Sincronía Winter 2009


“El futuro en el español: variación y unicidad. Un estudio textual[1]

 

Elvia Vega Llamas

Universidad de Guadalajara. México


 

El objetivo principal de este artículo es describir los valores modales y temporales de las dos formas de futuro en español (cantaré vs. voy a cantar) utilizando como pretexto la novela La Muerte de Artemio Cruz de Carlos Fuentes. Se trata de observar cómo el texto configura sentido en sus propias estructuras, además de la información semántica y la pragmática de sus usos. Con este estudio será posible hacer algunas propuestas sobre la distribución del futuro, las cuales podrían considerarse para la enseñanza español para extranjeros y en cursos de gramática avanzada.

 

 

 

Introducción

Los tiempos lingüísticos no se agotan en la simple función de referir el tiempo objetivo. Se ha encontrado, por ejemplo, que los tiempos pueden incluso no corresponderse ni siquiera con el tiempo de los adverbios[2].

La modalidad, el tiempo y el aspecto entre otras categorías y funciones discursivas, son comúnmente señaladas en los tiempos lingüísticos. No obstante, la mayoría de las gramáticas insisten en considerar sólo como verdadero o legítimo al valor temporal dejando en un papel secundario a los valores modales con lo que mantienen la tradicional división “Significado y usos de los tiempos verbales[3].

El problema, como veremos, no es que se clasifique un significado como primario y los demás como secundarios, sino la valoración que se esconde detrás de tales argumentos: se eleva el valor temporal a la categoría de auténtico y se reduce los demás a usos derivados, de menor importancia y, hasta despreciables.

Considerar el Tiempo/Time/Tempus como el valor verdadero o legítimo no se justifica ni diacrónica ni sincrónicamente.

En la diacronía es en donde menos posibilidades hay de justificar la supremacía de lo temporal. Las rutas evolutivas sugeridas para tiempos como el futuro, a través de los estudios de gramaticalización, muestran una sorprendente variedad de significados de orden modal, en cuyas bases destacan precisamente los valores de deseo y obligación.  El futuro temporal es sólo uno de los distintos valores del futuro, y el último en gramaticalizar.

En la sincronía tampoco es posible justificar dicha división, pues cualquiera de los valores modales, temporales, aspectuales y de modo de acción puede ser ‘realizado’ en las formas verbales según intenciones y objetivos fundamentalmente pragmáticos. Así, no hay ninguna razón para afirmar que en “Venía a decirle que ya me voy” y en “Tendrá unos diez años de edad” el hablante quiere significar primariamente ‘tiempo objetivo’ y que desde allí tiene que realizar una ‘dislocación’, una ‘metáfora’,[4] etc. para llegar a los matices, secundarios, de respeto y cálculo, respectivamente.

 

Texto y configuraciones de sentido

Las gramáticas resumen largas listas de valores secundarios del futuro: Se habla de futuros voluntativos, apodícticos, de conjetura, estipulativos, prescriptivos, de conformidad, de conciliación,  de avenencia, de confianza, de inhibición, concesivos, categóricos, resolutivos, vinculativos, de mandato, de sorpresa, de desafío, etc.[5]

A simple vista podemos ver que se trata de valores de las tres modalidades más reconocidas: deóntica[6], dinámica y epistémica.

Con todo esto, en el habla real ¿tiene caso considerar secundarios a los valores modales? El texto nos muestra, a diferencia del ejemplo aislado o de la oración, los medios por los cuales se puede crear significado sobre las estructura léxicas.

Llamaremos ‘configuraciones de texto’ a la forma en que el texto ‘imprime’ o ‘configura’ en sus elementos ‘matices de significado único’ que resulta de la interrelación entre sus diferentes estructuras y de la intersección, en distintos grados, de las distintas modalidades[7]. Una configuración está hecha de elementos de semántica léxica y textual por un proceso fundamentalmente pragmático.

El habla, no sólo la lengua, es también creativa y retribuye dialécticamente creación al sistema. Los valores del futuro se pueden entender desde esta perspectiva.

