Las construcciones ditransitivas y su uso por estudiantes coreanos a través del análisis de error
Nakyung Yoon
Universidad Nacional de Seúl
nakyung@snu.ac.kr
1.
Introducción
Hasta el
momento, destacados lingüistas han investigado acerca de las construcciones de posesión
externa en las que el clítico tiene un funcionamiento destacado. Se está analizado
también que los clíticos tienen una carga de afectividad.
Sin embargo, aún no hay muchos que se hayan dedicado a las construcciones ditransitivas
con clítico dativo, que nos llaman atención por sus pecularidades. Por esta razón,
resultará práctico verlas y analizarlas detalladamente.
Según Violeta Demonte
(Probus 7. 1995), el clítico dativo tiene el rasgo de la afectividad en las oraciones
ditransitivas que están dobladas con el objeto indirecto y su clítico dativo. Cada uno
lleva su papel temático de destino/meta, beneficiario e interés, y funciona como objeto
segundo en dicha construcción. No obstante, el hecho de que el doblado de clítico de
meta no sea obligatorio permite la existencia de una diferencia entre el dativo de meta y
los demas dativos (de beneficiario e interés) como en el caso siguiente:
(1) a. Le entregué las llaves al conserje.
b.
Entregué las llaves al conserje. ( Demonte,
1995)
Los ejemplos (
Ante todo, veremos la
clasificación de los clíticos de dativo en las oraciones ditransitivas. Luego,
revisaremos el doblado de clíticos acusativos y dativos respectivamente, ya que los dos
contrastan. Dando un paso adelante reflexionaremos con respecto a la manera de traducir
los clíticos a otras lenguas sin clíticos para que podamos buscar su equivalente.
2.El
doblado de clíticos de acusativo y dativo
El doblado de clítico de
acusativo contrasta con el de dativo en la distribución sintáctica. La doblación del
acusativo siempre es obligatoria como en los siguientes ejemplos (2), (3), sólo es
opcional en el caso donde el objeto directo sea [+ animado, - específico] como en el
ejemplo (2), (3). Lo curioso es el elemento que se podría eliminar, ya que como veremos,
funciona al revés en la doblación de dativo. Y en el ejemplo (6) no estamos
verdaderamente ante el clítico de acusativo, sino que se trata de la
left-dislocation (Cf. Fernández Soriano, 1999). Pero no nos acercaremos a ese
en este estudio.
(2) La compré (* la casa ). / Lo compré
(*el libro ).
(3) Lo vimos ( *a Juan). (Jaeggli, 1993)
(4)
Lo
vi (a él). / Me vio a (mí). / *Vi a él. / *Vio a mí.
(Fernández Soriano,1999)
(5) *(Lo) he visto a él./ *(Me) ha visto a mí.
/ *(Te) lo quiere dar a ti.
(Fernández Soriano, 1993)
(6) La casa (*la) pagamos a plazos. (Jaeggli, 1986)
El componente que se puede omitir no es
el objeto indirecto sino que es el clítico dativo. Además, se acepta sólo el dativo de
destino. Jaeggli sostiene que en las lenguas romances el francés contrasta con el
español en cuanto al doblado de clíticos, e indica que el clítico de dativo en francés
también puede ser analizado de manera semejante al clítico en español. Como vemos en el
ejemplo (7a), el clítico de dativo en francés funciona igual que el clítico de
acusativo en español. Por lo tanto, el clítico lui es como el clítico del
español:
(7a) Pierre lui a donné des bonbons (* à Marie).
Pierre le ha dado
bombones (a María). (cf. Jaeggli 1986)
Encima, esta
oposición aparece en la locación de clíticos. Los clíticos se dividen en dos partes
dependiendo de la localización antes o detrás del verbo; el clítico que procede a
verbos con el rasgo temporal es el proclitíco y el que sigue detrás de
verbos con el rasgo temporal es enclítico. Bruhn de Garavito y Montrul (1996)
indican que el uso de clíticos de dativo en español, de nuevo, se diferencia del uso en
francés. El francés permite sólo cuando el clítico se utiliza con el infinitivo; por
el contrario, el español permite enclítico sólo cuando se utiliza con el infinitivo y
el proclítico con verbo conjugado:
(8)
a *Je veux acheter le. / *Je le veux acheter.
