Sincronía

Fall 2010


Trizas de un mismo espejo. El humor en la narrativa mexicana de finales del siglo XX

Marina Ruano Gutiérrez

Universidad de Guadalajara

En este trabajo se pretende mostrar algunos aspectos del humor como elementos componentes de la narrativa en diversos autores mexicanos de finales del siglo XX. Los narradores que formarán parte en esta comparación son: Vicente Leñero, novela Asesinato, (1985); Héctor Manjarrez, texto narrativo "Amor (una descripción del animal)", (1983); Jesús Gardea, cuento "La guitarra", (1985); Francisco Hinojosa, cuento "A la sombra de los caudillos en flor", (1987); y Carmen Boullosa, novela Mejor desaparece, (1987). Para los escritores y sus obras se siguió el criterio de selección hecho por Christopher Domínguez (Domínguez, 1996). De la gama de temas que comparten estos escritores se ha seleccionado como punto de comparación el tema del humor, y lo mismo se podría hacer con cualquier otro de los tópicos tomado al azar. En mucha de esta literatura hay una intención irónica, que va más allá de lo anecdótico, porque la ironía se convierte en parte del lenguaje mismo, que mucho tendrá que ver con un discurso posmoderno.

En Hispanoamérica las tendencias artísticas de finales del siglo XX florecían "múltiples y dispares" (Guzmán, 1994), manifestaban la búsqueda de nuevas formas que pudieran responder a las inquietudes propias de la época; la literatura se contagiaba por el desequilibrio de los movimientos políticos, originando así una literatura de evasión. Se comparte una narrativa para expresar que aunque los autores "sean violentos o serenos, nihilistas o afirmativos, cínicos o candorosos, todos estos escritores parecen sentir la inminencia de un gran cambio de valores" (Anderson, 1985).

Existía un interés por la construcción de modelos que expresen más allá de la élite. Uno de sus experimentos consistió en destruir formas, fueron llamados los anti-formalistas (Anderson, 1985). Mezclaban los ensayos modernos con elementos de la tradición latinoamericana, como: "la selva, el mito, la tradición oral, la presencia indígena y africana. La inaudito se describiría como una cotidianidad ordinaria". No tenían que ir muy lejos, bastaba con mirar al espejo y ahí se reflejaría un mundo, "Al fin y al cabo, es su propia vida la cosa más cercana que cada escritor tiene para echar mano" (Viñas, 1981: 263).

Entre las característica de fin de siglo, una de ellas es cuando los textos se vuelcan hacia una lectura del futuro, "empezamos a leer lo que seremos" (Ortega, 1997: 11), los autores intentan persuadir al lector de que el futuro ya llegó.

La narrativa de finales del siglo XX en México, pasa por una época de transición, reside una literatura de ambigüedad "o elasticidad" de lo géneros (Castañón, 1993). Aumentan los autores de provincia, y con ello la incursión y experimentación del lenguaje coloquial. Conviven la novela testimonial, la novela histórica y la escritura femenina, ya sea como obras separadas o como partes de un mismo texto. Es decir, refieren las historias cuyos temas manifiestan los fenómenos del momento, algunas veces expuestos a manera de textos declaratorios, y otras como documentos.

Período de evolución en la que se manifiestan textos híbridos, en los que parece no haber preocupación: no contienen tesis, no llevan mensaje, ni pretenden ser didácticos. Es sólo narrativa:

Los paisajes y los supuestos, las proporciones y las órdenes de magnitud, los sueños, los héroes y los mitos se agrandan o empequeñecen dejándonos con la impresión de vivir un momento de juego en la historia, es decir, un momento plástico y maleable en el cual la literatura y las artes tal vez puedan tener un papel menos ancilar y servil (Castañón, 1993: 209).

No es el propósito de este trabajo hacer una descripción sistemática de todos los aspectos del cuento, pero sí se realizará una enumeración de los temas más frecuentados, y que comprende:

° A nivel de la estructura: presentan una narrativa fragmentada, la intertextualidad, y la voluntad de experimentar.

° En cuanto a géneros híbridos, estas narraciones conjugan: la crónica, la narración periodística, la alegoría y la literatura testimonial.

