Humor y carnaval en la literatura para niños.

Humor and carnival in children's literature.

María Teresa Orozco López
Universidad de Guadalajara (MÉXICO)
CE: orozcotere@gmail.com ID ORCID: 0000-0001-9868-5236

DOI: 10.32870/sincronia.axxiv.n78.21b20

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Recibido: 31/03/2020
Revisado: 10/04/2020
Aprobado: 08/05/2020

RESUMEN:

Se presenta un panorama de los recursos de humor en la literatura para niños a partir de la revisión de los principales conceptos aledaños al humor como la risa, la ironía, la parodia y sátira y algunos ejemplos en la literatura para niños clásica y actual.
       El propósito del presente artículo es hacer evidente, y a la vez resaltar, los recursos y la riqueza literaria presentes en la literatura para niños que en muchas ocasiones se etiqueta como simple y de baja calidad para que poco a poco la literatura para niños y jóvenes se sitúe en los mismos espacios académicos y de rigurosidad metodológica que la literatura en general.  

Palabras clave: Literatura. Niños. Humor. Carnaval.

ABSTRACT

An overview of humor resources in children's literature is presented from a review of the main concepts surrounding humor such as laughter, irony, parody and satire and some examples in classic and current children's literature.
       The purpose of this article is to show, and at the same time, highlight the resources and literary wealth present in children's literature, which is often labeled as simple and of low quality so that little by little the literature for children and young people is placed in the same academic spaces and methodological rigor as literature in general.

Keywords: Education for women. Calligraphic exercises. Women’s writing. Literary competitions.

 

Teorías del humor
La teoría del humor presenta un problema conceptual, ya que se entremezclan y confunden fenómenos como la risa, lo cómico, la parodia, la ironía y la sátira entre otros recursos, mecanismos, términos y conceptos aledaños. Entre los estudios sobre el humor se destacan las aportaciones de Bergson (2011) quien propone una concepción social de la risa la cual actúa como correctora cuando el individuo no se adapta. El humor y la risa adquieren significado en la sociedad a la que se pertenece la cual aporta constructos sociales para formular y entender los mecanismos de humor. Bergson parte de tres observaciones fundamentales:

1. “No hay comicidad fuera de lo que es propiamente humano” (2011, p. 10), idea que comparte con Aristóteles pues, de acuerdo con esto, en la naturaleza no existe nada ridículo, sólo nos puede resultar risible aquello en lo cual advertimos una semejanza con una característica humana. Bergson agrega que “la risa necesita de un eco” (2011, p. 13), que no se termina en nosotros mismos, ya que sale a través de nuestra boca buscando alcanzar a otros. Se inscribe en un grupo social. Afirma que “nuestra risa es siempre la risa de un grupo” (2011, p.13).
2. La risa castiga las costumbres y contribuye a sancionar aquello que no encuentra castigo a través de una represión física y tangible. Una coerción que no implica apremios materiales. Reír para castigar los vicios y lo inadecuado. Reír para sancionar (Bergson, 2011).
3. Bergson relaciona la fealdad con lo cómico. Afirma que “toda deformidad susceptible de imitación puede llegar a ser cómica” (2011, p. 24). El elemento clave para comprender cómo lo feo puede dar paso a lo ridículo se trata de una rigidez del carácter en el sujeto.

Eduardo Stilman (1967) por su parte sostiene que el humorismo no es un género aparte, sino una actitud ante el mundo presente en todos los géneros y en toda obra de arte. Y no necesariamente una actitud alegre y feliz, ya que los límites del humorismo en algunas ocasiones están más cerca de la consternación:

[…] el humorismo no es un género, sino una actitud ante el mundo que se encuentra en todos los géneros. No hay verdadera obra de arte que no la incluya de algún modo. Y no se trata de una actitud alegre: los últimos límites del humorismo lindan más con los laberintos de la desesperación que con el decorado de la felicidad convencional (Stilman, 1967, p. 9).

