Sincronía Winter 2008

La comunidad y sus desafíos: Klail City y sus alrededores, de Rolando Hinojosa-Smith

You-Jeong Choi

Universidad Nacional de Seúl


 

Resumen: Rolando Hinojosa-Smith (1929), galardonado con el Premio Casa de las Américas (1976), es considerado un autor fundamental en la literatura chicana. Este autor crea una comunidad ficticia llamada ‘Klail City’ de ‘Belken County’, en una región fronteriza entre México y los Estados Unidos. Aunque este lugar es mítico e imaginario, ciertas referencias son muy concretas geográfica e históricamente hablando, y más voces con vitalidad resuenan en todos los lugares sin parar a lo largo del tiempo y la memoria, de generación en generación. Por ello, Klail City se nos acerca como un lugar más real y como un todo orgánico más que cualesquiera investigación o teoría de los académicos derivadas de sus estudios sobre la frontera. Este estudio se encamina a investigar la fuerza de la comunidad y sus desafíos en la escritura, sobre todo en Klail City y sus alrededores (1976), del escritor méxico-americano.

Palabras clave: Klail City/ frontera/ comunidad/ oralidad/ Rolando Hinojosa-Smith

 

I make no claim to a privileged position in regard

to living in two cultures or within two cultures

or, even, between cultures.

I happen to think and to observe that

most of us who reside in Texas

lives in various cultures, any way.

A Voice of One’s Own

Rolando Hinojosa

I

Julio Ortega señala en su artículo sobre la literatura hispánica en los Estados Unidos: "Se nace, se dice, antes que en un país, en un idioma". Y se refiere al narrador méxico-americano Rolando Hinojosa-Smith (1929), como uno de los pocos escritores a los que les tocó la oportunidad de vivir "tres etapas de su destino lingüístico: empezó escribiendo en español, lo hizo después en inglés y optó luego por un relato bilingüe; como hijo de la frontera, vivió en el horizonte acrecentado del español (Julio Ortega, 2002). El mismo Rolando Hinojosa, en un texto inédito que cedió a la Universidad Nacional de Seúl para su publicación, afirma:

[...] las patrias chicas se multiplican. A saber, el lugar donde uno nace, y crece. El lugar donde uno se educa, se forma y vive. El lugar –en mi caso– los lugares, donde ocurren las cosas y la gente de las cuales uno escribe. Digo en mi caso ya que soy ciudadano norteamericano por nacimiento. Descendiente, por el lado paterno, de los Hinojosa, Guzmán, Cano, que, allá en 1748 y 49, cruzaron el Río Grande o Río Bravo del Norte y que, al pasar un siglo, ya no eran súbditos españoles ni mexicanos, sino texanos, de 1836 a 1845. Lo que dura la república hasta que cae en bancarrota. Después norteamericanos hasta 1860 y de allí, hasta el 65 confederados debido a la secesión de Texas de la unión norteamericana, y después de la guerra interna estadounidense, norteamericanos nuevamente. Todo esto, se entiende sin que esos cambios de ciudadanía hubieran tomado en cuenta las opiniones de la gente en su territorio donde yo nací muchos años después. (Hinojosa, 2008: 41)

Conforme a los acontecimientos históricos señalados por el mismo autor, la nomenclatura oficial de los territorios se ha reorganizado estableciendo una nueva frontera divisora entre los dos países, en el Río Bravo (también llamado Río Grande) cuya longitud de 3,152 kilómetros va desde el Océano Pacífico en el oeste, hasta el Golfo de México en el este. México tuvo que ceder casi la mitad de su territorio, que comprendía la totalidad de lo que hoy son los estados de California, Arizona, Nevada, Utah, Colorado, Nuevo México y Wyoming. Ayer era la tierra de México, pero hoy de los Estados Unidos. Aunque la gente hubiera debido tener la oportunidad de seleccionar su nacionalidad entre las dos, sea como fuera, no pasó por alto la conciencia de su origen. Es decir, la línea física no podía transformar ni delimitar clara y fácilmente la cultura de comunidad cuya gente estaba viviendo su presente desde la época de Aztlán.

