Sincronía Spring 2011


DISTRIBUCIÓN DE SITIOS PREHISPÁNICOS EN TLAJOMULCO DE ZUÑIGA

Martinez Guzmán Gustavo

Macias Huerta Ma. del Carmen



Introducción

El territorio Mesoamericano es vasto en cultura, historia y vestigios del pasado. En México mucho se conoce de la arquitectura y los trabajos realizados en el sureste y centro del país al respecto, y pareciera que los estudios en la región occidente de Mesoamérica están atrasados, pues han sido poco apoyados económicamente, aunque para muchos es inexistente. En occidente, y en particular en Jalisco, abundan los vestigios del pasado es por ello que es importante aprovecharlos para su estudio con fines científicos, y no solo estéticos y/o económicos.

El presente trabajo, está enfocado en ubicar y describir los sitios arqueológicos del Municipio de Tlajomulco de Zuñiga, para así, poder aportar al enriquecimiento del tema y su difusión, no sin antes adentrarse a los aspectos más relevantes del municipio para la mejor comprensión de su contexto. Además se incluye cartografía creada para su análisis, esperando que pueda contribuir como referencia en estudios posteriores.

La intención del documento es contribuir a futuras investigaciones sobre los sitios arqueológicos que el municipio tiene en su territorio, ya sea para fines académicos, explotación turística o para afianzar la identidad municipal y/o regional de quienes lo habitan. Es de gran relevancia descubrir y consolidar la identidad colectiva de una comunidad, pues ninguna persona protegerá nada que no conozca, y por lo tanto no sienta como suyo.

En el ámbito Académico contribuirá como punto de partida para futuros análisis y estudios del presente tratado, a la continuación o profundización del tema. También se intenta aportar a esta importante área, ya que pareciera estar olvidada sin comentar que para algunos es simplemente inexistente, dado que por motivos de arquitectura relevante y gran promoción turística, además de una fuerte promoción en la ense–anza por la historia de otras zonas, principalmente del sureste del país.

Dentro de la cuestión económica, especialmente turística, puede significar un ingreso económico para el municipio, no solo a nivel institucional  sino también para la sociedad en general ya que armando un proyecto sustentable atraerá un nœmero importante de visitantes.

MARCO TEîRICO

La zona de estudio se encuentra en una de las tres superáreas culturales que conforman Mesoamérica[1]. Estas comprenden a grandes rasgos, Aridamérica al noreste y a la península de Baja California; Oasisamérica al noroeste, y Mesoamérica a la mitad meridional de México. Se debe tomar en cuenta que todas rebasaban el territorio mexicano: las dos primeras ocupan buena parte de los Estados Unidos, mientras que la ultima se extendía a lo largo de Guatemala, Belice, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica (Lujan, 1996, p. 15).

Una superárea cultural supone la existencia de grupos humanos ligados por un conjunto complejo y heterogéneo de relaciones. Durante miles de a–os, éstas se establecen entre sociedades que viven en áreas contiguas; los resultados son historia y tradiciones compartidas. Primordialmente, las relaciones se generaran a partir de los intercambios constantes de bienes; de los desplazamientos transitorios o permanentes de grupos dentro de la superárea; de los intereses compartidos entre las élites que gobiernan las diferentes entidades políticas; del dominio de unas sociedades sobre otras; de las acciones bélicas,  tanto de alianza  como de conflicto, etc. Más que como un conjunto de elementos inmutables en el tiempo y en el espacio, las tradiciones que caracterizan una superárea cultural deben concebirse como una peculiar corriente de concepciones y prácticas en continua evolución multisecular, y con notables particularidades regionales.

Las sociedades que integran una misma superárea cultural podían diferir en nivel de desarrollo. Lo más transcendental fue que las relaciones se constituyeron en forma estructural y permanente. En cambio, las meras relaciones comerciales o las simples copias de estilos artísticos entre las tres superáreas no bastaron para integrar a sus pueblos en una misma tradición. Por ejemplo, el intercambio entre Oasisamérica y Mesoamérica, aunque intenso, no uniformó los fundamentos socioculturales de ambas superáreas.