En este mismo sentido, Alfred Stern (1975) afirma que la causa de la risa es la trastocación de valores ya que se ríe de los valores degradados o para degradar la escala de valores: lo bueno en negativo y lo negativo en positivo; lo feo en belleza y lo bello en fealdad; la verdad en falsedad y lo falso en verdadero: el reino del revés.
            A través de la risa nos permitimos situarnos en la posición de estratos económicos o sociales distintos a nuestro origen y nos divertimos porque hacemos latente un desfase de los signos morales pero que en ningún momento representa amenaza al sistema establecido. Es por eso que el reino del revés es un juego que no implica peligro, ya que el orden establecido continúa una vez que el tiempo del juego se agote o el carnaval termine y las personas regresen a sus actividades cotidianas.

El humor en la literatura: la carnavalización
Para entender el concepto de humor en la literatura, debemos referirnos a lo que Mijail Bajtin (2003) denominó “carnavalización” en su texto La cultura popular en la Edad Media y el Renacimiento donde recupera lo cómico como expresión popular y aborda la relación entre risa, sociedad y literatura en lo denominó carnavalización. Establece que en el carnaval todos participan ya que el carnaval no se contempla ni se representa: se vive. Y se vive de acuerdo con sus leyes.
            Bajtín denominó carnavalización literaria a la transposición de la actitud de carnaval al ámbito literario. En el carnaval todos participan ya que el carnaval no se contempla ni se representa, sino que se vive en él según sus leyes. En cierta medida, el carnaval es la “vida al revés (Bajtín 2003, p. 179).
            En el carnaval se vive en una zona entre realidad y juego, por tal razón los gestos y las palabras de los hombres se liberan de todo poder y significado ordinario que los determina en la vida diaria. En el carnaval se suprimen las jerarquías y desigualdades para dar paso al contacto libre y familiar entre la gente con actitud popular, alegre e incluso grotesca:

Se trata de un momento muy importante en la percepción carnavalesca del mundo. Los hombres, divididos en la vida cotidiana por las insalvables barreras jerárquicas, entran en contacto libre y familiar en la plaza del carnaval. El carácter especial de la organización de acciones de masas y la libre gesticulación carnavalesca se determinan asimismo por esta categoría del contacto familiar (Bajtín, 2003, p. 179).

Para Bajtín, la risa y el humor son construcciones sociales. Son procesos de solidaridad e insolidaridad que unen y separan a la vez al pueblo. No es una reacción individual ante un hecho singular aislado. El humor es patrimonio intangible del pueblo que ríe y como tal debemos protegerlo.

El humor en la literatura para niños
El humor es el resultante de la exacta y pertinente combinatoria de elementos axiológicos, estéticos, culturales, físicos, psicológicos y sociales que convergen en el tiempo y en el espacio para estimular la risa de un grupo determinado de personas. El humor, al igual que el juego, se funda en el territorio del “como si”, del mundo al revés, de la carnavalización de la vida. Cuando un texto provoca risa es porque el niño conoce las reglas que se trastocan en él, las acepta y está dispuesto y consciente para jugar con ellas.
            Para ingresar en el territorio del humor, necesariamente debemos salir de la tierra de la “norma y la regla”. Pero para salir de la norma, se deben conocer sus límites y fundamentos para poder tejer el fino hilo de la disrupción socialmente aceptada. Debemos conocer “el derecho” para entender “el revés”. El conocer las reglas del mundo permite al niño saberse parte de algo, pertenecer a una comunidad que le reafirme el sentido de pertenencia que solo puede otorgar la convivencia y aceptación con otros seres humano.
            Un ejemplo de lo anterior es La peor Señora del mundo (2010) de Francisco Hinojosa. En este libro la protagonista es una madre mala y cruel (molde situado fuera de los cánones de la figura materna) con los seres humanos que le rodean, incluyendo a sus hijos a tal punto de ponerle limón en los ojos a uno de ellos. Sus hijos, junto con el pueblo, conspiran para engañarla haciéndole creer que disfrutan sus malas acciones de tal manera que la peor señora termina realizando buenas acciones (que desde su perspectiva siguen siendo malas. Es decir, no cambia su motivación, solos sus acciones).
            Debemos vivir dentro de convenciones, conocerlas y manejarlas para entender que esas convenciones son expuestas y rotas sin repercusiones para nadie. El territorio del humor facilita al niño permitirse esas rupturas de reglas y jugar “a como si” al “qué pasaría si” sin poner en riesgo su seguridad ni su sentido de pertenencia a una comunidad (con sus reglas incluidas).
            Además del sentido de pertenencia a una comunidad y del conocimiento del mundo social que implica, el humor demanda cierta competencia en el manejo del lenguaje, ya que, para lograr el efecto deseado, el humor se apoya en recursos estilísticos que favorecen la interpretación y las capas de lectura que ofrece un texto que crean significado. Gracias a esa ambigüedad que ofrece la literatura, a esa apertura a interpretaciones y significaciones, un texto de humor para niños también puede ser disfrutado por adultos al apreciar los guiños lingüísticos que ofrece el texto.
            Aunque existe una tendencia a definir el humor como sinónimo de cómico, es necesario precisar sus aproximaciones y distancias que deben abordar mecanismos y recursos como la ironía, la sátira y la parodia.

