Sincronía Fall 2011


Filosofía de la Educación: Contextualización y Concepto

Diana Guadalupe De La Luz Castillo


 

Introducción.

Escribir sobre la Filosofía de la Educación significa abordar esencialmente un campo de la investigación y del pensamiento que cubre, entre otros, tres aspectos: el primero relacionado con el tipo de hombre deseado (antropología filosófica); el segundo  concerniente a los medios, estrategias y valores para lograr la educación, es decir al campo axiológico; y el tercero busca responder cuáles son los fines de la educación, esto es la teleología (principios y fines). En este documento se aborda una contextualización de las diferentes concepciones de hombre que se han tenido dentro del campo de la educación en el devenir histórico, comenzando por los grandes filósofos griegos y concluyendo con Marx. Liberadora. Asimismo, se explican diferentes teorías y corrientes filosóficas como el esencialismo, existencialismo, neotomismo, idealismo, pragmatismo, racionalismo y marxismo. Finalmente, se presentan algunas precisiones sobre diferentes conceptos relacionados a la educación como lo son: educabilidad, individualización, socialización, actividad, intuición, juego, creatividad, criticidad y cooperación.

 

¿Qué tipo de hombre se quiere formar y con qué fin o principios? Esta pregunta lleva a conceptualizar el ideal de hombre a ser formado o educado. De acuerdo con Rizieriy Frondizi (1977), existen dos teorías sobre la esencia humana: la concepción idealista-metafísica y la concepción Marxista. La primera se refiere al esencialismo y al existencialismo y la segunda hace alusión a la esencia del hombre definida como el “trabajo” en sí.

Bajo el concepto de esencia humana, se entiende que ésta es una de las teorías más antigua y utilizadas. La principal característica es el tener definiciones e ideas metafísicas e históricas. Define a la existencia humana como fija, desde los tiempos primitivos. La pedagogía de la esencia fue de dominio popular entre los filósofos de la antigüedad y los de la edad media; abarca a grandes pensadores como Platón, hasta los neotomistas de hoy.

El idealismo es una forma de ver al hombre con una esencia o naturaleza inmutable y eterna, metafísica e histórica. Entonces, si el hombre tiene una esencia inmutable, los fines de la educación tienen que ser también inmutables, universales, absolutos e iguales. Consecuentemente, las prácticas de la educación serán repetitivas, autoritarias y pasivas. Bajo esta concepción, tendrá mucha importancia el conocimiento y los planes de estudio son fijos. Son motivo de rechazo: la iniciativa, la creación y la rebeldía. La verdad se impone. Su método es la clase magistral. La obediencia significa temor. Los principales neotomistas son: Jacques Maritaín y Roberto Hutching.

La concepción fenomenólogica es una corriente idealista que indica que el concepto central de todo el hacer humano es la intencionalidad. El hombre debe tener en mente que no hay objeto sin sujeto. Esta posición fue descrita por Husser, quien emplea como método la intuición. Él  índica que la intuición es el método sobre el cual se basa la filosofía de la educación. Para ello, la educación tiene una función vital.

Retomando el concepto idealista de la educación, es importante mencionar otra concepción dentro de esta corriente denominada vitalismo. La doctrina platónica del alma es la principal precursora del vitalismo. Adicionalmente, la teoría aristotélica de la entelequia abona muchos de sus principios al vitalismo. Esta corriente  afirma que el racionalismo sofoca la vida del espíritu. Para luchar contra el intelectualismo y el ternísimo, propone una nueva forma de humanismo donde se restituya al ser humano la vida plena. Los problemas reales son: el problema de la vida, integridad y la educación.

 

Dentro de la concepción idealista se encuentran también los racionalistas,  que afirmaban la invariabilidad de la naturaleza humana mediante la enseñanza de las "ideas innatas. Por ello, la educación sólo puede entenderse, según Descartes, como una ayuda a la especial disposición innata. Por otro lado, los sensualistas, señalaban que el niño era una "tabula rasa" de experiencias, pero no comprendieron el proceso evolutivo histórico del hombre. Las experiencias, de acuerdo con John Locke, son importantes para el individuo, pero no son importantes para la evolución del hombre. En otras palabras, para la humanidad no es importante que el ser tenga experiencias, sino únicamente para la biografía individual. Por otra parte, el pragmatismo se opone, tibiamente, al racionalismo en su "carácter abstracto" y  rigidez.

