Sincronía Summer 2010

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LITERATURA Y CINE: DEL DISCURSO SENSIBLE A SU ESCENIFICACIÓN FOTOGÉNICA

 

Dr. Brahiman Saganogo

Departamento de Filosofía

Universidad de Guadalajara

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RESUMEN: éste es una disertación sobre dos fenómenos culturales a saber: la literatura y el cine. Más que simple presentación y descripción de dichos objetos, se tratará de descubrir y analizar la relación entre ambas categorías artísticas mejor dicho, de mostrar los puntos de similitud y de divergencia. Para ello, centraremos nuestro trabajo en las poéticas tanto de la obra cinematográfica y de obra literaria en particular, de la novela, género literario frecuentemente adaptada al cine.

PALABRAS CLAVE: Literatura, cine, discurso sensible, escenificación, adaptación, personajes con voz.

 

Tarde o temprano una teoría del cine se enfrenta a la necesidad de distinguirse de la poética de sus vecinos inmediatos la literatura y el teatro, artes antiguas poseedoras de una teoría determinada, forjada a lo largo del tiempo.

Adrian Piotrovski, “Hacia una teoría de los cine-géneros” en François, Albèra. Los formalistas rusos y el cine, p. 139.

 

[…] on peut affirmer que l´œuvre littéraire, comme le film, redistribue, sous forme verbale ou iconique, des discours et des représentations existants, caractéristiques d´une société donnée à un moment donné.

Renaud Dumont. De l´écrit à l´écran, p.11.

 

 

A principios del siglo XX, nace el cine como género, objeto culturo-artístico y procedimiento basado fundamentalmente en la grabación fotográfica y la proyección de vistas animadas. Desde entonces, con la invención del cine, el lector además del formato clásico de lectura que fue el libro, tiene acceso a otro, es decir, la adaptación fílmica del mismo y su proyección en una sala.

El trabajo podría ser guiado por el planteamiento siguiente: ¿Existe una relación una relación entre literatura y cine?

A este planteamiento iremos confirmando a lo largo del desarrollo, la idea de que la literatura y el cine son producciones artísticas de que encierran puntos de convergencia y de divergencia. Pretendemos ensayar sobre la relación existente entre la literatura y el cine en particular sobre la cuestión de la escenificación fílmica de la obra literaria como una forma de ir estudiando los elementos internos ambas producciones. Esta operación permitirá afirmar que no sólo literatura y cine son creaciones artísticas autónomas sino que precisar que la adaptación cinematográfica de una obra literaria se basa en técnicas de montaje y escenificación fílmicas. Para ello, analizaremos las estructuras de los relatos de la obra literaria original y del cine

1.Hacia algunas estructuras de los relatos literario y fílmico

“Literatura y cine: del discurso sensible a su escenificación fotogénica” es un estudio de los procedimientos internos de ambos géneros, mejor dicho un desciframiento de su respectiva poética.

La literatura es el arte por el cual uno expresa, por medio de la palabra escrita o hablada, su pensamiento y su imaginación en un estilo artístico, un discurso sensible; como tal, sería en suma, ficción es decir, mimesis, verosimilitud e imaginación. Tzvetan Todorov afirma al respecto:

El arte es una imitación, diferente según el material que se utiliza; la literatura es imitación por el lenguaje, así como la pintura es imitación por la imagen. Específicamente, no es cualquier imitación, porque no se imitan las cosas reales sino las ficticias, que no necesitan haber existido.” (Todorov, 1967: 354)1

 

Es el texto literario un enunciado performativo (como acto de comunicación) a la vez locutorio (el nivel locutorio corresponde a la forma y al sentido del enunciado) y ilocutorio (el nivel de la función que el enunciado pueda cumplir, la meta que el sujeto de la enunciación anhela alcanzar).

Tocante al cine, éste se define como género artístico y procedimiento que permite grabar fotográficamente para luego proyectar vistas animadas. Es en otros términos, el arte de componer y de realizar filmes. Constituye hoy día, el séptimo arte.