a) Ironía
La ironía exige alto nivel de atención y la habilidad de poder tener ideas antitéticas. La ironía confronta al signo con el símbolo, juega con las múltiples connotaciones entre el sentido literal y el figurado y apela a la inteligencia del lector para poder ser capaz de leer entre líneas. En la ironía la palabra tiene un significado distinto al literal.
            Puede verse a la ironía no como un saludable ejercicio de la inteligencia, sino como un arma de combate. La ironía es la figura del discurso que da a entender lo contrario de lo que se dice. La ironía, como el eufemismo, comparte una relación contradictoria con un referente, pero la ironía muestra mejor su distancia respecto al referente pues por lo común lo niega. En otras ocasiones se confunde con el sarcasmo, cuyo objetivo es la sorna y el insulto; o el doble sentido de insinuaciones sexuales o situaciones corruptas.
            La ironía cubre/oculta intencionalmente significados para que el receptor los reconstruya a partir de su experiencia de vida. Es el resultado de un proceso complejo que exige a quien la recibe basarse en suposiciones para rechazar el sentido literal. Exige ensayar explicaciones alternativas, tomar una decisión considerando el contexto del autor y de sí mismo.
            La ironía es un recurso que el doble destinatario (niño/adulto) puede decodificar de acuerdo con su situación y dotar de significado para provocar el humor. Un ejemplo en el mundo de la literatura para niños la podemos encontrar en El globo (2008), ya que la decisión de su protagonista Camila por quedarse sin mamá (y quedarse con un globo rojo) ya que le grita de manera constante y se pone roja de coraje.
            Camila decide quedarse con el globo rojo y esa decisión provoca repensar el papel de la madre en la sociedad. Los niños no están obligados a querer a su madre por el simple hecho de serlo. El cariño y el respeto hacia una madre es una cuestión de trabajo diario y no de jerarquías, cargos o nombramientos (y eso se hace extensivo a toda la sociedad en cualquier situación).
            Pero ¿qué valor más venerando en nuestra sociedad occidental que la madre?, sobretodo en México en donde tenemos un abanico muy amplio de uso de este símbolo. El uso de la palabra “madre” puede ir desde la peor grosería, el peor insulto, hasta la expresión más gloriosa de felicidad. Esta polisemia es la que permite la ironía en este relato. La madre como símbolo de protección y cuidado se ve expuesta y evidenciada en su rol negativo de madre violenta y agresiva. El globo trastoca el valor venerado de la madre al exhibirla y por tanto anular esa función protectora fuera de discusión en el discurso oficialista.

