Sincronía Winter 2008


La concepción filosófica en Leopoldo Zea y Risieri Frondizi, y sus opiniones acerca de la filosofía latinoamericana

Jesús Heriberto Ureña Pajarito


¿Existe una Filosofía Latinoamericana? ¿Qué quieren decir con ello quienes se pronuncian a favor o en contra de su existencia? ¿Qué argumentos son los que se aducen para justificar su razón de ser?

En el presente ensayo presentamos las divergentes opiniones que al respecto tienen dos pensadores latinoamericanos; Leopoldo Zea y Risiere Frondizi.

Veremos como la respuesta acerca de si existe o no una Filosofía Latinoamericana, está estrechamente condicionada por la concepción que de la Filosofía en general tiene cada autor. En este sentido, el pensamiento filosófico latinoamericano se presenta con dos aspectos interconectados de un mismo problema; qué se entienda por Filosofía, utilizando esta palabra en su sentido más amplio, y cuales son las posibilidades que a partir de tal concepción, permiten determinar el estatus de legalidad de una filosofía auténticamente latinoamericana.

¿Es filosofía lo que se produce en Latinoamérica? Sírvanos de advertencia ante nuestra posible actitud descalificante a la interrogante, la opinión de un gran erudito europeo, como lo es F. Copleston, quien afirma lo siguiente:

…Yo desconfío de las aseveraciones dogmáticas de que tal o cual tipo de filosofía no es en absoluto filosofía.

Por su propia naturaleza, las generalizaciones demasiado amplias conllevan numerosas omisiones y tienden a ser demasiado impresionistas

Copleston. 1984. pp.30 y 58

Claro está que habría que discutir la calidad de las generalizaciones, y esto vale tanto para quienes se pronuncian a favor como para quienes sostienen lo contrario.

Nuestro interés en este trabajo consiste en solo presentar la opinión que al respecto tienen los dos autores arriba mencionados, sin por ello, pronunciarnos a favor o en contra de alguna de las posturas. Hacemos esta comparación aquí, presentando los argumentos que cada uno de ellos ofrece para sostener su postura, ya que representan concepciones diametralmente opuestas, y sin embargo, interesantes ambas.

 

 

CONCEPCION FILOSOFICA DE LEOPOLDO ZEA.

Para Leopoldo Zea la filosofía, y en especial la filosofía de la historia, se caracteriza por ser una actividad directriz y transformadora y nunca un fin en si misma, pues en ella esta implicado un proyecto de vida cultural y política. Por esta razón tal proyecto no puede significar el simplemente atenerse a los hechos, ya que:

…Atenerse simplemente a los hechos sería solo aceptarlos. Conocerlos, para cambiarlos es, por el contrario, la concepción central de esta filosofía de la historia.

Zea. 1987. p.25

Filosofía pues que se caracterizaría por no agotar su ser en la mera contemplación de la vida, sino en el conocimiento y en el esclarecimiento de la misma para su necesaria transformación.

El proyecto filosófico en la obra del Dr. Zea gira en torno a una interrogante esencial a su problemática; ¿es posible hablar de una filosofía latinoamericana?

Tal interrogante, nos advierte, puede parecernos a primera vista absurda y sin sentido, siendo que la filosofía pretende manifestarse como una disciplina de carácter universal, afirmando sentencias que pretenderían ser válidas en todo tiempo y en todo lugar. Sin embargo, -nos recuerda- que en nombre de la filosofía se han expresado ideas tan diversas, opuestas y contradictorias entre sí, que nos hacen dudar del carácter universal y valedero de sus intenciones.

Para este pensador la filosofía es una disciplina que solo puede tener una justificación histórica, que expresa verdades validas para un determinado lugar y para un tiempo, fuera de los cuales sería totalmente invalida y falsa. En su opinión el error de muchos pensadores ha consistido en querer hacer de verdades temporales, verdades eternas.

Es mediante esta historización y relativización de las verdades filosóficas que pretende justificar la posibilidad de una filosofía americana.

…de lo dicho se cae en la cuenta de que la filosofía, lejos de ser una disciplina de carácter universal y valedera para todo tiempo y lugar es una disciplina solo justificable históricamente, es decir, en un determinado lugar y tiempo. Así resulta que la filosofía es a pesar suyo: filosofía griega, filosofía latina, filosofía cristiana, filosofía alemana, francesa, inglesa, etc. Se comprende ahora como si es posible una filosofía americana.