° Como crítica social se interesan por: los cuerpos del poder, la sexualidad, el feminismo, los medios masivos de comunicación, los valores como la familia, desmitificación de los héroes y la búsqueda de figuras, mitos o personajes con los que se pueda trascender.

° Como parte de la cotidianidad: exteriorizan lo íntimo, la psicología, el tratamiento del yo, la memoria y la desmemoria. Y los contrastes entre cuidad y provincia.

° Narraciones del futuro. Si se conoce la historia se llega al futuro:

"resulta enigmático que para la literatura de los siglos XIX y XX el futuro no sea generalmente un tiempo de la narración, sino un género de consideración menor como la ciencia ficción o la anticipación científica" (Domínguez, 1996: 571). Adolfo Castañón (1993: 209-214) indica que del futuro se desprenden varios tipos de narrativas como la novela negra y la ciencia ficción.

Esta etapa de la narrativa de finales del siglo XX encierra según Adolfo Castañón más de setenta nombres de escritores mexicanos, donde conviven, publicando a un mismo tiempo, adolescentes y octogenarios. De la gama de temas que comparten estos escritores se ha seleccionado los relatos que conllevan características similares, y nos hemos centrado principalmente en el gesto del humor.

El humor

Así, en cada una de las narraciones presentadas, después de un breve comentario, se ha hecho una pequeña selección del texto donde se pueda observar el manejo del humor en alguna de sus representaciones. Se señala alguna de las cuatro partes que, a decir de ciertos autores, componen las diversas formas de humor: parodia, ironía, carnavalización, inversión y distorsión grotesca. Esto sólo con la finalidad de señalar que aunque se traten temas tan diferentes, hay momentos de conexión entre unos autores y otros.

En Asesinato se advierte que, a partir de una elaborada organización de los acontecimientos de un hecho común, se critica la falta de verdad en la historia de México, y reprocha la corrupción de los grupos de poder. A pesar de ser un texto que no se aparta todavía del tipo costumbrista, pero integra ya algunos elementos psicológicos en los caracteres de sus personajes, lo que facilita al lector elaborar sus propias conclusiones. En esta novela sobresalen unidades de la perturbación mental como: éxtasis, mártir, iluminado, inconciencia y locura. Que aparecen combinados con elementos religiosos. El abogado se aprovecha de la fe del muchacho para convencerlo de sacrificarse por su familia así como Cristo se sacrificó por los hombres. En el relato se juzga al fanatismo religioso e ironiza sobre la influencia que el discurso cristiano puede llegar a ejercer sobre las mentes, en este caso sobre la voluntad del joven protagonista, quien termina parodiando los evangelios.

El argumento es una querella en la que sobresalen el sarcasmo y el humor negro en todo momento. Ironiza la idea de familia, desde el momento mismo de enterarnos que el padre (pilar de la familia mexicana) lanza a su propio hijo hacia el tribunal para pagar por un delito que no cometió. Con su derecho de autoridad lo convence de que se declare culpable con frases como:

Por lo que más quieras en la vida, por tu madre y por tus hermanos que tanto sufren… Por todos (Leñero, 2003: 277).

También es irónico cuando finge protegerlo de las agresiones de los medios de comunicación:

¡No sea usted majadero! (Leñero, 2003: 288).

E inclusive por la misma voz del narrador se percibe el tono irónico:

Al final todo fue inútil. Protegido por los agentes policiacos y por su padre, quien de un golpe derribó a un reportero insistente… (Leñero, 2003: 289).

Por otra parte, lo carnavalesco queda de manifiesto cuando convencen a una de las hermanitas para fingir que la están golpeando; con eso Gilberto acepta ser culpable. Aunque nunca se declara culpable y son las autoridades quienes deciden por él.

Texto paternalista, por un lado, culpar al hijo, por el otro, llevar a la niñas para que actúen, ellas no tienen voluntad propia. Y la madre en esta obra no tiene voz, menos una opinión propia, su función es de servidumbre, apenas si acata a llevarle un suéter a su hijo para que no pase fríos. Como un paréntesis, fue precisamente a principios de los ochentas cuando el movimiento feminista estaba en pleno apogeo en México.