En definitiva, en ambos casos estaremos ante “[…] pensar en imágenes y pensar en palabras” (López Cáceres, 2007: p. 57)2.

1.1.Las unidades narrativas

La perspectiva narrativa, el tiempo y el espacio son aquellos elementos que conforman tanto la estructura de la obra literaria original con la de un guión cinematográfico y permiten la organización de la información narrativa.

Una obra literaria y en particular, una novela, encierra una serie de sucesos que su autor arregla de modo específico para constituir una intriga, y esta última es la que constituye la principal instancia narrativa y caracterizada por la proximidad y el distanciamiento debido al empleo de diversos tipos discursivos (discurso directo, indirecto e indirecto libro) por el narrador.

La intriga como parámetro estructural de la obra literaria se  conserva casi en su totalidad durante su adaptación cinematográfica. En el proceso de adaptación fílmica, más allá de la presencia de la intriga, existe un afán del autor de la adaptación es decir, el realizador de hacer jugar los distintos momentos de la trama mediante enunciaciones, ecos y retornos, para mantener la unidad del relato.

La relación entre las unidades narrativas de una obra literaria y de otra fílmica, diferiría poco excepto en un punto menos fundamental esto es, en la división de algunas novelas en partes y capítulos, secuencialización que no resta nada a la compresión de la novela y que tampoco aparece en la estructura básica de la misma novela una vez adaptada cinematográficamente.

Sólo las unidades menores (personajes, espacios, sucesos, acciones y tiempos) que constituyen la unidad mayor (la intriga) resultan fundamentales puesto que conforman una macro-estructura significante de los relatos de la novela y del filme, y por consiguiente, una secuencia semántica. Por lo general, la secuencia significante de la obra literaria pasa a ser en el filme, un episodio semántico constituido por las mismas unidades de acción, espacio y de tiempo.

A pesar de que no existe prácticamente una diferencia entre unidades narrativas de la obra y de las del filme, a nivel numérico-estructural, conviene subrayar un matiz relevante en cuanto a la capacidad del realizador de desbaratar la obra literaria original, que le sirvió de materia prima.

Tocante a la temática, objeto de la obra literaria, ésta deviene enseguida, durante la adaptación de la misma obra por el realizador, el punto central en torno al cual gira su quehacer de escenificación fílmica. La temática será pues, el núcleo desde la perspectiva del mismo contexto social que en la obra literaria, a partir del cual brotará la adaptación.

Allende esta consideración, la temática obedece durante la adaptación, a modificaciones sustanciales debido a la naturaleza del filme, esto es, se desintegra bajo la pluma del guionista y durante el montaje del realizador para entablar comunicación con el espectador. Este  procedimiento de sobreimpresión y de cambio en la temática, se debe a la evolución del espectador en el tiempo.

La transformación temática a cargo del realizador es uno de los puntos de divergencia entre la obra literaria y la obra fílmica. Divergencia o no, la evolución temática que se suele producir durante el proceso de adaptación de una obra literaria, fue calificada de la siguiente manera: “[…] Esta cuestión no es simple, pero, una vez más no nos puede llevar a afirmar que existe una diferencia de naturaleza entre relato literario y relato fílmico. La única diferencia es un diferencia de estatuto del receptor” (Dumont, 2007: p. 34)3.

1.2.El enunciador como perspectiva narrativa

La cuestión de la perspectiva narrativa está ligada a la de la enunciación, ésta entendida como:

 

[la] puesta en funcionamiento de la lengua mediante un acto individual de utilización […] La enunciación es la producción de un discurso, y el conjunto de las condiciones, circunstancias y modalidades de esta producción por un individuo (emisor) para otro (receptor) (Beth y Marpeau, 2007: p. 90)4.

 

Es la enunciación el uso individual de la lengua cuyo resultado es el enunciado como menaje del emisor para el lector, el espectador (caso del cine).

