Sincronía Fall 2008


Sátira menipea y teoría carnavalesca en la obra de Juan Rulfo

Yoon, Bong-Seo

Universidad Nacional de Seúl


 

I. Introducción

Roger Caillois señala que ninguna fiesta se explica del todo por ninguna teoría ya que cada fiesta "cumple una función precisa en un medio determinado" (1939:8), –afirmación que no se opone al hecho de que toda fiesta tenga unos principios comunes con las otras fiestas–. Hasta el momento, varios críticos han señalado puntos de convergencia entre la fiesta de El día del derrumbe y un género que precede al carnaval: la sátira menipea. Todo autor escribe desde una tradición, asumida en forma consciente o inconsciente. Y es desde esta perspectiva que señalaremos ciertas coincidencias entre la obra de Rulfo y los géneros estudiados por Bajtín en su teoría sobre el origen de la novela, como son el diálogo socrático, el diálogo de los muertos y la sátira menipea, según señala el propio crítico ruso:

En la medida en que se iba debilitando la base historiográfica y memorística del género [diálogo socrático], las ideas ajenas se volvían cada vez más plásticas, en los diálogos se iban enfrentando los hombres y las ideas que en la realidad histórica jamás habían tenido contacto dialógico alguno (aunque hubiesen podido tenerlo). De aquí sólo media un paso hacia el futuro "diálogo entre los muertos", donde en un plano dialógico se enfrentan hombres e ideas separados por siglos. (Bajtín, 1963: 158)

Bajtín habla de siglo de separación y nosotros agregaríamos por abismos temporales como puede ser la distancia entre la vida y la muerte, como en Pedro Páramo, por ejemplo.

En primer lugar, la sátira menipea mantiene la forma externa de memorias, en ocasiones, como reducto de su descendencia del "diálogo socrático" (cf. Bajtín, 1963: 161). Esta técnica es muy usual en los textos de Rulfo. El texto se hace presente, en la mayoría de los casos, a través de la memoria del narrador y sus interlocutores:

? Me acuerdo de antes, cuando los Torricos venían a sentarse aquí también [...] Me acuerdo que eso pasó allá por octubre, a la altura de las fiestas de Zapotlán. (La Cuesta de las Comadres, 19 y 27)

? Es de eso de lo que quizá nos acordemos aquí más seguido: de aquel Tanilo (Talpa, 69)

? Me acuerdo muy bien de todo. De las noches que pasábamos en la sierra (El Llano en llamas, 94)

? Me parece recordar el principio. Me pongo en su lugar y pienso... Mire usted, cuando yo llegué por primera vez a Luvina... (Luvina, 116)

? Acuérdate de Urbano Gómez, hijo de don Urbano, nieto de Dimas, aquél que dirigía las pastorelas [...] Acuérdate que le decíamos el Abuelo por aquello de que [...] Acuérdate del relajo que armaba cuando estábamos en misa [...] Acuérdate que a su madre le decías la Berenjena porque siempre [...] Acuérdate que nos vendía clavellinas (Acuérdate, 140-141)

? Esto pasó en septiembre. No en el septiembre de este año sino en el del año pasado. ¿O fue el antepasado, Melitón? [...] Sí, si yo me acordaba bien. [...] Tú que tienes tan buena memoria te has de acordar bien de lo que recitó aquel fulano. (El día del derrumbe, 151 y 154)

? Me acuerdo del desventurado día que le sucedió su desgracia. Todos nos conmovimos, porque todos lo queríamos.[...] Todo sucedió a raíz de que le tronó muy cerca de la cabeza uno de esos cohetones que usamos aquí para espantar las culebras de agua. (Pedro Páramo, 23)

También es característico de la menipea la palabra inoportuna, "un discurso fuera de lugar bien por su sinceridad cínica, por una profanación de lo sagrado, por una brusca violación de la etiqueta" (Bajtín, 1963: 166). En este caso, El día del derrumbe es el ejemplo por excelencia (Macías, 2000).

