Sincronía Primavera 2006

MAXIMINO POZOS

Ma. Esther Gómez Loza

Departamento de Estudios de la Cultura Regional,

Universidad de Guadalajara


 

 

1.1 Vida y obra

En la zona de los Altos de Jalisco -en Tepatitlán de Morelos- nació, en 1892 el Pbro. Maximino Pozos. Queremos señalar que todos los datos que aquí mencionaremos sobre este autor, así como los versos alusivos al tema de lo sagrado los tomaremos de Poesías completas, obra publicada en el año de 1994 por la Editorial Ágata, y además única fuente accesible a nuestro estudio. Por tal motivo, sólo señalaremos la página o páginas en donde se localizan tanto los datos biográficos como las composiciones de Pozos. Así que por medio de los versos de este autor intentaremos acercarnos a su universo espíritual así como a su vida.

En noviembre de 1920, dedica un poema de 59 versos, y en todos éstos uno encuentra lo que Tepatitlán, su tierra idolatrada -como así la llama-, era para él. Queremos destacar que hay momentos en los cuales "(...) se vuelve pertinente describir la situación que evoca el poema, es decir, recurrir a la historia en el más amplio sentido de la palabra". Veamos alguna muestras:

...vengo a ti, la ciudad encantadora,

a ti, la noble madre de un poeta,

de un soldado con alma soñadora

y de un pintor sin gloria y sin paleta.

Vuélvote a hallar, oh tierra idolatrada,

pletórica de encantos

y de añosos sabinos coronada.

 

(...)Di, ¿aún eres la oriental Señora,

la de alma noble y corazón creyente;

la Reina con blasones y trofeos;

la Madre de los bravos Macabeos

que en el templo musitan oraciones

con piedad candorosa, y sus creencias

he visto defender como leones?...

(...)Amo tus calles, amo tus jardines,

amo tus templos, amo tus alcázares;

de ti yo amo aun tus bohíos ruines;

amo tus mismas fosas silenciarias

que encierran sacras (para mí) cenizas...

Amo tus torres, colosales flechas

que se lanzan al cielo cual plegarias

y hasta el trono de Dios vanse derechas

Y es tan grande el amor en que me inflamo,

que en arranque supremo de lirismo,

puedo decir que en loco fanatismo

¡hasta las piedras de tus calles amo!

"Perla de Oriente", pp. 136-138.

En distintas combinaciones estróficas y con cierta inclinación hacia el cuarteto, el poeta le canta a su tierra natal con versos de arte mayor, -excepto en uno de arte menor- hay predominio de versos endecasílabos. Como podemos apreciar, Pozos emplea con frecuencia la rima consonante.

Creemos entender que, cuando llama a Tepatitlán "la Madre de los bravos Macabeos/que en el templo musitan oraciones/con piedad candorosa, y sus creencias/he visto defender como leones", se refiere a figuras altamente reconocidas en el movimiento cristero en la zona de los Altos de Jalisco. Lo más seguro es que hable de Anacleto González Flores y de Miguel Gómez Loza, personajes que destacaron en la guerra cristera por las tierras tan queridas del sacerdote Pozos. Sabemos que en esta época se integraron grupos para apoyar al movimiento cristero, y en estas acciones se distinguió Anacleto González Flores.

Sus primeras experiencias como miembro de algún grupo político las vivió en el Partido Nacional Católico, en donde militó cuando era apenas un muchacho(...) Éste y su inseparable amigo Miguel Gómez Loza consiguieron algunos prosélitos en sus rojizas tierras tepatitlenses.

También apreciamos que Pozos utiliza repetidamente el verbo amar: "Amo tus calles, amo tus jardines,/amo tus templos, amo tus alcázares;/amo tus mismas fosas silenciarias/(...)Amo tus torres, colosales flechas/ (...)¡hasta las piedras de tus calles amo!". Este rasgo repetitivo de eminente filiación popular Pozos lo utiliza para destacar su cariño por Tepatitlán. El título del poema es muy elocuente: Tepatitlán era para Pozos una perla.

El siguiente poema, que Pozos no fechó, pero que por el contenido no cabe duda de la época en que lo hizo dice así:

De un árbol viejo prendido,

de telarañas cubierto,

por el viento sacudido,

hallé cierta vez un nido

triste, muy triste: ¡desierto!