Para este lugar y su gente, Rolando Hinojosa-Smith crea un espacio ficticio llamado ‘Klail City’ de ‘Belken County’ en una región al norte del Río Bravo, y nos cuenta la crónica de esta comunidad; un lugar mítico e imaginario que nos recuerda tanto ‘Yoknapatawpha County’ de William Faulkner como ‘Macondo’ de García Márquez, como ha señalado la crítica y como el autor mismo ha ratificado:

El escritor necesita un poco de libertad, por eso hice lo que hice. No soy el único. Faulkner lo hizo también al crear un lugar ficticio, inspirado en el estado donde nació [...] Bueno, primero, yo no le llego ni a la punta de los dedos a ninguno de los dos. Es que muchos críticos son muy buenos. Que me vayan a comparar con García Márquez o con Faulkner, dos novelistas de premio Nobel [...]" (KBS-Radio, 2008)

Sin embargo, por más que se trate de un espacio de ficción, nos podemos acercar como si fuera real y concreto. En la charla que sostuvo con José David, Hinojosa dijo: "The map is fairly accurate, and the position of the river in relation to the town and small cities is realistic" (José David Saldívar, 2004: 148). La descripción de la trayectoria de vida alrededores de Klail City de Belken County, de los protagonistas como el hermano Imás o Jehú Malacara, puede ser un buen ejemplo:

El hermano Imás era chicano nació en Albion, Michigan. Sus abuelos, naturales de Parras, Coahuila, emigraron a EE.UU. igual que muchos otros de la raza lo hicieron durante los años de la Revolución. Se vinieron con famila Hecah, según el hermano, y se plantaron primero en Texas luego en Illinois y de ahí en Michigan. Con el tiempo andando, la familia después de muchos años de trabajo en el Midwest se volvió a Chicago, propiamente al barrio La garra donde han nacido y muerto tantos chicanos, y así que los hijos crecieron, se casaron y se separaron del calor del hogar. [...] Al licenciarse del ejército se fue a Dearborn, Mich. [...] Viajó por las dos Carolinas y Virginias, por Kentucky y Tennessee y Georgia. [...] Después de una docena de años en Belken County se volvió la pareja al norte, a Wisconsin precisamente, donde se encontraba la sede de la más bien pequeña secta luterana de la Wisconsin Synod. (El condado de Belken: 53-55)

Más tarde, el hermano Imás decidió irse a Jonesville-on-the-river, y Jehú elijó quedarse en Klail (El condado de Belken, 64). A través de este escenario, Hinojosa nos señala la localización y la posición de la ciudad en el plano real. Y habitantes como de los Tamez, los Anda, los Buenrostro, los Leguizamón o las familias con otros nombres concretos se relacionan mutuamente entretejiendo su historia cotidiana con la Historia (con mayúscula) en Belken County. Como vemos, ciertas referencias son muy concretas geográfica e históricamente hablando, y más voces con vitalidad resuenan en todos los lugares sin parar a lo largo del tiempo y la memoria, de generación en generación. Por ello, Klail City se nos acerca como un lugar más real y como un todo orgánico más que cualesquiera investigación o teoría de los académicos derivadas de sus estudios sobre la frontera.

Con todo ello, nos hacemos tres preguntas:

1. ¿Con qué finalidad Hinojosa ha creado esta comunidad de Klail City de Belken County?

2. ¿Cómo se describe y se cuenta la historia de su comunidad?

3. ¿Cuál sería la perspectiva de Hinojosa como latino en la sociedad anglosajona?

En respuesta a las preguntas anteriores, este presente estudio se encaminará a revisar la fuerza y el desafío en la escritura, sobre todo en Klail City y sus alrededores (1976). Para ello, citaremos de dos versiones. Una es El condado de Belken: Klail City (1994), en la tercera versión en español, y otra es Klail City. A Novel (1987) en la versión en inglés, reescrita por el mismo Hinojosa, o como prefiere decir el autor ‘recreada’.

II

Tanto la transformación física y, podríamos decir, psicológica de la frontera entre México y los Estados Unidos, como el punto de vista o el estudio cultural y regional sobre la zona fronteriza se han alterado mucho en varios espectros y matices. Antes de los años noventa, el concepto y la imagen de la frontera se había dibujado como la limitación y separación entre entidades humanas a manera de una dicotomía. Pero según los estudios culturales posteriores a la década de los años noventa, este espacio fronterizo abraza un sentido más amplio y abierto como el diálogo polifónico entre id-entidades distintas, y más bien se ha convertido en base fundamental para la dinámica de la cultura.