La enunciación como marca del sujeto hablante designado sea por la primera sea por la tercera persona gramatical, dentro del texto literario, induce la noción de narrador o enunciador que actúa a nivel narrativo y el de narratario o enunciatario que se ubica a nivel de la recepción de la obra literaria o del filme.

En la obra literaria, la enunciación como acto del enunciador o del narrador, está caracterizada por una serie de indicadores tales como las personas gramaticales, los pronombres y los adjetivos demostrativos y posesivos que están por los actantes, tiempos y los modos verbales que sitúan los distintos actos enunciativos.

En el caso del enunciado fílmico, estos indicadores si es cierto que no desaparecen por completo, la enunciación es caracterizada por la inmediatez es decir que en el relato del filme la historia se desenvuelve de manera inmediata puesto que los enunciados están a cargo de personajes que actúan hablando en escenas y no de narradores tal como sucede en la obra literaria. En otros términos, se trata de una diferencia entre mostrar (hacer evidente lo que no lo es) en el cine y representar en la obra literaria. En suma, en el cine, la imagen es un símbolo cuya función es mostrar y guiar al espectador mientras que en el texto literario el único guía del lector es indudablemente, el narrador.

Los indicadores enunciativos más notorios en el cine son las imágenes y los sonidos que configuran un enunciado audiovisual que complementan los deícticos verbales para estructurar el enunciado cinematográfico.

Otros elementos enunciativos característicos en la adaptación cinematográfica son el recurso al flash-back como modo operatorio del realizador, modo que permite poner en diferido un suceso para el espectador, y el colocar tanto al personaje como al espectador al mismo nivel de la percepción audiovisual es decir, el espectador y el personaje ven y oyen a la vez lo mismo, técnica que Dumont llama: “la cámara subjetiva o el plan subjetivo”, pues, una especie de sobreimpresión centrada en lo visual y lo auditivo.

1.3.Espacio y tiempo en los relatos literario y fílmico

En la obra literaria, la historia contada tiene lugar en un marco espacial que termina completando la estructuración del nivel narrativo de base. El espacio es un elemento catalizador de la realidad descrita puesto que le da un matiz cultural.

La espacialización está ligada en la obra literaria, a la idea de inserción de la descripción, y ésta depende de la designación del tema descrito sea por anclaje es decir por el hecho de subrayar el tema-título a principio de la secuencia descriptiva, por fingimiento esto es, atrasar la indicación del tema-título que sólo aparecerá una sola vez en la descripción, en este caso, la única intención es crear más que suspenso, asombro, sea por enmascaramiento o sea, por ocultamiento del carácter estático de la descripción con el motivo de hacerla más dinámica. En los tres casos, los ejemplos abundan en las obras literarias.

Si en un relato literario la espacialización depende de la inserción de la descripción y la inserción pone de relieve las relaciones entre instancias narrativas y descriptivas, las instancias argumentativas, la perspectiva narrativa, los deícticos lingüísticos y los nombres de los espacios, en la adaptación fílmica remite a espacios del texto literario estilizados5 para ser presentados al espectador por un realizador por medio de técnicas de montaje (decorado, luz, maquillaje y aun sonido) compatibles con la acción en el cine.

Tocante al tiempo, éste constituye una de las instancias narrativas en una obra literaria y está centrado en los niveles de la narración a saber, la duración, la frecuencia y el orden.

-La duración, relacionada con las horas, los meses, los años, el número de líneas y páginas, los capítulos y las partes, está ligada a la pluma del autor de la obra literaria esto es, impuesta por éste en su obra para lector. La duración deja ver la simultaneidad entre un tiempo ficticio y otro narrativo, y ambos tiempos constituyen la escena.

 

La escena da la ilusión de una coincidencia perfecta entre el tiempo que uno pasa leyendo el episodio y el tiempo que dura este episodio en desarrollarse. El tiempo del relato que equivale al tiempo de la historia, retendremos al respecto la fórmula: TR (Tiempo del Relato) = TH (Tiempo de la Historia) (Jouve, 2007: p. 46)6.

