Sincronía Spring 2009


El Panteísmo filosófico de Max Scheler

Jesús Heriberto Ureña Pajarito

Universidad de Guadalajara


En las siguientes líneas vamos a presentar la concepción antropológica y cosmológica de Max Scheler vertidas en su libro; El puesto del hombre en el cosmos. Presentaremos sus argumentos y haremos algunas observaciones críticas a los mismos.

I.- OBJETIVO DE LA ANTROPOLOGIA FILOSÓFICA.

En el capitulo VI, titulado; "Para la metafísica del hombre. Metafísica y religión", nos dice que Ia misión de una antropología filosófica es:

(…) mostrar exactamente como la estructura fundamental del ser humano, entendida en la forma en que la hemos descrito brevemente en las consideraciones anteriores, explica todos los monopolios, todas las funciones y obras especificas del hombre: el lenguaje, la conciencia moral, las herramientas, las armas, las ideas de justicia y de injusticia, el Estado, la administración, las funciones representativas de las artes, el mito, la religión y la ciencia, la historicidad y la sociabilidad.

Scheler (1968).

Dedo que no es posible entrar en todos estos temas, nos dice que va a dirigir la mirada hacia la (...) relación metafísica del hombre con el fundamento de las cosas, es decir; Dios. En esta obra de Scheler la imagen del hombre solo es comprensible a través de sus especulaciones cosmológicas.

II.- EL PANTEISMO EN LA OBRA DE SCHELER.

El panteísmo es la doctrina filosófico-religiosa que supone que todo lo que existe es Divino y de que Dios y el universo son una y la misma cosa. Para esta concepción existe una única substancia o naturaleza, un único ser existente por sí, del que todas las cosas no son sino modos, miembros, momentos, apariencias o proyecciones del mismo. Esta concepción se opone al teísmo al afirmar la inmanencia esencial de Dios en las criaturas y al no concebirlo como un ser distinto del mundo, además de negar toda posible relación personal con él. Al afirmar la realidad fundamental de una unidad subyacente tras la diversidad y multiplicidad de cosas existentes, todo panteísmo resulta ser una forma de monismo; un monismo espiritualista, pues sostienen que la unidad fundamental sobre la que todo se sostiene es el Espíritu Eterno del Ser existente por sí.

Concebido ampliamente, este concepto es representativo del pensamiento hinduista y taoísta en oriente, equivalentes en occidente a las teorías de filósofos tales como Anaximandro, Heráclito, Anaxágoras, los estoicos, Plotino, Spinoza, Bruno, Schelling, Hegel, y en mi opinión el Scheler del libro que aquí tratamos (hay muchos más autores que no es necesario nombrar)

Scheler no ve el universo a la manera de Descartes, dividido entre dos realidades; res cogitans y res extensa. Para Scheler en el fondo, el espíritu esta presente desde el inicio, compenetrado en la materia, pero originariamente impotente, ciego, sometido al flujo imponente de la tormenta cósmica que se desarrolla complejizándose en el impulso creador de la historia del universo en el que la deidad se autorrealiza ldealizadose progresivamente, toda ella, en la marcha del devenir cósmico. En mi opinión Scheler veía la evolución y dinámica del universo como requerida de una unidad de origen, y propendía a ver la Unidad subyacente a toda manifestación. Una sola y única fuerza sería el motor evolutivo de toda la creación. De esta forma nos da a entender que el espíritu (divino) esta presente desde el principio pero de una manera demoniaca y ciega solo posteriormente en el proceso del devenir se robustece y vivifica. En este sentido mantiene su distancia con el teísmo, que erróneamente, en su opinión, coloca al Espíritu de Dios como algo absolutamente ya dado desde el punto de partida. Muy por el contrario a esta concepción, nos habla de un Dios que se autor realiza, con Io cual podemos caracterizar a su pensamiento de; panteísmo dinámico. Nos dice:

(...) si el principio de las cosas quiso realizar su deitas, la copia de ideas y de valores contenidos en su deidad, hubo de desenfrenar el impulso creador del universo, para realizarse a si mismo en el curso temporal del proceso del universo; hubo de comprar, por decirlo así con el proceso del mundo, la realización de su propia esencia en y mediante este proceso. El "ser existente por sí" solo es un ser digno de llamarse existencia divina, en la medida en que el curso impulsivo de la historia del universo realiza la eterna deidad en el hombre y mediante el hombre. Y este proceso, que en si es ajeno al tiempo, pero que se presenta bajo una forma temporal en la experiencia finita, se acercaré a su fin, a la autorrealización de la divinidad, en la misma medida en que el universo se convierta en cuerpo perfecto de espíritu e impulso eternos

Scheler (1968), p.87.

Su diferencia con el teísmo es tal, que lo llega a considerar como una concepción semiinfantil y semitemerosa, producto de los tiempos de menor edad. Al respecto comenta:

Se me dirá -y se me ha dicho, en efecto— que no le es posible al hombre soportar un dios imperfecto, un Dios que se esta haciendo. Respondo que la metafísica no es una institución de seguros para hombres débiles y necesitados de apoyo. La metafísica supone en el hombre un espíritu energético y elevado. Así se comprende que sólo en el curso de su evolución y con el creciente conocimiento de si mismo, llegue el hombre a tener conciencia de ser parte en la lucha por la Divinidad y coautor de esta.

Scheler (1968), p.114.

Habíamos dicho que el objetivo de su antropología filosófica es la relación metafísica del hombre con el fundamento de las cosas, es decir, con Dios, y el hombre tiene como misión:

(...) contribuir a engendrar el "Dios que se esta haciendo desde el primer principio de las cosas y es la compenetración creciente del impulse con el espíritu

Scheler (1968), p.113.

El precio de esta autodivinización es la "historia" del mundo, y por lo tanto el hombre, el yo y el corazón humanos.

Es necesario que hagamos una pausa para hablar del concepto de espíritu en Scheler, aun cuando lo hagamos de una manera general. Creo que esta noción es un tanto ambigua en su trabajo y es la que nos induce a confusión. Klages, en opinión de Scheler, asimiló erróneamente el espíritu a la inteligencia el considerar que la característica esencial del mismo es la facultad de elegir, cosa a la que se opone rotundamente, pues considera por un lado que no son lo mismo, y por el otro lado que la inteligencia no es un atributo exclusivamente humano, sino que también se hace presente inclusive en los animales considerados superiores desde la escala de la evolución biológica, tales como el chimpancé, tema que desarrolla en el apartado titulado "inteligencia práctica (animales superiores)" del primer capitulo. Para Scheler el espíritu es el que marca la diferencia esencial entre el hombre y el animal y en él se comprenden las siguientes características:

a) Es supraespacial.

b) Es supratemporal

c) Las intenciones del espíritu cortan el curso temporal de la vida

Scheler (1968), p.99.

d) Vida y espíritu aunque esencialmente distintos, ambos estén insertos en el hombre

Scheler (1968), p.99.

e) Es actualidad pura

f) Intuye los fenómenos primarios; ideas o esencias.

g) Incluye actos emocionales y volitivos tales como; la bondad, el amor, el arrepentimiento, veneración, etc.

Scheler (1968), p.55.

Sin embargo, a pesar de que nos dice que las intenciones del espíritu cortan el curso temporal de la vida, y se manifiesta como si fuera algo que surgiera de súbito en el ser humano, marcando con ello una diferencia esencial con el animal, al no ser estos capaces entre otras cosas de captar las esencias o ideas, también nos habla de la mutua coordinación entre el espíritu y la vida y el error fundamental de verlos como hostilmente separados.

El espíritu y la vida estén mutuamente coordinados; y es un error fundamental colocarlos en hostilidad primordial o en estado de lucha. Ouién ha pensado lo mas hondo, ama lo mas vivo (HöIderIin).

Scheler (1968), p. 107.