Desde la perspectiva cultural, las zonas fronterizas construidas en ambos lados de la frontera lineal entre México y los Estados Unidos se han descrito como un cronotopo de culturas desterritorializadas e híbridas, donde se recrea y crece la cultura mestiza hecha de mexicanidad y de American way of Life. Según la teoría de los académicos llamados poscolonialistas, podemos entender este espacio como un lugar de experimentación de diversas culturas incontables. García Canclini ha comentado en Culturas híbridas (1989) que "la incertidumbre generada por las oscilaciones bilingüísticas, biculturales y binacionales tiene su equivalencia en las relaciones con la propia historia" (García Canclini, 1989: 299). Quizás, Homi Bhabha la entendería como el ‘tercer espacio’ y tal vez Fernando Ortiz la pondría dentro del fenómeno de la ‘transculturación’. En la introducción de Latin American Issues (1998), en el volumen que aparece bajo el título (De)Constructing the Mexican-American Border se afirma:

The floating frontier is a social space of cultural hybridization, a space in which one's identity shifts according to the perspective(s) that one inherits and the changing forces that affect social reality. For nearly two centuries, Mexicans and North Americans along the border have intermixed and produced a floating, hybrid culture that, paraphrasing Homi Bhabha […] is neither Mexican nor American but rather is Mexican and American at the same time. The results of such a hybrid culture are manifested not only in language (Spanglish) but also in food, customs, art, and literature. (Martí-Olivella, 1998: iii)

Por más que se compartieran ciertos elementos y características en común de los dos o más lados, esta región como un cruce sigue creando su propio discurso a manera de un ‘tercer espacio’. Pero muchos estudiosos han procurado explicar este nuevo espacio con un sentido teórico o académico. Sobre todo, los investigadores que se dedican a los estudios culturales de la comunidad latina, por lo general, elaboran su estudio en el marco académico o dentro de los límites del sistema de los Estados Unidos.

Por repetido que esté decirlo, si no se tiene el apoyo en el suelo concreto, todo se convertirá nada más que en una teoría para la teoría. El lema sin prácticas, sin ejemplos concretos puede ser sólo imaginario y ficticio. En este sentido, Saldívar se enfoca en la cultura de aquel espacio, a través del estudio de la literatura chicana, comentando que el texto de Hinojosa nos muestra que la cultura se construye íntimamente conectada con la relación social y el poder global. (José David Saldívar, 1990: 251). Así, Hinojosa enfoca los detalles de la comunidad, digamos la ciudad Klail y su gente con su vida cotidiana, como podemos leer en la siguiente cita :

Aquí aparece gente que ya se ha visto en otras ocasiones; gente que apenas se ha mencionado y, todavía, otra gente que se conocerá. Este mundo de Belken County es un ir y venir: la gente que nace y grita también llora y ríe y va viviendo como puede; unos suben otros bajan pero, al fin, todos mueren y, al llegar la hora de la hora, aquí no ha pasado nada, señores: el muerto al pozo y el vivo al gozo, si se puede, y sin que lo cojan a uno con las manos en la masa. (El condado de Belken, 29)

Además, en la cita se puede apreciar, ya desde el primer momento, su gran sentido del humor al incluir la frase "el muerto al pozo y el vivo al gozo¨, en combinación con el final -"con las manos en la masa"- que revela su intención de mostrar a los pobladores de su región tal y como son. En varios momentos y capítulos deja que comuniquen los personajes entre sí, utilizando el estilo directo. La narración de tono descriptivo y evocativo, de repente, salta al diálogo pero sin signos de puntación, la escena nos atrapa convertiéndose en ‘algo vivo’ como si fuera una escena cinematográfica:

Dicho y hecho, antes del mediodía lo divisé y cuando llegó a mí le dije que estaba listo para el viaje. Se me quedó viendo un rato y luego extrajo dos naranjas ombligonas de un morralito que llevaba atado al espinazo. Todavía sin hablar, me dio una y empezamos a pelarlas y a andar en ese claro día del mes de julio, dejando así una huella de cáscaras saliendo de Flora rumbo a Klail.

¿Jehú?

¿Sí, hermano?

En nombre sea de Dios.

Así sea. (El condado de Belken, 51)

Por lo tanto, la estrategia de Hinojosa para representar la vida fronteriza difiere mucho de la tendencia dominante de aquel tiempo. En las décadas de los años 60 y 70, la mayoría de los escritores chicanos se inclinaron por la tradición de la autobiografía, como Pocho (1959) de José Villarreal, The Autobiography of a Brown Buffalo (1970) y The Revolt of the Cockroach People (1973) de Oscar Zeta Acosta, Barrio Boy: The Story of a Boy’s Acculturation (1971) de Ernesto Galarza, o Hunger of Memory: The Education of Richar Rodriguez (1982) de Richar Rodriguez (Ramón Saldívar, 1985: 23-34). Pero Hinojosa, en cambio, se desvía de la tendencia corriente y toma otra vía poco explorada. En lugar de poner algún nombre autobiográfico por título, nuestro autor adopta el nombre de la colectividad, y deja que cada narrador nos cuente su vida desde distinta perspectiva y con su propia iniciativa.