 

Hemos utilizado una novela de Carlos Fuentes titulada La muerte de Artemio Cruz,  escrita en tres turnos que corresponden a las tres personas gramaticales. Aunque la segunda persona está estilísticamente ‘narrada’ en futuro sintético, tomamos más en cuenta la primera y la tercera, que serían los usos no marcados de las dos formas de futuro:

 

Fragmento I

No quiero hablar (1). Tengo la boca llena de centavos viejos, de ese sabor. Pero abro los ojos un poco y entre las pestañas distingo a las dos mujeres, al médico que huele a cosas asépticas: de sus manos sudorosas, que ahora palpan debajo de la camisa mi pecho, asciende un pasmo de alcohol ventilado. Trato de retirar (2) esa mano.

                        −Vamos señor Cruz, vamos...

No, no voy a abrir (3) los labios: o esa línea arrugada, sin labios, en el reflejo del vidrio. Mantendré (4) los brazos alargados sobre las sábanas  (La muerte de Artemio Cruz, págs.13-14)

 

Iniciamos con los valores más básicos de modalidad deóntica (desiderativa y volitiva) en lo verbos modales: desear/querer. (2) puede comprenderse como la expresión explícita del propósito o intención para el cumplimiento de ese deseo y esa voluntad. La perífrasis (3) comprime toda  la información anterior e indica el proceso hacia la ejecución del ‘acto deliberado’: la resolución (4).

El proceso se cierra con el carácter concluyente o categórico de la determinación: con futuro sintético. Visto desde su perspectiva sincrónica y desde una teoría de grados y continuos, el valor de  determinación puede aquí definirse como la expresión de un fuerte deseo convertido en firme voluntad, decidida intención y categórica resolución. Se puede abrir un espectro con detalle en el espacio de la modalidad deóntica:

           

No quiero hablar>trato de retirar>no voy a abrir>mantendré

 

El nivel máximo de intensidad y de autoridad se expresa en futuro sintético para los valores de predestinación y mandato:

 

Fragmento II

“Por haber hecho esto, maldita seas entre todas las bestias y entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida… (Génesis 3, vers. 14)

 

... No matarás. No cometerás adulterio (...) No desearás la mujer de tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni su campo, ni su servidor, ni su sirvienta, ni su buey, ni su burro, ni cosa alguna suya. (Deuteronomio 5, verss. 1-22)

 

Fragmento III

-¿Crees que no distinguí tu cara de animal cuando decías quererme?

            -No te quería apartada, sino metida en mi vida...

            -No me toques. Eso es lo que nunca podrás comprar. (1)

            -Olvídate de este día, piensa que vamos a vivir toda la vida juntos.(2)

-Aléjate. Sí. En eso pienso. En tantos años por delante. (La muerte de Artemio Cruz. Págs.77-78)

 

¿Por qué a dios no le bastó el imperativo o el futuro perifrástico para sus mandatos? La síntesis es la expresión en grado superlativo del absolutismo y la autoridad, alejado por completo del diálogo y del tiempo; de ahí su preferencia en textos de leyes, códigos religiosos, militares, etc.

El futuro perifrástico (2) en el fragmento III muestra el contraste: después de la fuerte discusión, los esposos se predeterminan a la infelicidad, uno intenta el diálogo: la perífrasis muestra esa ‘posibilidad’ impregnada del ‘deseo de reconciliación’, matiz claramente marcado por el contexto.

           

En las oraciones condicionales la apódosis expresa causa, conclusión o consecuencia. El futuro suele ser una estructura gramatical obligada en esta clase de oraciones:

 

Fragmento IV

Si un hombre ha herido el ojo de su esclavo o esclava, dejándole tuerto, le dará la libertad a cambio del ojo que le sacó”;

Si un buey cornea a un hombre o una mujer y los mata, será muerto a pedradas. (Biblia. Código de la Alianza, vers. 1-20)

 

La obligación deóntica parece sugerir temporalidad en tanto abierta a la posibilidad de que ocurra y, por la estructura premisa-consecuencia. Aunque el valor temporal no sea lo principal porque una ley pretende ser atemporal. ¿Cuál es la diferencia con el siguiente fragmento?

