Sincronía Otoño 2006


La importancia de la conscientización de las diferencias culturales en la clase de idiomas para una comunicación intercultural efectiva.

Elizabeth Margarita Hernández L.


"Human beings draw close to one another by their common nature, but habits and customs keep them apart". CONFUCIUS

 

Si bien es cierto que las similitudes entre los grupos social y culturalmente diversos facilitan la comunicación entre los mismos, también es cierto que las pequeñas diferencias son las que causan rupturas en las relaciones entre individuos (sea entre una pareja, amigos, familia, etc.) así como en las relaciones entre naciones.

Aprender un idioma no es simplemente adquirir vocabulario y usar correctamente las estructuras gramaticales. Aprender un idioma tampoco implica solamente haber aprendido reglas para comunicarse correctamente en ese lenguaje en cualquier sociedad en donde se hable. Una conscientización de posibles diferencias culturales es necesaria para llevar a cabo una interacción intercultural adecuada.

Entendiendo por Comunicación Intercultural el tipo de comunicación que se alcanza entre individuos que pertenecen a diferentes grupos culturales. Si hablamos un poco de la importancia de la comunicación intercultural podemos darnos cuenta que el mundo es más pequeño cada vez, los negocios son más intensos y la economía está más entretejida. No únicamente nacional, sino internacionalmente también. Ya no podemos separar una región de otra y donde quiera que haya conexión, existe la necesidad de comunicarse, y esa comunicación es una transferencia no sólo de información, sino de ideas,

 

visiones, formas de pensar y de la propia identidad de la persona. Lo que se exponen son nuestros valores, costumbres, creencias, ideas, ya sean intelectuales, artísticas, conceptos monetarios y el producto de todo esto es un intercambio. Sin embargo, no todo es tan sencillo como suena; para poder llevar a cabo "un intercambio exitoso" (sea de ideas, creencias, etc.) es necesario conocer los aspectos que son importantes para la cultura de la persona con la que nos estamos comunicando.

Por ejemplo, se podría asumir que nativos hablantes de español pueden comunicarse entre sí sin dificultad alguna. Sin embargo, podemos mencionar algunas diferencias en términos de vocabulario. Hablar de la "gua-gua" en Cuba es hablar del "bus" para los Costarricenses, y en México el camión para los Jalisciences y el pecero para los Mexiquenses. Hablar de una tortilla en España, es hablar de un preparado de papa, huevo y otros ingredientes, mientras que en México es una delgada porción de masa de maíz aplanada y cocinada para acompañar los platillos mexicanos. No todas las diferencias de vocabulario son tan triviales como las anteriores, podemos caer en situaciones verdaderamente vergonzosas y complicadas, como el pedir en Argentina que algún taxista pase a recogernos. Expresión que para los mexicanos, es común y apropiada puesto que el verbo recoger no tiene connotación sexual mientras que para los Argentinos sí.

Afortunadamente, estas diferencias lingüísticas pueden ser fácilmente resueltas, puesto que son más visibles y tangibles. Pero ¿qué hay de aquellas que difícilmente podemos identificar o clasificar como diferencias culturales? De los valores culturales, tales como el silencio usado en las culturas orientales para expresar verdad al interpretar distorsión e imprecisión en las palabras habladas dentro de su cultura. En tanto que para nosotros, como cultura occidental, el silencio es comúnmente percibido como ausencia de comunicación, desinterés y hasta de un acto antisocial.

La concepción del tiempo, es otro aspecto que frecuentemente causa conflictos ante las diferentes interpretaciones y actitudes que miembros de diversas culturas puedan tomar respecto al tema. La expresión "mañana a primera hora" frecuentemente usada en México no se refiere literalmente a que cierta actividad se realizará a partir de las 12:00a.m. del siguiente día. Sino más bien, que se realizará posteriormente y "si Dios quiere". Lo cual nos posiciona en una plataforma en donde el tiempo no es totalmente regido por el reloj o la agenda, sino por relaciones interpersonales las cuales pueden inesperadamente surgir y cambiar lo planeado. Impidiendo de esta manera, que comúnmente no terminemos a tiempo alguna consigna o lleguemos puntualmente a un lugar determinado. La relevancia del concepto del tiempo en la cultura Americana es mucho más acentuada y tiende a no ser mezclada en cuestiones interpersonales, sino netamente relacionada con la productividad. Por eso, para ellos "Time is money" mientras que para nosotros hay que tener "Salud, dinero, amor y tiempo para disfrutarlos". Este valor del tiempo, puede causar malos entendidos entre ambas culturas, si se ignora lo anterior mencionado. En los negocios, podría percibirse como pereza de parte de la cultura mexicana ante la cultura americana pues usualmente no se termina el trabajo a tiempo; de la misma forma que para algunos mexicanos, los americanos son insensibles al no prestar atención al desarrollo de buenos vínculos interpersonales.

