Ángela
Ramos Aguilar ¿revolucionaria o cristera?
María Guadalupe Mejía Núñez
Ángela
Ramos Aguilar, mejor conocida como Juana Gallo,
no fue como la describe el cine mexicano, ni el corrido; Juana fue más bien una mujer
humilde de rompe y rasga, completamente inculta, viviendo al día, buscando
afanosamente el sustento y la copa corriendo de cuartel en cuartel, de cantina
en cantina, con el único propósito de vender sus tacos y beberse unos tequilas.
En abril de 1960 comenzó a rodar la
filmación titulada Juana Gallo.[1]
La película se ambientó en el periodo de la Revolución Mexicana, como producto de las
filmaciones que en la década de los sesentas se hicieron al aire libre, al respecto
García Riera señalaba: La filmación se llevaba a cabo fuera de los estudios para
lograr una mayor autenticidad
.En la mayoría de los casos no fue tanto el deseo de
autenticidad sino el de bajar costos lo que llevo a la filmación de exteriores.[2]
En
base a ello, el film retoma la narración sobre Juana
Gallo, a quien el corrido había popularizado por su
singular valentía:
Entre
ruidos de cañones y metrallas
surgió
una historia popular,
de
una joven que apodaban Juana Gallo
por
ser valiente a no dudar.
Posterior
al estreno, los zacatecanos manifestaron su inconformidad sobre la distorsión del
personaje y afirmaron: Juana nunca fue revolucionaria, fue más bien
cristera.
El
reportero Fernando Belmont, convencido sobre la autenticidad del personaje, señaló años más tarde, sobre la participación de Juana
Gallo durante la Revolución:
El
personaje de Juana Gallo es parte del gran fresco histórico de la Revolución
Mexicana. En el mes de agosto de 1983, la auténtica Juana Gallo vivía aún en Ciudad
Juárez. Tenía ya ciento tres años confesados y no había olvidado su verdadero nombre: María Soledad Ruiz Pérez. Casi paralítica,
negándose a cobrar una pensión de un gobierno que esta en contra del general
Pancho Villa, vivía en una casa miserable en la que había sólo dos sillas, una
cama vieja, una estufa, una silla de ruedas, y algunas cajas de cartón con ropa. Juana
Gallo contó al reportero Fernando Belmont que su padre había muerto, con otros
ochocientos hombres, porque el general Carranza, había enviado a Villa balas en las
que en vez de pólvora, había jabón.[3]
Asimismo señala:
Un
día, en la casa presidencial de Los Pinos, en la ciudad de México, se encontraron la
Juana Gallo auténtica y su representación cinematográfica. La guerrillera se comportó
con dignidad que sin duda tuvo que desconcertar a María Félix: La película que
usted hizo fue una cosa muy sucia. Yo no tomaba ni una gota de licor y no bailaba con los
soldados. Yo era una generala, señora. Además yo no chupaba puros. Ahora la gente ya no
me tiene estima por causa de esta película tan llena de mentiras.
La anciana terminó su alegato al alejarse de
María Félix, a la que dirigió una última ojeada, para decir: Yo no era
así.
Efectivamente
no se parecían nada la una a la otra. La crítica seria acusó al film de traidor no
sólo a la historia, sino al personaje y al espíritu revolucionario.
En un primer término
observamos la presencia de ciertas inconsistencias en relación a la autenticidad del
personaje de Juana Gallo, quien aparece como
María Soledad Ruiz Pérez (en el testimonio del reportero Belmont) y Ángela Flores (en
el reparto fílmico). Mientras que en los datos de la filmografía sobre María Félix,
aparece:
Intérpretes: María Félix (Ángela Ramos o Juana Gallo)[4]
Tal parece que tanto Paco I.
Taibo 1 como F. Belmont, no realizaron una investigación
a fondo sobre la autenticidad del personaje, y se dejaron seducir, por el testimonio de
una astuta soldadera, en busca de reconocimiento.