Zea, Leopoldo. Autopercepción intelectual de un proceso

histórico. Autobiografía intelectual. Revista Anthropos. No. p.20

De esta forma, vemos dos notas distintivas en el pensamiento de Leopoldo Zea, una de las cuales es; considerarla como un instrumento para una acción transformadora, o una herramienta que en ultima instancia se traduce en resultados concretos, siempre al servicio de un ideal o proyecto de sociedad, y la otra consistente en; la relativización histórica y cultural de las verdades filosóficas en contra de sus pretensiones universalistas. (Es muy probable que esta relativización histórica de las concepciones del mundo, sea una influencia Diltheyana, en Zea, vía Ortega y Gasset y el existencialismo, lo cual también es un indicador de que no todos los pensadores europeos han pensado en universalizar su mundo). El aspecto más marcado de su pensamiento es el primero, es decir, el de pensar que la filosofía tiene un carácter instrumental e interesado, y es a este al que le vamos a dedicar unas líneas más.

Para él, en la última instancia, toda la abstracción tiene como finalidad … la solución de problemas concretos, de problemas particulares, los problemas del «hombre de la calle» en donde la teoría no sería otra cosa… sino el fundamento de la practica. La teoría no es sino ver más profundo que lo que la práctica puede realizar.

Ibid. p. 20

Su intención consiste no sólo en proponernos una idea instrumentalista de la filosofía, sino también en hacernos ver que aún los sistemas filosóficos que se dicen mas desinteresados y puros, terminan a la postre rematando en temas concretos y particulares, siempre ligados a un proyecto cultural y político.

… cuando la teoría tiene como mira final la práctica, no es de extrañar que sus temas por abstractos que parezcan resulten a la postre temas concretos, particulares; pues su finalidad última no es otra que la de solucionar problemas que se presentan en un aquí y un ahora, en un determinado espacio y un determinado momento. Sino recuérdese como toda la teoría platónica de las ideas remata en una política, termina en la republica platónica. Piénsese también en la «ciudad de Dios» de San Agustín, en la que culminan todas las abstracciones sobre la Divinidad. Piénsese igualmente en el racionalismo moderno cuya culminación práctica es la técnica y la democracia.

Ibid. p. 20

De esta manera, la filosofía es un proyecto ligado a la acción, es un compromiso con las demandas sociales, políticas, económicas y culturales de la sociedad. Surge en el intento de buscar soluciones a los problemas y necesidades apremiantes de la realidad. A diferencia de Salazar Bondy y algunos filósofos analíticos que piensan que la filosofía solo puede surgir en situaciones de prosperidad y libertad absoluta, L. Zea les recuerda que:

…son justamente las situaciones de dependencia y de falta de libertad las que originan la búsqueda de soluciones. Platón, por ejemplo, no se podría entender al partir solamente del intento de la Academia, sino a partir de sus esfuerzos por cambiar la situación de su mundo.

Ibid. p. 25

La filosofía para L. Zea no es simplemente un juego, sino un compromiso que requiere de una gran responsabilidad moral en quien la ejercita.

La filosofía no es simple juego, no se trata de razonar por razonar.

Ibid. p. 25

Es el mundo en el que se vive, su contexto y las circunstancias uno de los ingredientes esenciales de la actitud filosófica. La filosofía no se presenta como una teorización pura, como si se tratara de un simple recreo intelectual. No podemos en la filosofía, abstenernos de tomar partido por una ideología.

La filosofía es un «ver» pero también, indisociablemente, un «ver para…».

Ibid. p. 26

Es por ello que bajo esta concepción instrumental de la filosofía llega a entender a la filosofía latinoamericana como un instrumento de la liberación de los pueblos, siempre al servicio de un ideal de justicia y de libertad, cuya nota característica sería el presentarse en calidad de una:

filosofía de la historia americana como filosofía de la lucha por la libertad.

Zea. 1987. p.43

De esta forma los temas de la filosofía Latinoamericana no serían otros mas que los que le presenta su propia realidad social, cuyo proyecto político consistiría en ordenar la convivencia del hombre americano, estableciendo condiciones de igualdad y justicia para todos sus hombres.