Asesinato expone las críticas, a través de la reconstrucción de los hechos, repetidos una y otra vez, siempre en tonos distintos, el narrador hace reflexión en cada uno de los fragmentos, pero no da su punto de vista, ni da el caso por concluido. Es un texto de final abierto donde cada lector puede interpretar según sus propios prejuicios.

"Amor (una descripción del animal)" es una narración descompuesta –sin forma aparente- de personajes colectivos, en ella sobresalen las huellas sentimentales de la pasión y el amor. Es uno de los escritos que tienen obsesión por la vida urbana, en especial por las noches de la ciudad de México, D. F., como la nación de la esperanza. Noches donde se conjugan los opuestos de amor y sombra, así como una larga lista de los contrarios que puedan existir. Expone cuadros urbanos cargados de desaliento y marginación. Elimina la anécdota, fragmenta la historia, y hace un inventario de desastres, donde los personajes colectivos sienten la necesidad de no ser sólo uno más entre la muchedumbre. El narrador llega al límite de desacreditar a los demás e incluso a menospreciarse a sí mismo.

En este andar de jóvenes trasnochadores, con muchas alusiones al rock, a los giros coloquiales, a las jergas callejeras, también se acusa a los cuerpos de poder con un entusiasmo y sentido del humor que bien podría funcionar a un mismo tiempo como ironía de tristeza o de broma. Sobretodo cuando hace honor al juego del lenguaje común que como una cualidad de constante crítica:

Protagonista tomó asiento como si éste fuera el lugar donde había crecido, si uno creciera más o menos a sus anchas, y Angostas Espaldas le sonrió suponiendo que pediría cerveza Anchor como siempre (Manjarrez, 1983: 46).

Algo interesante de apuntar es que en esta obra se presenta el manejo del humor en combinación con el absurdo, no sólo en el cambio de un párrafo a otro, sino dentro de una misma frase:

No sé por qué piensas que el adverbio de tu ceguera es una manera de ver. No se puede ir al festín de los sexos sin el cuerpo desnudo (Manjarrez, 1983: 42).

Aunque se perdió y tardó en volver a la casa donde ya dormían los amigos que lo alojaban, la neblina era tan espesa esa noche que no había violencia en las calles, sólo siluetas (Manjarrez, 1983: 49).

Armoniza ironía y absurdo cuando se trata de los "niños terribles", tema muy favorecido por la narrativa erótica de apenas unas décadas antes:

La niña tocándome ya la carne con ansia, respondió: "Tú sabes que no es perverso lo que hago" […] Yo iba a ser violado; yo iba a rendirme a un deseo tan diestro; yo iba a gritar que estaba enamorándome de nuevo […] ¿Sabía mi propia hija de qué era capaz su amiga? (Manjarrez, 1983: 44-45).

La obra de Manjarrez se aferra a un potencial estilo de las palabras para poder confesar incluso aquello que no es estéticamente agradable. Y para descubrir en la figura del otro los restos de su propio cuerpo, inclusive llegar a sentir pena al momento de destrozarlo.

"La guitarra" cambia las grandes urbes por la vida rural, su narración es localista, sin aventuras. Los temas sobresalientes son el abandono, la soledad y la desesperanza. A sus personajes sólo les queda viva la imaginación. El hombre de la guitarra y los locos, son tan tristes que no les da ni el sol. Entre ellos hay un convaleciente, los hermanos aprovechan el pretexto de una guitarra para desafamarse uno a uno de la obligación de cuidarlo y de llevarle comida. Prefieren hacer maleta y abandonar el pueblo, cada uno culpando al otro de irresponsable. Maneja ironías sutiles, con acentos humoristas:

-Espera a mañana.

-No puedo, Miguel. Ya no hay qué comer. Excepto esas galletas. Pero te las dejo a ti. Eres un convaleciente. Te sabrán a Gloria.

Sabás me vio la boca, la mano con el pedacito de galleta.

-Qué es lo que comes -me preguntó.

-Galletas.

-Las galletas son mías. ¿Quién te las trajo?

-Pero no me importa. Es tu salud. Tu vida, Miguel.

-Las galletas tendrás que reponérmelas una vez que te hayas aliviado, Miguel (Gardea, 1985: 338-340).