 

Fragmento V

-¡Que no los descuelguen! - gritó el teniente Aparicio... ¡Que se les grabe a todos! ¡Que sepan bien contra quién peleamos! ... Así mataron  la tribu yaqui (...) Igual (...) mataron a los trabajadores de Río Blanco y Cananea... Así matarán a todos si no les partimos la madre. Vean.  (La muerte de Artemio Cruz, pág.58).

 

Los argumentos esgrimidos antes de la conclusión hacen evidente una lógica pragmática que resulta del análisis de las circunstancias por el hablante. El futuro graba esa necesidad  epistémica ahora.

 

Fragmento VI

-¡Que sea la última vez que alguien venadea! -dijo Zagal con su voz ronca y sonriente-. Esos balazos te van a faltar algún día, cabo Payán.    (La muerte de Artemio Cruz, pág. 119).

 

El futuro temporal o predictivo puede ser también visto como una conclusión de condiciones no explícitas. La predicción puede ser considerada un valor modal más, en tanto emitido a partir de los juicios y evaluaciones de los hablantes respecto a los objetos, o los estados de las cosas sobre los cuales buscan ‘informar’.

 

Tiempos sin temporalidad: ¿reserva?       

Por otra parte, como se sabe, son muy conocidos los casos en que el futuro no expresa tiempo futuro, como en:“¿Cuántos años tendrá?” a lo que puede responder en presente conjeturando o con certeza : a) Tiene veinte; b) Tal vez (quizá, probablemente, etc.) tiene/tenga /veinte; c) Ha de/debe de/debe tener veinte; d) Tendrá veinte; e) No ;  f) ¡¿Cuántos va a tener?!

            Parece que al eliminar el tiempo también se elimina ‘el compromiso de saber’ que implicamos sobre el oyente al preguntar en presente. El futuro pragmáticamente señala distancia respecto del interlocutor pero guarda el sentido de ‘incertidumbre’ asociado a lo que se desconoce, propio del futuro. Un poco como lo que ocurre con las formas en pasado que indican respeto: “Venía a decirle que ya me voy”.

            Pero el futuro sin temporalidad también ocurre en lo que suele llamarse ‘preguntas retóricas’, que como veremos, en el interior del texto, no son simplemente retóricas:

 

Fragmento VII

 

 (...) ¿cómo te nombraré... amor...cómo te acercaré... nuevamente... a mi aliento... cómo te suplicaré... la entrega... cómo te acariciaré... las mejillas... cómo te besaré... los lóbulos... cómo te respiraré... entre las piernas... cómo diré... tus ojos... cómo tocaré... tu sabor...  cómo abandonaré... la soledad de mí mismo... para perderme en... la soledad... de los dos... (...)  (La muerte de Artemio Cruz. Págs. 180-181)

 

Este es el extremo de la reserva en futuro sintético. El personaje, Artemio Cruz, al bordo del caos por la inminencia de la muerte empieza a perder el ‘timón’ con el cual navega para mantenerse en la cordura: el recuerdo de la única mujer que amó. Aquí no se contempla ya ni siquiera la posibilidad de conjeturar y no se espera respuesta porque ya no hay ninguna voluntad ni ningún tiempo.

 

            En el siguiente fragmento veremos con mayor claridad cómo se superponen valores de las diferentes modalidades en las formas del futuro, por la diacronía del texto:

 

Fragmento VIII

 

Quiero dormir. Allí viene la punzada. Allí viene. Aaaah-ay. Y las mujeres. No, no éstas. Las que aman. ¿Cómo? Sí. No. No sé. He olvidado el rostro . Por Dios, he olvidado ese rostro(1). No, no lo debo olvidar(2). Dónde está. Ay, si  era tan lindo ese rostro. Cómo lo voy a olvidar. Era mío, cómo lo voy a olvidar. Fuiste mía, cómo te voy a olvidar (3). ¿Cómo eras, por favor, cómo eras? Puedo creer en ti, duermo contigo, ¿cómo eras? ¿Cómo te invocaré? (4) (La muerte de Artemio Cruz. Pág. 45)