Fue entonces que la investigación nos llevo a su
lugar de origen: Zacatecas, en donde existe un museo con documentos: fotografías,
testimonios de sus contemporáneos, acta de defunción, certificado de salud, así como un
relato biográfico escrito por Ignacio Flores Muro, quién la describe como una
figura pintoresca y popular, por su actitud desafiante, durante el periodo cristero.
El libro de Flores Muro es un
relato sobre la vida de esta mujer; asimismo, incluye una serie de referencias históricas
sobre Zacatecas, y finaliza con un bosquejo del pueblo mexicano. Las referencias
bibliográficas de Ignacio Flores, se apoyan en apuntes
inéditos del profesor Juan N. Carlos, así como en otras fuentes históricas.
El objetivo del autor, al
escribir la verdadera historia de Juana Gallo
tuvo como propósito: el romper con los mitos en
torno a la figura de una guerrillera revolucionaria.
Pero bien valdría la pena
mencionar, que durante la Revolución Mexicana, fueron varias las mujeres enlistadas en la
filas revolucionarias; esto les valió para ser reconocidas con diversos motes: la Matrona de la Revolución, la Guerrillera, la Chata,
María Pistolas, la Chamuscada, etc. Fue de esta manera, como empezaron a surgir los
corridos, en torno a las hazañas de mujeres entronas para el combate; de esta manera
surgió el corrido de Juana Gallo y aunque pone en duda la veracidad de
las actividades realizadas por la zacatecana, es muy posible, que alguna guerrillera haya
adquirido dicho apelativo.
Dentro de la forma lírico narrativa
que presenta el corrido mexicano, el caso de Juana Gallo constituye un rescate a la memoria de
este personaje, a quien ubicamos dentro del género popular, por tratarse de un personaje
singular de la ciudad de Zacatecas.
La autoría de este corrido
pertenece al dominio popular. Los sucesos sitúan a la protagonista en el periodo de la
Revolución Mexicana y como todo corrido, éste fija su atención en los sentimientos,
aspiraciones, problemas amorosos, humillaciones e instintos vengativos: Juana Gallo perdió a su Chon amado
e ingresó a las filas para vengar su muerte:
Un considerable número de mujeres
se incorporaron a la lucha armada como combatientes o soldaderas, proporcionando toda
clase de servicios a la tropa y desempeñando sus actividades tradicionales, pero en
condiciones en extremo difíciles debido al constante movimiento de los ejércitos. Su
adhesión a esta actividad fue motivada por seguir a sus padres, maridos o familiares o
porque estos eran llevador por la leva. [5]
La Juana del corrido, es una de las mujeres que
lograron destacar en el campo de batalla y cuya problemática interior se afloró al calor de las balas.
En
cuanto a las características que presenta este corrido, nos encontramos con un número de
estrofas y sílabas variable.[6] Musicalmente presenta un ritmo ágil, con frases
que juegan en ritmo alegre y fluido, sin interrupciones, pues la finalidad es que se
entienda claramente el sentido de su
letra.
Por
lo que refiere al título (Juana Gallo), su
connotación hace alusión a un personaje femenino, se le asigna una valorización nominal
que oscila entre lo femenino Juana y lo masculino Gallo; éste
último reactiva su significancia, al asociarlo en el contexto de la lucha y la pelea. De ahí que el patronímico Gallo, se
vincule al carácter bravucón y peleonero de la protagonista, cuyo perfil, contribuye a
la representación de una amazona revolucionaria.
Asimismo observamos en la representación
fílmica: el uso del ropaje masculino que encubre
sus formas femeninas:
Don
Gabriel: ¿Por qué vienes vestida de hombre?
Ángela: Pa entrar en la
competencia de tiro.
Don Gabriel: La competencia no es
para mujeres.
