SALUD, VIOLENCIA Y MUERTE EN EL
OCCIDENTE DE MEXICO
Miguel
Ernesto González Castañeda,
(1) Departamento de Geografía y Ordenación Territorial, Universidad de Guadalajara. (2) Departamento de Sociología, Universidad de Guadalajara.
ANTECEDENTES
La salud es la expresión humana de mayor valor
social e individual, la muerte es la antítesis de ésta, así que cuando se provocan
efectos psicológicos, se sufren heridas o discapacidad o se pierde la vida por
causas violentas, nos presentamos ante un escenario extremo de la degradación
humana y social que provoca un impacto múltiple -directa, indirecta e
intangiblemente-. La violencia, se reconoce, es un fenómeno sumamente difuso y
complejo cuya definición no puede tener exactitud científica, ya que es una
cuestión de apreciación. (OMS, 2002) Este sacrificio humano bien se juzga
innecesario sensiblemente pues no se justifica que las cifras se incrementen
cuando se trata de muertes evitables y delante se encuentra siempre una
tragedia familiar y social. Cabría preguntarnos, ¿hasta cuando esta situación
cambiara?, ¿cuál es el número de muertes y lesiones que provocarán cambios
sustanciales ante las altas tasas de mortalidad? (Dinesh, 2003).
El estudio
de las Muertes Violentas (en adelante MV) se basa en el hecho ineludible e
indiscutible de la muerte. Como señala Jenicek, los estudios epidemiológicos
han traspasado el campo exclusivo de las enfermedades infecciosas, para
alcanzar a todos los fenómenos relacionados con la salud, que se presentan como
fenómenos de masas. (Jenicek, 1987). Las muertes violentas o causa externa se
consideran una de las fuentes de riesgo para la salud más importantes en la
actualidad. La tasa de muertes violentas en los llamados países desarrollados -14.4
por 100 000 habitantes.- es por mucho menor que en los países en desarrollo
-32.1 por 100 000 habitantes- . (Meel, 2004). Ocupan un lugar preponderante
como causa de mortalidad en muchos países de América Latina y aún representan
una demanda creciente de servicios de salud. La Organización Mundial de la
Salud define a la violencia como: “el uso intencional de la fuerza o el poder
físico, de hecho o como amenaza, contra uno mismo, otra persona o un grupo o
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte,
daños psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.”
A pesar de
ser preocupación y motivo de actividad de diversos actores sociales, no son muy
abundantes las investigaciones con perspectiva regional y mucho menos lo son
las indagaciones que generen políticas públicas para diseñar mejores prácticas
para la prevención de la violencia en esta escala.
Este es un
fenómeno de salud que tiene repercusiones poco reconocidas en sus causas y sus
efectos espacialmente pues predominan otras formas de análisis como la sola pérdida
de vidas humanas, las incapacidades permanentes y de larga estadía, la carga
económica que significan para las familias y para la sociedad en general, pero son
escasos los que permiten ir justo donde se encuentra el problema y sus posibles
soluciones.
Si
reconocemos que las
lesiones y muertes violentas son un problema de salud pública para los que la
sociedad y las autoridades en países como el nuestro, todavía no desarrollan y
adecúan suficientes métodos de estudio, implementan medidas de análisis
sistemático ni adquieren herramientas tecnológicas como para limitar o reducir
los casos de lesiones, muerte o invalidez a gran escala como la Regional o
Meso-regional que abarque varios Estados y sus municipios.
En este sentido, se plantea la oportunidad de discurrir
un análisis que permita conocer la situación sanitaria del las muertes
violentas y potenciar las bondades de hacer converger el punto de vista de la
salud pública, la sociología con otras disciplinas como la geografía. Cabe
mencionar que ésta última indaga acerca de los factores que condicionan y
determinan una distribución territorial de las condiciones de salud-enfermedad
y muerte, sus determinantes así como el contexto en el que se desarrolla una
situación como la muerte violenta. Permite así mismo, reconocer los patrones en
tiempo y espacio para generar hipótesis que lleven a una toma de decisiones
focalizada justo allí donde se requiere actuar, evaluar o corregir.