La guitarra, y una silueta que dejara la guitarra en la pared, están supliendo la figura femenina, como correspondencia de una desencantada visión del mundo:

El hombre descolgó la guitarra de la pared.

Yo miré la huella de la guitarra en la pared.

Yo no veía al hombre, pero sabía que estaba abrazando la guitarra con ambos brazos.

-Dijo que lo habían engañado y que habían huido con la guitarra, lejos, a venderla.

Retiré la mano de la pared. El corazón me latía suavemente, aplacado de pronto.

Nunca hallarían al hombre. Yo me iba a dormir para siempre; para siempre en este pueblo sin mujeres (Gardea, 1985: 333-342).

Gardea muestra la vida envuelta de soledad y miseria de un personaje provinciano que espera la muerte, inmerso en un raudal de desesperanzas, pero contado con tono elocuente y cargado de humor negro.

El cuento "A la sombra de los caudillos en flor" relata la guerra cotidiana de un vecindario, pero engrandecida por las tácticas y por los numerosos aliados de uno y otro bando. No nada más es pleito de niños, al contario, quienes tienen mayor colaboración son los adultos. Por usar el mayor número de máscaras es un texto carnavalesco, que imita a la mayor de las guerras, pero sin héroes. Termina en un comunitario "emparejamiento" para matrimonio, donde no se vislumbra el amor. Es sólo alianza humorista, o capacidad irónica como le llama Christopher (Domínguez, 1996). Reseña las múltiples acciones entre versos de canciones del rock, parodias al Himno Nacional y a los otros símbolos patrios, con mezcolanza de intertextos clásicos y bíblicos. Es el texto que posee más aventuras qué contar. Hasta resulta irónico cómo siempre hay alguien que se hace rico con los despojos de la guerra:

Sólo Julia se divertía: juntaba montoncitos de vidrio y municiones para edificar con ellos una ciudad bajo la mesa del comedor (Hinojosa, 1987: 7).

Y el colmo de la ironía es cuando se burla, de manera divertida. Esta guerra simboliza lo tonto que son todas las guerras, en donde nadie sale victorioso, de ambas partes hay pérdidas materiales:

El viernes sería la junta definitiva del Frente, el sábado las prácticas y los simulacros y el domingo la esperada conflagración (Hinojosa, 1987: 10-11).

Además del derrocamiento de la autoridad y de pequeñas intervenciones de "niños terribles" (que es un tema muy explorado por esos años en obras de diversos autores):

Otro niño, con atuendo de médico, intentaba coserle la boca con hilo y aguja a un anciano derribado (Hinojosa, 1987: 14).

Cómo después de una guerra puede renacer el amor:

Cuaj! –clamaron todos, al tiempo que se intercambiaban manos y labios y se empezaban a formar las parejas de novios y amantes (Hinojosa, 1987: 16).

Para finalizar se burla también del lector. Ya que resulta imposible cuando se encuentra esposado poder levantar las manos al cielo, total en medio de la confusión de una guerra ni quien se fije:

Ante los aplausos de la comunidad salió corriendo rumbo al departamento de Martín y en unos cuantos minutos regresó con él, esposado y lloriqueante. […] Martín derramó un par de cristalinas lágrimas, redondas como pompas de jabón. Levantó las manos al cielo, el amplio cielo.

Luego respondió a las preguntas de los reporteros (Hinojosa, 1987: 16-17).

Esta composición de Francisco Hinojosa está basada en recursos propios del talento así como también del desenfado, donde se combinan las sentencias de lo diabólico y lo divertido.

A propósito de la novela Mejor desaparece, Seymour Menton (2003: 617) señala que uno de los sucesos más importantes de la cuentística ha sido el movimiento feminista, estimulado por el movimiento de liberación de la mujer y por la lucha en la igualdad de tratos. Esta "literatura de entretenimiento", como le llama Adolfo Castañón, es una literatura que desordena lo cotidiano, hace aparecer un ente deforme, poco natural, o "sobrenatural", casi mítico, que para evitar extensas descripciones lo llaman "eso", que dramáticamente aprisiona los sentidos de toda la familia. Imita en momentos al "Chac Mol" de Carlos Fuentes, pero carece de suspendo. Conjuga lo trágico con lo lúdico. El sufrimiento de los miembros de una familia, muy numerosa por cierto, y el juego del padre. Desmitifica la idea de familia como valor. El cuadro psicológico del padre, a pesar de ser un personaje que no es el narrador, ni el protagonista y que habla poco. Pero la narración y los diálogos giran en torno suyo, y en su cambio de conducta desde que se llevó "eso" a su casa. En "eso" deposita todo su amor, y va alejándose cada vez más de su familia.