El Occidente de México, que presenta una dinámica sociocultural particular en el mundo mesoamericano, desde el punto de vista de la geografía social y la historia. La región presenta singularidades y rasgos comunes, pero sus límites han sido cambiantes en el tiempo. Es posible que, en buena medida, el Occidente sea Òuna invención de los ArqueólogosÓ, para referirse a esa región que no encaja totalmente en lo que se ha definido culturalmente como Mesoamérica (Ávila Palafox, 1989). Al parecer en lo que se refiere a geografía física y biología, como en lo cultural, el Occidente es una región caracterizada por la diversidad y la transición, y esto probablemente es lo que mejor la define.

Uno de los enfoques para el estudio de los sistemas humanos y naturales es el de Ecología del paisaje, un campo de la geografía originado en el siglo pasado, y con un notable desarrollo en los œltimos a–os. Paisaje es un término con una connotación visual-estética, adoptado por la literatura y las artes visuales. Humboldt lo introdujo como un término científico en la geografía, como Òel carácter total de una región de la tierraÓ. El paisaje está constituido por una variedad de componentes que incluyen las formas de relieve (geomorfología), determinadas por litología y procesos geofísicos e hidrológicos, clima, cubierta vegetal y fauna. Los seres humanos son también un importante componente del paisaje, y un factor esencial de su dinámica y transformación.

Marco Geográfico

Para el mejor entendimiento de cualquier tema siempre es elemental definir y conocer los diferentes elementos por los que está compuesto un territorio, en este caso el medio físico del Municipio de Tlajomulco de Zuñiga. Además de ser necesario para establecer las bases el análisis geográfico dentro de este y cualquier trabajo. Es importante mencionar que, los componentes naturales del medio físico se conforman por todos aquellos elementos que existían previamente a la aparición de poblados y ciudades, tales como cuerpos de agua, relieve, suelo y vegetación. Por supuesto, se modifican con el tiempo, y de acuerdo con las actividades humanas que se ahí se practiquen. El ambiente cultural, este se refiere a todos los elementos realizados por el hombre, como el desarrollo de la urbanización o edificación. Así mismo, son estos componentes los que alteran o impactan el medio natural.

Tlajomulco de Zuñiga es un municipio del estado de Jalisco. Sus coordenadas extremas son: al Norte 20¼ 36« y al Sur 20¼ 22« de latitud norte; al Este 103¼ 12« y al Oeste 103¼ 35« de longitud oeste.[2] A una altura de 1,575 metros sobre el nivel del mar. Su extensión territorial es de 636.93 Km2. Text Box:  
Colinda al norte con los municipios de Tala, Zapopan, Tlaquepaque y El Salto; al este con los municipios de El Salto, Juanacatlán e Ixtlahuacán de los Membrillos; al sur con los municipios de Ixtlahuacán de los Membrillos y Jocotepec; y al oeste con los municipios de Jocotepec, Acatlán de Juárez y Tala. (Mapa 1)

MAPA 1

El municipio se constituye en su gran parte por zonas planas y semiplanas, con alturas sobre el nivel del mar que oscilan entre los 1510 a los 1530, en las zonas más bajas de su territorio, sin embargo existen formaciones monta–osas donde el terreno es mas accidentado, como la Sierra El Madro–o al sur donde se alcanzan alturas de hasta casi 3000 msnm. Las principales elevaciones son: Cerro Viejo (Foto1), Sierra El Madro–o, Cerro Las Planillas, y Cerro La Cruz.

Foto 1. Cerro Viejo

Fuente: Archivo Propio

La composición geológica del municipio es interesante, por estar inmerso en la provincia Eje Neovolcánico Transversal, la geología en el territorio del municipio es de origen volcánico, la composición litológica se diversifica en basaltos, riolitas, tobas y suelo aluvial, en la zona sur del municipio en la porción de la sierra del Madro–o que atraviesa el perímetro municipal la roca predominante es la basalto-andesitica, la zona occidente del municipio se caracteriza litológicamente por constituirse con rocas de tipo andesita-basalto, riolita y tobas andesitas-rioliticas, a su vez la porción central, es decir la zona de valle se constituye por un suelo de origen aluvial.

Foto 2: Cerro Totoltepec

Fuente: Archivo Propio

El clima llega a influir en la forma de poblar un área específica durante el transcurso de la historia de la humanidad, las diferencias geográficas y climáticas han determinado costumbres, tradiciones, alimentación, aspectos conductuales y vivienda. En el municipio se presentan climas que van de lo semicálido subhœmedo a lo templado subhœmedo. Las porciones de climas templados presentes en las zonas más altas del municipio, al noroeste en la parte cumbre de la zona de La Primavera, y al sur en la parte de la sierra El Madro–o.