El pragmatista niega la historia como proceso objetivo y no alcanza a comprenderla en sí como parte del proceso educativo. Según el pragmatismo, se desarrollan capacidades individuales en la vida, pero no concibe el desarrollo de la humanidad. Cuando se habla de la historia, el pragmatismo se remite a la escuela del éxito individual. Por eso los pragmáticos no se diferencian de los racionalistas, sino que se revelan propiamente corno un racionalismo franco. Algunos pragmatistas son: Charles Pierce, Williams James y John Dewey.

La filosofía de la cultura parte de la filosofía de Hegel. Su discípulo más caracterizado en la educación fue Dilthey (también vitalista), quién en sus obras expone el proceso de formación del "mundo histórico" y el proceso de desarrollo histórico del hombre. Sin embargo constituyó sólo un renacimiento del pensamiento metafísico, aunque con un velo histórico. El verdadero contenido de la filosofía de la cultura fue buscar eternas constantes de la naturaleza humana, que se ocultan en el curso del desarrollo histórico.

El existencialismo, según Sartre (1945), se opone desde el renacimiento a la teoría esencialista. El existencialismo cubre las corrientes filosóficas que se surgieron en el mismo periodo de la actuación del marxismo y cuyos enunciados más importantes aparecen en el siglo XX. Abarca todas las todas aquellas corrientes que no quieren solventar el problema de la enseñanza considerando consideración del contenido existente de la vida humana. En esta corriente, la existencia precede a la esencia. Los valores humanos tienen un carácter cambiante: surgen en el proceso histórico y se enriquecen con el desarrollo. La filosofía educativa existencialista tiene una multiplicidad de fines cambiantes que varían según las circunstancias históricas y geográficas; por ello, también tienen múltiples objetivos incluso de un individuo a otro. La verdad es un proceso en constante perfeccionamiento. El proceso educativo es un fin en sí mismo.

Los experimentalistas, naturalista, instrumentalistas o progresistas consideran que es importante el proceso educativo y todo lo que propicie al crecimiento. La educación está en constante cambio y permanente experimento. El futuro es importante. Le interesa el futuro y concibe a la educación en constante cambio y permanente experimento. Entre sus principales precursores encontramos a Rousseau, Froebel y Pestalozzi. Esta corriente dio origen en el siglo XX a la Escuela Nueva y a la Escuela Activa. Al surgir esta nueva corriente, surge también cierta resistencia en todos los niveles. Se creía que la escuela nueva destruía el sentido y el fin mismo de la educación. Desde el punto de vista de John Dewey, los principios de continuidad e interacción no pueden separarse: es importante conocer el valor de la experiencia y de sus consecuencias. Se consideran las particularidades y capacidades de cada individuo, así como la flexibilidad del plan de estudios, horario, métodos y  contenidos educativos. No es importante lo que se aprende, sino que la medida  en que se crece (proceso). Los cursos son monográficos, la actividad dirigida por el intelecto. Los planes y la evaluación son hechas por los alumnos.

El existencialismo cada vez se detecta más en las nuevas corrientes o variaciones del naturalismo pedagógico, en la pedagogía liberal, en la pedagogía funcional psicoanalítica y en la pedagogía pedocéntrica. Conduce a veces una maduración irracional del niño.

En el siglo XX surge el concepto de “hombre eterno" o de los "eternos valores Culturales" y los seguidores que opinan que estos conceptos expresan el impulso creador de la vida. Surge la pedagogía existencial cristiana, especialmente protestante. Consecuentemente, la concepción tradicional de la esencia del hombre es cada vez mas atacada por aquellos quieren determinar al hombre sobre la base de su existencia. El modo de concebir esta existencia es liquidando a la superestructura normativa, tal como quería la teoría tradicional de la esencia del hombre.

Finalmente, pese a la lucha constante del esencialismo y el existencialismo, en ambas concepciones existen coincidencias en la convicción de que la educación debe evitar  revoluciones. Esta coincidencia  resume su objetivo en fundar orden social capitalista como justificado y eterno. Así mismo, para ambas existe una oposición profunda entre la teoría y la práctica. También  encuentran que la filosofía de la educación ejerce una autoridad sobre la pedagogía. La educación, en la teoría de la esencia, es un proceso síntesis o generalización. Mientras que, la educación es en la teoría de la existencia un proceso de construcción pragmática.