 

El tiempo del  relato o de la narración (TR) es en realidad un tiempo corto, es el de un compendio a cargo de un personaje, de hechos que duraron mucho tiempo, mientras que el tiempo de la ficción o de la historia sería el tiempo implícito en la obra. Entre ambos tiempos que conforman la  duración, existe la pausa es decir, el tiempo muerto que coincide con el momento en que el autor deja de contar y describir. Esta fase completa o forma parte de la duración de una obra literaria. Es durante el tiempo muerto que la historia se detiene para dar paso a comentarios del narrador, a veces analíticos.

-La frecuencia, coincide con el número de veces con que se cuenta un suceso. Un hecho puede ser contado a nivel narrativo, una sola o varias veces, lo que permite tener sea un relato único, sea un relato repetitivo en una obra.

-El orden. En una obra literaria las perspectivas narrativas son múltiples, el narrador puede contar los hechos según ya sea su orden de desarrollo, ya sea contarlos al pasado, o aun, recurrir a un futuro para contarlos como una forma suya de anticipar una situación y prevenir objeciones del lector-interlocutor.

En la adaptación cinematográfica, la temporalidad se centra en los mismos elementos que en una obra literaria (sobre todo cuando se trata de una novela).

-La duración en la obra fílmica consta de los elementos como la escena, el compendio y la pausa al igual que en una obra literaria. La única diferencia se observa en el  hecho de que en el cine, la duración del relato no coincide con la de la historia.

-En cuanto a la frecuencia, ésta sigue siendo la misma que en la obra literaria puesto que una acción puede ser contada una o varias veces. La reiteración de una acción en el cine es consecuencia de las actuaciones de los actores y de los intercambios comunicacionales entre éstos. En el cine y en la obra literaria, se trata siempre de una  historia relatada que se va perfilando hasta constituir la intriga.

-El orden en el cine es lineal esto es, fiel a la cronología de los sucesos, pero puede recurrir el realizador a la técnica de la dramatización, ésta entendida como retornos constantes, y al uso de los colores blanco y negro.

La temporalidad en el cine es función de la estructura de la obra literaria original como punto de partida del realizador para construir el tiempo del relato cinematográfico mediante procesos de puntos de vista, focalización y de campo, al respecto leemos:

 

En un relato escrito, se distinguen tres  tipos de focalización: -la focalización cero: el narrador domina los acontecimientos e impone su  ritmo -la focalización interna: el ritmo del narrador está ligado a la conciencia de un personaje que sólo sabe la verdad a media. -la focalización externa: ninguna conciencia peculiar parece guiar el relato, ni la del narrador, ni la de un personaje (Dumont,  p. 38)7.

 

Tanto los puntos de vista, la focalización como los campos, todos ayudan al realizador a construir la temporalidad en el cine y a marcar la velocidad del tiempo, construcción temporal durante la cual los actores se hacen -según palabras de Dumont- “centros de perspectivas o espejos” a través de los cuales los espectadores perciben las cosas.

2. Los personajes

Como categoría ficcional y “ser de papel”, el personaje es un componente del relato de una obra literaria, pues, una construcción textual. Para Christine Montalbetti:

 

El personaje, en esta óptica textualista, es entendido como el  soporte de la acción, en el estricto sentido de intriga y de fábula. Su comprensión consistirá pues en entender dentro de la elaboración de un sistema contrastado de personajes, en el cual será motivo de una definición racional. El personaje se encuentra esencialmente caracterizado por la función que desempeña en la historia […] Los personajes desempeñan un papel; los seres humanos viven su vida. Un personaje, al igual que cualquier otro elemento netamente ficcional se reduce a su rol dentro del relato (Montalbetti, 2003: pp. 19, 45 – 46)8.