Tlajomulco de Zuñiga en su mayoría se encuentra inmerso en la región hidrológica Lerma-Santiago y abarca dos cuencas llamadas laguna Chapala, deriva en la subcuenca Lago San Marcos y la cuenca Río Santiago-Guadalajara, cuya subcuenca es Corona-Río Verde; solo una peque–a porción de 0.17 por ciento de la superficie municipal pertenece a la región hidrológica de Ameca, Cuenca de Presa La Vega- Cocula, subcuenca Río Salado. Las corrientes de agua más importantes del municipio son: Las Pintas, La Villita, Agua Caliente, El Nopal, Saucillo, Los Malvastes, Hondo, Los Zapotes, La Culebra. En cuanto a cuerpos de agua en el Municipio se refiere, se nombraran los más importantes: Presa El Guayabo, Presa El Cuervo, Presa El Maleno, Presa La Providencia, y Laguna de Cajititlán (foto 3).

Foto 3: Laguna de Cajititlán

Fuente: Archivo fotográfico Propio

Al norte de la cabecera municipal se encuentra un bosque de encino y pino. En el noroeste hay pastizales naturales, y al noreste agricultura de temporal permanente. La parte sur está cubierta por una selva mediana. La ardilla, el conejo, el coyote, el tlacuache, el venado y una gran variedad de aves y peces habitan la región.

 

Rasgos Sociales

Tlajomulco de Zuñiga es un municipio en transición, que está en un constante cambio, porque está dejando de ser un lugar meramente rural para convertirse en uno urbano, ya que es cada vez menos la población que se dedica a la agricultura para pasar a ser obrero, o llegar a la ciudad en busca de oportunidades, como consecuencia de pertenecer a la ZMG. A su vez el hecho de ser un municipio extenso, lo que lo hace que se estén planteando la creación de fraccionamientos, industrias, etc. que dan como resultado diversas actividades sociales y económicas.

Foto 1: Tlajomulco de Zuñiga

Fuente: Archivo Fotográfico Propio

Tlajomulco ha tenido un cambio acelerado en relación a sus habitantes ya que para el 2000 se contaba con una población de 123,619 habitantes, y para el 2005 contaba con 220,630 habitantes (Gráfica 1), cifras que aumentaron rápidamente, el ser comparadas con la de 1990, donde su población no rebasaba los 70,000 habitantes, lo que demuestra que el municipio está pasando por una transición.

Gráfica 1 Evolución Demográfica de Tlajomulco

Fuente: Elaboración propia con base en datos de Censos 1990, 2000 y Conteo 2005, INEGI.

Las localidades con las que cuenta el municipio de Tlajomulco de Zuñiga son 20, dentro de las cuales se pueden mencionar a Cajititlan, San Agustín, San Miguel Cuyutlán, y la cabecera municipal (Tlajomulco). ƒsta contaba para el 2,000 con 16,177 habitantes, mientras que para el 2005 ya tenía 18,479 habitantes. El Municipio cuenta con diversas fuentes económicas que provienen de la agricultura, la ganadería y la industria, pues cuenta con empresas tales como Pe–afiel, Dulces La Fresa y Mazapán De La Rosa entre otras.

Foto 5: Embotelladora Pe–afiel

Fuente: Archivo Fotográfico Propio

 

Antecedentes Históricos

Hasta ahora no se han encontrado indicios seguros de que en el enorme continente al que se ha nombrado América se haya originado el hombre. Las hipótesis más comprobadas han sido las que se–alan que la población encontrada por los europeos provino de migraciones de seres asiáticos que pasaron por el estrecho de Bering hace algo más de 50 000 a–os. Entonces alcanzó su máximo nivel la œltima glaciación del pleistoceno, época en la cual bajo el nivel del mar y permitió posiblemente el paso de habitantes de Asia que venían en busca de lugares más propicios para la vida que los mismos hielos les negaron en el continente asiático.