/ Je veux lacheter.
b Quiero
comprarlo./Lo quiero comprar./*Quiero lo comprar. (Jaeggli, 1993)
3. Clíticos de dativo
3.1.
La clasificación de clíticos de dativo
Demonte (Probus 7, 1995) muestra cuatro frases para
referirse a los clíticos de dativo que tienen en común la afectividad, ya que en esas
construcciones el clítico dativo conlleva el papel temático de destino, como el ejemplo
(9a), de beneficiario como el (10b), o de interés como el (10c) y el (10d). Aunque existe
también el papel temático de experimentante y reflexivo, aquí no trataremos de ellos.
Los ejemplos (11), (12) son interpretaciones de (9), (10) pero sin clíticos. Como vemos,
la preposición a en los enunciados (9), (10) desaparece y la sustituyen
preposiciones como para o de:
(9) a. (Le) entregué las llaves al
conserje.
(10) b. *(Le) cociné el pollo a Mario.
c. *(Le) limpié las
manchas a la camisa.
d . *(Le) fregué las
manchas al tablero.
(11) a. Entregué las llaves al conserje.
(12) b. Cociné el pollo para Mario.
c.
Limpié las manchas de la camisa.
d.
Fregué las manchas del tablero. (Demonte,
1995)
Ahora podemos ver que todos
los clíticos mostrados en los ejemplos son obligatorios menos el modelo (9a). Con
respecto al modelo (9), se podría definir que es obligatorio por razón sintáctica y
siguiendo el uso declarado por los hablantes nativos. Entonces, ¿no habrá diferencia
entre el modelo (9a) y el (11a)? ¿Podríamos concluir que la presencia del clítico de
dativo de destino no afecta al complemento indirecto como el modelo (10b), (10c), (10d)? A
pesar de todo, es posible que haya algo que pasemos por alto.
3.2.
Las construcciones con el clítico de dativo
Oehrle (1975)
indica que en inglés existe la alternancia entre la construcción con objeto doblado y
con el dezplazamiento del objeto. Los ejemplos siguientes muestran la alternancia y tienen
significados diferentes. Según el crítico, sólo el enunciado (13b) indica que
finalmente Mary aprendió el idioma ruso. Con otras palabras, hay diferencia entre las
construcciones siguientes:
(13) a. John taught Mary Russian.
b.
John taught Russian to Mary. (Demonte,
1995)
Otra cuestión planteada por
Demonte que está en la misma línea que lo anterior nos enseña que en español también
existe
(14) a. Mi madre le hizo un vestido a María, que
le dio a mi hermana Pepa.
b. Mi madre hizo un vestido
para María, que le dio a mi hermana Pepa.
(cf. Demonte, 1995)
Entonces, ¿qué va a pasar
en los casos como el (15a), (15b)? Como el verbo de ambos enunciados está clasificado en
la sección semántica de predicado de transferencia, los ejemplos (15a) y (15b) son
gramaticales. Además, tiene el mismo significado, según los hablantes nativos. Si
preguntamos a cualquier hispanohablante si son diferentes, todos dirían que no. En el
español estándar, el uso del clítico de dativo le no es opcional pero es
habitual. Ahora, la pregunta que surge es si verdaderamente son diferentes a pesar de la
presencia o la ausencia del clítico. ¿No habrá ninguna diferencia entre el (15a) y el
(15b):
(15) a. Le di el libro a María
b. Di el libro a María
Aquí proponemos que por la presencia del clítico de dativo el (15a) implica que
María tiene el libro. La misma interpretación que el (15b) tiene, es porque el verbo
entregar contiene la telicidad de semántica aspectual. Más en concreto,
dicha oración sin usar el clítico de dativo aún interpreta la meta por el significado
del verbo. (Cf. José M. Areta).
Según Vendler (1967)
tenemos cuatro categorías de léxico aspectual sobre los predicados de verbos: estado,
actividad, realización, cumplimiento:[1]
(16) a. estado: ser, tener, querer
b. actividades: correr,
caminar, respirar
c. realización: escribir
una novela, construir una casa, correr una milla
d. cumplimiento: morirse,
romperse, notar algo, darse cuenta de algo
(Vendler)
Dependiendo de la telicidad,
la categoría (16b) es atélico, y la c y d son télicos.