En él vivieron ufanos

nueve polluelos un día:

nueve polluelos hermanos

que acariciaron las manos

de la madre tierna y pía...

(...)eso fue mi hogar bendito

con sus recuerdos de amores...

Hoy que vagando proscrito

lo busco, lo hallo marchito

y ya sin frutos ni flores...

Mis buenos padres formaron

su nido plácido: allí

cuatro polluelos se criaron...;

Cinco del nido volaron...:

¡lo dispuso Dios así!...

Soy Sacerdote y mendigo;

no tengo ni pan ni hogar;

me persiguen y bendigo,

y feliz mi ruta sigo

sin pararme a descansar...

"Mi destino", pp. 162-163.

Siete estrofas lo conforman, y todas -inclusive las dos que omitimos- mantienen la misma estructura: quintillas de rima consonante. El poeta compara su hogar con un nido desierto. De él dice: "En él vivieron ufanos/nueve polluelos un día:" Así que fueron nueve hermanos y tuvieron una madre tierna y piadosa. Sin duda alguna que Pozos alude a la época de aquella revolución cuando los sacerdotes fueron perseguidos y algunos también martirizados.

A su señora madre Doña Marciana Hernández, Pozos se dirige así:

No olvido aún las tiernas oraciones

que me enseñaste en el ayer lejano;

hay huellas de piedad en las canciones

de mi sencillo corazón cristiano

hoy, que pasaron ya mis ilusiones;

que soy, (en plena juventud) anciano......

Madre del alma, cariñosamente

consagro a ti mis versos de creyente.

"Perfume de incienso", nov., de 1921, p. 191

A través del poema anterior el sacerdote nos muestra a la autora de sus días como una mujer piadosa. Indudablemente que la piedad y la fe que ella tenía, la transmitió a todos sus hijos.

Poco antes de que hiciera el poema dedicado a su madre, Pozos confiesa en algunos de sus versos que al igual que otros sacerdotes, también estuvo preso. ¿Verdaderamente lo estuvo?. He aquí cuatro cuartetos de los ocho que integran la composición:

(...)Venid a ver: mi encadenada mano

para el perdón dispuesta, se levanta:

el perdón de la injuria... !¡mi ley santa!:

es la ley de mi credo: ¡soy cristiano!

Esta verja tenaz es la testigo

del desamparo que padece el alma;

pero siempre tranquila, siempre en calma,

perdono, sí, perdono al enemigo...

(...)Tu delito, oh Jesús, es hoy el nuestro...

La misma pena a nuestra culpa toca...

¡Oh, no maldiga yo; guarda mi boca:

a padecer enséñame, Maestro!...

Y si subo hasta el Gólgota tremendo,

enséñame a morir con entereza:

que al iniciar, ya herido, mi cabeza,

en señal de perdón... ¡muera sonriendo!

"En la cárcel", pp. 268-269.

Agosto 20 de 1917

Preso en la Comandancia

militar de Guadalajara.

Época carrancista.

 

Como podemos apreciar, aprovechando la estructura de los cuartetos endecasílabos tradicionales con rima consonante (ABBA) el poeta expresa que durante la época carrancista estuvo preso en la comandancia militar de Guadalajara. Al respecto, creemos pertinente señalar lo que un intelectual de aquella época afirma de lo que estaba ocurriendo en la Perla de Occidente: "(...) en aquellos años terribles del conflicto religioso, cuando nadie estaba seguro de poder entrar o salir de su casa sin ser víctima de plagios y toda suerte de atropellos".

La situación que evoca el poema anterior queda ampliamente ratificada con lo que señala D. Antonio Gómez Robledo. Si sobre los laicos de aquella Guadalajara pendía semejante amenaza, ni para que preguntar lo que oscilaba sobre los sacerdotes.

 

1.2 Seminario y exilio

Así recuerda Pozos sus años de seminarista:

(...)Durante mis estudios en el Seminario de Guadalajara, leí con entusiasmo los clásicos griegos y latinos, así como los de habla castellana, especialmente los mexicanos: Alejandro Arango y Escandón, Joaquín Arcadio Pagaza, Bernardo Couto, Ignacio Montes de Oca; y de los románticos españoles y de los iberoamericanos, Núñez de Arce, Ricardo León, Quintana, Juan Nicasio Gallego, los Argensola, Heredia, Pesado, Antonio Zaragoza, Manuel José Othón y otros.