El descenso debe haber sido muy lento  pues siendo cazadores, pescadores y recolectores su estancia en un lugar duraba lo que los recursos naturales. Seguramente encontraron pasos y corredores que habían sido invadidos por el hielo y lagos que los proveyeron de agua dulce y otros mantenimientos. Lo que se puede asegurar es que los restos encontrados desde Alaska hasta la Patagonia, en el extremo sur, tienen una antigŸedad entre 70 y 28 000 a–os, fechas que corresponden al subastado glacial altoniense que fue menos frío que el que le siguió.

Se ha mencionado mucho el origen mongol de los grupos humanos que pasaron y poblaron América. Las más recientes investigaciones concuerdan que eran mucho más antiguos que éstos y que no provenían de una sola raza. A esto se le llama un polimorfismo. Los primeros en pasar posiblemente fueron de origen amuriano (caucasoides), y después fueron predominando los mongoloides (asiáticos), de los que también provienen los melanesios, los australoides y los mongoles históricos. De todas estas mezclas provienen los pobladores de América lo que explica la diversidad de tipos que se encuentran.

Si bien el hombre no es originario de América, sí lo es la Òcultura americanaÓ. Los grupos que descendieron hasta llegar al extremo sur del continente vivieron en la época del paleolítico; con seguridad œnicamente traían como acervo herramientas rudimentarias y armas de piedra percutida. En el joven continente pasaron al neolítico iniciando la agricultura, los asentamientos humanos y la producción de una cultura, que llegaría a un alto nivel en muchas de sus ramas. El panorama cultural nos presenta dos grande focos de desarrollo, uno en Mesoamérica y otro en el actual Perœ, sin dejar de estar pobladas las zonas restantes.

CONTEXTO.

De Mesoamérica.

El inicio del Periodo Clásico podemos fijarlo en el a–o 200 d. C. En este periodo las capitales tuvieron niveles de concentración humana altos y fueron incapaces de producir sus propios alimentos. Las ciudades se transformaron en concentradoras y distribuidoras de la riqueza, mientras el campo sustentaba.

Aunque también para ese progreso de las ciudades era indispensable dominar los recursos naturales estratégicos. Las ciudades, además de funcionar como centros de producción y distribución manufacturera a gran escala, fueron sede de las decisiones políticas de mayor relevancia para la sociedad, y teatro de las principales actividades religiosas (Lujan, 1996, 100).

Es importante mencionar, que la cultura más importante en el periodo clásico fue la Teotihuacana. Es de relevancia comentar que en este periodo hubo fuerte utilización de huertos, terrazas de cultivo, irrigación por canales y por inundación, presas, chinampas, y algunas otras técnicas que pudieron haber permitido una producción agrícola intensiva.

A nivel general, el comercio fue el factor más importante durante el Clásico. Cuando las grandes capitales se vincularon entre si para entablar relaciones de intercambio, se propicio como nunca la interacción cultural. Una red de circulación estratégicamente organizada promovida y dirigida por los Teotihuacanos fue lo que propicio el buen desempe–o comercial.

En este periodo Mesoamericano, todas las ciudades cumplen un mismo patrón que obedece a los modelos cósmicos y los movimientos marcados por los astros sobre el horizonte. El urbanismo es complejo, se emprende a partir de centros arquitectónicos masivos, específicamente administrativos y ceremoniales, para continuar con grandes zonas residenciales. Esta planeación resuelve los requerimientos de depósito y abastecimiento de agua, salidas de desechos etc.

 

De Occidente

El Occidente Mesoamericano se mantuvo relativamente aislado del resto de Mesoamérica. Puesto que esta área no ingreso a la etapa urbana, por eso es difícil diferenciar el fin del preclásico y el principio del clásico. Aparecieron en esta área mœltiples culturas locales, con relativa independencia entre si y teniendo algo importante en comœn, un desarrollo cerámico considerable, específicamente de carácter estético (Lujan, 1996, 115).

La región fue, durante siglos, un lugar de paso de norte a sur y de este a oeste, sin que los grupos de cazadores y recolectores de frutos silvestres se quedaran allí para colonizar. Sin embargo, hay evidencias, como fragmentos de cerámica y pinturas rupestres en las cavernas del cerro del Laurel, (Ags.) que atestiguan la presencia humana desde hace más de 5,000 a–os. Sus primeros pobladores fueron recolectores y cazadores, no dejaron casi huella, los pocos hallazgos relacionados con este periodo consisten en algunas lascas, puntas de proyectil de piedra, y artefactos de hueso, encontrados  en la bahía de Matanchén, Nayarit.

