Recepción en Rusia de las primeras obras de N.V. Gógol

Reception in Russia of the first works of N.V. Gogol

Recibido: 15/03/2016
Revisado: 15/03/2016
Aprobado: 24/04/2016

         

Alfredo Hermosillo

          Departamento de Letras
CCUSH/Universidad de Guadalajara
ahermosillo84@gmail.com

RESUMEN
Este artículo analiza la recepción temprana, en Rusia, de la obra de Nikolái Gógol firmada con seudónimo, y de los primeros dos libros firmados con su nombre. Para llevar a cabo este análisis, se reconstruye el horizonte de expectativas de la época mediante la revisión de las críticas y comentarios de los contemporáneos de Gógol que aparecieron en prensa.

PALABRAS CLAVE: Gógol. Recepción. Rusia. Primeras obras.

ABSTRACT
This article analyzes the early reception, in Russia, of the literary works by Nikolai Gogol: those he signed using a pseudonym, and the first two books he signed with his own name. In order to achieve this, it will be needed to reconstruct the horizon of expectations of that period by revising the critics and commentaries written by authors of the same time, which appeared on the press.

KEY WORDS: Gogol. Reception. Russia. Early Works.

 

1. Introducción.
El fundamento del siglo de oro de la literatura rusa está formado por tres ejes: Evgueni Oneguin (1823-1831) de Aleksandr Pushkin, Un héroe de nuestro tiempo (1840) de Mijaíl Lérmontov y Almas muertas (1842) de Nikolái Gógol, quien coronó dicho cimiento, lo que le valió para ser considerado como el primer gran prosista ruso. A decir de Donald Fanger, la idea de que tras la publicación de Almas muertas, en 1842, toda Rusia estaba pendiente de las palabras de Gógol, tiene en realidad una base considerable, pues “No había competencia seria, y Belinski no sólo habló en nombre de su bando ideológico cuando, el mismo año, dijo a Gógol: Ahora usted es el único entre nosotros”. (Fanger,1985, p. 83). En otros estudios (Hermosillo, 2015), he analizado la recepción del llamado Segundo Ciclo de Gógol, el que reúne sus obras más conocidas y de mejor reputación (Almas muertas, Cuentos de San Petersburgo); en este trabajo analizaré la recepción temprana de la obra gogoliana publicada bajo seudónimo, y la acogida que tuvieron, entre sus contemporáneos, los primeros libros firmados con su nombre. Para ello, reconstruiré brevemente el horizonte de expectativas de la época (Jauss, 1992), y realizaré un estudio directo de la fuentes en ruso. Cuando existe traducción al español, recurro a ella en el cuerpo del texto, citando la fuente en nuestra lengua. En los demás casos, he tenido que traducir los textos en ruso.

2. RECEPCIÓN EN LA RUSIA CONTEMPORÁNEA A GÓGOL
2.1 Obras publicadas bajo seudónimo

La primera publicación del poema Италия (Italia) apareció de manera anónima en la revista El hijo de la patria. Es un preludio de lo que Gógol tratará en profundidad en el relato Roma, pues en ambos describe y enaltece el espíritu italiano, al que considera sagrado:

¡Italia, magnífico país!
Por ti mi alma gime y se estremece.
Toda alegría, idílico jardín
donde el amor espléndido florece. (Anónimo, 1829, pp. 301-302).

En mayo de ese mismo año publicó Hanz Kuchelgarten. Idilio en escena (Ганц Кюхельгартен. идиллия в картинах) bajo el seudónimo de V. Alov. Se trata de un tomo de poemas claramente deudor del prerromanticismo sentimental que predominaba en Rusia (debe mucho a Luise, poema rústico en tres idilios de Voss, y a Kuechelbecher, Thomas Moore y Zhukovski). Las pocas críticas que recibió fueron muy negativas:

Hanz Kuchelgarten contiene tantas ineptitudes, los cuadros son tan monstruosos y las audacias del autor se revelan tan inconscientes —ya se trate de ornamentos poéticos, estilo o prosodia— que el mundo no hubiera perdido nada si este ensayo de un joven talento hubiera seguido guardado en el escritorio. (Polevoi, 1829, p.169)

Ante tan mala acogida, Gógol se dio a la tarea de comprar los pocos ejemplares existentes para prenderles fuego. Sin embargo, no se desanimó del todo y continuó con su carrera literaria, esta vez en prosa.En diciembre de 1830 consiguió publicar en Las flores del Norte, bajo el seudónimo OOOO, el primer capítulo de Hetman (Гетьман), (pp. 340-350) una novela inconclusa ambientada en la mitad del siglo XVII y basada en un personaje histórico, el coronel Nizhin. En 1831 aparecieron dos capítulos de El terrible jabalí (Страшный кабан), otra novela inconclusa. El primer capítulo, titulado El maestro (Учитель), se publicó en el  número 1 de la Gaceta literaria bajo el seudónimo de P. Gléchik (pp. 301-310); el segundo, El éxito de la Embajada (Успех посольства) apareció sin firma de autor en el número 17 de la misma revista (pp. 209-306). Los fragmentos conservados de esta novela guardan mucha semejanza temática y de estilo con Veladas de Dikanka, que Gógol publicaría poco después.
 