Sin más fuente que sus poesías, el día 10 de agosto de 1916 lo encontramos en el Seminario Mexicano de Castroville, Texas. Esto manifiesta en los versos que dedica a los alumnos de dicha institución:

Cuando llegué hasta las puertas

de este piadoso abrigo,

el santo Cielo es testigo

de que las hallara abiertas.

Con sinceridad mi mano

a todos os alargué,

y en cada pecho encontré

el corazón de un hermano.

Y no fue todo...; al fin, entro

y con júbilo infinito

en un anciano bendito

padre cariñoso encuentro.

¡Ave!, p. 311.

En todos los versos que Pozos escribe durante su estancia en Texas, apreciamos la enfermedad común de los poetas en extrañas tierras: la nostalgia. En este poeta la nostalgia está profundamente vinculada a los problemas sociales que acarrea la lucha fraticida. Así compuso en octubre del año en que Pozos salió del país.

Hoy llegué fugitiva desde tu tierra

donde todo lo arrasa la inicua guerra.

En el faldón humilde de tu tejado

abandoné mi nido despedazado...:

también la infame guerra llevó la ruina

hasta donde naciera tu golondrina...

En grata servidumbre canté risueña

a tu adorada madre que fue mi dueña.

Mil caricias brindóme la dueña mía:

"son para el desterrado", ella decía...

Desterrado, no llores; calla y recibe

lo que en este billete tu madre escribe:

me lo ató por el cuello dándome un beso,

y me dijo llorando: "llévale eso"...

Vi, al partir, tus amores: tus dos ancianos

que en ti pensando viven...Vi a tus hermanos..."

II

¡Oh, calla, por Dios, calla, mi Golondrina:

anda y busca afanosa tu nido en ruina...

En casa de mis padres prende tu nido

sobre el musgoso muro ya ennegrecido.

Diles que suspirando por ellos vivo

y que mis tristes versos con llanto escribo;

que rotos del destierro los duros lazos,

feliz iré a arrojarme entre sus brazos...

"El canto de la golondrina", pp. 321-322.

En nueve estrofas de versos pareados con dominio del dodecasílabo monorrimo, el poeta pone de manifiesto sus grandes preocupaciones en el exilio: seres queridos y los estragos de la guerra inicua en su tierra natal.

El 12 de diciembre del año mencionado -1916- el poeta declama en la matiné de Brakenridge, San Antonio, Texas:

Yo vengo de la lucha...

Yo estuve en el combate

en donde todo es ruina y caos y confusión:

allí donde la muerte sus negras alas bate

volando victoriosa; donde el cañón abate

la choza y el alcázar, el templo y el bastión.

(...)¡Oh Torreón sangriento, Durango, Zacatecas...

aún guardáis grabadas las dolorosas muecas

del infeliz soldado su vida al exhalar...

(...)Yo traigo en mis pupilas...las muecas retratadas

de muertos ¡ay! Que envueltos en rojas llamaradas

convulsos se retuercen mirando en derredor...

¡Sí!, mirando... mirando...

creed... y estaban yertos:

así como se mira desde la eternidad...

Y se erguían terribles, con los ojos abiertos,

veladas las pupilas:¡Así miran los muertos

con ojos extraviados la honda inmensidad...!

"Ecos de la lucha", pp. 313-314.

Pozos inicia su composición afirmando que estuvo en la lucha, en el combate. Cabe considerar que aún no era sacerdote. Describe imágenes de los caídos en la lucha. Realmente ¿combatió como soldado?.

El último poema de sus Poesías completas lo titula "Nupcial" y lo dedica a las Reverendas Madres Guadalupanas de Castroville en la renovación de sus votos, el día que regresa a México ya ordenado sacerdote: el 10 de enero de 1917. Si a ese seminario llegó el 10 de agosto de 1916, quiere decir que tan sólo estuvo allí cinco meses. Su formación sacerdotal realmente la obtuvo en el Seminario de Guadalajara. De éste nos dice:

(...)Estampó en tus volúmenes la Historia

la inmarcesible gloria

de sus sabios autores. ¿Quién no mira

que vive en sus Bucólicas Virgilio,

Teócrito en el Idilio,

y en su Eticón el sabio de Estagira?