b) Parodia
Hutcheon (1981) establece que la parodia es un género literario y la sátira su elemento definitorio. La parodia es la recreación de un personaje o un hecho, empleando recursos irónicos para emitir una opinión generalmente transgresora sobre la persona o el acontecimiento abordado. Decir la realidad con voz fingida.
            La parodia, que tanto ha interesado a los modernos, es una técnica liberadora. Nos faculta para adquirir una doble voz, con lo que las cosas adquieren una duplicidad que Bajtín considera enriquecedora. La parodia devalúa siempre, aunque en toda parodia hay un momento de mimo y de homenaje que la hacen ser al mismo tiempo transgresora y conservadora del texto al que parodia
            La parodia se presenta como una imitación que se aproxima a la ironía. La diferencia esencial entre ironía y parodia radica en que la primera enfatiza en la burla y añade lo lúdico a su elaboración; la parodia además recurre a una actitud de desprecio hacia el objeto o persona que se refiere.
            El uso de la parodia dentro de la literatura para niños lo podemos ejemplificar con otro libro de Isol: La bella Griselda (2010) en donde a través de los elementos paratextuales (tapa y contratapa) evocan el universo onírico de los cuentos de hadas: una bella joven se admira en un espejo acompañada por un unicornio a su lado (elemento fantástico) sostiene un estandarte con el título del libro.
            Esta composición remite a un tapiz medieval que forma parte de la serie conocida como “La Dame a la Licorne”. En el tapiz dedicado a la vista una dama está sentada y sostiene un espejo en su mano derecha mientras un unicornio se arrodilla en el suelo con las patas delanteras apoyadas en el regazo de la dama, desde donde mira su reflejo en el espejo. Un león a la izquierda de la dama sostiene un banderín.
            Una imagen que en su conjunto remite a la heráldica medieval con todo lo que conlleva. Esta lectura general de la portada puede pasar por alto los dos caballeros descabezados que flanquean esta imagen en la parte de abajo. La contratapa, por su parte, nos muestra la imagen de un carruaje que remite a la carroza de la cenicienta con una rata con lentes oscuros como cochero.
            Esta primera lectura del texto a partir de los elementos paratextuales nos configura una posible lectura. Pero al entrar en la historia, nos percatamos que no es la clásica historia de princesas y aquí es donde se hace presente el recurso de la parodia, ya que juega con la superposición de textos: la situación presentada y el género de los cuentos de princesas y caballeros con el final clásico de “Y vivieron felices para siempre...”.
            Otro elemento de parodia es la referencia a la escena “ser o no ser” de Hamlet pero Griselda no se pregunta sobre su propia existencia ni rememora las andanzas de Yorick con sus burlas, brincos, cantares y chistes, sino que sostiene en sus manos una calavera inerte como símbolo del triunfo de su belleza ya que la protagonista es una mujer tan bella que hace perder la cabeza a cualquier hombre.

c) Sátira
La sátira ridiculiza con intención moralizante. Aunque la sátira se asocia con formas humorísticas, en realidad su finalidad es exponer situaciones erróneas o injustas para modificar la situación a través de juegos del ingenio. En la sátira aparece el doble efecto del ingenio: devaluar la realidad y fortalecer el yo. Es un juego cruel que evita la acción violenta. El género satírico se centra en una evaluación negativa que asegure la eficacia de su ataque.
            La sátira ya sea trágica, épica o cómica debe cumplir tres requisitos: a) suscita humor a la vez que, b) crítica y, c) ataca los vicios sociales y/o individuales con la intención de lograr un cambio positivo en la situación.
            En la literatura para niños un ejemplo característico de utilización de sátira como recurso humorístico es la obra en general del autor británico Roal Dahl quien a través de su visión ácida de los diferentes sectores de la sociedad (incluyendo el poder político y la corona británica), desarrolla en el lector un sentido crítico de la realidad. En Charlie y el gran ascensor de cristal dirige su crítica hacia el sistema educativo inglés y los educadores en Inglaterra a través de una escena en la que cientos de ratones invaden las aulas, pero los profesores solo se preguntan por la impuntualidad de sus alumnos, satirizando la tradición de puntualidad que caracteriza a los ingleses en todo el mundo.