El espacio, como objeto de la geografía se puede definir
como el “conjunto indisociable de los objetos y sistemas de acciones”, “un
conjunto de fijos y flujos que se integran”. “Es aquello que resulta de la
relación entre la materialidad de las cosas y de la vida que las animan y
transforman”. (Santos, 1986)
Algunos datos acerca de las consecuencias más graves de
la violencia interpersonal y auto infligida como lo son el homicidio y el
suicidio en México se tiene una tasa general de mortalidad por homicidios muy
parecida a la media mundial (8.8 defunciones por 100 000 habitantes) aunque
alta comparada con países desarrollados como España o Francia. El suicidio ha
mostrado un crecimiento importante en los últimos 30 años (250%) aunque
presenta una tasa general relativamente baja (5.3 defunciones por 100 000
habitantes), comparada con países como Japón (19.5), Estados Unidos de América
(13.9) o muchos de los países de Europa Oriental con tasas por arriba de 30.
La
METODO
Los datos de
este trabajo se tomaron de los Certificados de Defunción CD que se catalogan de
acuerdo a la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) lo que
resulta un tanto es complejo desde la visión cuantitativa ya que en la
definición de muerte violenta o por causas externas se agrupan muchos tipos de
ellas–desde las no intencionales, las relacionadas con la violencia
generalizada, hasta las lesiones auto infligidas- lo que obliga generalmente a
estudiarlas de manera separada. Se tomó en cuenta la residencia habitual en el
periodo de enero de 2003 a diciembre 2007. Los datos de los CD están
disponibles por medio del Sistema Nacional de Información en Salud -SINAIS –.
Los datos demográficos se obtuvieron de las bases de datos del XII Censo
General de Población del 2000, el II Conteo General de Población del 2005 y de
las proyecciones de población realizadas por el Consejo Nacional de Población,
2009.
Las cifras
para el análisis de la MV tienen como fuentes: 1. del sector judicial en los
tres ordenes de gobierno: municipal, estatal y federal, y 2. del sector salud.
En este último el documento por excelencia es el certificado de defunción, un
modelo que se toma en gran parte de la estructura propuesta por la OPS-.
(Secretaría de Salud, 2006).
Por un
lado, el espacio de estudio agrupa a 9 entidades y sus habitantes (en miles)
conocida como Meso-Región Centro Occidente de México –RCO-: Aguascalientes
(1,142), Colima (601), Guanajuato (5,045), Jalisco (7,017), Michoacán (3,964),
Nayarit (970), Querétaro (1,721), San Luís Potosí (2,485) y Zacatecas (1,380),
de un total calculado en la actualidad de 24,323,006 habitantes - 2009 - a lo
largo de cinco años a partir de 2003 hasta 2007 –último año disponible a la
fecha-.
Por otro
lado, las causas de muerte violenta pueden agruparse prácticamente en
Los
resultados se reconocieron por Estado y subgrupo de causa específica, se
observó detalladamente el comportamiento de la combinación de agrupaciones
–Estado, región - así como la de cada grupo de causas –accidente de tráfico,
suicidio, homicidio- y de esa manera se fueron los datos mas relevantes que
acorde con la consistencia de los datos representaban situaciones que por su magnitud
o por su trascendencia fueron del interés.
LA MUERTE
VIOLENTA EN MÉXICO
En México
como casi en el resto de Latinoamérica, estamos experimentando un incremento en
las cifras de criminalidad así como en la sensación de inseguridad gracias en
gran parte a los titulares de los medios de comunicación acerca de este
problema cada vez más conocido por sus efectos que por sus causas, como
consecuencia tenemos dificultades para valorar la realidad pues se pierde la
relativa objetividad que proporciona el manejo de los datos y los mapas sobre
el fenómeno.