Al estar centrados nuestros intereses en reflexionar a partir de las concretas circunstancias que nos conforman, tendríamos una:

filosofía propia, auténtica, del hombre de esta América que toma conciencia de su realidad

Ibid. p. 17

En este punto cabe hacer una pausa para preguntarnos; ¿Qué significa para Leopoldo Zea una filosofía auténticamente latinoamericana? ¿Significa la formación de su sistema de pensamiento distinto a los ya existentes?. Para él la autenticidad de la filosofía latinoamericana no estaría dada en el sentido de innovación, sino más bien en la forma en como las ideas europeas han sido apropiadas por la cultura latinoamericana, lo cual tiene como consecuencia inevitable, la cristalización de las idiosincrasias de los pensadores de estas tierras que viven una realidad económica, política y cultural distinta a la fuente de donde surgió y se sistematizó el pensamiento.

No se trata de una historia de las ideas latinoamericanas, como las de Europa lo son de las europeas; sino de la forma en que estas ideas, las europeas, han sido apropiadas por la filosofía o la cultura latinoamericana

Ibid. p.15

Por último podemos resumir su pensamiento aquí presentado en cuatro puntos.

1. El Dr. Zea manifiesta una concepción histórico-relativista del pensamiento filosófico en general, cuya validez de sus afirmaciones están garantizadas solo para un lugar y tiempo determinados.

2. Considera que toda filosofía, aún las más especulativas y puras, tienen un carácter interesado y programático, dispuestas siempre como instrumentos al servicio de un ideal de sociedad y cultura. Es decir, que toda filosofía termina por traducirse en hechos concretos.

3. A partir de esta concepción relativista e instrumentalista del pensamiento filosófico, cree posible la realización de una filosofía auténticamente latinoamericana.

Eso significaría que tal filosofía tendría como misión el esclarecer mediante la reflexión, las condiciones y problemas que se presentan en su entorno social, con miras a la transformación del mismo en condiciones más justas y equitativas. Tal filosofía se proclamaría así misma como un instrumento de liberación de los pueblos.

4. Tal filosofía sería auténticamente latinoamericana, sólo en la medida en que en ella se cristalizaría la idiosincrasia de los pensadores de estas tierras, quienes al interiorizar los sistemas de pensamiento filosófico producidos en Europa, los matiza con sus problemas y su manera de enfocarlos. En este sentido su autenticidad no estaría dada tanto por su innovación, sino por el hecho de que en su forma de pensar y de sentir se proyectan las condiciones culturales propias de Latinoamérica.

CONCEPCION FILOSOFICA DE RISIERI FRONDIZI

¿Cual es la concepción que de la filosofía en general tiene Frondizi, y cómo afecta o se vincula tal concepción con su opinión acerca del pensamiento filosófico latinoamericano?

Para R. Frondizi la filosofía es una actividad que no puede ser definida, pues no existe uniformidad de criterios en los mismos filósofos a lo largo de toda la historia del pensar filosófico. Además, el definir tiene como inconveniente el poner limites, estrechar y reducir una realidad determinada en conceptos, y la filosofía se resiste a ser reducida.

…La filosofía no puede ser definida. Definir es reducir a conceptos una realidad determinada. Y la filosofía se resiste a ser reducida a conceptos; porque la filosofía no es mero conocimiento racional de algo. Es más bien una actitud espiritual, una manera de ser, una actitud frente al mundo. Por eso, más que de filosofía debemos hablar de filosofar. El filósofo es tal en tanto filosofa y no en tanto "sabe" filosofía. La filosofía no se "sabe" en el sentido vulgar de la palabra "saber"; la filosofía se "vive".

Frondizi.1986. p.42

Hablar de filosofía implica hablar del sistema integral del filósofo que la ha esbozado. Y a la pregunta general y frecuentemente planteada tanto por doctos como por ignorantes; ¿Qué es la filosofía? solo se le puede señalar su sentido a lo largo de la historia del pensamiento humano, es decir, al escribir una historia completa de la filosofía vamos a señalar tres de las características que se presentan como más importantes en el modo de hacer y caracterizar a la filosofía en el pensamiento de R. Frondizi, sin que esto signifique que sean sólo tres características por las cuales entiende la filosofía.

Una de ellas es la constante actitud critica y la exposición de analizar todo lo racionalmente sin jurar lealtad dogmática a una doctrina o forma de pensamiento, cualquiera que sea su índole, sino estar dispuesto a reexaminar las ideas y principios que las constituyen.