Ángela: ¿Lo ve, señor amo? Por
eso me puse la ropa de mi apá. [7]
Actitud
que le permite
el acceso
al espacio masculino: la competencia de tiro. Juan travestida sugiere la necesidad
de recurrir al disfraz, con el propósito de pasar inadvertida, mientras que la Juana Gallo que describe Flores Muro: asiste a cantinas y cuarteles, bebe tequila,
interactúa con todo tipo de varones, sin necesidad de recurrir al travestismo. La
utilización de la vestimenta masculina en el film supone por consiguiente, la
trasgresión de los límites impuestos al
sexo femenino.
Y
volviendo a la estructura del corrido, nos encontramos en primer término, con la
presentación que el narrador hace a su público para
introducir la historia:
Entre
ruidos de cañones y metrallas
surgió
una historia popular,
de
una joven que apodaban Juana Gallo
por
ser valiente a no dudar.
Segundo, el ritmo alegre y
moderado de la música, le permite al texto ser entendible en su totalidad narrativa, y
ubicarnos en el contexto del campo de batalla, a partir
de referenciales sonoros, emitidos por la bulla de cañones y metrallas:
Entre ruidos de cañones y metrallas. [8]
Tercero, la narración se
relata en tercera persona, sitúa a la protagonista en el campo de batalla: tropa, peleando, campaña. Desempeña un rol de
liderazgo, enfrenta al enemigo e incluso lo
mata:
Siempre
al frente de la tropa se encontraba
peleando
como cualquier Juan
en
campaña ni pelón se le escapaba,
sin
piedad se los tronaba con sus enorme pistolón.
Cuarto, los dos versos consecutivos fungen de refuerzo, hacen énfasis en la valentía y reafirman su
imagen de guerrillera ante el enemigo:
Era
el coco de todos los federales
y
los mismos generales tenían pavor.
Quinto, las tres estrofas a
continuación mencionadas, tienen la función de establecer
un vínculo de suspenso en el relato, revelan las dificultades que enfrenta la
guerrillera y finalmente hablan de su
victoria. Asimismo mencionan su pertenencia a los hombres de Villa: los
Dorados
¡Ábranla,
que ahí viene Juana Gallo!,
va
gritando en su caballo ¡Viva la Revolución!
para
todos los traidores
trae
bien puesto el corazón.
Una
noche que la guardia le tocaba,
un
batallón se le acercó,
sin
mentirles a la zanja no llegaban
cuando
con ellos acabó.
Otra
vez que se encontraban ya sitiados
teniendo
un mes de no comer,
salió
al frente con un puñado de soldados
que
apodaban los Dorados, y salvó la situación.
El texto evoca a través del término
Chon al hombre que funge como pareja de Juana, se
hace uso del término, con el propósito de no perder la musicalidad del verso y darle un
tono coloquial, propio del toque humorístico. Asimismo observamos que el acto de venganza
se justifica a través de la épica, por tratarse de una afrenta:
Por
vengar la muerte de su Chon amado
por
su vida había jurado, conspiración.
La
estructura de los versos es estrófica, el corrido se compone de veinte y ocho versos,
organizados en dos bloques de estrofas:
4/4/2/4/ 4/4/2//4/
Es decir: dos estrofas de cuatro versos,
seguidos de dos versos libres, para continuar con una estrofa de cuatro versos, que se
retoma al final.
Los bloques de dos versos, vienen a ejercer la
prolongación del sonido, a manera de un ritardando,
en los términos: generales, jurado.
En el primero: y los
mismos generales
tenían pavor.
En la segunda: por su
vida había jurado
.. conspiración.
1.-Entre ruidos de cañones y metrallas
2.-surgió una historia popular,
3.-de una joven que apodaban Juana Gallo
4.-por ser valiente a no dudar.
5.-Siempre al frente de las tropas se
encontraba
6.-peleando como cualquier Juan
7.-en campaña ni un pelón se le escapaba,
8.-sin piedad se los tronaba con su enorme
pistolón.
9.-Era el coco de todos los federales
10.-y los mismos generales tenían pavor.
11.-¡Ábranla, que ahí viene Juana Gallo!,
12.-va gritando en su caballo ¡Viva la
Revolución!