La sátira menipea crea situaciones excepcionales para provocar y poner a prueba "la idea filosófica, la palabra, y la verdad" (Bajtín, 1963: 161). El que los textos presenten cierta semejanza con este género no implica que por su antigüedad clásica el autor esté prefiriendo lo retórico sobre lo significativamente humano y social de los contenidos. Además, la asunción de ciertas características de este género pudo no haber sido consciente en el autor.

Es importante señalar la serie de coincidencias que se pueden percibir en la lectura simultánea de El día del derrumbe y la Divi Claudii Apocolocyntosis de Séneca, una de las pocas obras de la antigüedad clásica que se conserva completa como ejemplo de la sátira menipea.

II. El día del derrumbe y la Divi Claudii Apocolocyntosis de Séneca

Séneca cuenta en la Divi Claudii Apocolocyntosis cómo el emperador, después de su muerte, intenta en vano ser admitido entre los habitantes del Olimpo, del cual es ignominiosamente expulsado. Vienen luego una serie de incidentes burlescos que acaban en forma deplorable con Claudio en los Infiernos, donde no es ciertamente bien recibido. El título mismo es parodia de la palabra "apoteosis" y significa "transformación en calabaza". Por su parte, en el cuento de Rulfo, la fiesta surge con la visita del gobernador al pueblo destruido por un reciente terremoto. El texto desmitifica la figura del gobernante y del discurso político que representa mediante la ridiculización del momento. En ambos casos, el blanco de la sátira es el representante de la autoridad oficial. El emperador Claudio muere el 13 de octubre del año 54. Los funerales fueron grandiosos. Nerón pronunció un panegírico compuesto por Séneca; dice Waltz:

Mais Sénèque presque aussitôt écrivit d'une tout autre plume un écrit fort différent: cette satire de l'Apocoloquintose du Divin Claude, ce pamphlet unique de son espèce que stigmatisait impitoyablement l'empereur défunt. (1934: II-III).

En esta sátira, Séneca parodia las declaraciones de fe de los historiadores de su momento, así como ciertos pasajes de la Eneida al comparar a Claudio con el pequeño Iulo que toma de la mano a Eneas con su padre a cuestas, y lo sigue con pasos desiguales cuando salen de Troya. (cf. Eneida libro II, v. 724). Séneca se burla así del emperador por su vicio de beber. Se parodian igualmente locuciones trágicas y juega con palabras de doble significado, por ejemplo con la palabra gallum que significa a la vez gallina y galo, a la vez que hace alusiones satíricas de temas como la libertad y utiliza frases con intención sarcástica, como el llamar "Saturnalicius princeps" a Claudio, esto es, rey del carnaval. Se burla también de la manera de hablar griego de Claudio y de la forma de citar los versos de Homero –incluidos por Séneca en griego– en toda ocasión.

Así pues, tenemos un texto en el que, además de combinar las formas de prosa y verso, usual en la sátira menipea, el autor aprovecha la forma seria del discurso para reírse de la autoridad del emperador, ya que como señala Waltz: "en réalité, les Romains n'avaient jamais considéré Claude que comme une espéce de fantoche, jouet de ses femmes et de ses affranchis, incapable de volonté personnelle dans l'administration des affaires" (Waltz, 1934: I).

Al hablar Bajtín sobre la sátira menipea se refiere a su carácter de actualidad más cercana: "Es una especie de género periodístico de la antigüedad clásica que reacciona inmediatamente a los acentos ideológicos más actuales" (1963: 167). Así pues, del mismo modo en que Séneca reacciona ante una situación de su realidad sociohistórica, del mismo modo Rulfo escoge un tipo de escritura que rompe las normas convencionales de la mayoría de sus textos anteriores –a excepción de Anacleto Morones–.