La organización social de los pueblos sedentarios en el Preclásico se caracteriza por un patrón de asentamiento de un pueblo principal con aldeas asociadas, y una religión enfocada en el culto de los muertos, y se dedicaban a la agricultura, alfarería y una ganadería incipiente, y en su caso a la pesca. Prefirieron vivir en zonas templadas y de llanura, por su facilidad para cultivar, y en las áreas cercanas a los lagos, por su abundante pesca.

En el Periodo Formativo Tardío (300 a.C.-200 d.C.), en la costa y el oeste de Jalisco se desarrolla una cultura vinculada a las de Colima y Nayarit, con asentamientos importantes en Tuxcacuesco, Autlán y cerca de Barra de Navidad, cuya cerámica evoca motivos mortuorios, militares y costumbristas. También destaca Chupícuaro (Gto.), con casas de bajareque con suelos de arcilla, y drenajes cubiertos de piedra. La arquitectura cívica o religiosa consta de plataforma rectangular con construcciones superpuestas de entre 80 y 120 m por lado. La cerámica eran vasijas policromadas con motivos geométricos y figurillas antropomorfas. El Arenal (Jal.) representa la culminación del "culto funerario". Sus actividades principales: agricultura y comercio.

Durante el Periodo Clásico Temprano (200-300 d.C.) destacan:

á               Las Lomas (Mich.): centro ceremonial sociopolítico y religioso, con vestigios funerarios de osamentas pulverizadas previamente calcinadas a alta temperatura y colocadas en urnas depositadas en fosas.

á               Teuchitlán (fase Ahualulco): con juegos de pelota adosados a plataformas, pirámides circulares mayores y más altas. Su actividad fue la agricultura y explotación de obsidiana. Utilizan tumbas de tiro, y elaboran figuras (jugadores de pelota) y vasijas de barro decoradas con dise–os geométricos y zoomorfos.

En el periodo Epiclásico (700-900), surgen nuevos centros políticos por movimientos de población, innovaciones religiosas y arquitectónicas. Su característica principal es representada por Teuchitlán II, que abandona la arquitectura de cinco círculos. Surge el imperio Purépecha.

Durante el Postclásico temprano (900-1200 d.C.) el Occidente experimentó un aumento en la influencia cultural del centro de México. Las tumbas de tiro se dejan utilizar, y se introducen conjuntos de montículos y plazas orientados cardinalmente. Cerámica, iconografía, patrones comunitarios y objetos manufacturados muestran esta influencia. Aztatlán en Nayarit, (800-1400 d.C.), fue la cultura arqueológica más difundida, desarrollo tecnologías avanzadas en metalurgia, y elaboración de navajas prismáticas de obsidiana, pipas y malacates.

A llegada de los espa–oles en la parte occidente de México, existían los reinos Purépecha (Mich.), Xalisco (Nay.), Aztatlán (Nay.), Tonallán (Jal.), Chipícuaro (Gto.), y Collimán (Òlugar conquistado por nuestros abuelosÓ o Òlugar dominado por el Dios de FuegoÓ), éste œltimo ligado a los otomíes. En el norte y el este de la región, territorio actual de  Zacatecas, Jalisco, Nayarit, Aguascalientes y Guanajuato, habitaban una serie de grupos nómadas denominados Chichimecas (bárbaros en náhuatl), que tenían como centros ceremoniales, lugares como El Teœl y Nochistlán, en Zacatecas.

 

De Tlajomulco de Zuñiga

Tlajomulco de Zuñiga cuenta con un legado histórico de gran importancia, por tal motivo es relevante adentrarnos en su pasado. El desarrollo histórico del municipio nos da la pauta en la evolución  de los individuos y los pueblos de este municipio, no se puede entender al presente sin conocer el pasado y en base a eso crear una visión  para el futuro, en este caso se tomara el caso de Tlajomulco.

