Javier
Ponce
Aunque nació en España, a Bernardo de Balbuena se le considera
mexicano, ya que su padre los trajo a
De tal manera, se trasladó a la ciudad de México en 1602, donde
ya era conocido. Allí escribe y en 1604 publica La grandeza mexicana, su
poema más importante y del cual comenta Menéndez y Pelayo, "si de algún
libro hubiéramos de hacer datar el nacimiento de la poesía americana
propiamente dicha, en éste nos fijaríamos".
Aunque pudo publicar, Balbuena no obtuvo en México el puesto
deseado, por lo que viajó a España hacia 1606 y ahí obtuvo el grado de
doctorado en Teología por
En 1625 el puerto de San Juan fue tomado y saqueado por
corsarios holandeses y Balbuena sufrió la pérdida de su grandiosa biblioteca al
ser saqueado e incendiado su palacio. Murió en esa ciudad en octubre de ese
año.
LA GRANDEZA MEXICANA[1]
De acuerdo con el poema, éste fue escrito para Doña Isabel de
Tobar y Guzmán, la cual pidió al narrador se hiciera un "perfectísimo
retrato[2]"
de la grandeza mexicana.
La representación dada no se refiere al país, sino a la ciudad,
que es mostrada a través de diversos tópicos a lo largo del texto. Considerado
por algunos críticos como uno de los primeros poemas en que se muestra un
nacionalismo incipiente de nuestro país, "La grandeza mexicana" es un
poema completamente descriptivo que narra con constante asombro y alabanza cada
uno de los elementos allí presentados. Si pudiéramos decir que existe un
elemento que se manifiesta a través de todo el poema, éste vendría a ser la
grandilocuencia. La exageración en este sentido se da en gran medida. Todo en
la famosa México es grandioso; desde las cosas más pequeña hasta las gentes que
ahí viven.
México es "centro de
perfección, del mundo el quicio[3]";
se encuentra ubicada fuera de la razón; pero a la vez está situada en un lugar
privilegiado, similar en cierta forma al Paraíso. La famosa México es el
espacio donde todo se da en abundancia: la naturaleza es rica en productos y
las cosechas rinden por meses; los metales preciosos van en "recuas,
carros, carretas, carretones[4]";
abundan razas, formas de pensamiento, oficios, clases sociales, lenguas,
propósitos, fines y deseos, y aún, a veces, leyes y opiniones. La abundancia no
sólo se da en las cosas comunes; el exotismo es algo que prolifera en este
lugar. A la ciudad llegan cosas de muchos países del mundo:
De España lo mejor, de Filipinas
la nata,
de Macón lo más precioso,
de ambas
Javas riquezas peregrinas;
la fina loza del Sangley medroso,
las ricas
martas de los scitios Caspes,
del
Troglodita el cínamo oloroso;
ámbar del Malabar, perlas de Idaspes,
drogas de
Egipto, de Pancaya olores,
de Persia
Alfombras, y de Etiopía jaspes[5]
"La grandeza mexicana" es un poema épico en el que se
pueden descubrir varias influencias. Entre ellas se encuentran la evidente
relación que existe con la poesía renacentista italiana y la cultura
humanística que existía en ese tiempo presentada a través de la constante
alusión a los clásicos griegos y latinos.
A lo largo del poema se van desarrollando los diversos temas
anunciados en el argumento. El principal viene a ser, como ya se había
mencionado, la grandeza de un lugar llamado "la famosa México". Al
rededor de éste giran otros que siempre están en función a primero: la riqueza
económica, la naturaleza pródiga, la prosperidad cultural y religiosa, la
nobleza de sus gentes, el acertado gobierno y, finalmente, la gran variedad de
oficios.
El discurso se vuelve una constante alabanza en la que se emplea
la retórica de la época, proyectando sobre una realidad distinta a la europea
los mismos halagos y frases que se podrían aplicar a la realidad literaria de
este continente. Como ejemplo se pueden citar los siguientes versos:
"labrada en grande proporción y
cuenta de torres, chapiteles, ventanajes, su machina soberbia se presenta[6]".
Incluso, la ciudad llega a compararse en varias ocasiones con Venecia: México
es la prolongación del Renacimiento.
La grandeza mexicana no se refiere nunca específicamente al
pasado histórico en el que se desarrolló la cultura prehispánica. Más que una
alabanza de lo que era propiamente México parece una apología de una España en
América:
¿Quien no creerá que las consejas crecen,
si oye que
en menos tiempo de diez años
ganó
España en las Indias que hoy florecen
dos monarquías a su riego y daños,
y en cien
reinos de bárbaros valientes
dos mil
leguas de términos extraños,
abriendo en suelo y climas diferentes
de
docientas ciudades los cimientos
que hoy
las poseen y gozan nuestras gentes?[7]
Si bien es cierto que los bárbaros son valientes, también lo es
que quien los vence es superior al caído. Así, la famosa México se convierte
sólo en una prolongación de España. De tal manera, importan mucho más los
antecedentes europeos que los propiamente americanos. Los intereses que los
españoles tenían fue la causa principal de la prosperidad de la cultura
americana. El Interés es uno de los principales móviles que crea, mantiene y
promueve las rígidas estructuras sociales: "si unos a otros se ayudan y
obedecen, y en esta trabazón y enga[r]ce humano los hombres con su mundo
permanecen[8]".
En la ciudad todos sus personajes cobran importancia; pero fuera
de ella aún los más importantes se transforman en seres menores:
y todos por atajos y rodeos
en esta
gran ciudad desaparecen
de
gigantes volviéndose pigmeos.
¡Oh
inmenso mar, donde por más que crecen
las olas y avenidas de las cosas
si las
echan de ver ni se parecen![9]
Lo externo a la ciudad es el mar, lugar donde todo lo grandioso
se hace insignificante. De acuerdo con el texto, la ciudad es una isla de
abundancia y fuera de ella todo se encuentra en la barbarie.
En México todos los elementos citados forman parte de un orden
armónico sumamente importante para el desarrollo de la vida cotidiana. Las
relaciones que se dan entre los diversos personajes mencionados y la naturaleza
-hombre y mundo- son la base de la permanencia del hombre en la sociedad. La
variedad produce la riqueza y de esta forma cada uno debe asumir el papel que
le corresponde en esta compleja red de relaciones sociales.
BIBLIOGRAFíA:
BALBUENA, Bernardo de, La
grandeza mexicana, estudio preliminar de Luis Adolfo Domínguez, Ed, Porrúa,
México, 1985.
GONZáLEZ Peña, Carlos, Historia
de la literatura mexicana, Ed. Porrúa, México, 1984.
LAZO, Raimundo, Historia
de la literatura hispanoamericana, Ed. Porrúa, México, 1983.
OCAMPO, Aurora M.
(coordinadora), Diccionario de escritores mexicanos, incluye
"Panorama de la literatura mexicana por María del Carmen Millán, Ed. UNAM,
México, 1967.