(...)Antigüedad, tu gloria no se hunde,

pues tu luz se difunde

al muro secular de este recinto...

¡Píndaro, Homero, Safo desgraciada,

conserváis coronada

la cabeza, de lauro y de jacinto!

"La biblioteca del seminario",(1907), pp. 157-158.

El año que pone al final del poema muestra que para ese entonces él estudiaba en el Seminario de Guadalajara. Recordemos que en el prólogo de sus Poesías completas afirma que en esa institución leyó con entusiasmo a los clásicos griegos y latinos. Desde entonces, es decir, como seminarista, tenía mucho interés en las cuestiones literarias. Fue miembro -como él mismo lo señala- de la Academia Literaria, cuyo Director era entonces el Excelentísimo Sr. D. Miguel M. de la Mora. Ya ordenado sacerdote fue enviado a distintos lugares del estado de Jalisco, los cuales podemos conocer a través de sus versos. Le tuvo especial cariño al lago de Chapala, recordemos que estuvo en Jocotepec. Así recuerda Pozos: "(...)-¡cuarenta y seis años!- viví en míseros villorios, en donde fue un milagro que no embruteciera: dícese que los sacerdotes en tales sitios envejecen y embrutecen vertiginosamente". Aunque el sacerdote se queja de lo perjudicial que resultaron para su producción literaria las comunidades a las cuales fue asignado, lo cierto es que para éstas, el Presbítero fue de gran provecho. "(...)Don Maximino, a su paso por sus destinos fue estableciendo y dirigiendo, o sólo esto último, asociaciones obreras y campesinas católicas e instituciones económico-sociales, que es de admirar".

La sociedad de Zapotlanejo, Jalisco, le rindió justos homenajes. Precisamente en ese lugar, el día 20 de noviembre de 1966, murió D. Maximino Pozos.

 

 

1.3 Lo Sagrado en la poesía de Maximino Pozos

Dulce confianza tu mirar inspira

tu semblante, Jesús, no es sólo humano:

es el de un Dios que perdonando expira;

por esos ojos la Clemencia mira...:

¡Absuélveme, Señor, suelta esa Mano!...

Pero... ¡no la desclaves, Dueño mío;

mantenla fija en el madero duro

¡para que no te vengues del impío!...

¡para que no castigues mi estravío!...

¡para vivir de tu perdón, seguro!...

"A Jesús crucificado", p. 218.

En sólo diez versos endecasílabos, que conforman dos quintetos de rima variable el poeta expresa su universo poético. En la primera estrofa Pozos manifiesta la confianza que le inspiran los ojos de Jesús crucificado: "Dulce confianza tu mirar inspira;/tu semblante, Jesús, no es sólo humano:/es el de un Dios que perdonando expira;/por esos ojos la Clemencia mira...:/¡Absuélveme, Señor, suelta esa Mano!..." Como podemos apreciar en el primer verso utiliza el hipérbaton para destacar la confianza que la mirada de Cristo, al momento de expirar, le inspira. Precisamente a los ojos clementes del Redentor le pide, que lo absuelva, y como señal del perdón el poeta quiere ver que el Señor -así lo llama él- desprenda la mano del madero. Sin embargo, en todo el segundo y último quinteto el poeta le pide a Dios todo lo contrario: "Pero... ¡no la desclaves. Dueño mío;/manténla fija en el madero duro/¡para que no te vengues del impío!.../¡para que no castigues mi extravío!...¡para vivir de tu perdón, seguro!..."

Específicamente en esta experiencia religiosa que el poeta describe, encontramos ese quiero, pero no quiero, ese mundo de opósitos siempre presente ante lo numinoso, (del latín numen, "Dios") neologismo inventado por el alemán Rudolph Otto, para describir los caracteres de la experiencia terrorífica e irracional de la criatura ante el creador. Aquí consideramos pertinente señalar lo que al respecto dice este especialista del tema de lo sagrado apoyándose en un testigo ocular. (Quiero aclarar que este evangelio lo tomaré de la Biblia cuya traducción hicieron Luis Alonso Schökel y Juan Mateos). Iban subiendo camino de Jerusalén, y Jesús les llevaba la delantera; los discípulos no salían de su asombro, y los que seguían iban con miedo. (Marcos 10:32).