Los primeros habitantes se instalaron en las inmediaciones de su cuenca, en la Laguna de Cajititlán, principalmente en lugares estratégicos para la obtención de recursos. La región de Tlajomulco perteneció al se–orío de Tonallan, y a los moradores de estas tierras se les llamó tlajomulcas. En 1266, en tiempos del rey Tlajomulpilli, el poblado llegó a ser poderoso, dominando hasta lo que hoy se conoce como Tala, Acatlán y otros pueblos cercanos. Tlajomulco fue fundado con autorización del se–orío de Tonalá, en agradecimiento a Pitláloc, Copaya, Pilili y Totoch, por resistir la invasión purépecha. En la primera mitad del siglo XVI, siendo cacique Coyotl, tenían como feudatarios a los pueblos de Cuyutlán, Cuescomatitlán, Cajititlán, Atlixtac (Santa Anita) y Xuchitlán. Los grupos que habitaron esta región son: Chichimecas, Toltecas, Tarascos, Cocas y Tepehuanes.

 

Distribución de los Sitios Prehispánicos en el Territorio Municipal

Tlajomulco de Zuñiga está ubicado dentro de una zona arqueológica importante del occidente mesoamericano, por ende sus localidades se encuentran inundadas de cultura, historia y tradición. El pueblo de San Agustín es un claro ejemplo de lo antes mencionado.

San Agustín está delimitado en su parte oriente-sur-poniente por los cerros: ÒLa LomaÓ, ÒEl SapoÓ, ÒEl PicachoÓ, ÒLa HerraduraÓ, ÒLa CuchillaÓ y ÒEl CónicoÓ. Tomando en cuenta también que los cerros que mencionare a continuación, se encuentran dentro del área ya mencionada: ÒLos TabacosÓ, ÒLa ÒCampanaÓ y ÒEl CónicoÓ. Continuando por hacia el poniente se encuentran también el cerro Los Ocotes y el cerro El Saucillo.

La zona donde existe una mayor concentración de sitios arqueológicos y/o donde se han encontrado vestigios del pasado prehispánico de Tlajomulco de Zuñiga esta ubicada en la parte Noroeste del Municipio, en los poblados de San Agustín, San Isidro Mazatepec, Santa Anita. En la cabecera municipal no  se encuentran por lo menos oficialmente registro de vestigios monumentales ni objetos manufacturados en menor formato; esto probablemente se deba a que en lo que ahora es la cabecera del municipio fue desaparecido intencionalmente todo (o por lo menos así parece).

Además, no es coincidencia  que estén situados en esta zona noroeste, ya que, es un espacio donde se encuentran elementos para la subsistencia cotidiana tales como: fuentes de abastecimiento fluviales. (Mapa 3)

MAPA 2

Text Box:  
Las áreas encontradas son:

LA LOMA: En el fraccionamiento ÒCortijo de San AgustínÓ, que comenzó a construirse en la década de los noventa, se encuentra un montículo con una peque–a construcción arquitectónica, lamentablemente ahora han puesto sobre esa construcción, una estructura moderna con la œnica finalidad, seguramente, de evitarse problemas en el momento de fraccionar. Se pueden observar en su parte más elevada peque–os montículos; y a lo largo de toda la superficie de este sitio se pueden encontrar diferentes objetos de origen prehispánico, como pueden ser: puntas de flecha, navajas de obsidiana, raspadores, tepalcates, y otros objetos de uso cotidiano. Cabe mencionar, que el sitio ha sufrió saqueos en varias ocasiones. (Foto 6)

Foto 6: LomaÓ. Construcción moderna que cubre la antigua (original)

Fuente: Moya, Samuel. (2002).Los días en San Agustín. p.

Cerro del Sapo: En este lugar a grandes rasgos existen algunas Terrazas y peque–os montículos. También, se puede observar una estructura devastada. En la cima se encuentran peque–os montículos con algunas aglomeraciones de rocas de gran formato.

El Cerro Picacho: En las faldas existen dos piedras de forma casi oval; la primera tiene una longitud de 1.90 m., y en su parte más ancha 1.10 m. de diámetro. La segunda tiene una longitud 1.90 ms., y 1.20 ms. de diámetro en la parte más circular. Hay además, un grupo de rocas alineadas en forma rectangular, con dimensiones  de entre 5 y 7 metros por cada lado.