Humor negro
Una variante del humor que se utiliza como recurso para su expresión es lo que se conoce como humor negro. En realidad, hablar de humor negro es una redundancia ya que todo humor tiene su negrura que se manifiesta en diferentes grados de acuerdo con el conflicto en cuestión.
            La sociedad limita o reprime burlas a lo instaurado y la literatura se presenta como el medio ideal para burlarse a través de señalar, criticar, ridiculizar y poner en tela de juicio la realidad a través de los temas tabúes o controversiales en una sociedad. Se trata, ante todo, de un sentido del humor que es llevado a su extremo. Es el límite de aquello que puede resultar divertido. Un humor capaz de suspender nuestros prejuicios morales más arraigados, apelando a la inteligencia y la imaginación para mostrarnos la vida desde su perspectiva más ridícula a partir de lo más serio en una cultura: lo piadoso, lo triste, lo aterrador, lo repugnante o simplemente lo macabro.
            En el humor negro se evidencia la relación irónica entre contrarios. La existencia de uno de los elementos depende de la anulación del otro: el llanto con la risa, la venganza con el perdón, el yo con el otro. En una sociedad donde la clave es el 'yo', el bienestar personal y las emociones placenteras, se ve como un ataque imperdonable cualquier amenaza a ese bienestar
            En el mundo de la literatura para niños, un ejemplo es L´orco che mangiava i bambini de Fausto Gilberti (2012), que presenta la historia de un ogro que, como todos los ogros famosos, come niños. Los juegos de humor negro se evidencian a través de las ilustraciones como la que muestra una mesa servida con diferentes platillos, todos elaborados con partes humanas: en el primero el torso con las piernas, en el segundo la cabeza y en el tercero los brazos y las manos de niños. Otra ilustración con una licuadora llena de ojos y otras partes corporales de niños porque el orco se está preparando un licuado para desayunar.
            Otro caso interesante de humor negro en la literatura para niños es un texto referido al Descubrimiento de América: 1492 de Jorge Cuello (2010). Un libro lleno de humor negro en donde el texto afirma que la reina le dio tres barcos a Colón. “la cosa es que se los llenó de presos, que lo mismo no se iban a escapar porque se caerían al agua, y de curas que si caían al agua no importaba, porque en España quedaban muchos” (2010, p.11).
            La imagen en este caso nos muestra el mismo sujeto, pero vestido con ropas distintas insinuando que curas y bandidos son la misma esencia de persona, además de la imagen del grillete que es la misma que el globo de diálogo del cura, ya que el humor negro exhibe la contradicción a los valores más venerados y los trastoca.
            La clave del humor negro se sitúa en el territorio donde el bien y el mal, la vida y la muerte, la lógica y el absurdo, se rozan y se confunden. Pareciera ser que la clave consiste en considerar el lugar en donde se plantea la situación, el contexto, y características de la persona objeto de burla, porque la intención humorística adquiere un significado diferente cuando la burla refiere a un aspecto o condición relacionada con ellos mismos o sus seres queridos (características físicas o cualidades morales).
            Existen muchos tipos y variantes de humor negro. Las más conocidas y usadas en el campo de la literatura para niños son: el humor absurdo, el humor escatológico, el humor siniestro y el humor macabro.
            Humorismo absurdo. El humor absurdo se construye a partir de la transgresión de las leyes racionales que organizan la comprensión del mundo. Los universos creados en esta variante del humor que se burla de la lógica del mundo dan como resultado un mundo caótico que desafía las reglas del sentido común. Emplea como recursos la invocación al disparate y la representación metafórica del caos y del desorden. Es el tipo de humor que se burla de la rigidez de la lógica y de las convenciones sociales, imponiendo nuevas reglas de juego
            La referencia obligada de autores de humor absurdo en la literatura infantil y juvenil son Luis María Pescetti y Roald Dahl. Ambos autores crean textos humorísticos inteligentes para niños inteligentes que gustan del humor. En general toda la obra de estos autores está llena de humor. De Luis María Pescetti destacamos Caperucita roja (tal como se la contaron a Jorge) y la saga de Natacha. Por parte de Roald Dahl Cuentos en verso para niños perversos.
            Humor escatológico. Una variante muy frecuente en los libros para niños son aquellos libros que refieren a excremento y suciedades: caca, pipi, pedos, vomitadas y demás cuestiones relacionadas con actos fisiológicos y corporales. Un ejemplo es el texto Del topito Birolo y de todo lo que pudo caerle en la cabeza, texto que presenta la historia de un topo cegatón a quien otro animal le dejó caer un pequeño cerote sobre su cabeza y su misión es descubrir el culpable para cobrar venganza.
            Otro ejemplo muy interesante y además muy popular con los lectores infantiles es El libro de las cochinadas. Divulgación de la ciencia de las cosas que nunca nos explicaron, ¡pero que todos hacemos! de Juan Tonda y Julieta Fierros en donde desde una perspectiva científica, presenta a los lectores la base científica de las cochinadas inmanentes al ser humano; sudor, cerilla, mocos bajo la premisa que “leer y hacer cochinadas es el placer de los dioses”.
            Humorismo siniestro. Es un humor construido a partir de la dicotomía entre el bien y del mal. A pesar que no ser muy común este tipo de humor en los libros para niños, existen libros disruptivos, interesantes y propositivos en la literatura infantil nórdica sobretodo. La autora Dorte Karrebæk, (que no ha sido traducida al español) muestra en su texto Den sorte bog - om de syv dodssynder un universo violento a través de las ilustraciones de insectos que representan los pecados capitales.
            En el caso de la lujuria muestra claras referencias a actos sexuales y la segunda ilustración es cuando este insecto ya es parte de una colección de insectos del niño protagonista que remite a Jesús crucificado, a pesar que la intención de la narración tiene un tono humorístico y no religioso.
            Humorismo macabro. Aquel que juega con la dicotomía entre la vida y la muerte.se basa en el tratamiento gozoso de herejías como el asesinato, el suicidio, la tortura, el canibalismo y la profanación.
            El referente directo del humor macabro en la literatura para niños es Edward Gorey con su obra en donde nos ofrece universos macabros. Basta citar como ejemplo su texto Los pequeños macabros (The Gashlycrumb Tinies) que en la portada presenta una parca protegiendo bajo su paraguas a un grupo de niños, en una referencia macabra con el rol del adulto protector. El texto presenta una serie de muertes/asesinatos/accidentes ordenados alfabéticamente de acuerdo con el nombre del infante a quien le ocurrió o está a punto de ocurrirle la muerte.
            Presenta muertes ya consumadas y muertes por suceder. Las causas pueden ser desastres naturales o accidentes, travesuras, asesinatos o incluso enfermedades, un ejemplo es la G que es por George sofocado bajo un tapiz, y en la ilustración vemos los pies de un niño que se está desplazando debajo un gran tapete; o la X que es por Xerxes a quien las ratas se comieron y la ilustración muestra un niño arrinconado en la esquina de una sombría habitación y rodeado de ratas.