La siguiente es una cita del autor que tiene la doble importancia de mostrarnos una critica a las formas prejuiciadas y dogmáticas de hacer filosofía por un lado, y por otro lado, señalarnos como en su opinión, el pensamiento de habla española muestra este tipo de actitud negativa.

Quien parte de un dogma tiene facilitada la tarea del examen crítico de una obra o doctrina filosófica. Todo consiste en compararla con el dogma aceptado; será falsa la proposición que contraríe los principios del dogma. No podrá dominarse "filosófica" a esta actitud, pues la filosofía exige espíritu crítico, tolerancia y constante disposición para analiza críticamente las propias convicciones y desecharlas si la experiencia y la razón prueban su falsedad. En este punto no hay ninguna diferencia entre el filósofo y el científico; ambos dejan siempre abierta la posibilidad de renunciar a ideas y creencias al advertir que son falsas. La filosofía es teoría y no dogma. Por desgracia, en el mundo de habla española las teorías filosóficas se convierten fácilmente en dogmas y se postula la lealtad a los principios; como si se tratara de un partido político. La única lealtad del filosofo es estar dispuesto a reexaminar las ideas y principios de su época, incluyendo los propios, y sustituirlos por otros mejores sin caer en la ingenuidad de creer que alcanzó la verdad absoluta e inconmovible. El conocimiento de hoy, científico y filosófico, supone desechar buena parte de las verdades de ayer. Lo mismo ocurrirá en el futuro, pues el proceso de perfeccionamiento es continuo y abierto.

Frondizi. 1991. pp. 150,151

Pero si bien por una lado la filosofía y la ciencia tienen en común su actitud antidogmática y mostrarse siempre abiertas a la posibilidad de renunciar a ideas y creencias si se advierte que son falsas; se diferencian sin embargo, en opinión del autor y este sería el segundo rasgo a destacar -en el hecho de que las ciencias no son autocuestionables mientras que la filosofía si lo es- es decir; las ciencias no pueden preguntarse acerca de la naturaleza de su propio quehacer sin caer en un terreno que ya no es propio de su disciplina. Por ejemplo la pregunta ¿qué es la química?; no es una pregunta de química o la pregunta ¿qué es la historia? No es una preocupación de tipo histórico, lo mismo ocurriría con el resto de las disciplinas científicas; biología, filología, etc. A diferencia de ellas la pregunta ¿qué es la filosofía? Es una pregunta típicamente filosófica, pues no hay disciplina ajena a la filosofía misma que la trascendencia y que nos pueda ofrecer la respuesta. Aún la pregunta ¿qué es la ciencia? no puede ser respondida por la ciencia misma, sino por una disciplina filosófica llamada epistemología.

Todas las veces que el científico, sea de la ciencia de la naturaleza o de la ciencia del espíritu, se interroga acerca de su disciplina, no puede responder sin transferir su preocupación a una actividad que no es científica, a una actividad que se llama epistemología.

Si encerramos todas esas preguntas sobre la física, la química, la biología, la filología, etc., en una sola pregunta y nos interrogamos ¿qué es la ciencia?, vamos a advertir fácilmente que no es la ciencia la que nos va a contestar, sino, repito una disciplina filosófica llamada epistemología. No importa que sea un científico quien se interroga y se contesta; lo importante es la actitud. El momento en que Einstein se pregunta ¿qué es la ciencia?, o ¿qué es el razonamiento?, no es un físico, no es un científico, sino que es un epistemólogo. En cuanto físico, él no puede interrogarse sobre la naturaleza de la física. Se interroga en cuanto teórico de la ciencia, en cuanto epistemólogo. ¿Sucederá lo mismo en el ámbito de la filosofía? ¿habrá una disciplina que trascienda la filosofía y que sea la encargada de responder a la pregunta sobre la esencia de la filosofía? Evidentemente no sucede lo mismo. La pregunta ¿qué es la filosofía? es una pregunta típicamente filosófica. Para algunos filósofos, es la primera; para muchos, la pregunta fundamental en la filosofía contemporánea.

Frondizi. 1986. p. 50

Prescindimos discutir, puesto que no es la intención de este trabajo, si la epistemología actual tiende a ser más científica que filosófica, como lo supone Piaget, con lo cual la respuesta acerca de la naturaleza de un conocimiento de una determinada disciplina científica, sólo podría ser contestada desde dentro, por los mismos científicos, y no por alguien que desconozca el contenido de tal temática.