 

La perífrasis ‘encaja’ valores epistémicos y deónticos sin temporalidad: un hecho cierto, el olvido; la necesidad de que el hecho no sea real y el deseo de rescatar el recuerdo; la necesidad u obligación de oponerse ante la sospecha o posibilidad de la pérdida real. En la síntesis se configura por el entorno, reserva pura: ausencia de tiempo, de voluntad, de esperanza. Este es el esquema diacrónico:

 

He olvidado >   no lo debo olvidar > cómo lo voy a olvidar> cómo te invocaré

            (m. epist. declarat.) > (m. deóntica) > (m. deóntico/epistémica)> (m. epistémica)  

 

 

Futuro y funciones comunicativas

El futuro también desempeña funciones que tienen que ver la organización y pragmática de los textos. Es el caso de los llamados clichés, que se supone son vacíos semánticamente, los cuales, además de configurar valores epistémicos y deónticos, carentes de temporalidad, sirven para la planeación de discursos: abrir, cerrar e incluso argumentar: ‘Cómo te diré; ‘De qué modo te explicaré; ‘A ver te pondré un ejemplo; ‘Eso dirás tú; ‘Pues le diré, yo no  estoy de acuerdo’; ‘Será el sereno, etc.

En textos técnicos, científicos, pedagógicos, etc., el futuro posee funciones metacomunicativas, como instrucciones para elaborar un objeto o para dirigir al lector sobre el acomodo de la información:

 

Fragmentos IX y X

 

Por nuestra parte añadiremos que en las visitas a Soroandieta hemos podido comprobar que Urcelay fue un auténtico artífice manual (...) Nosotros seguidamente nos ocuparemos de parte de la producción manual de Pedro Urcelay (...)  En nuestro empeño nos valdremos de los datos que... (J. Armedia La artesanía vasca, 1980: 17).

 

El travesaño cuenta con otros dos agujeros circulares, uno a cada lado, en los cuales se ajustarán las dos patas de madera que, rematarán en punta, picarán en tierra, sujetando así debidamente la “garrastea”....  (J. Garmendia,  1980: 103)

 

En los tiempos verbales que suelen aparecer en alternancias se ha observado que más que referir temporalidad, desempeñan funciones discursivas cognitivas como las de destacar o dar fondo a los eventos, conocido como grounding: foreground (figura) y background (fondo)[8]. Las formas perifrástica y sintética pueden desempeñar estas funciones:

Fragmento XI

Hoy lo sabrás. Se va a detener. El cauce se va a secar. (...) Durante setenta y un años tu arteria mesentérica pasará, presionada, por esta prueba, por este salto mortal. Hoy ya no podrá. Hoy no resistirá la presión (...). Hoy (...) se detendrá… (La muerte de… pág. 65)

 

Variación y distribución contextual.

En el texto se intersectan las funciones propias del sistema pero también funciones de orden extrasistémico como lo son factores sociales y geográficos.

La variación del contenido y su distribución para los dos futuros debe estar motivada en buena medida por dichos factores además del estilo, la situación comunicativa, los textos hablado o escritos, entre otros.

Pero ninguno de estos enfoques puede por su propia cuenta explicar adecuadamente por qué se elige una u otra variante de futuro, a riesgo de caer en repartos tan absurdos como el de creer que el futuro sintético es propio de las clases socioeconómicas altas, el futuro analítico de las bajas, y el empleo indiferenciado o distribución libre (sinonimia) para los estratos intermedios[9].

Pero tampoco se puede afirmar que no hay ninguna relación entre los dos futuros como lo hace R. Trujillo (1996), quien además niega que la perífrasis (en español u otras lenguas) sea un verdadero futuro.

Pero ¿por qué toda la variación que hemos visto gramaticaliza precisamente en las formas del futuro y no en otros tiempos gramaticales?

Las formas voy a ir e iré pueden compartir la mayoría de los valores en la mayoría de los contextos; pero no al grado de que puedan ser consideradas simples variantes facultativas, pues no puede haber variación formal sin variación correlativa en el plano del contenido.