El testimonio anterior no deja dudas en cuanto a las emociones o sentimientos tan contradictorios que despertaba en los demás la figura de Jesucristo: atracción y temor. Atracción y temor bien configurados en el universo de nuestro poeta. Refiriéndose al contenido del evangelio anteriormente señalado, así se expresa Rudolph Otto de Jesús: "Aquí se refleja, tan sencilla como intensamente, la impresión numinosa que emanaba por modo inmediato de aquel hombre. Ni el mejor arte de descripción psicológica pudiera hacerlo de manera más patética que estas magistrales palabras impresionantes".

Es difícil encontrar versos de Pozos en los cuales no se encuentre la presencia de lo Sagrado. Inclusive cuando el tema central es otro. He aquí unas muestras:

I

¿A dónde va la humanidad hambrienta?...

¿A dónde va con loco desatino

un alivio buscando

del hambre y de la sed que la atormenta?...

¿A dónde va por fin, Jesús Divino?...

IV

(...)Oh, solamente en Tí, Jesús Divino,

puede encontrar alivio el miserable

que sin luz y sin pan busca el camino

(...)Jesús, eres el guía

en medio de esta tempestad inmensa

de lucha social, borrasca densa

que resuella bravía.

"Sólo en Tí", pp. 270-272.

(...)Yo tengo una misión: la Santa Plebe,

la que en los campos mora

presa es del hambre... y en silencio llora:

pero a nadie conmueve...

"Locura", p. 306.

Los fragmentos del primer poema hablan de la situación que vivían los trabajadores de la zona de los Altos de Jalisco en la época revolucionaria. Pozos lo escribió en el año de 1920 y lo dedicó a los obreros católicos de San Julián, comunidad alteña muy cercana a Tepatitlán. El fragmento del poema último corre la misma suerte que el anterior. Denuncia el hambre que sufren los desamparados campesinos de aquellas tierras tan queridas por el sacerdote. Confiesa Pozos que su misión es darles alimento a los que no lo tienen. En ambos poemas el padre combina versos de arte menor y mayor.

A María le cantó en varios poemas. Veamos algunos ejemplos:

Brotan rumores blandos en la selva

como el confuso eco de mil arpas.

Ríe la fuente en dulce carcajada...:

en la apartada selva, AMOR es todo:

es santo AMOR el que doquiera late

es el Divino Espíritu que anima

su santa Creación: Naturaleza.

(...)¡Oh inefable AMOR, cómo destella

en esa Creación tu sacro fuego!

(...)Y si Dios es el Rey que el mundo guía

con la ley del AMOR, entonces... ¡eres

Tú, la santa entre todas las mujeres,

la REINA Y MADRE DEL AMOR, MARIA!

"La reina del amor", pp. 238 y 241.

Los fragmentos anteriores son parte de los doscientos treinta versos que el sacerdote Pozos hizo inspirado en María. Con motivo de la coronación de la Virgen de Pátzcuaro, Michoacán, el poeta fue premiado con esta composición. Leyendo con detenimiento estos versos: "Brotan rumores blandos en al selva/como el confuso eco de mil arpas./Ríe la fuente en dulce carcajada...:/en la apartada selva, AMOR es todo:/es santo AMOR el que doquiera late/es el Divino Espíritu que anima/su santa Creación: Naturaleza./...Oh inefable AMAR, como destella/en esa Creación tu sacro fuego! apreciamos los siguiente. En primer lugar la profunda religiosidad del padre Pozos. Ciertamente todo el poema es un canto a María. La llama la reina del Amor, pero es precisamente el Amor, el que convierte en un canto armónico la Naturaleza entera. Así comprobamos: "...Cuanto más religioso es el hombre, más real es, más se arranca a la irrealidad de un devenir privado de significación. De donde la tendencia del hombre a ‘consagrar’ su vida entera. Las hierofanías sacralizan el cosmos".