Mi interpretación al respecto, es que Scheler entiende que existe un espíritu suprasingular y uno, que es el ser primigenio que se realiza en el mundo con independencia de la conciencia humana, y del cual nosotros podemos participar en su correallización, es decir, ser coautores de la misma divinidad formando parte de sus actos al potenciar nuestra espiritualidad inmanente. Nos dice:

La antigua filosofía de las ideas, reinante desde San Agustín, había admitido idea ante res, una "providencia " y un plan de creación anteriores a la realidad del mundo. Pero las ideas no existen antes, ni en, ni después de las cosas, sino con las cosas, y son engendrados únicamente en el acto de la continua realización del mundo (creatio continua) en el Espíritu eterno, (Dios). Por eso nuestra correalización de estos actos, en tanto que pensamos "ideas ", no es tampoco un mero hallazgo o descubrimiento de un orden existencial y esencial independiente de nosotros, sino una verdadera coparticipación en la producción, en la generación de las ideas, y de los valores coordinados al amor eterno, partiendo del origen mismo de las cosas.

Scheler (1968), p.66.

Si consideramos de esta forma su teoría, veremos que las divisiones entre los distintos planos del ser [naturaleza inorgánica-vida (impulso)-vida animal (instinto, asociación, inteligencia práctica)-vida humana (inteligencia, espíritu] no son definitivas e independientes entre sí. De esta forma llegaremos a la conclusión de que todas estas divisiones no tienen más que un sentido pedagógico, con fines ilustrativos, sin que no sea posible establecer una división firme y nítida entre un plano y otro. Todas estas divisiones no representan más que grados ascendentes en la escala de la evolución cósmica en la que distintos procesos emergentes se entrecruzan unos con otros subsumiendo o reabsorbiendo a los planos considerados inferiores dentro de los planos superiores. En esta escala gradual, las cosas diametralmente opuestas solo lo son de forma aparente, pues al ser cuestión de grados sus diferencias, se trataría de una misma cosa con muchos grados intermedios entre los lados opuestos, así como lo es entre la luz y la obscuridad, en la escala musical, o en la escala electromagnética de las longitudes de onda que definen e los colores, entre otros muchos ejemplos.

Así pues esta autorrealización de la divinidad en el universo no es otra cose que el Espíritu eterno que se realiza en el mundo como creación continua, es el Ser supremo que como impulso omnipotente esta cargado de infinitas imágenes, las cuales no son otra cose que Io que Platón llamo las ideas, pero que en opinión de Scheler no existen antes, ni en, ni después de les coses, sino con las cosas, y se ven engendrando en el acto de le continua realización del mundo en el espíritu eterno.

Un párrafo que define con suficiente claridad todo lo que hemos estado diciendo, es el siguiente:

Dijerase, pues, que hay une gradación, en la cual un ser primigenio se ve inclinando ceda vez más sobre si mismo, en la arquitectura del Universo, e intimando consigo mismo por grades cada vez más altos y dimensiones siempre nuevas, hasta comprenderse íntegramente en el hombre

Scheler (1968), pp. 60-61.

Este Espíritu eterno que se realiza y se contemple a través de su propio desarrollo, adquiere la absoluta conciencia de si en y por medio del hombre. Dios y el hombre se implican mutuamente en el proceso de su propio advenimiento. Según Scheler, ni el hombre puede cumplir su destino sin reconocerse como habitante de ese Ser, ni tal Ens a se, sin la cooperación del hombre.

El espíritu y el impulso, los dos atributos del ser, no están en sí perfectos prescindiendo de su paulatina compenetración mutua, como fin ultimo-, sino que se desarrollan e través de sus manifestaciones en la historia del espíritu humano y en le evolución de le vida universal.

Scheler (1968), p.114.

Esta inmanente compenetración del Espíritu eterno en el cosmos es Io que la hace estar en radical oposición con el supuesto personalista del teísmo, y coincidir por otro lado pensadores como Spinoza o Hegel, entre muchos otros.