El título El día del derrumbe parece remitir a otros significados, al igual que el título en el texto de Séneca. La palabra "derrumbe" sólo se usa una vez más, como verbo: "vi cuando se derrumbaban las casas" (p. 151), y luego no vuelve a aparecer. "Temblor" y "terremoto" son las que el pueblo escoge para hablar del desastre, y en el discurso de la autoridad se utilizan formas más elaboradas como "caso paradojal de la naturaleza" y "castigo de la naturaleza". Lo cierto es que, además de las casas que se caen encima de la gente, alguien más cae: "cayó por aquí el gobernador" (p. 152). La relación entre el ejercicio de la autoridad y el desastre natural se establece en términos de los resultados: el pueblo queda asolado y en la miseria.

Juan Rulfo, en su artículo "La Tierra Pródiga" publicado en El Nacional, el 8 de noviembre de 1964, se hace un recuento de las condiciones en que se han mantenido las tierras de la región desde un poco antes de la revolución hasta la fecha:

La Huerta, ya en el Valle de Expuchimilco (la tierra pródiga de Yáñez), fue arrasada por las tropas de los generales Agustín Olachea y Ochoa Urtiz en 1919. En Casimiro Castillo (La Resolana) hubo hace apenas 14 años una matazón entre tropas federales contra los caciques Lozano, herederos a su vez del enorme cacicazgo de los extranjeros Elórtigue. Otro extranjero fue propietario del Alcihuatl desde 1775, se apellidaba Romero y baste decir que registró como realenga toda la tierra, desde Llano Grande hasta Mixmaloya misma, que legó a su hijo Liberato. Cacaluta era otro cacicazgo sin límites, propiedad de un tal Torralba. San Miguel, la vieja capital de la provincia de Melahuacán, fue arrasada en 1858, en unión de Cuitzmala y otros pueblos. Y todavía en 1928 el general Charis hace estropicio en toda la región desde la Purificación hasta Tomatlán. Hubo, pues, en la tierra pródiga muy pocos habitantes, desde hace cuatro siglos, pero sí muchos caciques y hasta filibusteros (citado por Franco, 1987: 125).

La relación entre generales y caciques salta a la vista, ambos tipos de caudillos asolan por igual. Sobre la intención que podría llevar el citar a Carranza en el cuento como representante de la Revolución Mexicana, ahora resulta más irónica si consideramos que "en casi todas las batallas dadas por los carrancistas había saqueo, matanzas e incendios, y detrás de ellos quedaban humeantes ruinas, tierras arrasadas y cadáveres por millares" (Schlarman, 1950: 516). Carranza se iguala a los generales y caciques que arrasan con la tierra.

Séneca escribe su sátira como reacción a la situación de su momento, pues, como dice Waltz:

L'occasion lui en avait été fournie par l'apothéose de Claude. Un décret sénatorial avait en effet mis Claude, –comme Auguste– au rang des dieux; Agrippine était instituée prêtresse du nouveau culte; un temple devait être construit sur le mont Caelius. Ces honneurs divins sembla ient une insulte, tant à la religion qu'au sens commun (1934: II-III).

De igual manera se plasma en la obra de Rulfo. Franco señala: "le problème de la violence se pose de façon aiguë au point que le président Ruiz Cortines lance dès 1952 une grande campagne pour le respect de la vie, que le gouvernement d'Agustín Yáñez reprend à son compte dans le Jalisco" (1987:127). Sobre ese punto, en Noticia de Jalisco. 1953-1959 se habla de una serie de leyes a favor de esta campaña de seguridad social. Entre ellas, la "Ley sobre venta y consumo de bebidas alcohólicas", de abril de 1954, en Jalisco: "uno de sus más importantes aspectos fue [...] la prevención de los hechos de sangre, por medio del cierre dominical de las cantinas" (Noticia de Jalisco, 1959: 399), que se combinó con la no atribución de permisos para portar armas y el desarme generalizado.