La convicción de la presencia de Dios en toda la Creación es producto de la incuestionable fe del sacerdote en el Creador. En la creación entera el poeta ve refulgir el fuego sagrado. Todo se convierte en manifestación divina, en canto divino. Porque el espíritu de Dios late por doquier, la naturaleza se convierte en una teofanía. Así, creemos entender que la teofanía suple a las hierofanías.

De acuerdo a Eliade, gracias a la presencia de Dios en el cosmos es posible la experiencia de lo Sagrado. De esta manera el poeta puede captar lo verdaderamente valioso y por ende significativo.

En la última estrofa el poeta dice: "Y si Dios es el Rey que el mundo guía/con la ley del AMOR, entonces... ¡eres/Tú, la santa entre todas las mujeres,/la REINA Y MADRE DEL AMOR, MARIA!"

Con un cuarteto endecasílabo de rima consonante el Presbítero expresa con suma claridad la congruencia del título del poema con el cierre de éste. Reconoce a la madre de Jesús como "la reina y madre del Amor".

Luego en un poema muy breve, así se dirige a la Virgen María:

Graciosa Morenita,

es tu dulce mirar tan inocente,

que revivir el corazón se siente

a la esperanza, y cúrase la cuita.

En tu mirada tierna y sin enojos

mi alma se embelesa;

y si cegara el que tus ojos besa,

¡Veré en la gloria: apáguense mis ojos!

"Madrigal", p. 224.

Pozos dedica este poema a la guadalupana, y la llama mi Madre Santísima, mi Encanto. Le canta a la madre del amor divino con palabras del profano amor, y esto lo hace combinando versos de arte mayor -tradición italianizante- con los de arte menor, -tradición española-, técnica que como ya se señaló, gustaba Pozos de cultivar.

 

 

1.4 Conclusiones

Maximino Pozos traduce sus experiencias sobre lo Sagrado en imágenes de gran sencillez y belleza. Éstas giran de manera fundamental en el Dios de los cristianos. En las imágenes que el padre Maximino vive y describe en el poema "A Jesús crucificado" encontramos de manera simultánea la atracción fascinante y el rechazo temeroso que conforman la experiencia que Rudolph Otto denomina numinosa.

En versos llenos de amor filial le canta a María llamándola Reina y Madre del Amor, pero aun aquí reconoce que la Creación entera es obra del Espíritu Divino. Es una auténtica teofanía.

Aunque como ya se dijo la figura central de sus versos es Cristo, por sus poemas desfilan distintas estampas de la vida del poeta: su familia y tierra natal, a ésta la llama Madre de los Macabeos, evidentemente reconociendo el valor de Anacleto González Flores y de Miguel Gómez Loza, figuras notables en el movimiento cristero y oriundos de Tepatitlán; el exilio en el seminario de Castroville, Texas; la prisión que sufrió ya siendo sacerdote durante la época carrancista; también la lastimosa situación de los obreros y campesinos en la zona de los Altos de Jalisco. En cuanto a la forma encontramos el uso frecuente del endecasílabo, pero también emplea versos de arte menor. Así comprobamos que "...Pozos aprecia mucho la herencia cultural de la antigüedad clásica y el renacimiento español".

 

Bibliografía

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ELIADE, Mircea, Lo sagrado y lo profano, 7a. ed., Ed. Labor/Punto Omega, España, 1988.

GÓMEZ ROBLEDO, Antonio, "Liminar", en Agustín Yáñez Al filo del agua, Arturo Azuela (coord.), colección Archivos núm. 22, Dirección General de Publicaciones, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México, 1993.

MÁRQUEZ, María Teresa, Anacleto González Flores, Asociación Pro-Cultura Occidental, Guadalajara (México).

MOUNIN, Georges, La literatura y sus tecnocracias, Fondo de Cultura Económica, colec. Lengua y estudios literarios, México, 1983.

OTTO, Rodolfo, Lo Santo. Lo racional y lo irracional en la idea de Dios, trad. Fernando Vela, 2a. ed., selecta de Revista de Occidente, Madrid, 1965.

POZOS, Maximino, Poesías completas, Ágata, Guadalajara (México), 1994.

VOGT, Wolfgang "La obra de Maximino Pozos en el contexto de la poesía mexicana" en Maximino Pozos. Poesías Completas, Ágata, Guadalajara (México), 1994.


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