(...) negamos el supuesto teísta de "un Dios espiritual y personal, omnipresente en su espiritualidad". Para nosotros la relación del hombre con el principio del universo consiste en que este principio se aprehende inmediatamente y se realiza en el hombre mismo, el cual, como ser vivo, y ser espiritual, es solo un centro parcial del impulso y del espíritu del "ser existente por si". Es Ia vieja idea de Spinoza, de Hegel y de otros muchos: el Ser primordial adquiere conciencia de si mismo en el hombre, en el mismo acto en que el hombre se contempla fundada en ÉI

Scheler (1968), pp. 112-113.

AI hombre no le queda más que actualizar su espiritualidad e identificarse de manera activa en la lucha por la divinidad y ser coautor de ésta.

Por ultimo, un juicio de autoridad que respalda nuestra tesis nos ofrecen Giovanni Reale y Dario Antiseri, quienes en su Historia del pensamiento filosófico y científico, nos dicen que Scheler sufre un giro en 1923 al transitar de una ontología personalista y teísta a una investigación encauzada (inconclusamente debido a su prematura muerte) en la dirección de un panteísmo evolucionista. La obra sobre lo que trata este trabajo es de 1928, con lo cual podemos afirmar que se trata de una investigación comprendida dentro de su periodo panteísta.

lll OBSERVACIONES CRÍTICAS AL PANTEISMO DE SCHELER DESDE LA COSNIOLOGIA CIENTÍFICA.

Sin entrar en detalles, diremos que esta manera de entender la evolución cósmica en su relación el hombre tal como lo ve Scheler en el que se implican mutuamente uno y otro, guarda un fuerte parecido con el principio antrópico, que en su versión fuerte afirma cosas como las siguientes: vemos al universo de la manera en que es porque nosotros existimos. (…) Las cosas son como son porque nosotros somos

Kitty Ferguson (1994), p.79.

En ambas concepciones, tanto en Scheler como en el principie antrópico, se le asigna un papel importante y preeminente al ser humane, pues de no ser así el universo no sería tal cual es (principio antrópico), o el Ens a Se no cumpliría su destino por la ausencia de colaboración humana (Scheler).

Ante tales ideas, me formulo escépticamente varias cuestiones ¿Por qué tendría necesidad un ser existente por sí mismo, de autorrealizarse en el mundo y en el hombre? ¿Es tan indispensable el ser humane para que el universo exista o dios se

autorrealice? Si esto es así, ¿Significa entonces que si llegáramos a extinguirnos se desmantelaría el Universo, o Dios quedaría mutilado en el proceso de su autodesarrollo? ¿Quién lo sabe? ¿Acaso lee Scheler la mente y voluntad divina?

Creo que es un error enorme el tratar de explicar y dar sentido a la existencia del Universo a través de un Ser tan expuesto al fracase como es el hombre, todo esto a pesar del "cuidadoso ajuste" que hay en el universo para que el ser humano pueda existir. Este en el fondo no es más que pura arrogancia inmerecida, por ello hago mía la profunda observación que L.A.A. Sahagún hace a la formulación fuerte del principio antrópico, y que bien vale aplicar al pensamiento de Scheler.

Pues, si últimamente la existencia del hombre es lo que hace inteligible el desarrollo del cosmos ¿Qué es lo que hace inteligible la existencia del hombre? ¿Qué es le que da sentido a sus obras, a su historia, a sus fracases, a su sufrimiento y a su muerte? Sobran hechos que conglomeran millones de vidas humanas que se han extinguido de forma brutal ridícula y absurda. La historia de la humanidad parece, como decía Hegel "El degolladero de les pueblos. Los momentos grandiosos y sublimes de la vida son escasos; la existencia humana transcurre más bien en medie de la angustia y del conflicto. Afirmar que el sentido del Universo culmina en el hombre, es echar a sus espaldas una responsabilidad con la que quizá no pueda cargar. Tomando en cuenta sus propios fracasos, el hombre no tiene con que saldar cuentas con el Universo.