13.-Para los que son calumniadores, para todos
los traidores
14.-trae bien puesto el corazón.
15.-Una noche que la guardia le tocaba,
16.-un batallón se le acercó,
17.-sin mentirles a la zanja no llegaban
18.-cuando con ellos acabó.
19.-Otra vez que se encontraban ya sitiados
20.-teniendo un mes de no comer,
21.-salió al frente con un puño de soldados
22.-que apodaban los Dorados y
salvó la situación.
23.-Por vengar la muerte de su Chon amado
24.-por su vida había jurado conspiración.
25.-¡Ábranla, que ahí viene Juana Gallo!,
26.-va gritando en su caballo ¡Viva la
Revolución!
27.-Para los que son calumniadores, para todos
los traidores
28.-trae bien puesto el corazón.
Los sentimientos se mencionan a través de la
fortaleza en sus convicciones: trae bien puesto el corazón. En la épica se
resalta la valentía del héroe en forma insistente y gradual, a fin de lograr un efecto
de agrado y aceptación en el gusto del
público.
De esta manera, el corrido concluye con la
repetición de los versos 11,12, 13 y 14:
4/4/2 /4/ 4/4/2 /4/. Reiteración que mete en valor la figura de una mujer, a quien gradualmente se pondera a nivel de heroína y ella ensalza su gloria con ¡vivas a la Revolución!:
¡Ábranla,
que ahí viene Juana Gallo!,
va
gritando en su caballo ¡Viva la Revolución!
Para
los que son calumniadores, para todos los traidores
trae
bien puesto el corazón.
Semblanza de Ángela Ramos Aguilar[9]
Ignacio Flores Muro en su libro la
Verdadera Juana Gallo hace mención de una mujer con facciones agradable, morena
clara, ojos oscuros, mirada brava, retadora; frente despejada, nariz recta, labios
gruesos, cabellera negra y abundante, desde niña se caracterizó por ser hombruna,
dicharachera, alegre y comunicativa.
Ángela fue hija de Ángel
Susana Ramos y de Rebeca Cesárea Aguilar, quienes se casaron en el año de 1875 y
procrearon cinco hijos: dos varones y tres mujeres.
Nació el 1º de octubre de 1876 en un barrio
minero, muy cerca del templo de Nuestro Padre Jesús.
El apelativo de Juana Gallo se debió al Cura José Eugenio
Narváez, quien le enseño a leer en el Silabario de San Miguel, Ángela
cursaba la primaria, cuando sobresalió por
su carácter bravucón:
El
señor Cura Narváez necesitaba corregirla a cada momento diciéndole: ¡Sosiégate
Ángela! ¡Estate Ángela! ¡Quieta Ángela!
.hasta que un día la muchacha
descalabró a un chico, dándole un pizarrazo en la cabeza. Entonces el Señor Cura, ya
cansado y enfadado le grito: Aplácate Juana Gallo (Juana, por lo común del
nombre; y Gallo por brava).[10]
Flores Muro señala que este es
el origen del mote de Juana Gallo y no el que aparece en la película, de
Juana por Juana de Arco, y Gallo por peleonera.
Durante su juventud, Juana causó problemas a sus padres, pues le gustaba la bebida y la parranda: dicen que se
comportaba como un macho y no como una mujer.
A los trece años, huyó de la casa paterna y se
fue a vivir a Torreón, Coahuila. Cuentan que fue raptada por un capitán de la Acordada
de Zacatecas y que el rapto fue por mutuo consentimiento; lo cierto es que Juana vivió un mes con el capitán Carrillo,
tuvieron un niño varón, quien murió a los pocos días de haber nacido y a los 19 años
de edad, Ángela regresó con sus padres.¡Dicen que nunca se casó, y que no tuvo más hijos!
Al paso de los años, se
entregó al alcohol, se quedaba tirada en las calles y los gendarmes la recogían en
camilla para llevarla a la prisión de hombres o a su domicilio.