Los excesos a los que llega la fiesta en El día del derrumbe son a causa del ponche de granada más el abuso de armas por parte un miembro de la comitiva del gobernador. El gobernador deja oír su voz sólo dos veces: durante el discurso y cuando dice: "Encárgate de él y toma nota de que queda desautorizado a portar armas" (p. 160), y el otro responde, "sí, mi general". ¿Podría ser una referencia irónica a la campaña de despistolización, que en esas fechas (1952-1954) se llevaba a cabo por iniciativa del gobernador? De ser así, el texto estaría presentando una serie de parodizaciones que van más allá del sólo discurso del gobernador. Al igual que Séneca que parodiaba a los historiadores y escritores de su momento, Rulfo estaría parodiando las disposiciones legislativas del suyo.

La parodia no es exclusiva del carnaval, el mismo Bajtín señala que la parodia "es un elemento imprescindible de la sátira menipea y en general de todos los géneros carnavalizados" (1963: 179). Además, otro aspecto en que el texto de Rulfo se acerca más a la sátira menipea y se distancia del carnaval propiamente dicho –es decir, arquetípicamente conceptualizado– es en lo que respecta al papel del autor.

El autor, como constructor del sistema semiótico del intertexto festivo: "contrairement à ce que pense Bakhtine que lui assigne un rôle secondaire, [...] est le principal agent sémiotique de la polyphonie et du dialogisme dans la mesure où c'est lui qui les construit et qui pourvoit le roman des opérateurs sémiotiques de l'intertextualité, telles la digression discursive, la méta-narration, la fragmentation ou l'allusivité citationnelle" (Krysinski, 1980: 131).

Por último, el origen de la sátira menipea ciertamente está en lo carnavalesco y en el contacto con el pueblo, pero también, surgió como consecuencia de una forma de pensamiento y de vida: la de los Cínicos del siglo III a. C., en Grecia, quienes a través de sus escritos y de su vida misma, denunciaban los vicios de la sociedad en que vivían.

Con todo lo anterior, el universalismo de los textos rulfianos queda de nuevo manifiesto.

Bibliografía citada

Caillois, Roger (1939), El hombre y lo sagrado, trad. Juan José Domenchina. FCE, México,1942.

Bajtín, Mijaíl (1963), Problemas de la poética de Dostoievski, trad. Tatiana Bubnova. FCE, México,1986 [1a. ed. 1929; 2a. ed., 1963].

Franco, Jean (1987), "L'état du Jalisco dans les années cinquante: quelques points de repère", Imprévue, núm. 2, pp. 115-135.

Gobierno de Jalisco (1959), Noticia de Jalisco. 1953-1959, José Rogelio Álvarez (coord.). Ed. ECLAL-Gobierno de Jalisco, Guadalajara.

Krysinski, Wladimir (1980), "Variations sur Bakhtine et les limites du carnaval", en La fête en question, Karin R. Gürttler y Monique Sarfati-Arnaud (eds.). Universidad de Montreal, Montreal, pp. 126-166.

Macías Rodríguez, Claudia (2000), "La fiesta en Juan Rulfo: Estructura y significación en El día del derrumbe", Sincronía, otoño, http://fuentes.csh.udg.mx/CUCSH/Sincronia/presencia.htm

Rulfo, Juan (1980), El Llano en llamas, 3ª ed. FCE, México, 1992.

Rulfo, Juan (1981), Pedro Páramo, 3ª ed. FCE, México, 1991.

Schlarman, Joseph H. L. (1950), México tierra de volcanes. De Hernán Cortés a Luis Echeverría Alvarez, trad. Carlos de María y Campos. Porrúa, México, 1973.

Waltz, René (1934), "Introducción", en Sénèque, L'Apocoloquintose du divin Claude, texto establecido y trad. al francés por René Waltz. Société d'édition Les Belles Lettres, París, pp. I-X.


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