida son

ordinarias y están inscritas en el tiempo.

El amor nos permite acceder al conocimiento también:

Amar es tener ojos en las yemas,

palpar el nudo en que se anudan

quietud y movimiento.

 

El amor nos posibilita ser conscientes de nosotros mismos y de los movimientos

secretos y oscuros del cosmos; amar es sentir la vida en plenitud.

Paz dirá inmediatamente:

El arte de amar

¿es arte de morir?

Amar

es morir y revivir y remorir:

es la vivacidad.

 

Amar es comprender el engranaje del vasto universo; los misterios del arcano, el

vínculo ineludible entre la vida y la muerte. Paz nos habla en La llama doble de

la pareja Eros-Thanatos; de la dialéctica del placer. Observamos que este

pensamiento encuentra también su correlato en los versos aludidos y en los

siguientes:

El placer hiere,

la herida florece.

El amor "es una rosa de sangre": "Corté la flor de sangre".

En los versos:

Te quiero

porque yo soy mortal

y tú lo eres,

observamos una complicidad entre los seres sujetos al tiempo; podríamos

parafrasear estos versos así: te quiero porque vas a morir como yo.

Después Paz nos habla del amor como reconciliación:

Amor:

reconcilación con el Gran Todo

y con los otros,

los diminutos todos

innumerables.

Amar es volver a la unidad, anular la escisión, la separación a la que estábamos

condenados; la soledad.

Amar es encontrar nuestra mitad perdida, es acaso una experiencia mística

donde el "Gran Todo" es alguna forma de Dios, y "los diminutos todos", nuestros

semejantes.

En el siguiente verso Paz, hace referencia al tiempo mítico que es el que

corresponde al amor:

Volver al día del comienzo.

Al día de hoy.

El amor nos ubica en el tiempo y en el espacio, nos instala en el presente, nos

permite habitar el tiempo mítico cuyo ritmo es cíclico.

Paz, poeta, persiste aferrándose al talismán de las palabras:

La tarde se ha ido a pique,

lámparas y reflectores

perforan la noche.

Yo escribo:

hablo contigo:

hablo conmigo.

 

A pesar de todo, todavía existe el lenguaje y la poesía; la cual también habita un

tiempo mítico, permite volver al comienzo.

Nuevamente Paz alude al papel de la imaginación en el erotismo y en el amor y

desde luego en la poesía:

Con palabras de agua, llama, aire y tierra

inventamos el jardín de las miradas.

 

Así como el lenguaje configura el mundo; también configura el amor y

doblemente porque el amor es ya una creación humana, es decir es parte del

mundo configurado por el lenguaje y los detalles del amor- "el amor vive de los

detalles" dice Ortega y Gasset—se van configurando a través de la imaginación

y de la poesía.

La tercera Cantata termina con una referencia a Adán y a Eva:

La pareja

es pareja porque no tiene Edén.

Somos los explusados del Jardín,

estamos condenados a inventarlo

y cultivar sus flores delirantes,

joyas vivas que cortamos

para adornar un cuello.

Uno de los castigos de Adán y Eva según la historia bíblica, fue perder la

inmortalidad. Paz nos dice que debemos "crear el paraíso perdido"; pero él dice:

"estamos condenados a inventarlos", a la manera de los filósofos

existencialistas: "estamos condenados a escoger", estamos "arrojados al

mundo"; debemos crear nuestro entorno porque así también nos crearemos a

nosotros mismos, nuestra identidad mortal sujeta al tiempo, anhelante de

percibir la maravilla a través del "instante".

Paz termina esta Cantata cantando:

Estamos condenados a dejar el Jardín:

delante de nosostros

está el mundo.

Paz nuevamente nos recuerda que el amor es subversivo. No podemos vivir

eternamente en el Jardín, en nuestro paraíso de amor; debemos enfrentarnos

a la escalofriante realidad que nos aguarda para destruir en nosotros toda la

ilusión y la maravilla. El mundo se opone al amor porque el amor está hecho de

sueños, de imaginación, de anhelos, mientras que el mundo es la fría y desnuda

realidad. Estamos condenados a despertar y a vivir el mundo que se nos

presenta; la realidad que se nos impone; la vida que como presente griego

recibimos.