Sahagun (1994), pp. 96-97.

Esta forma providencialista de ver el desarrollo del cosmos, en el que el Espíritu Absoluto se despliega en el espacio y el tiempo de la naturaleza para autorrealizarse, y en el que el sacrificio o precio de tal proceso es la historia y el corazón humanos ya que, deacuerdo con Hegel, el mal que se produce en todo este desarrollo cósmico (en el que se ven atropelladas y sacrificadas de manera desastrosas multitud de vidas) no es más que un momento negativo del mecanicismo impulsor de la dialéctica, que es el poder de la razón o el espíritu absoluto en su transito por el mundo, no es más que una teodicea, o el relato de un pprovidencialismo cósmico, del cual G. de Ruggiero señala:

Las imaginaciones de esta clase parecen grandiosas, pero sele son mezquinas. Los hombres así configurados que (que divinizó un gusto romántico enfermizo) se vuelven títeres de lo absoluto y no hombres vivos y verdaderos.

G. Reale y D. Antiseri (2001), p.250.

Sin embargo, aun con todas estas interrogantes escépticas, al negarnos a pensar al ser humanos como el centro espiritual indispensable en el que el Espíritu absoluto se realiza, voy a suponer que Io que se dice es cierto.

En el pensamiento de Scheler no esta presente la idea de un Dios omnipotente, sino la de un Dios imperfecto que requiere del ser humano para robustecerse y vivificarse ¿Podría un ser así violar las leyes físicas que gobiernan al cosmos? ¿Qué sucedería con él ante la creciente desorganización entrópica del universo, en el que según este supuesto, todo marcha hacia la muerte por equilibrio térmico? ¿O acaso el escenario de un universo que se destruye así mismo en la singularidad de un colapso gravitacional es mas prometedor? Paul Davies nos dice que: Únicamente un Universo cíclico o de estado estacionario podrá ofrecer Ia posibilidades para la existencia de un Dios infinito y eterno.

Davies,(1985), p. 265.

Imagen semejante a la que existe en el pensamiento Hindú, que en el Bhagavad Gita se nos presenta como un universo que surge de la inmanifestación a la manifestación al apuntar el día de Brahma, y retorna de la manifestación a la inmanifestación al apuntar la noche de Brahma, surgiendo y disolviéndose cíclicamente de las manos del Creador. Es la concepción de un Dios que al mismo tiempo que es inmanente (mora y vive en todas las cosas) es trascendente (esta por encima de ellas).

En la cosmología científica contemporánea se afirma que los fenómenos espacio-temporales estén estrechamente ligados a los procesos materiales, en particular a las altas velocidades (cercanas a la luz o la de la luz misma) y a los campos gravitacionales intensos, en los que el espacio y el tiempo ya no son considerados, como si lo hacia la física newtoniana, entidades absolutas, independientes y sin relación con nada externo sino que están estrechamente ligados entre sí como una sola realidad espaciotemporal dependiente de los fenómenos materiales. De esta forma, si aceptamos el supuesto de que la materia comenzó a existir en un estado superconsentrado de energía en lo que los físicos denominan singularidad del espacio y tiempo, la cual no es sino un punto matemático de dimensiones infinitesimales, está no comenzó a existir en un espacio-tiempo preexistente, sino que éstos comenzaron a existir junto con la creación misma de la materia-energia. Los puntos centrales que le dan forma a este argumento son lo siguientes:

a) Hay pruebas que nos dicen que el Universo se esta expandiendo (el efecto doppler, la radiación de fondo cósmico, las estructuras protogalácticas quasars en los confines del universo, la abundancia de H y He y la explicación de los restantes elementos químicos por reacciones termonucleares en el interior de los hornos estelares).

b) Por un proceso mental inverso podemos suponer que todo lo que se está actualmente dispersando estaba anteriormente más reunido.

c) Podemos retroceder a un momento en el tiempo en el que todo estaba inicialmente reunido.

d) Es a partir de ese momento en que podemos hablar de la expansión inicial del Universo como un acto de creación.