Más adelante, los verbos télicos se dividen en dos: instantáneo y proceso. La
realización contiene lo instantáneo y el cumplimiento contiene el proceso. En las
construcciones con el doblado de clítico dativo exige el dativo de meta, el predicado de
transferencia siguiente: vender, regalar, enviar, mandar, entregar, devolver, traer,
donar, llevar, confiar, aportar, enseñar, mostrar, recomendar (Cf. Demonte).
Ahora,
volvemos a las frases principales del ejemplo del conserje. Como hemos visto, las dos
oraciones son iguales a la hora de interpretarlas. Aplicando la clasificación de los
verbos en cuanto al aspecto, tenemos frases como (17a) - (17d), veámoslas:
(17) a. Mi madre le entregó las llaves al
conserje, que las dio a mi padre.
b. Mi madre entregó las
llaves al conserje, que las dio a mi padre.
c. Mi madre le entregaba
las llaves al conserje, que las daba a mi padre
d. Mi madre entregaba las
llaves al conserje, que las daba a mi padre.
Con base en la
hipótesis que aquí presento vemos los ejemplos (17a) (17d). Los ejemplos
muestran la diferencia del aspecto (acabado y no acabado). Pero el verbo
entregar es atélico. Como menciona Sergio Bogard en su artículo, el aspecto
y la telicidad es otra cuestión.
El aspecto tiene que ver con la
estructura temporal interna de los eventos denotados por el verbo; en ese sentido remite a
propiedades del tipo acabado (perfectivo) y no acabado durativo, iterativo
(imperfectivo), y se distingue de la categoría tiempo
en que ésta contiene un elemento deíctico que remite a un momento temporal, cuyo
punto de referencia lo constituye el momento del habla. Por su parte, la noción de
telicidad tiene que ver con el hecho de que los eventos progresan hacia un límite, o
bien, carecen de él (Tenny, 5). (Cf. Sergio Bogard 2005)
Con todo eso podríamos afirmar el
significado y la función del clítico de dativo. Se puede predecir que los ejemplos (17b)
y (17d), son gramaticales, ya que allí el clítico no afecta al complemento indirecto
junto con
Bajo esta
hipótesis, concluimos que el clítico de dativo afecta al objeto indirecto dándole el
papel temático de destino en las construcciones de doblado de clíticos. Con lo cual la
frase transmite la meta.
4.
La interpretación en las lenguas sin clíticos
Los lingüistas
mantienen que lenguas romances como el español, el francés y el italiano tienen
clíticos, pero que el inglés no lo tiene. Nosotros agregamos que el coreano tampoco.
Aparte de eso, el coreano tiene similtudes y a la vez diferencias con el español. Ambos
son lenguas de sujeto nulo, pero aquello es sintácticamente más prolífico. En otras
palabras, el coreano no tiene la concordancia de sujeto ni de objeto (AgrS, AgrO), con lo
cual podríamos predicar que habrá dificultad de interpretar el español con clíticos al
pasarlos a un idioma sin clíticos.
De hecho, no
siempre es posible interpretar uno por uno los elementos de una frase al cambiar de
idioma. Además, el coreano no tiene clíticos ni el doblado de cilíticos de dativo.
Teniéndolo en cuenta llegamos a la conclusión de que el doblaje de clíticos tampoco
puede expresarse en coreano con facilidad:
(18) a.
Mina le dio el libro a Namsu.
/Minaka
namsu-eke ku chek-ul juutta/
*/Minaka namsu-ul ku
cheek-ul juutta/
*/Minaka namsu-eke ke
cheek-eke juutta/
b.
Mina dio el libro a Namsu
/Minaka
namsu-eke ku chek-ul juutta/
5.
La enseñanza de los clíticos a los estudiantes coreanos
Es obvio que los
estudiantes coreanos tengan dificultad de entender el concepto clítico. Por
lo tanto, a la hora de la enseñanza sería mejor decirles ante todo que en las
construcciones con doblado de clítico el le tiene la carga de afectividad. De
esa manera, se podría ayudar a los estudiantes a usarlos con más facilidad.
Hemos hecho dos tipos de encuestas. La 1ª encuesta
se trata de una composición y la 2ª, de la marcación con O, X. En ellas sólo hay
construcciones con el clítico de dativo que tienen la afectividad o construcciones en las
que se interpreta la afectividad con las preposiciones apropiadas.