Paz, en la Coda se reconcilia con el mundo; una conexión lógica:

Tal vez amar es aprender

a caminar por este mundo.

Aprender a quedarnos quietos

como el tilo y la encina de la fábula.

Aprender a mirar.

Amar, como Paz dice en La llama doble, es una preparación para la muerte y en

este sentido una lección de vida. Un vivir sin perder en perpectiva la muerte que

será el colofón. Paz dice: "Aprender a conocer". Amar es después de todo como

Platón dijera; un camino de perfeccionamiento. Los últimos versos de la Coda

son:

Tu mirada es sembradora.

Plantó un árbol.

Yo hablo

porque tú meces los follajes.

Si quisiéramos parafrasear estos versos podríamos acaso decir: Yo hago poesía

porque tú existes y creas el universo o quizás: Tú permites que el mundo gire,

que el universo funcione y yo nombro las cosas. En cualquier caso se trata de un

complemento; la pareja ha llegado a una comunión, uno no se explica sin la

presencia del otro, el poder de uno carece de valor sin el poder del otro.

La Coda del poema de Paz instaura la armonía; como el amor en el mundo.

 

Comentario Final:

Los lazos entre el poema "Carta de Creencia" y el libro teórico: La llama doble

son evidentes. Paz es muy consistente y establece muchas correspondencias

entre su teoría del amor y este poema dedicado al amor.

En el poema "Carta de Creencia", Paz señala la importancia de la palabra

escrita; la poesía, el rol de la imaginación. El amor aparece como puente que

comunica al ser. El amor está limitado por el tiempo; pero vive a horcajadas

entre el "instante" y el tiempo sucesivo. El amor se ubica en el tiempo mítico. La

dualidad del amor en tanto experiencia creadora: Eros y experiencia

destructora: Thanatos, también está reflejada en el poema. El amor posibilita

obviar el tiempo, abstraernos de él por momentos; y entonces accedemos a

través del instante a la maravilla.

Las características del amor en tanto rebelde y subversivo también están

señaladas en el poema; "Transgresión".

El tema de la "otredad" también se halla presente en el poema. El amor aparece

como insatisfecho perpetuo en el poema, y entonces aquí tenemos otra

correspondencia con: La llama doble. El amor también nos ayuda a acceder a un

mejor conocimiento del mundo y de nosotros mismos.

El amor es un camino que termina en la muerte; ¿es acaso una preparación

para ésta ?

Amar finalmente es establecer la armonía perdida- la establecemos

precisamente al hallar a nuestra mitad escindida- "Amar es aprender a mirar",

dice Paz en su Coda y entonces nos recuerda a Platón: "El amor es una visión"

El amor en tanto desafío al tiempo está presente en el poema también. El

nacimiento del amor según el Paz de La llama doble, y el Paz de "Carta de

Creencia" es el mismo; la atracción física. El amor en tanto libertad para elegir

aparece también en el poema. Concluyo afirmando que hay una

correspondencia total entre el poema "Carta de Creencia" y el libro de teoría del

amor: La llama doble: Amor y Erotismo.

 

 

Bibliografía consultada

Aguilar Mora, Jorge. La Divina Pareja: Historia y Mito en Octavio Paz. Ed. Era,

México, 1978.

Cirlot, Juan-Eduardo. Diccionario de Símbolos. Ed. Labor, Barcelona, 1992.

González, Javier. El cuerpo y la letra: La Cosmología Poética de Octavio Paz. Fondo de Cultura Económica, España, 1990.

Ortega y Gasset. Estudios sobre el Amor. Alianza Ed., Madrid, 1981.

Paz, Octavio. El Laberinto de la Soledad. Fondo de Cultura Económica, México, 1993.

Paz, Octavio. La Llama Doble: Amor y Erotismo. Seix Barral, España, 1994.

Paz, Octavio. In Search of the Present: 1990 Nobel Lecture, The Nobel

Foundation, 1990.

Paz, Octavio. Lo mejor de Octavio Paz: El Fuego de Cada Día, Seix Barral, España, 1990.

Platón. Le Banquet. Éditions Gallimard, 1973.

Rougemont de, Denis. L’Amour et l’Occident. Union Générale D’Éditions, Paris, 1939.

Stendhal. Ouvres Completes: De L’Amour. Ed. Service Genève.


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