Otro aspecto que podemos mencionar es la proxémica esperada en una conversación formal, informal, casual o familiar entre la persona de la otra cultura. Nosotros como Latinoamericanos tendemos a guardar una distancia muy pequeña cuando conversamos mientras que los europeos o norteamericanos, por mencionar algunos, se sienten invadidos de su espacio con una distancia tan reducida y prefieren guardar un espacio mayor. Dentro de la proxémica, encontramos también que somos un país muy afectivo o que por lo menos expresamos afecto con alguna palmada en la espalda, un abrazo,

un beso opuesto a otras culturas consideradas frías para expresar sus emociones.

Cortesía o niveles de amabilidad, es otra área que merece atención y puede complicar la efectividad de la comunicación entre dos personas o más de diferentes culturas. ¿Cómo entender los rituales de saludo ¿Hola, cómo estás? en México y Hi, How are you doing? en los Estados Unidos. Probablemente en México se usa con menor frecuencia y con personas que nos son conocidas, por ende se espera más honestidad e interés de ambas partes, emisor y receptor, mientras que en el país anglosajón es una frase muy común, usada enormemente con todas las personas y más que por interés, como un ritual precedido por una típica respuesta. ¿Qué decir de los modales utilizados en inglés para denotar diferentes niveles de amabilidad y la importancia de usarlos apropiadamente? ¿O de la reacción que un maestro mexicano tendría si su alumno argentino, lo tuteara usando palabras altisonantes?

Al experimentar una comunicación intercultural es esperado que suframos un choque cultural. Sin embargo, al tener algún conocimiento, sea mucho o poco, acerca de la segunda cultura, nuestra experiencia será menos complicada, menos vergonzosa o tal vez dolorosa. Al mismo tiempo, esto genera un ambiente agradable para ambos o todos los individuos en la experiencia intercultural.

 

Si prestamos atención a este tema de las diferencias culturales, observamos y nos sensibilizamos ante culturas opuestas a la nuestra, nos daremos cuenta que la lista de diferencias es interminable, pero a la vez enriquecedora. Es indispensable que dentro del aprendizaje de una lengua extranjera, se preste atención a este tema de las diferencias interculturales, no dejando de lado la cultura del idioma que enseñamos y asegurándonos de sensibilizar a nuestros estudiantes ante las posibles diferencias culturales que podrían enfrentar. La lista de dichas es infinita y difícilmente sabremos cómo reaccionar apropiada o efectivamente a cada una de las situaciones presentadas; no obstante, al estar conscientes de la diversidad cultural que existe nos permite tener un choque cultural menos brusco y probablemente, una comunicación intercultural más exitosa.

Una manera de alcanzar dicho objetivo es desarrollando estrategias que entrelacen este proceso de comunicación intercultural y la enseñanza de una lengua extranjera. De igual manera, desarrollando una sensibilidad en los estudiantes hacía las demás culturas al proporcionarles y exponerles a diferentes fuentes de información, material auténtico, pensamientos e ideas interculturales, y guiándolos por el camino de la investigación. Finalmente motivándolos a crear su propia consciencia en donde no hay bueno, ni malo, sino diferentes maneras de vivir la vida.

Bibliografía

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Regents.

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Samovar,L.A. & R.E. Porter (2000). Intercultural Communication: A Reader. Belmont, CA: Wadsworth. 239-247.

Saville – Troike, Muriel (1984). A Guide to Culture in the Classroom, USA: National Clearing House for Bilingual Education.

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