Por lo general, fue una mujer
pacífica; solo se irritaba durante los conflictos religiosos, se armaba de piedras y
palos para combatir a los enemigos de la iglesia, de sus templos y ministros.
Se la recuerda como una mujer
hombruna, con su canasta de tacos, un palo
que utilizaba de bastón y un perro faldero que siempre la acompañaba.
Flores Muro advierte que fue
durante el villismo, el carrancismo y la cristiada, cuando Juana manifestó sus convicciones religiosas.
Ella no tuvo nada que ver con la Revolución, no formó parte de las fuerzas de Villa. Su
participación se limitó a bromear con jefes
y oficiales villistas; a quienes encontraba en las cantinas y cuarteles, donde solía
vender sus tacos, y ellos le invitaban los tragos para divertirse con sus habladurías,
pues al calor de las copas daba rienda suelta a su ingenio y a su lengua. De ahí surgió
el rumor que había sido miembro activo de la Revolución, pues su fama como
revolucionaria -señala el historiador Roberto Dávila, surgió por la convivencia con los
jefes villistas: Zacatecas nunca fue villista; tuvo su propia división del centro
que por suerte, al quedar la Convención en manos del general Eulogio Rodríguez, le
confió el mando de las fuerzas a Francisco Villa. La División Zacatecana del Centro fue
convencionista y como su jefe era Villa tuvieron que aceptarlo como tal, es por ésta
razón que se tilda de villistas a los zacatecanos. [11]
Los testimonios de quienes
conocieron a Juana Gallo son unánimes en
afirmar que fue una mujer de convicciones religiosas y respetuosa en sumo grado de los
sacerdotes, a quienes siempre les pedía su bendición. Y añaden: No era beata, simplemente le decían la
persignada porque entraba a los templos y solo se persignaba, no se detenía a
rezar.
En Zacatecas la identifican
como cristera y no como revolucionaria, pues cuando estuvieron cerrados los templos,
reunió a un grupo de mujeres para pedir a
las autoridades que los abrieran. Defendió a la Iglesia y enfrentó con valentía a los
perseguidores de la religión.
Quienes la conocieron coinciden
en señalar que nunca desarrolló actividades revolucionarias ni dentro ni fuera de
Zacatecas: No fue coronela; ni siquiera soldadera
Si
Juana hubiese participado en el asalto a Zacatecas, y de pilón como coronela, seguramente
Villa la habría mencionado en sus Memorias, y don Martín Luis Guzmán que
las publicó, habría tenido buen cuidado de no omitir su nombre. Pero al narrar Villa el
asedio a Zacatecas para nada menciona a Juana Gallo.[12]
Terminó sus días en la
mendicidad, falleció el 21 de octubre de 1958, a los 82 años de edad. Fue sepultada en
el panteón de Herrera, en Zacatecas. El gobierno se hizo cargo de su funeral: le
compraron ataúd y publicaron esquelas para
informar de su muerte.
Conclusiones
A manera de conclusiones podemos decir que los
corridos cuentan su historia, permanecen en la memoria colectiva y hablan de sucesos, es
común que los personajes tengan su corrido y Juana
Gallo no estuvo ajena a ello; el corrido la identifica en calidad de revolucionaria
mientras que el film nos muestra una Juana Gallo
al estilo de las amazonas. De cualquier manera, su participación está asociada a la lucha popular, bien sea por la causa
revolucionaria o bien por la religiosa.
No obstante las incongruencias
del film, en relación a la veracidad del personaje, cabe señalar que este se construyó
a partir de los sucesos que relata el
corrido, y
cuya función, mete en valor la
figura de una mujer, cuyo mito: falso o
verdadero, contribuyó a la exaltación de un personaje popular.
En
este sentido, cabría resaltar, desde la perspectiva de Alfonso Reyes, los vínculos que se establecen entre literatura e
historia: si la historia no recibiera el esfuerzo de la literatura una vez que
pasa de la etapa de la investigación a la etapa de la redacción- nunca lograría ser
cosa viva.[13]
Flores Muro, Ignacio, La verdadera historia de Juana Gallo, S.E.