De esta forma, mientras el científico construye su ciencia partiendo de ciertos principios o supuestos, sin verse obligado a preocuparse acerca de la naturaleza de su propia disciplina, la filosofía no parte de supuestos, sino más bien tiene la obligación de convertir en objeto de análisis e interrogación los supuestos tanto de la ciencia como de la filosofía misma, es decir, la filosofía sería un saber que convertiría tanto los supuestos de si misma como de la ciencia en interrogación filosófica.

El tercer y último aspecto que deseo destacar de la manera de entender la filosofía por parte de R. Frondizi, y que considero lo más importante para nuestra investigación, por ser a partir del cual se formula la critica a los intentos de hacer una filosofía latinoamericana, es aquel que señala que la filosofía es una actividad que agota su finalidad en si misma, que su finalidad es desinteresada, y no puede estar subordinada al servicio de intereses que le trasciendan, por más nobles que estos sean. Para Frondizi la filosofía no tendría ningún valor instrumental, no estaría al servicio de nada, trátese de propaganda política, de una preocupación pedagógica o de cualquier otra idea, en la cual fungiera como medio para la consecución de un fin ajeno a si misma. Su único compromiso sería cognitivo; la búsqueda de la verdad.

… la filosofía no puede contraer compromisos con nadie; no puede estar al servicio de alguna causa, por más noble que sea. Tiene contraído un compromiso de origen con la verdad y nada debe distraerla de su fundamental misión: la búsqueda de la verdad.

Ibid. p.52

 

En ese sentido la filosofía compartiría con el arte, la moral o la religión el ser fines en si mismos, y esta sería su mayor dignidad. No la convertiría en una actividad ociosa, sin sentido o injustificable, pues no sería utensilio de algo, no estaría subordinada al servicio de alguna actividad que al trascenderla sería de mayor significación, como es el caso de las lapiceras que son utensilios al servicio de algo por encima de ellas; la escritura. El no servir para nada sería su mayor perfección y dignidad, y por ello se atreve a afirmar que:

Quizás una de las tareas que nos corresponden a los profesores de filosofía, y a todos los que concebimos la cultura como algo vivo e irrenunciable, sea predicar en el mundo el cultivo de "las cosas que no sirven para nada". Uno de los síntomas de la decadencia espiritual de nuestro tiempo es el desapego por las cosas que no sirven para nada.

Ibid. p.p. 48-49

Formularse la pregunta; "¿para qué sirve la filosofía?" es un sin sentido, pues solo tiene sentido preguntarse por el fin de las cosas cuando estas son medios instrumentales para la realización de intereses ajenos a si mismas, y no para una actividad que tiene una finalidad intrínseca.

Quien se pregunta para que sirve la filosofía no percibe que esta interrogante solo tiene sentido si se considera la filosofía como un medio para alcanzar un fin. Preguntar para que sirve alguna cosa es asignarle a esa cosa un valor instrumental".

A nadie se le ocurriría preguntar para que sirve algo si no considera ese algo como un medio para alcanzar un fin. Preguntar para que sirve algo que es fin en si mismo no tiene sentido. Así, a nadie se le ocurriría preguntar para que sirve la moral o el arte, porque la moral y el arte son fines en si mismos. Y la filosofía comparte con la moral y el arte el ser fin en sí mismos

Ibid. p. 38

Y es a partir de esta forma de entender la filosofía, como una actividad desinteresada, que el autor manifestara su desacuerdo con los intentos de formar una filosofía latinoamericana. El autor habla en un sentido mucho más amplio, pues cuestiona la idea de una filosofía iberoamericana, pero para nuestro caso no es muy relevante el término, pues no afecta las intenciones de nuestra investigación.

Frondizi dice que el deseo de poseer una filosofía propia, es el resultado en gran medida, aún cuando no sea el único factor, del perspectivismo de Ortega y Gasset, quien trató de destacar el carácter vital del yo en la circunstancia. Esto tendría como consecuencia una doble influencia: benéfica por un lado y perniciosa por el otro.

Benéfica en tanto que nos curó del deseo de imitar lo europeo al pie de la letra.