A manera de cierre
El humor va más allá de categorías o géneros particulares. Prueba de ello es que el humor puede ser escatológico o político (o ambos en casos de la vida real). Lo que para algunos es humor negro para otros puede no serlo. Lo cual se explica por lo cambiante que puede ser nuestra percepción sobre un tema en específico. Aquello que es tabú en un espacio o tiempo determinado, puede no serlo para otras coordenadas históricas o geográficas distintas.
            El humor negro extrema las posibilidades de una perspectiva ridícula de la vida al hacer humor de lo más serio en una cultura. Lo piadoso, triste, aterrador, repugnante o simplemente macabro de una sociedad pueden ser motivo para reír al estar al amparo del espacio carnavalesco del humor. El carnaval en la literatura para niños pone en evidencia las instituciones que soportan la sociedad, lo cual provoca que en el niño se posicione desde una perspectiva creativa e imaginativa del mundo.
            Mientras más sujetos compartan un determinado valor moral, mayor potencial de humor supone su ridiculización. Sin embargo, la definición de humor depende del lugar desde donde se mire, por lo que debemos ofrecer al niño todas las posibles alternativas de lo bello, lo bueno y lo verdadero como las tres principales propiedades del ser que contribuyen en la construcción del yo (el arte, la personalidad, la estética), el nosotros (la moral, la cultura, la ética) y el ustedes (la ciencia, la naturaleza, la lógica).
            Al inicio del presente ensayo afirmamos que la risa es una capacidad humana, que Aristóteles sostiene que el hombre es el único animal que ríe y que Bergson agregó que es el único animal que hace reír. Creemos que la literatura para niños se ríe de aquello que no produce carcajadas en los adultos, pero que sin embargo a través de sus mecanismos lo lleva a reflexionar riendo. El humor presente en la literatura para niños muestra un modelo de niño capaz de desentrañar los significados ocultos de las palabras y las imágenes. Los artificios del humor juegan con esa doble significación que el niño es capaz de comprender desde su propia perspectiva a partir de su experiencia de vida y a los adultos nos lleva a la risa nerviosa.
            Los niños, al igual que los adultos lloran de dolor y sufren pérdidas. En esta época convulsa niños y adultos necesitamos reír para ver las cosas con otra mirada. Los adultos debemos facilitar que los niños identifiquen y resalten los aspectos cómicos y risibles de su cotidianidad. Si los bebés ríen por imitación y poco a poco aprenden los recursos del humor a partir de la interacción con los otros, sería deseable que los adultos tengamos presente en todo momento que deberíamos formar seres humanos felices con capacidad de reír de otros, con otros y de sus propios errores.
            Al final de todo y como principio de todo, la risa nos proyecta como seres humanos y nos humaniza al permitirnos reírnos de otros, de nosotros mismos y de nuestra realidad a través de los defectos del otro proyectados en uno mismo. La risa como principio de vida, ya que, de acuerdo con los papiros de Leiden, el cosmos fue creado a partir de una carcajada divina.