Zacatecas, 1979.
García Riera, Emilio, Breve
historia del cine mexicano 1961 a 1965. Ediciones Mapa. México 1998, pp. 234-250
Instituto Nacional de Estudios Históricos de
la Revolución Mexicana. Las Mujeres en la
Revolución Mexicana . Ediciones de Buena Tinta, SA de CV.México 1992, p.38.
Madrazo Salinas, Casilda, Jorge Alberto Perera
González, Socorro Gutiérrez Kiehnle. Historia y
Literatura. Dos realidades en conjunción. Edit. Universidad iberoamericana,
México,2006.
Mejía Núñez, María Guadalupe. La Mujer en el Corrido Mexicano. Tesis de Maestría
en Letras y Literatura Española e Hispanoamericana. Escuela de Graduados. Universidad de
Guadalajara. (SP). Guadalajara, 1987.
Mendieta Alatorre, Ángeles. La Mujer durante
la Revolución Mexicana. Biblioteca del Instituto Nacional de Estudios Históricos de la
Revolución Mexicana, México, 1961.
Mendoza, Vicente T. El Corrido mexicano. FCE. México, 1954.
Moreno Rivas, Yolanda, Historia de la música popular mexicana,
Editorial Alianza mexicana. México,1989.
Taibo I, Paco Ignacio, María Félix, 47 pasos por el cine. Edit.
Joaquín Mortiz / Planeta, México, 1985, pp.258-263.
[1] En
el reparto estuvieron: María Félix (Ángela Flores o
Juana Gallo), Jorge Mistral, Luis Aguilar, Ignacio López Tarso,
Christiane Martel, Rita Macedo, René Cardona y Noé Murayama. La dirección, el argumento
y la adaptación estuvieron a cargo de Miguel Zacarías,
Paco
Ignacio Taibo I. María Félix, 47 pasos por el
cine. Edit. Joaquín Mortiz/Planeta, México, 1985, pp. 314-315.
La
película fue presentada en los cines Roble, México, Olimpia y Ariel. Se estreno en junio de 1961.
[2] Emilio
García Riera Capítulo X 1961 a 1965 en Breve
historia del cine mexicano. Primer siglo 1897-1997.Ediciones Mapa. México 1998,
pp.234-250.
[3] Paco
Ignacio Taibo I. María Félix, 47 pasos por el cine.
Editorial Joaquín Mortiz/Planeta, México, 1985, p..262
[4] Íbidem., p.
315.
[5] Instituto
Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Las Mujeres en la Revolución Mexicana . Ediciones
de Buena Tinta, SA de CV.México 1992, p.38.
[6]
Generalmente los corridos son de cuatro versos, pero pueden variar, lo mismo sucede con el
número de sílabas: oscilan entre cinco a veinte sílabas por verso.
[7] Paco
Ignacio Taibo I. María Félix, 47 pasos por el cine.
Editorial. Joaquín Mortiz/Planeta, México, 1985, p..258
[8] Para
la apreciación musical, me he apoyado en la interpretación musical que hace la cantante
Lucha Moreno.
[9] La
semblanza sobre Juana Gallo, es una síntesis de datos obtenidos en el libro de Ignacio
Flores Muro, así como datos proporcionados a través de las entrevistas realizadas al profesor Roberto Dávila, así como
algunas personas de Zacatecas que amablemente intervinieron con sus anécdotas.
[10]
Ignacio
Flores Muro, La verdadera Juana Gallo,
Zacatecas, 1979, p.29
[11]
Entrevistas realizadas al profesor Roberto Dávila, Cronista de Zacatecas. Enero (2º
quincena), Zacatecas, Zac.1990.
[12]
Ignacio Flores Muro.op cit., p.138.
[13] Casilda Madraza Salinas y otros. Historia y Literatura. Dos realidades en conjunción.
Editorial Universidad Iberoamericana, México, 2006, p. 9