Ibid. p.292

Y el carácter pernicioso se originó en la naturaleza ambigua del término "circunstancia", pues en ese caso ¿cuál sería mi circunstancia? ¿el ser tapatío, mexicano, latinoamericano, iberoamericano o la característica más general del ser humano?. Para Frondizi tal forma de ver las cosas muy poco tiene de filosófico sino es que nada, pues no es otra cosa que una perspectiva pueblerina y provincialista. El autor nos dice que:

Del intento de filosofar desde la "circunstancia" iberoamericana se pasó al esfuerzo por filosofar en tanto mexicano, argentino o peruano. No se advirtió que el carácter de argentino forma parte de mi "circunstancia" pero también forma parte de ella mi condición de iberoamericano y de hombre occidental. Y que hay también una "circunstancia humana", no menos real e irrenunciable. Hubo en tales intentos un error de perspectiva. La filosofía se ocupa de la totalidad en tanto totalidad. Y mal podemos contemplar esa totalidad con una perspectiva pueblerina. El provincialismo es enemigo de la filosofía y parece actitud provinciana querer elaborar una filosofía mexicana o argentina

Ibid. p.292

Los intentos por realizar una filosofía latinoamericana (o iberoamericana) estarían plagados de un doble error. El primero consistiría en querer ver lo grande a través de lo pequeño, es decir la actitud pueblerina que ya hemos señalado. Y el segundo error consiste en el propósito deliberado de realizar una filosofía autentica, propia, al servicio de intereses y preocupaciones políticas, literarias, etc., es decir, no filosóficas.

El autor nos recuerda que:

Las ideas no se juzgan por su aplicación, no se valoran a la luz de problemas no filosóficos, sino en la medida de su calidad teórica.

Ibid. p. 289

Y ante tales afanes impacientes y deliberados nos dice:

Todas estas preocupaciones, por otra parte revelan el deseo, expreso u oculto de que haya una filosofía iberoamericana a corto plazo, como si pudiera elaborarse un pensamiento filosófico original con solo proponérselo. Ninguna filosofía surgió como resultado de un deliberado propósito de realizarla. Descartes no comenzó a filosofar en actitud de francés o con el propósito de elaborar un pensamiento francés; sin embargo, su filosofía es típicamente francesa. Lo mismo podría decirse de Hume, Kant y los otros grandes filósofos europeos. Si se lo hubieran propuesto sus concepciones no solo habrían perdido profundidad, sino que se habrían resentido como expresión genuina de sus pueblos. En nuestro caso, el afán deliberado e impaciente por tener una filosofía propia es el impedimento mayor para que surja tal filosofía. Y si alguna vez aparece alguna filosofía original en Iberoamérica será porque sus forjadores no se lo han propuesto. La filosofía de un determinado país o época es una consecuencia de la idiosincrasia de sus autores y no el resultado de una labor que se realiza con el deliberado propósito de tener una concepción original o propia.

El error de tales preocupaciones consiste en que el interés por lo iberoamericano hizo olvidar el aspecto filosófico. La filosofía de cualquier país o época tiene que ser, en primer lugar filosofía. El esfuerzo por querer convertirla en Iberoamericana le ha quitado, en nuestro caso, todo carácter filosófico a la posible empresa.

Ibid. p 291

¿Cree Frondizi que existe una Filosofía Latinoamericana? Él es conciente de que la palabra es multívoca y que se habla de ella en muchos sentidos. Pero utilizando su acepción en su forma más rigurosa y técnica nos dice que no, que:

…no hay una filosofía latinoamericana en el sentido que damos a ese término cuando afirmamos la existencia de la filosofía británica, alemana, francesa e italiana moderna y contemporánea, o norteamericana a partir de Peirce, Royce y James. En otras palabras, que no ha habido en Latinoamérica ninguna filosofía original y que sea la expresión genuina de características espirituales propias de este pueblo. La llamada filosofía latinoamericana no es más que un replanteamiento de problemas filosóficos de raíz europea. De ahí que historiar su desenvolvimiento sea ocuparse de la influencia que ejerció en ella la filosofía europea.

Ibid. p.257

De esta forma vemos como de la concepción que tiene de la Filosofía, utilizando el concepto en su sentido amplio, le permite negar el que exista una filosofía latinoamericana, de la misma forma que el doctor Zea a su manera afirma lo contrario.

Bibliografía:

Copleston, F (1984). Filosofías y Cultura. F.C.E. México.

Frondizi, R (1986). Ensayos filosóficos, F.C.E. México.

Frondizi, R (1991) ¿Qué son los valores? F.C.E.México.

Zea, Leopoldo (1987) Filosofía de la historia Americana.F.C.E. México.


Sincronía Winter 2008