 

Más allá de esta definición, es de considerar que la esencia de un personaje es función de sus relaciones con los demás personajes en el  mismo espacio ficticio.

El personaje en el cine no es diferente del de la obra literaria salvo que el primero aparece bajo las características de un cómico, o sea sufre una transformación, o según Dumont, un “enlatamiento” a cargo de un realizador durante el montaje, lo que pueda dar lugar a un sin fin de interpretaciones de un mismo espectador que por haber leído la obra original, y haber visto la película, decidirá con cuál de las representaciones del personaje, quedarse.

La última diferencia entre el personaje de la obra literaria y el del cine, reside  en el  hecho de que el personaje fílmico recibe la voz de un actor para hablar mientras que el personaje de la obra carece de voz.

Al término de nuestra disertación, podemos afirmar que si existen muchas similitudes entre literatura (obra literaria) y el cine (nos referimos a la adaptación de la misma) es de reconocer diferencias entre ambos géneros, eso debido a las técnicas de montaje, el enfoque y a la puesta en escena caracterizada por la escenografía, el juego, los actores que hablan por los personajes, la luz y el decorado.

El uso de la cámara constituye más que un simple aparato de grabación, una instancia intermedia entre el personaje y el espectador. El personaje que recibe la voz de un actor deja de ser el personaje de la obra original para convertirse en un hablante con voz prestada. A estas diferencias, habrá de añadir la cinta visual, la adaptación de la imagen mediante el montaje y el sonido.

Si las diferencias permiten definir cada género, por otro lado, presentan la obra fílmica más allá de una simple adaptación, como un objeto culturo-artístico independiente (a pesar de que su materia prima es la obra literaria original) puesto que obedece al efecto producción / recepción.

 

Notas:

1. Cfr. Todorov, Tzvetan. Littérature et signification, Paris, Larousse, 1967, p. 354. Se podrán encontrar más detalles acerca de la definición de la literatura en el mismo libro. La  traducción al español es nuestra.

2. Véase. López Cáceres, Alejandro José. Entre la pluma y la pantalla. Reflexiones sobre literatura y periodismo, Cali, Universidad del Valle, 2007, p. 57.

3. Cfr. Dumont, Renaud. De l´écrit à l´écran. Réflexions sur l´adaptation cinématographique, Paris, L´Harmattan, 2007, p. 34. La traducción al español es nuestra.

4. Cfr. Beth, Axelle y Elsa Marpeau. Figures de style, Paris, E.J.L., 2007, p. 90. La traducción francesa es nuestra.

5. se entiende por “Estilización del espacio literario en la adaptación”, un proceso de re-metaforización del espacio por un realizador en base a las técnicas del montaje.

6. Cfr. Jouve, Vincent. Poétique du roman, 2e édition, Paris, Armand Colin, 2007, p. 46. La traducción es nuestra.

7. Cfr. Dumont, Renaud. Op.cit., p. 38.

8. Cfr. Montalbetti, Christine. Le personnage, Paris, Flammarion, 2003.

 

Bibliografía

BETH, Axelle y Elsa Marpeau. Figures de style, Paris, E.J.L., 2007.

 

DUMONT, Renaud. De l´écrit à l´écran. Réflexions sur l´adaptation cinématographique, Paris, L´Harmattan, 2007.

 

LÓPEZ CÁCERES, Alejandro José. Entre la pluma y la pantalla. Reflexiones sobre literatura y periodismo, Cali, Universidad del Valle, 2007.

 

JOUVE, Vincent. Poétique du roman, 2e édition, Paris, Armand Colin, 2007.

MONTALBETTI, Christine. Le personnage, Paris, Flammarion, 2003.

PIOTROVSKI, Adrian. “Hacia una teoría de los cine-géneros” en François, Albèra. Los formalistas rusos y el cine, Buenos Aires, Paidós, 1998.

 

TODOROV, Tzvetan. 1967. Littérature et signification, Paris, Larousse, 1967.

 

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