Tanto la perífrasis como la síntesis podrían estar en una relación polisémica respecto de un significado general, que sería una abstracción de todos sus significados. Una especie de “semema” o Gesamtbedeutung en términos de Jakobson[10].

 

 

¿Qué cambia cuando intercambiamos una forma por otra en el mismo contexto?

 

(1)  Voy a admitir esto porque...  /  Admitiré esto porque... 

(2)  ¡No van a pasar!  / ¡No pasarán! 

(3)  Vas a amar a dios sobre todas las cosas / Amarás a dios sobre todas las cosas 

 

El futuro analítico, dado su carácter ingresivo focaliza el inicio y proceso de lo que el infinitivo anuncia, mientras que el futuro sintético parece ubicarnos en el final de la ‘acción’: decisiones ya tomadas, absolutas, imposibles de cambiar. En (3) la perífrasis tiene más carácter de estricta instrucción y de una fuerte y convencida intención, la síntesis es un mandato categórico.

 

(4)  Cómo te nombraré... amor  /  Cómo te voy a nombrar... amor

(5)  Cómo te voy a olvidar...  /  Cómo te olvidaré...

(6)  ¿Quién será? / ¿Quién va a ser? 

 

En esto ejemplos hay diferentes grados de la reserva con los dos futuros y temporalidad nula. Con la elección de un futuro u otro el cambio de significado es dramático: desde negarse a olvidar o nombrar, hasta buscar la forma de olvidar, precisamente; o replicar.

 

(7)  Ay, ya pasará... / Ay, ya va a pasar...

(8)  Se van a callar. Se van a alejar ... / Se callarán. Se alejarán...

(9) ¿Cómo te diré? ... todos... todos necesitamos testigos de nuestra vida / ¿Cómo te voy a decir? ... todos...todos necesitamos testigos de nuestra vida *

 

En (7) y (8) aunque la reserva se expresa en ambos futuros, es más fuerte en la síntesis, en tanto que la en la perífrasis aumenta el grado de temporalidad por la certeza que da la inminencia: el futuro así es más modo de acción que tiempo.

 

 

Tendencias de valores en las variantes voy a ir e iré

En la conmutación notamos algunas tendencias en los valores para las dos formas del futuro, lo que puede ayudar para sugerir una distribución

            Intención, inminencia, predicción, amenaza, etc., muestran preferencia por la forma analítica, sobre la base de los rasgos  +ingresivo, +procesual, +abierto (o posible al cambio). El esquema muestra la orientación:

 

 

                                                        Inicio    proceso                  

 


                                                    Voy    a  ir

 

Predeterminación, predestinación, obligación y altos grados de determinación, compromiso, promesa, etc. se asocian preferentemente con la forma sintética a través de los rasgos  +absoluto, +acabado, +cerrado (imposible de cambiar). El esquema de la síntesis se orienta al cumplimiento total de la proposición, no al inicio ni al proceso:

 

 

 

                                                               Absoluto: imposible          

                              cerrado    

 

                              acabado  

               Iré

 

Son los valores de la síntesis los que explota Carlos Fuentes en su novela: la sensación de absoluto, acabado, imposible de cambiar pueden asociarse con el pasado y con lo atemporal:

 

TÚ, ayer, hiciste lo mismo de todos los días. No sabes si vale la pena recordarlo. Sólo quisieras recordar, recostado allí, en la penumbra de tu recámara, lo que va a suceder… Sí; ayer volarás desde Hermosillo, ayer nueve de abril de 1959, en el vuelo regular de la Compañía Mexicana de Aviación que saldrá de la capital de Sonora…  (La muerte de Artemio Cruz. págs. 15-16)

 

La contradicción deja de sentirse. La estructura “aberrante” se convierte en el punto catastrófico o lei motif que reoganiza  toda la novela para hacernos sentir cómo en un instante un moribundo es obligado a ‘encarnar’ toda su vida ya vivida en una especie de juicio final.

 

 

Conclusiones

A nivel del texto o del discurso no tiene sentido considerar unos valores más importantes que otros. La modalidad es un fenómeno esencialmente pragmático; bajo el análisis de las circunstancias el futuro de predicción puede entenderse como la conclusión de premisas no explícitas.