Tan solo en el año 2005 en el País se experimentó un
ligero repunte en las muertes violentas,
llegando a ser de 53, 110 lo que representó un 10.8% del total de muertes del
país. Otras causas mayoritarias son por enfermedades del corazón (16.4%),
diabetes melitus (13.6%) y tumores malignos (12.7%). Cabe destacar que en
algunos estados como en Quintana Roo los accidentes ocuparon el primer lugar
como causa de muerte en 2004 o Baja California Sur y Chiapas en donde fueron la
tercera causa de muerte (Zepeda, 2007).
De las
defunciones generales por causa y género entre 1990 al 2006 a nivel nacional,
ocuparon los primeros lugares, los accidentes 9.3% (4º. lugar) y
las agresiones y homicidios 3.4% (lugar 11) y los suicidios fuera de los
primeros lugares (INEGI, 2008). Si bien, se pude afirmar que en términos
absolutos y relativos se ha experimentado una baja e
Baste este año 2005
como ejemplo de la distribución de las
muertes violentas donde el grupo de los accidentes ocupa el primer lugar y los
homicidios ocupan el segundo. Los homicidios pueden ser intencionales (provocados en riñas, ejecuciones) o
LA MUERTE
VIOLENTA EN LA REGION ESTUDIADA
En la
Región podemos observar que las MV por tipo tenemos una dominancia de los
Accidentes de Tráfico seguidos muy de cerca por los accidentes mal definidos y
los homicidios y los suicidios (que juntos estos cuatro tipos suman mas del 80%).
Cabe destacar la cifra de accidentes mal definidos, ya que mientras mayor sea
ésta menor es la calidad de los datos captados.
Analizando
las MV en la línea de vida, encontramos que la MV infantil (0 a 14 años) se
encontraron que en tan solo tres Entidades: Michoacán (51%), Jalisco (41%) y
Guanajuato (27%) allí se cometieron el 70% de los casos. En la RCO se
cometieron un poco mas del 47% de infanticidios en contra de niñas y el resto
en niños, lo que ya es una cifra alarmante en sí misma. Cabe destacar también,
la triste congruencia de las cifras entre estos tres estados en los homicidios
por sexo, lo que seguramente debe analizarse preventivamente en impartición de
justicia y violencia intra-familiar.
Capitulo
aparte merece la violencia hacia las mujeres. Hecho que se ejecuta contra
mujeres básicamente de los grupos de 15 a 29 y de 30 a 44 años de edad (edad
productiva y reproductiva). Nuevamente se reconoce a Michoacán por su alta
tasa, pero se exalta la participación de
Nayarit y Colima con este cálculo proporcional a la población y muy por arriba
de las tasas nacionales.
El Índice
de Masculinidad expresa la mayor o menor participación en una situación entre
ambos sexos. Cuando las cifras son iguales su valor es 1. En este caso, cuanto más
grande sea el valor mayor será la diferencia del problema presentado entre
hombres y mujeres. (IM=Población masculina/ población femenina). Así podemos
ver que Aguascalientes (uno de los estados más pequeños) y Guanajuato se
destacan. Así Michoacán y Nayarit junto con Colima se alejan del valor 1, lo
que significa que la MV es mayor en los hombres.
Haciendo
un cálculo del IM en las MV más frecuentes, es decir, por accidentes de
tráfico, podemos ver una mayor preponderancia del sector masculino que incluso
en los homicidios. Así, Nayarit presenta cifras de superiores a 3.5, más del
tercio. Aunque la variación es mínima entre los estados de la región, si supera
los 0.6 grados porcentuales la cifra menor o más equitativa entre genero
(Jalisco) y la superior.
Cabe destacar
el aumento significativo de los accidentes, no solo en últimos años en toda la
región, sino solo considerando la diferencia entre el valor máximo y el
promedio regional podemos encontrar diferencias que pueden superar al 100%.
CONCLUSIONES
La
presente investigación permite reconocer las ventajas, limitaciones y
potencialidades de esta fuente de datos con diversas perspectivas sociales:
territorial, de género, de familia, de la infancia, entre otras.
Se pone de manifiesto
que gracias a los procedimientos mostrados será posible modificar el nivel de
agrupación o desagregación de la información para identificar, definir y
delimitar a los llamados “grupos objetivo” así como las zonas críticas hacia
los cuales debieran focalizarse los recursos para la detección oportuna, la
prevención y el control del problema de la muerte violenta desde la perspectiva
transdisciplinar.