Por ello, esta comunidad se convierte en el protagonista mismo, y con el tiempo crece junto con su gente. Desde el primer episodio, "Marcando tiempo", nos advierte señalando: "A continuación, Generaciones y semblanzas (entre diálogos y monólogos)" (El condado de Belken, 30), en la versión de español, y "And now, on to Klail City (and other places) (here and there)" (Klail City. A Novel, 10), en la versión de inglés. La fuerza del espacio y de la escritura deriva de las voces reales de todos los individuos. En este sentido, Hinojosa nos muestra su dibujo a gran escala en The Sense of Place (1985), como sigue:

As the census rolls filled up in the works, so did some distinguishing features, characteristics, viewpoints, values, decisions, and thus I used the Valley and the Border, and the history and the people. The freedom to do this also led me to use folklore and the anthropology of the Valley and to use whatever literary form I desired and saw fit to tell my stories: dialogs, monologs, imaginary newspaper clippings, and whatever else I felt would be of use. (Sense of Place, 23)

III

Según Amilcar Cabral, la cultura siempre comprende la totalidad de experiencias y contradicciones de una sociedad, diciendo: "Culture, the fruit of history, reflects at every moment the material, the spiritual reality of society, of man-the-individual and of man-the social-being, faced with conflicts which set him against nature and the exigencies of common life. From this we see that all culture is composed of essential and secondary elements, of strengths and weaknesses, of factors of progress and factors of stagnation or regression" (Cabral, 1973: 50-51). Según Agnes Heller, la vida cotidiana es el conjunto de actividades que caracterizan la reproducción de los hombres particulares, los cuales, a su vez, crean la posibilidad de la reproducción social (Heller, 1970: 19). Ninguna sociedad puede existir sin que el hombre particular se reproduzca, así como nadie puede existir sin reproducirse simplemente. Por lo cual, en toda sociedad hay una vida cotidiana, y todos los hombres, sea cual fuere el lugar que ocupen en la división social del trabajo tienen una vida cotidiana. (Heller, 1970: 19). A esta vida cotidiana de los individuos la estima Hinojosa como una conducta heroica. Desde su perspectiva, por más que el Cid sea heroico, la gente común puede ser también heroica ya que vive y sobrevive aguantando a su alrededor en su vida diaria:

Aquí no hay héroes de leyenda [...] El que busque héroe de la proporción del Cid, pongamos por caso, que se vaya a la laguna de la leche.

Verdad es que hay distintos modos de ser heroico [...] La gente sospecha que el vivir es algo heroico en sí. Lo otro, lo de aguantar lo que la vida depare, también lo es. Saber mantener el tipo y no permitir que a uno se le aflojen las corvas también viene siendo, en gran parte, saber de qué se trata la vida. Lo demás (el sermoneo) es música de salón y ganas de chotear.

El aguante le podrá venir a uno de nacimiento. Todo puede ser. Pero, por lo común, el aguante le viene a uno como consecuencia del forcejeo diario con el prójimo. No hay vuelta. (El condado de Belken, 29-30)

De la síntesis de los individuos resulta una comunidad heroica. Y esta comunidad fusiona las generaciones y las semblanzas -al igual que el título de otra de sus obras, Generaciones y semblanzas (1977)- introduciendo los tonos variados y distintas formas de las voces. Este mundo pequeño y reconocible que reflexiona sobre la sociedad se revela por los medios masivos de comunicación. En el marco de este microcosmos tradicional, llamado el condado del Belken, están los monólogos y diálogos de una colectividad de personajes como Rafa Buenrostro, Esteban Echevarría, Jehú Malacara, P. Galino y más personajes que nos cuentan algunos episodios de sus vidas. Por ello, de un suceso criminal, como el caso de Alejandro Leguizamón que mató a Jesús Buenrostro, y de sus presagios y sus derivados nos llega un relato fragmentado por medio de voces distintas, en distintos lugares:

Los Leguizamón mataron a don Jesús mientras dormía y ¿qué hizo Choche Markham? -les pregunto, raza- ¿qué hizo Choche Markham, el gran amigo de la raza? Pos ya sabe: no hizo nada. No hizo una chingada. ¿Los siguió a los Leguizamón? ¡Hell no! ¿Y por qué no? ¿Porque no se le hinchó a Choche, o qué? No...no lo hizo por miedo de ir solo y por los favores quelse debía a los Leguizamón. Cabrón aprovechado quería -y fíjense si son chingaderas- quería quedarse con las tierras del Carmen. (El condado de Belken, 36)

¡Bien haya que había gente como don Julián Buenrostro que le dijo al pinche rinche que se fuera a la chingada- que él, Julián Buenrostro cruzaba el río y se echaba al monte tras el que fuera. Y lo hizo, raza. Lo cumplió. Bien haya el que tiene los pantalones puestos y no se agacha a mear. Amigo de la raza… ¡Mamalón eso es lo que es Choche Markam! En su vida ha ayudado a la raza. En su vida… (El condado de Belken, 36)

Una noche de abril cuando las flores de los naranjos querían reventar a pesar de la sequía, alguien viene y mata a don Jesús mientras duerme (esto tú ya lo sabes, Rafa). El matón es sorprendido mientras trata de quemar la carpa y a don Jesús y se huye al oír el trote de un caballo. El que viene es Julián, hermano menor de don Jesús el que, sin media palabra, recoge el cuerpo y lo monta atravesado sobre su propio caballo y se va andando rumbo a la casa de su hermano para depositarlo al pie de aquel nogalón que todavía está allí como testigo… (El condado de Belken, 41)

A partir de las técnicas mencionadas como los monólogos y los diálogos, aparecen más estrategias. Entre otras, podemos enfocar los tres fénomenos siguientes.

Primero, cuando los narradores nos cuentan algunos recuerdos o episodios utilizan varias veces frases como, "que decían que" (El condado de Belken, 38), "como lo oyen" (El condado de Belken, 38), "explicaba" (El condado de Belken, 43), "contaba" (El condado de Belken, 43), y otros casos semejantes en donde se añaden palabras para identificar la fuente de la información. Esta técnica recoge los rumores que ya se ha difundido bastante, al mismo tiempo que contribuye a pasarlos otra vez a otros personajes ajenos o a otras generaciones. Esta historia aunque no puede ser oficial, resulta ser más viva o real.

Segundo, el corrido mexicano sigue cundiendo en el espacio fronterizo. El corrido es una forma musical y literaria popular mexicana, derivado de romance español a lo largo del siglo XVIII. Los corridos son casi de generación espontánea, creaciones ingenuas, populares de autores anónimos. Son, además, relatos hechos canción. A lo largo de la Revolución Mexicana (1910-1921) y de las revueltas religiosas o caciquiles (1926-1934) originadas por el nuevo orden político, el género prosperó y adquirió los conocidos tonos épicos que resaltan la estructura narrativa, líderes revolucionarios, religiosos o populares, así como sus hechos o, incluso, su martirologio. Pero con el surgimiento de los medios electrónicos de comunicación masiva, el corrido perdió mucho de su papel informativo, volviéndose, por una parte, un ingrediente del culto folclorista, y por otra, la voz de los nuevos subversivos: trabajadores oprimidos, activistas de izquierda, campesinos emigrantes sobre todo a los Estados Unidos, así como productores y traficantes de drogas representados sobre todo por el narcocorrido, canciones dedicadas a figuras relacionadas con el narcotráfico, muchas veces ordenadas y pagadas por ellos mismos a músicos y compositores. En este sentido, se puede observar que en Klail City el corrido se dedica efectivamente a su oficio, por ejemplo, en la cita siguiente:

La bolliada se cree que los rinches son gallons -me cago en los rinches y en sus pinches fundas contoy pistolas. Montoneros es lo que son. ¡A ver! ¿Qué pasó cuando lo de Ambrosio Mora? El cabrón de Van Meers lo mató en las calles de Flora- a las tres de la tarde, como dice la canción- ¿y qué? Nada. Absoluta y pinchemente nada, cuñao. (El condado de Belken, 35-36, las negritas son mías)

Tercero, los sermones y oraciones de los sacerdotes y los himnos religiosos también llegan a la gente de manera oral. En el episodio de "El hermano Imás" y "Rayando el sol" podemos ver este fenómeno:

El vals "Paloma mensajera vuela y dile (a la que amando espera)" del maestro Olivares tiene la mismísima tonada que dos de los himnos favoritos del hermano Imás, a saber, "Inocente pastor cuida a tu rebaño" y "Pon tu mano sacra en esa llaga". Estos, los himnos, se hallaban en las pp. 37 y 43 de un librito titulado His Holy Hymns publicado por la casa Biechner Publishers de Oshkosh, Wisconsin. (El condado de Belken, 52)

El hermano Imás y Jehú Malacara cruzan el río nadando, y aunque tenían la Biblia consigo, piensan que la predicación oral más importante. Pero aquí, en el proceso de comunicación oral, podemos ver un punto interesante. La lengua que Imás adoptó para predicar a la gente de Klail City era el español. La gente del antiguo territorio mexicano todavía conservaba su lengua española; por ello, para acercarse a ellos, tuvo que predicar en español. En esta obra se confirma lo que Saussure dice acerca de la comunicación oral, destacándola como básica de la comunicación y el escribir como derivado de una actividad psicológica. Conforme a esta opinión, señala Walter Ong que la comunicación oral une los individuos en grupos, al afirmar que "en una cultura oral, el pensamiento sostenido está vinculado con la comunicación" (Ong, 1997: 40). De ahí que, en la obra de Hinojosa, el carácter de oralidad obtenga una fuerza especial en varios sentidos. Podría ser la fuente de la comunidad misma, y más adelante, la estructura de su trayectoria literaria.

IV

La gente que pertenece a esa tierra, bautizada con el nombre ‘Belken County’, es de ciudadanía estadounidense, U. S. citizen. Ahí, ellos siguen formando parte de la cultura mexicana y, al mismo tiempo, de la comunidad universal. En primer lugar, se trata de la generación que luchó al lado de sus compatriotas en la Revolución Mexicana del año 1910. En segundo lugar, son la generación de los años 30 y 40 que abandonaría el idílico Valle para participar en la Segunda Guerra Mundial. Y en tercer lugar, constituyen la generación de los años 50 que, después de haber luchado en la Guerra de Corea, como la experiencia de Hinojosa reflejada en su personaje Rafa Buenrostro, se da cuenta de que la tierra paterna ya está en manos de los estadounidenses y que para progresar habrá que salir del Valle. Es esta tercera generación la que juega un papel principal en los libros escritos originalmente en inglés por Hinojosa.

Conforme a todo ello, al seguir la trayectoría literaria de Hinojosa, nos damos cuenta de que todas sus obras se entremezclan como un conjunto de las voces de la gente que vivía, vive y vivirá en este condado de Belken, cuya comunidad fue construída por los pueblos de origen mexicano. En este espacio, detrás de la historia y del paisaje antes mencionados, la comunidad se nos muestra a sí misma de manera diferente a la cultura hegemónica de los anglosajones, procurando conservar y recuperar una posición activa de sus miembros en la sociedad estadounidense y, a su vez, guardar su herencia cultural derivada de México. En Texas and the Flag (2001), Hinojosa nos muestra una imagen aún más interesante, contando en tono de alguna manera irónica:

In Texas, aside from the Stars and Stripes, it’s the Texas flag, not the Confederate one nor the Confederacy’s battle flag (the one that’s the subject of many contentions) that flies throughout the state: ad nauseum, according to the fews; in pride, according the majority. It’s a problematic state, and the size along with the varied history of the state’s five distinct regions presents all manner of faces to the rest of the Union. […] The three flags one usually sees in front of banks and other commercial establishments in the Valley are the American, the Texan, and the Mexican […] As a rule, regular troops are not as bloodthirsty as civilians. As a soldier, I know that troops fight for themselves and their unit, not for the flag […] As the Texas comic monologist Bill Hicks said, "The flag? Here’s an American flag." Holding it up, he then said, "Ah, made in Korea."

That brought a laugh, but, as usual with the late Bill Hicks, he reminded us that symbols tend to be stronger than the truth of things. (Texas and the Flag, 91-93)

Nuestro escritor todavía sigue viajando por las series de Klail City Death Trip, como ha intitulado al conjunto de sus obras. Las nuevas generaciones de Klail City se enfrentan con un ambiente diferente al de las generaciones de sus padres o abuelos. Pero su comunidad y sus desafios van a continuar y nosotros esperamos que la pluma de Rolando Hinojosa también haga lo suyo.?

Bibliografía

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Sincronía Winter 2008