            Los repartos absurdos y simplistas que consideran la síntesis propia de las clases pudientes y la perífrasis de las clases económicas bajas no tienen ningún fundamento, además de lo que implican, dónde quedaría toda la obra escritores como Juan Rulfo, Rodolfo Usigli, Carlos Fuentes entre tantos. Pero tampoco se trata de simples casos  sinonimia u homonimia como pretenden algunos, pues no es gratuito que tanta variedad gramaticalice precisamente en el futuro y no en otros tiempos verbales.

Las tendencias en la variación nos hacen sugerir una distribución para las dos formas. Parece que la síntesis es más propia de los valores modales deónticos y epistémicos, que de algún manera ya implicaban atemporalidad según muestran las rutas de gramaticalización. Mientras que la perífrasis se prefiere para expresar intención y temporalidad, incluso de ‘modo de acción’ cuando se trata de inminencia.

Podría decirse que hay, entre las dos formas de futuro una función parecida a la de aspecto, que nos recuerda las lenguas eslavas que tienen alternancia aspectual incluso en futuro. Pero no  se puede afirmar de modo absoluto que lo abierto u orientado a lo posible de la perífrasis deba verse como aspecto imperfectivo y la tendencia a lo cerrado o absoluto de la síntesis como aspecto perfectivo.

           

En los textos escritos técnicos y académicos el predominio de la síntesis es casi absoluto, a diferencia de la perífrasis tan propia de los discursos coloquiales. Pero en ambos medios, la tensión de las emociones juega un papel preponderante para la elección de uno u otro tiempo: la rabia, el enojo, la tristeza, la pena, el dolor, suelen asociarse con fatalismo, y éste es uno de los más antiguos valores ligados a la síntesis. La perífrasis ocurre en contextos relajados, divertidos, coloquiales, de manera que en farsas teatrales, por ejemplo, su dominio es arrollador.

A estas consideraciones hay que agregar la influencia de factores geográficos; pienso que la variedad nuevomexicana tiene mayor preferencia por la perífrasis (si bien responde a que es también una cultura más oral por la política lingüística de este país). El estilo es también otro factor para el empleo de uno u otro, suele implicar una elección consciente. La tercera parte de la novela que usamos como corpus está estilísticamente narrada en futuro sintético explotando los más antiguos valores de la síntesis, en especial, el valor de predestinación.

 

 

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[1] Este trabajo fue presentado en la Universidad de Nuevo México, en 7mo. High International Linguistics Conference. Albuquerque, Nuevo Mexico. 2008.

[2] Ver K. Hamburger (1995[1957]); H. Weinrich (1974[1964]), “-Heute abend wollte der König Flöte spielen; “-Sí, ayer volarás desde Hermosillo…”; “Llegando tan tarde antes no te pasa nada”. Ver también É. Benveniste, 1993 (1966); S. Fleischman, 1985; N. Wolfson, 1978, 1979.

 

[3] Para B. Comrie (1985) es muy importante dejar en claro que existen significados independientes o dependientes del contexto o ‘usos’, y determinar cuáles son básicos y cuáles son secundarios.

 

[4] Ver G. Rojo, 1980. A. Porto Dapena, 1989.

 

[5] Cfr. Fernández Ramírez, 1986; Porto Dapena, 1989; Esbozo de la RAE, 1999; Moreno de Alba, 1985.

 

[6] Hay una gran diversidad de clasificaciones en el ámbito de esta modalidad. Bybee et al. 1994 hablan de modalidad orientada al agente y modalidad orientada al hablante, por ejemplo.

 

[7]El término se inspira en el empleo que F. Varela y H. Maturana (1996) le dan a la palabra ‘configuración’.

 

[8] S.Fleischman, 1985; H.Weinrich (1974[1964]; Nessa Wolfson, 1979

 

[9] Ver propustas de Larry Grimes y Raúl Avila junto la propia opinión de Moreno de Alba en Moreno de Alba 1986)

 

[10] Ver J.L. Iturrioz, 2000; C. Silva Corvalán, 1998


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