A pesar de
las serias limitaciones para hacer indagaciones desde la perspectiva social y
espacial, el Certificado de Defunción no deja de ser el único documento médico
legal que permite las comparaciones internacionales gracias a la aplicación de
la CIE-10.
Un tema
que debe revisarse más adelante es por ejemplo, el análisis de los egresos de
los hospitales por esta causa, ya que reflejan de alguna manera la
sobrevivencia a hechos violentos, algo así como la “punta del iceberg” de la
brutalidad aunque de ninguna manera refleja la calidad de la atención en estos
establecimientos. Así, en la RCO en este periodo se cifraron 3,011 egresos
(casi 9%) del total 357,913 del País lo que sugiere un enorme gasto
institucional y en la familias.
El
análisis sobre estadísticas basadas en Certificados de Defunción debe
considerarse la alta complementariedad con datos de otras fuentes de información
oficiales como las de las Procuradurías de Justicia Estatales y los Servicios
Médico Forenses sobre todo en el apartado de homicidios tanto imprudenciales
como los que no lo son y de esa manera como afirma Zepeda (Zepeda Leucona,
2007) este tipo de variables nos deben permitir permiten “agregar al aspecto
cualitativo” para efectos de generar políticas públicas de prevención más
efectivas.
RECOMENDACIONES
Aquí nos
propusimos analizar las muertes violentas en su conjunto por el impacto que
sugiere a la sociedad en cualquiera de sus modalidades sin embargo reconocemos
que deben diversificarse los análisis espaciales más detallados.
Se recomienda adoptar
métodos y técnicas que permitan tener una visión espacio temporal que vaya más
allá de las meras cifras y descripciones. En la actualidad son muchas las
aplicaciones de los llamados de los Sistemas de Información Geográfica (SIG)
para el análisis de la mortalidad en general, y en particular, de las muertes
violentas. Por tanto se desarrolla ya un grupo multidisciplinar con
investigadores de la Universidad de Guadalajara que permitirá conocer y
presentar la información de manera tal que facilite la toma de decisiones
confiables, oportunas e integrales en esta Región.
Basados en la
recomendación a los Estados Miembros de la OMS hecha en la 49 Asamblea General
de 1996 “a mejorar los sistemas de registro y reporte de los diversos tipos de
violencia, a desarrollar actividades de investigación sobre los factores de
riesgo y mecanismos asociados a este fenómeno y al desarrollo de estrategias
preventivas de la violencia que se presenta en los distintos espacios
sociales”, se propone la creación de un Observatorio que analice, vigile exponga
las causas y las consecuencias de la violencia debe: producir información confiable
y oportuna, evaluar de manera continua cambios en la situación, identificar
patrones de violencia, generar hipótesis de causalidad, servir para toma de
decisiones, evaluar programas e intervenciones y finalmente impulsar la
conformación de grupos de trabajo.
REFERENCIAS
Organización
Panamericana de la Salud, Oficina Regional para las Américas de la Organización
Mundial de la Salud. Informe mundial sobre la violencia y la salud: resumen.
Washington, D.C, 2002.
Jenicek.
M. y Cléroux. R. Epidemiología. Principios, técnicas y aplicaciones. Barcelona,
Salvat, 1987.
Santos, Milton. O presente como espaco en Pensando io
espaco do homen. 2ª ed. Sao Paulo: editorial Hucitec; 1986)
Secretaría de Salud.
Informe Nacional sobre Violencia y Salud. México, DF: SSA, 2006.
Organización
Panamericana de la Salud. Los Sistemas de Información Geográfica en Salud.
Conceptos Básicos. Washington DC, 2002. 15-31.
Zepeda Lecuona, G. ¿Cómo prevenir la violencia imprudencial y los daños a la salud derivadas de ella? Salud Pública de México / Vol. 49, Edición Especial, XII Congreso de Investigación en Salud Pública, 2007.