La Rosetta (petroglifo): Entre los cerros de ÒEl PicachoÓ y ÒLa HerraduraÓ, se encuentra una pieza de los objetos más relevantes de la zona. Un petroglifo llamado La Rosetta (también conocido como ÒLa Pata de MulaÓ). Es una roca de basalto de forma semi-circular, que mide aproximadamente 3 metros de diámetro y 1 metro de grosor. En La Rosetta el uso de una concepción topológica diferente es inminente; todo el desarrollo tiene como base los círculos. (Foto 7)

Foto 7. ÒLa RosettaÓ. Petroglifo completo.

Fuente: Moya, Samuel. (2002).Los días en San Agustín. p.

En las barrancas adjuntas a La Rosetta, se han localizado alrededor de 15 tumbas que en su interior contenían: metates, ollas, vasijas, molcajetes, puntas de proyectil, diversas figuras de cerámica y malacates[3].

 

El Cerro de la Herradura: En este cerro se localizan 4 terrazas, y cerca de la cima hay varios montículos de piedra, con vestigios de habitación y entierros. Existe información de que se encuentran, además, algunas tumbas pero no se puede obtener mucha información, y será difícil de lograrla, pues eso terrenos fueron trabajados para la cosecha de aguacate. También se han logrado rescatar diversas piezas como metates y vasijas de cerámica.

El Saucillo: En esta área se encuentran varios talleres de pedernal (obsidiana), ya que cerca del lugar se encuentran yacimientos. También, existe una estructura formada de rocas, que los habitantes de la zona llaman ÒLa PirámideÓ. En los cerros contiguos a ÒEl SaucilloÓ, tuvieron un origen volcánico y se encuentra en un extremo del Bosque de la Primavera. También existe un nacimiento de agua que probablemente ese fuera un factor importante para los asentamientos humanos en ese sitio. (Foto 8)

Foto 8. ÒLa PirámideÓ, ÒEl SaucilloÓ.

Fuente: Moya, Samuel. (2002).Los días en San Agustín. p.

Se encuentran en estos cerros ricos yacimientos de pedernal y obsidiana, donde los antiguos indígenas trabajaron esos materiales. Hay millones de objetos e infinidad de artefactos: navajas, raspadores, puntas de proyectil, etc. El pedernal es negro en su mayoría aunque también se presentan en color café y verdoso. (Foto 9).

Foto 9. Pedernales del ÒEl SaucilloÓ.

Fuente: Archivo Fotográfico Propio

Cerro de La Concha: Al pie del cerro, en su parte poniente, se encuentran varias plataformas de diferentes dimensiones: 7 x 8 m., 30 x 20 m. y 4 x 6 m., con una elevación de entre 1.5 y 2 metros sobre el nivel del suelo. Existen también, montículos y basamentos diseminados en un área bastante grande, aproximadamente de 2 hectáreas.

ÒEl CaracolÓ: Entre los cerros de ÒLa CampanaÓ y los ÒTabacosÓ, fue encontrado un petroglifo denominado ÒEl CaracolÓ, porque en su superficie hay un grabado con siete círculos concéntricos con bordes. Tiene un diámetro aproximado de 70 centímetros, y un grosor de 40 centímetros. Fue rescatado en sus dos terceras partes. (Foto 10).

Foto 10. Petroglifo in situ. ÒEl CaracolÓ

Fuente: Moya, Samuel. (2002).Los días en San Agustín. p. 35

El Cerro de los Tabacos: Sobre la parte oriente, se encuentra una terraza cuyo borde esta protegido por una trinchera de piedra con un diámetro de 15 metros. Sobresalen rocas semejando escalones, y acumulándose hacia la cima, simulando alguna estructura arquitectónica.

ÒLa IglesitaÓ: Este sitio se encuentra en el poblado de San Juan Evangelista, conocido por todos los habitantes del lugar, pues saben dar referencias sobre el sitio. En una visita al sitio y haciendo un recorrido a pie por la zona se puede ver a simple vista vestigios mínimos de lítica y tepalcates, además que es evidente que es un montículo  donde fue construido una especie de capilla  presumiblemente de culto católico  ya que en el exterior  se encuentran tres cruces de relevante formato. (Foto 11).

Foto 11. ÒLa IglesitaÓ

Fuente: Archivo Fotográfico Propio

Conclusión.