Una de las bases teleológicas del marxismo lo representa la idea de que el problema pedagógico es la transformación de conciencia. Para el marxismo, el hombre es un ente social, pero de transformación por medio de la revolución. Según Marx y Hegels, Los educadores deben transformar a los hombres con su esfuerzo de transformación revolucionaria.  La esencia del hombre es el trabajo, mismo que se caracteriza por ser consciente y universal, independientemente de que el mismo trabajo ha dividido y alienado a la sociedad. La existencia del hombre se transforma y evoluciona de acuerdo con sus necesidades. Las raíces de la alienación son económicas. Algunas premisas son: el obrero se vuelve más  pobre entre más riqueza produce, con la valorización del mundo viene la desvalorización del ser humano, el trabajo arruina el espíritu y el cuerpo del hombre, el hombre tiene que vivir y no enseñarse a vivir para reproducir (esto es el trabajo alienado), y el trabajo alienado produce antagonismos y diferencias entre ellos (surgimiento de la clase burguesa).

En el año 1866, Marx articula la temática educativa en un programa que abarca tres partes: formación intelectual, física y politécnica. La formación politécnica era la  unidad al trabajo productivo de la integridad perdida, a causa de la división del trabajo. La formación espiritual o enseñanza intelectual representaba la formación política-ideológica, moral y estética.  Para el comunista, el educador no debe basarse en religión o en la tradición de la clase dominante, no hay una vida eterna o interna. La moral es histórica, de actuación concreta y práctica social. El hombre debe luchar por un futuro mejor, no por mantener el poder. El socialismo es un factor moral básico para la consolidación de la nueva sociedad. El papel le la educación en el proceso  es de liberación: la educación desentraña las teorías falsas y perjudiciales de la moral burguesa y establece la base científica de la moral proletaria.

El papel del método dialéctico en la educación marxista tiene primordial importancia ya que se opone a la metafísica. Plantea que la educación ha sido y es variable. De acuerdo con la dialéctica, la educación se desarrolla y transforma, no es estática. En relación a la dialéctica y la educación, se deben atender 3 áreas: La dialéctica de lo lógico y lo histórico,  de lo concreto y lo abstracto, de lo teórico y lo práctico.

Diversos sociólogos, psicólogos, teóricos, pedagogos y educadores de la humanidad han contribuido a establecer diferentes principios, considerando el contexto económico, social, cultural y político. Entre los principios, encontramos el de educabilidad.  Este aspecto se refiere a que todo ser humano es susceptible de ser educado avanzando a su propio ritmo, a excepción de sujetos con deficiencia mental severa. Dentro de la educación, también se cuenta con  el concepto de individualización, cuyo significado se remite a un conjunto de rasgos comunes en los hombres que hacen que tengan un rostro  perteneciente a un género, no obstante la raza, lengua o cultura, pero guardando características que lo diferencian de otros: intereses, capacidades, valores, entre otros. De tal modo que no existen dos personas idénticas. Al respecto, Rousseau afirma que cada uno avanza, según su genio, sus gustos, sus necesidades y su talento.

 

El principio de la socialización no excluye al de la individualización; al contrario, lo complementa. Al nacer el ser humano desamparado y desprotegido, tiene la vocación de aprender a estar en sociedad a través de procesos como el escolar. La educación es un proceso de incorporación del sujeto a la cultura de su pueblo. Aquí aprende a convivir y vivir, asimilando costumbres, creencias, valores y aspiraciones. En palabras de Aristóteles, el hombre es un animal político, como habitante mismo de una ciudad. Este proceso de socialización sumerge al hombre en un conjunto de normas y patrones sociales y culturales. La educación tiene como principio, cultivar la dimensión social. Entre los estudiosos representantes de este principio encontramos a Natos, Durkheim y John Dewey.