Referencias:
Bajtín, M. (2003) La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais. Madrid: Alianza.
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Dahl, R. (2018) Charlie y el gran ascensor de cristal. México: Alfaguara
Dahl, R. (2015) Cuentos en verso para niños perversos. México: Alfaguara
Eco, U. (1989) Entre mentira e ironía. Barcelona: Lumen.
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Gorey, E. (2010) Los pequeños macabros. Barcelona: Libros del zorro rojo.
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Holzwarth, W. y Elbruch, W. (2000) Del topito Birolo y de todo lo que pudo caerle en la cabeza, México: Libros del Rincón.
Hutcheon, L. (1981) “Ironía, sátira y parodia. Una aproximación pragmática a la ironía”, en De la ironía a lo grotesco. México: UAM Iztapalapa.
Isol (2008) El globo. México: FCE.
Isol (2010) La bella Griselda. México: FCE.
Dorte K. (2007) Den sorte bog - om de syv dodssynder. Denmark: Alma, forlaget.
Pescetti. L. (2016) Caperucita roja (tal como se la contaron a Jorge). Buenos Aires: Santillana
Stern, A. (1975) Filosofía de la risa y del llanto. Puerto Rico: Universidad de Puerto Rico.
Stilman, E. (1967) El humor absurdo. Antología ilustrada. Buenos Aires: Brújula.
Fierros, J. (2006) El libro de las cochinadas: Divulgación de la Ciencia de las cosas que nunca nos explicaron ¡pero que todos hacemos!, México: ADN editores.