La mayoría de los sujetos
de las encuestas han vivido más de 10 años en países hispanohablantes, más tres
coreanos. En total, el análisis está compuesto por doce sujetos. Y la propoción del
sexo es 33% vs 66%. (4 vs 8, total 12). Como no hace falta comparar el sexo en cuanto al
uso de clítico, aquí no prestaremos mucha atención a ese factor.
En la 1ª encuesta no hubo
muchos errores. Es muy probable que el nivel de los sujetos sea casi el de los hablantes
nativos. Lo curioso es que la mayoría de sus errores son de la conjugación de los verbos
en el tiempo pasado el pretérito indefinido. Por el contrario, no han hecho
muchos errores en la parte del clítico de dativo.
Aparecen estas series de erratas. El
(19) a y b está al revés. Por ejemplo, el verbo dió tiene que ser
dio, sin acento. Al contrario, cocino debe ser cocinó
con acento. Entonces, en lo que se tiene que prestar atención para los coreanos que
hablan español es la conjugación de los verbos más que el uso de clítico de dativo a
la hora de escribir:
(19) a. /Susan-un Mario-eke kongchekul su-utta/
->
Susan le dio un cuaderno a Mario
b.
/Susan-un Mario-eke dak koi-lul iolihae su-utta/
->
Susan cocinó el pollo para Mario
La pregunta más difícil para ellos fue
el ejemplo (6) cuyo nivel exige la capacidad de la interpretación del coreano al
español. Ninguno de los doce sujetos contestó correctamente al ejercicio (6). Comparando
con el (6), el 33 por ciento de los sujetos hicieron bien en el ejemplo (10). No se dieron
cuenta del matiz del significado de kal-da y not-ta:
(20) a. /Mario-nun taksae siktakbolul kalatta/ (ejemplo 6)
-> Mario le extendió el mantel sobre la mesa
b.
/Susanun taksae siktakbolul noatta/
(ejemplo 10)
->Susana puso (colocó) el mantel sobre la mesa
La 2ª encuesta está compuesta por 20
preguntas que tienen que responder con O o X. Y las preguntas son oraciones con el
clítico de dativo. Como hemos visto, hay tres tipos de clítico de dativo que tienen
afectividad: el dativo de destino, de beneficiario y de interés. A través de la 2ª
encuesta podríamos decir que la más difícil de entender es la construcción con el
clítico de interés. Los 8 sujetos (67%) respondieron mal en la pregunta (15). Habrían
pensado que está mal muy probablemente por la presencia del clítico. Además, no están
acostrumbrados al cambio de la preposición en vez de la construcción con el clítico de
dativo, como se muestra en el ejemplo 12:
(21) a. Le limpié las manchas a la camisa. (x)
(ejemplo 15)
b. Quité las manchas a la
camisa. (o)
(ejemplo 12)
(22) a. Le di el libro a María (x)
(ejemplo 1)
b. Di el libro a María.
(x)
Los hispanohablantes coreanos tiene un
nivel bastante alto al escribir y al hablar el español, pero les cuesta la ortografía y
el manejo del clítico de dativo. En la 1ª encuesta, el porcentaje de errores
(aproximadamente 60%) se debe a la conjugación mal usada y en la 2ª, la mitad de erratas
(±50%)
se dirije al mal entendimiento de clítico de dativo.
Hemos propuesto
la hipótesis de que el clítico de dativo tendrá algún significado, más concreto un
matiz dando los datos. Será muy difícil enseñar este concepto a los estudiantes,
incluso a los coreanos hispanohablantes, porque hemos visto dos tipos de encuestas donde
habían fallado bastante. Sin embargo, el análisis nos sirviría porque, primero, hemos
visto que les cuesta interpretar la diferencia del significado del coreano que se
interpreta con la misma palabra española poner; segundo, suelen usar el
clítico ´le´ y hasta piensan que está mal si no hay el leen
6.Conclusión
Hemos revisado
las construcciones ditransitivas y la enseñanza de clíticos para los estudiantes
coreanos. Concluyo que tienen diferencia semántica las construcciones con el clítico
dativo cuyo papel temático (de meta) tendría que interpretarse. Y a la hora de
interpretar el español al coreano, les servirá a los estudiantes coreanos el matiz del
que se componen los clíticos como en el caso de la afectividad.
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