La mayoría de los sitios arqueológicos están ubicados en zonas donde la urbanización ha llegado de una forma por demás rápida, esto va íntimamente ligado primero, a que forman parte del paisaje y del medio donde los individuos y colectivos se desenvuelven, realizan sus actividades cotidianas, extraordinarias y conviven entre sí. Y segundo, tiene que ver con la valorización y la conservación de un patrimonio perteneciente tanto a los habitantes de este municipio como a todo el estado de Jalisco (Mapa 3).

Entonces podemos decir que, el deterioro de todos los vestigios, dígase arquitectura y/o artefactos está ligado en parte a este fenómeno de Urbanización de los espacios, pero también puede deberse al desconocimiento  de los habitantes, y, Àporque surge este desconocimiento? Por la poca o nula información que hay internamente a nivel gobierno, que no promueve la valoración y conservación  de lo que a simple vista es más conveniente que perjudicial.

Todos estás en zonas se encuentran cercanas a fuentes de alimento y abastecimiento de agua, sin dejar de tomar en cuenta el buen clima, puesto que van de lo semiárido subhœmedo a lo templado subhœmedo.

Las piezas descubiertas de manera circunstancial por habitantes de la zona son usadas, en el mejor de los casos, como de uso decorativo (foto 18), y en otras situaciones no tan afortunadas son simplemente desaparecidas por temor a que los terrenos utilizados en su mayoría con fines de cultivo sean  resguardados para no da–ar su contexto, y puedan ser estudiados; así pues,  los due–os de los terrenos en cuestión no hacen los reportes correspondientes a las autoridades por temor a perder su fuente de ingresos.

Por otro lado, otra amenaza potencialmente para estas zonas con vestigios son la gran proliferación de fraccionamientos, ya que, el œnico y supremo objetivo de estas compa–ías constructoras es obtener dinero, y solo dinero, y con este objetivo se atreven a desaparecer por completo cualquier indicio de objetos históricos por temor a que les sea cancelado el proyecto (foto 12).

Foto 12: Nuevos Fraccionamiento en Tlajomulco

 

Foto 13: Uso decorativo

Fuente: Archivo Fotográfico Propio

 

Bibliografía.

á      Ávila Palafox, Ricardo. Transformaciones Mayores en el Occidente de México. Universidad de Guadalajara. México, 1994.

á      Ávila Palafox, Ricardo. El Occidente de México en el Tiempo. Universidad de Guadalajara. México, 1994.

á      Boehm de Lameiras, Brigitte. Weigand, Phil. Orígenes y Desarrollo de la Civilización en el Occidente de México. El Colegio de Michoacán. México, 1992.

á      Braniff Cornejo, Beatriz. Arqueología del Occidente de México. Universidad de Colima, CONACULTA, Instituto Nacional de Antropología e Historia. México, 2004.

á      Commons, Aurea (2002), ÒCartografía de las Divisiones Territoriales de México, 1519-2000Ó. En I Textos Monográficos: 1. Historia y Geografía, Ed. UNAM.

á      Dieterich, Heinz. (2002) Nueva guía para la investigación científica. 11» reimpresión. Ed. Ariel, México.

á      Paul Kirchhoff. ÒMesoamérica. Sus limites geográficos, composición étnica y caracteres culturalesÓ

á      López Austin, (1976) Alfredo. López Lujan, Leonardo, El pasado indígena. Fondo de cultura económica. México.

á      Manzanilla, Linda. López Lujan, Leonardo.( 2001) Atlas Histórico de Mesoamérica. Editorial Larousse. México.

á      Moya, Samuel. (2002)Los días en San Agustín. Editorial Amate. México.

á      Ortiz Angulo, Ana. (1998) Introducción a Mesoamérica. Ediciones Acatlan,  México.

á      INEGI, Cuaderno Estadístico Municipal de Tlajomulco de Zuñiga al 2008.

á      www.inegi.org.mx

 



[1] Por Mesoamérica se entiende un complejo que incluye pueblos y la región que habitaron en el centro sur de Norteamérica. El territorio de Mesoamérica esta enmarcado por una línea que va desde la desembocadura del rio Pánuco y que se prolonga hasta el Océano Pacifico. Esta línea no puede ser definida con precisión pues cambia a través del tiempo de acuerdo a las penetraciones de pueblos civilizados, constructores de centros ceremoniales, a territorio de nómadas(Ortiz,1998: pagina 15)

[2] Fuente: INEGI


Sincronía Spring 2011