La Escuela Nueva se rige por el principio de la actividad.   Comenius y Ratke expresaron las bases de esta visión en el siglo XVI. De acuerdo con ellos, la actividad es  fundamental en la niñez. No hay niños sin actividad, ya que son activos por naturaleza. Los maestros y los padres deben encaminar esta actividad como un recurso didáctico poniéndola en interacción con el medio ambiente. Los niños piensan actuando. Lo abstracto no tiene sentido a esta edad. La experiencia enseña a sí mismo: toda forma genuina es autoformación. Las percepciones dan lugar al principio de la intuición, también promovido por Comenius.

La intuición es enseñar las cosas por las cosas mismas. Decir que un caballo es una lámina no es tan significativo como verlo. Esto es el aprendizaje a través de los sentidos. Pestalozzi es un ejemplo característico de los pensadores que reconocen a la intuición como un fundamento absoluto para educar. Cuanto más pequeño sea el niño, más objetiva tiene que ser la educación. La abstracción se logra en la pubertad.

Algunos pedagogos consideran que el  juego es para el niño lo que el trabajo es para el adulto: Niño que no juega es un niño enfermo. Bajo este principio, la recreación y el juego son la base del aprendizaje del niño, mismos que deben ser planeados  de acuerdo con sus propios intereses, edades y capacidades (juegos lúdicos). El juego también lleva a pensar en la creatividad. Este principio da un valor menor a la rutina, improvisación, memorismo y ausencia de imaginación. El cambio y la innovación no son ajenos en este aspecto.

El principio de la criticidad toma lugar al trabajar en la apreciación de virtudes de un personaje histórico, al analizar un trabajo televisivo o un periódico local. El  aprender a hacer crítica, también conlleva cierta tolerancia y un principio básico en la educación que es el de la cooperación. El neoliberalismo, la economía de mercado, la competencia y  el individualismo llevan sin lugar a duda a recurrir a actividades de cooperación para enfrentar pequeños y grandes retos. El trabajo grupal desarrolla en sí mismo sentimientos de solidaridad y altruismo que la escuela propicia en sus dinámicas grupales.

La educación también debe ser funcional y adecuarse a la realidad psicofísica de los educandos. Este es el principio de la adecuación, donde re regionalizan las actividades educativas y se responde a las situaciones reales y concretas. Por otra parte la calidad también representa un principio a ser privilegiado por la educación, entendiéndola como la optimización de los recursos con que se disponen. La calidad requiere de autonomía, fluidez, libertad, iniciativa y autorregulación. Es una visión sistémica-integralista. No hay calidad si las partes no son de calidad. Ésta a su vez requiere de de condicionamientos socioculturales. Supone eficiencia y eficacia. No hay calidad  si el personal no es de calidad. La calidad total es calidad de vida y respeto a la dignidad de las personas con remuneración e incentivos estimulantes, con un costo. La educación debe ser una tarea de todos, es una tarea de calidad y es, o debe ser, remunerarte.

 

Conclusión

Es evidente que el campo de la filosofía de la educación es vasto. Es  indudable afirmar que este campo representa una rama muy importante de la filosofía y que reflexiona  profundamente sobre la educación y toda su problemática, analiza teorías y principios generales, estudia fines y leyes relacionadas con la pedagogía y entraña formas específicas de conceptualizar al hombre. Este documento representa una síntesis de las diferentes formas de concebir al hombre educable en el devenir histórico. También representa un análisis de teorías educativas  representativas para este campo, sin hacer a un lado un sinfín de  principios correlacionados a esta área. En suma, es la materialización de una contextualización y conceptualización de la filosofía de la educación.

 

 

 

Bibliografía y referencias.

 

·         Frondizi, Riziery ( 1977).  Introducción a los problemas fundamentales del hombre. México: Fondo de Cultura Económica.

 

·         Sartre, P.(1945). El existencialismo. Conferencia pronunciada el 29 de octubre de 1945 en el club Maintenant.

 

·         Moore, T.W. (1998) Introducción a la filosofía de la educación. México: Trillas.

 

·         Groethuysen, B. (1975) Antropología filosófica. Buenos Aires: Losada.

 

·         Follari, R. (1990) "Filosofía y Educación: nuevas modalidades de una vieja relación", en de Alba, A. (comp.): Teoría y educación: en torno al carácter científico de la educación,UNAM, México: CESU

 

·         Fullat, O. (1979)  Filosofía de la Educación. España: ediciones CEAC.


 

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