Para Jean Franco, en este cuento "el mito patriarcal está escrito con fantasía gótica" (Franco, s/f). Mientras que para Andrés Luna es un texto que "rompe con un entorno familiar lleno de mitologías paternalistas" (Luna, 1987). En este texto de final abierto, donde los personajes femeninos tienen nombre de flor, y así como las flores, delicadas y aromáticas, terminan siendo un adorno más en la casa. Narración fragmentada, y con pocos hilos comunicantes. Una voz femenina narra aspectos de su niñez que luego contradice en la supuesta edad adulta: como el pan remojado en alcohol, que al principio decía gustarle, después ya no. Texto henchido de humor negro y un poco asfixiante:

Además de que éramos muchas y de que las paredes pintarrajeadas nos restaban espacio (Boullosa, 1987).

Trata con humor el tema del incesto, contado entre lo ambiguo y lo contradictorio, haciendo uso de la alegoría y el juego de palabras:

La más pequeña de la casa… quiere ser amada por papá, peco de obvia al decirlo, y por otra parte ningún conocimiento dulcifica su asqueroso cambio de forma y de olor que nos provoca tanta vergüenza" […] ¿Han visto a la pequeña? ¿No han notado la mentira y el odio acumulado que le he pedido?

Porque yo no he hecho nada que me traicione (no tanto pero casi) y tengo el corazón limpio y la conciencia clara y el culo de una clavado en el corazón (Boullosa, 1987).

Este es un texto que entrelaza situaciones trágicas y patéticas de una familia, que vive algo que no debiera ser usual, pero que se repite tan a menudo que con el tiempo llega a formar parte de su propia cotidianidad.

En resumen, el humor es el estado de ánimo manifestado por la imitación, la comparsa, los puntos inversos, y la ironía que sobresale por su natural agudeza. Los narradores de las últimas décadas del siglo XX buscan cómo intercambiar ironías, se sirven de ellas, tanto para liberar los odios, como para la destrucción de todos los dogmas. Se acepta entonces que "su función es la de significar multitud de cosas diferentes en multitud de páginas diferentes" (Booth, 1989: 14). La ironía puede ser tratada con objetividad y no por ello tiene por qué emitir juicios didácticos o moralizantes. Es un término que puede llegar a inspirar risa o rabia, con él se hace burla de todo y de todos, incluso de sí mismo. Es como mirarse en un espejo; aunque el espejo sea el mismo, lo que se refleja depende de quien se mire en él.

En fin esta es una narrativa mexicana comprometida con la realidad social y política, que aun conserva de las décadas anteriores la influencia de las narraciones no lineales, los espacios fragmentados y los recursos religiosos. Sin embargo, son escritos que innovaron con escenas instantáneas envueltas en dinamismo y agresividad. Estos textos manifiestan a nivel estructural una ruptura de las relaciones causales que muchas veces eliminan a la mima anécdota, como en el caso de "Amor (una descripción del animal)" de Héctor Manjarrez.

En las obras de los autores de las últimas décadas se dificulta separar los dos momentos del cuento: cuando se mezcla con otros tipos de narraciones y cuando es totalmente libre. Los cuentos están formados de tal manera que unos temas salen de otros y no por ello el cuento pierde su propia individualidad. Si como apunta Anderson Imbert "conocemos la realidad como un todo continuo, sin puntos de partida ni puntos de llegada" (Anderson, 1999), entonces se puede llegar a creer que cada cuento es un punto en medio de esa realidad.

Resulta difícil tratar de emparentar textos tan diferentes, pero se ha aprovechado que de cuando en cuando los temas de unos y otros se corresponden, no sólo en el aspecto del humor, sino que también llegan a tener varias similitudes como el ser escrituras fragmentarias: sobre todo por el rechazo de las normas, por la ambigüedad de la verdad, y por ser una literatura que se encuentra entre la incertidumbre y la transición.