e) El espacio y el tiempo están estrechamente ligados a la materia, la cual inicialmente era energía pura y que el proceso de expansión del Universo transformaría en materia solida en forma de cuerpos estelares (galaxias, estrellas, planetas, etc.) según la conocida formula de Einstein, E=mc2.

f) Si todo está estrechamente ligado (espacio, tiempo y materia) entonces la aparición de ésta ultima no pudo haber ocurrido en un espacio y tiempo preexistentes, sino que estos comenzaron a existir en el acto mismo de la creación de la materia.

g) La noción de causa, siendo una noción temporal, no puede ser aplicada en un "estado" en el que el tiempo no existe.

h) Por Io tanto, el universo apareció de súbito a partir de la nada sin causa previa alguna, y por la misma razón Dios se hace prescindible, ya que no puede ser su causa debido a que esta noción no puede ser aplicada a un "estado" en el que el tiempo mismo todavía no existe (Alan Guth llama al universo La comida gratis)

Claro que resulta sorprendente ver a gente como Sagan, el cual presenta una idea semejante en su libro y el programa Cosmos, mientras que en otro libro; Los dragones del Edén sostiene en un tono más prudente que para poder responder a estas interrogantes necesitaríamos saber mucho mas de lo que hoy sabemos, y que las opiniones a favor o en contra de tales cuestiones nunca son suficientes.

No todos los que se plantean preguntas sobre la hipótesis de Dios y la hipótesis del alma son ateos. Un ateo es aquel que tiene la seguridad de que Dios no existe, alguien que dispone de pruebas convincentes en contra de la existencia de Dios. Yo no conozco esas pruebas convincentes. Dada que Dios puede relegarse a tiempos y lugares remotos y a las últimas causas, tendríamos que saber mucho mas acerca del universo de lo que sabemos para estar seguros de que no existe ese Dios. Estar seguros de la existencia de Dios me parecen los extremos definitivos de un tema tan repleta de dudas e incertidumbres como para inspirar poca confianza en nada definitivo. Parecen poder admitirse muchas posiciones intermedias y, teniendo en cuenta la enorme carga emocional que pesa sobre el tema, la herramienta esencial para ir cubriendo nuestra ignorancia colectiva sobre el tema de la existencia de Dios es abordarlo can una mente abierta, valiente e indagadora.

Sagan (2004), p.404.

No se diga también de Paul Davies, quien en libros tales como La frontera del infinito, el espacio y el tiempo en el universo contemporáneo, EI universo desbocado, se muestra claramente ateo, pero no así en otros libros; superfuerza, Dios y la nueva Física, y en su más reciente libro La mente de Dios en el cual parece haber transitado hacia una forma de misticismo. Freeman Dyson en su libro; Trastornando el Universo (cap. XXIII, titulado El argumento a partir del designio) nos muestra una especie de teleología, presentando varios ejemplos de accidentes numéricos que parecen conspirar para hacer habitable el universo, discutiendo la noción de azar con el gran biólogo francés, el premio novel Jacques Monod, sdel cual nos dice al respecto:

(…) la idea de azar, en sí misma no es más que una pantalla para cubrir nuestra ignorancia. No me siento un extraño en este universo. Cuanto más examino el Universo y estudio los detalles de su arquitectura, más evidente me parece que en Universo, en algún sentido, debió saber que íbamos a llegar.

Dyson (1986), p.282.