A pesar de haber enumerado determinados temas que caracterizan a la narrativa de finales del siglo XX, cuando se leen una y otra vez los textos, se puede descubrir que cada exposición en particular requiere de un cúmulo más de características para poder describirlo. Generalizando se diría que sobresalen como textos fantásticos, futuristas, sobrenaturales, y policíacos. Y también se podría decir que éstos se inclinan hacia un estilo más sencillo, y con un argumento fácil de seguir. Como si se aproximaran a la trivialidad.

Asimismo son relatos que comparten tópicos como lo religioso, la recreación de la historia, el manejo de elementos contrarios como la pugna entre lo provincialismo y lo cosmopolita. Destrozan géneros y esquemas convencionales, desmitifica a los héroes y a la familia. Desacreditan a los medios masivos de comunicación: cine, televisión, radio, periódico.

El empleo del tiempo futuro funciona como un proceso natural que aspira a lo sobrenatural. El futuro de la esperanza, basado en las críticas irónicas al sistema de poder, a través de una retórica revitalizada, vista como un "don" propio del escritor, por medio del cual puede representar una cualidad de algo o de alguien.

La elaboración de los personajes se centra en el estudio que el escritor hace de la conciencia y del subconsciente de cada uno de ellos. Es un análisis psicológico de la intimidad de ser humano, reflejado en los momentos de crisis y expresados por medio de alguno de los tipos de ironía.

En los relatos de los autores expuestos no hay una opinión qué defender, por lo tanto no hay razón para argumentar. No plantean únicamente un mensaje, al contario, son muchos los propósitos o pensamientos que se pueden transmitir, en suma, es una amalgama de ideas. Como si no hubiese intentos de enseñanza o función aleccionadora; sin tesis, sin mensaje y sin didáctica, se presenta a modo de una narrativa que, como una parodia, reproduce y se apropia de los lenguajes dominantes.

REFERENCIAS:

° ANDERSON Imbert, Enrique (1985) Historia de la literatura hispanoamericana, Tomo II. Época contemporánea, México: Fondo de Cultura Económica.

° ANDERSON Imbert, Enrique (1999) Teoría y técnica del cuento, España: Ariel.

° BOOTH, Wayne C. (1989) (Versión castellana de Jesús Fernández Zulaica y Aurelio Martínez Benito), Retórica de la ironía, España: Editorial Taurus Humanidades.

° CASTAÑÓN, Adolfo (1993) Arbitrario de literatura mexicana, México: Editorial Vuelta.

° DOMÍNGUEZ Michael, Christopher (1996) Antología de la narrativa mexicana del siglo XX, Tomo II, México: Fondo de Cultura Económica.

° FRANCO, Jean (s/f) Plotting Women, London: Verso.

° GARDEA, Jesús (1999) "La guitarra" en Reunión de cuentos, México: Fondo de Cultura Mexicana, Col. Letras mexicanas.

° GUZMÁN Leal, Roberto (1994) Historia de la cultura, México: Editorial Porrúa.

° HINOJOSA, Francisco (1987) "A la sombra de los caudillos en flor" en Informe negro, México: Fondo de Cultura Económica, Col. Letras mexicanas.

° LEÑERO, Vicente (2003) Asesinato, México, Editorial Grijalbo, S.A. de C.V.

° LUNA, Andrés de (1987) Sábado, suplemento literario del periódico uno más uno, México.

° MANJARES, Héctor (1997) "Amor (una descripción del animal)" en No todos los hombres son románticos, México: Era.

° MENTON, Seymour (2003) El cuento hispanoamericano, México: Fondo de Cultura Económica.

° ORTEGA, Julio (compilador) (1997) Antología del cuento latinoamericano del siglo XXI. Las horas y las hordas, México-España: Siglo XXI editores.

° Principales exponentes de la Literatura del siglo XX, Biografías.com.

° VIÑAS, David, RAMA, Ángel, y otros (1981) Más allá del boom, literatura y mercado, México: Marcha editores.

° ZAVALA Alvarado, Lauro (2007) Manual de análisis narrativo: literario, cinematografía, intertextual, México: Editorial Trillas.


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