Esto sin hablar de gente como Einstein, David Bohm, Fritjof Capra, Michael Talbot, entre muchos otros pensadores que muestran una clara inclinación hacia una forma de panteísmo (panenteísmo) tratando de unir sus resultados con filosofías orientales y pensamiento presocrático. No voy a presentar aquí sus argumentos, sin embargo, el hecho de ver expresados estos intereses entre personas tan prominentes me inclina a pensar con Kant que inútil querer fingir indiferencia ante semejantes investigaciones en las que la razón se ve impulsada por necesidad propia a extenderse en la argumentación más allá de los límites de toda experiencia sin que la motivación de la razón se deba a la mera vanidad saber mucho, sino a la necesidad ineludible de intentar descifrar, sin conseguirlo de forma definitiva, el misterio de la existencia, razón por la cual como dice Kant: (…) ha habido siempre alguna metafísica y la habrá siempre

Kant (1984), p.36

Lo que si me resulta completamente absurdo del pensamiento de Scheler, es que afirme que el mecanismo que explica el desarrollo y consecuente jerarquización del universo se lleve a cabo a través de la sublimación freudiana. Es bien Sabido que para Freud, una pulsión que no puede alcanzar su meta específica puede sublimarse, es decir, puede crearse un objeto substitutivo de valor superior. EI aspecto lamentable de la desviación del impulso de su meta especifica es la privación del mismo, en la medida en que la satisfacción real no se alcanza, pero sin embargo, es conducido hacia una forma de satisfacción substitutiva, y en este sentido resulta gratificante. Como consecuencia de todo ello, los grandes campos culturales de la humanidad (el arte, la religión, la ciencia, la metafísica) serían el producto de la sublimación del instinto, es decir, serían sucedáneos de los impulsos instintivos más originarios que ahora cumplen una función social útil.

Me resulta extremadamente dudoso que esta concepción pueda explicar de manera suficiente y satisfactoria los esquemas de la inteligencia y los productos de la cultura. Sin llegar al extremo de desecharla por completo, si diré que existen teorías con un, sustento más científico para explicar el proceso de construcción operatoria y sus productos culturales como la ciencia y en general el desarrollo de la inteligencia (Piaget). Reitero que lo que sí resulta sumamente absurdo y sospechoso es extender la significación de tal concepto a todo el curso del universo, y pretender que tal mecanismo opere a nivel cósmico, cosa que hace Scheler cuando nos dice que:

(...) no sería imposible extender formalmente el concepto de sublimación a todo el curso del universo. La sublimación tendría lugar entonces en todo proceso mediante el cual las fuerzas de una esfera inferior del ser se pusieran paulatinamente en el proceso del mundo al servicio de un ser y de un proceso de forma superior; como, por ejemplo, las fuerzas que juegan entre los electrones se ponen al servicio de la forma atómica, o las fuerzas que actúan dentro del mundo inorgánico al servicio de la estructura viviente. El advenimiento del hombre y del espíritu debería considerarse entonces como ultimo proceso de sublimación de la naturaleza, hasta el presente; proceso que se manifiesta simultáneamente: primero, en la aplicación cada vez mayor de las energías exteriores, recogidas por le organismo, a los procesos más complicados, que conocemos a los procesos de excitación de la corteza cerebral. Segundo, en el proceso psíquico análogo de la sublimación de los impulsos, como transformación de la energía impulsiva en actividad "espiritual".

Scheler (1968), p. 84-85.

Sólo me resta decir que considero prescindible al ser humano en el proceso de desarrollo universal, sin embargo, resulta interesante buscar los orígenes del mismo a través de sus fundamentos cósmicos. El ser humano como creatura del universo en su intento por explicarlo y comprenderlo se está, a su vez, tratando de comprender a sí mismo.

 

 

 

 

Bibliografía:

Davies, Paul (1985). Dios y la nueva física, Salvat, Barcelona.

Dyson, Freeman (1986), Transformando el Universo, FCE, México.

Ferguson, Kitty (1994). Stephen Hawking y la búsqueda de una Teoría del Universo, FCE, México.

Kant (1984). Crítica de la razón pura, Porrúa, México

G. Reale y D. Antiseri (2001), Historia del pensamiento filosófico y científico, Vol. I, Herder, Barcelona.

Sahagun (1994). En el limite del Universo, U de G, Guadalajara

Sagan, Carl (2004), Los dragones del Edén, Crítica, Barcelona.

Scheler, Max (1968). El puesto del hombre en el cosmos, Losada, Buenos Aires.


Sincronía Spring 2009