2.2. Veladas de Dikanka
En septiembre de 1831 y marzo de 1832 fueron publicados los dos volúmenes de Veladas de Dikanka (Вечера на хуторе близ Диканьки). Gógol asignó la obra a un escritor ficticio, el apicultor Rudy Pankó, quien a su vez atribuye las historias a varios narradores, lo cual permite el juego de estilos y la mezcla de actitudes narrativas. Está formada por ocho cuentos inspirados en el teatro popular ucraniano y en temas y ambientes del romanticismo alemán: La feria de Soróchintsi (Сорочинская ярмарка), La noche de San Juan (Вечер накануне Ивана Купала), Noche de mayo o la ahogada (Майская ночь, или Утопленница), El mensaje desparecido (Пропавшая грамота), La Nochebuena (Ночь перед Рождеством), Terrible venganza (Страшная месть), Un lugar embrujado (Заколдованное место) e Iván Fiódorovich Shponka y su tía (Иван Федорович Шпонька и его тетушка). Los relatos están basados en leyendas populares de Ucrania y presentan elementos de comedia y horror. El principio unificador es la presencia diabólica, ya sea presentada en forma cómica mediante la figura de un diablo burlado y apaleado, o como una temible fuerza maligna que todo lo destruye. Podemos encontrar antecedentes de Veladas de Dikanka en la obra de Tieck, Novalis, Brentano y, especialmente, en Hoffman, un escritor muy admirado por Gógol. Estos autores románticos mezclaron los elementos sobrenaturales del cuento popular, como:

  1. La anulación de la lógica cotidiana.
  2. La alteración de la coherencia espacio-temporal.
  3. La presencia de varias metamorfosis.
  4. La animación de lo inanimado.
  5. La capacidad verbal de objetos y animales.
  6. El surgimiento de espacios mágicos en regiones desconocidas,

con los elementos de la conciencia narrativa individual (una realidad contemporánea, con fechas y lugares exactos). Estos singulares productos artísticos fueron denominados Kunstmärchen. Los primeros cuentos de Gógol comparten estos rasgos. Sin embargo, hay en ellos aspectos que comienzan a apuntar las principales características del estilo gogoliano. Entre ellos pueden señalarse el  juego de voces narrativas, la inclusión de términos coloquiales y vulgares, las constantes digresiones y las ocasionales lagunas de memoria del narrador, que interrumpen, distorsionan u oscurecen el significado de lo que relata. El cuento Iván Shponka y su tía puede ser considerado aparte, pues es ajeno a la temática fantástica del libro (quizá por ello ha sido descartado en la mayoría de las ediciones en español). Este relato prefigura otras de las principales características de Gógol: la burla de la trama a la manera de Sterne en Tristam Shandy, la insistencia en los detalles que parecen innecesarios desde el punto de vista discursivo, pero que resultan esenciales en el estilo gogoliano, y la presentación de un personaje insignificante como protagonista. Este relato pasó inadvertido para los críticos de su época, pues no se le dedicó ni un solo comentario. Los demás cuentos, sin embargo, tuvieron una excelente acogida de los lectores y merecieron el elogio de Pushkin:

Acabo de leer las Veladas de Dikanka. Me han maravillado. Qué jovialidad verdadera, innata, desembarazada, sin sombra de afectación ni florituras. Y en ciertos pasajes, ¡cuánta poesía! Es tan insólito para nuestra literatura actual que aún no he vuelto en mí. Me contaron que cuando el editor entró en la tipografía, donde se imprimían las Veladas…, los cajistas resoplaban y soltaban el trapo, tapándose la boca con la mano. El intermediario explicó su estado de regocijo confesándole que los cajistas, al componer su libro, se desternillaban de risa. Moliere y Fielding quizá se hubieran alegrado de hacer reír a sus cajistas. Felicito al público por la aparición de un libro auténticamente alegre y al autor le deseo éxitos ulteriores (Pushkin, 1832, pp. 36-37).

La prosa de Gógol resultó sorprendente por su originalidad. En una crítica de Bulgarin, publicada en La Abeja del Norte, se destacó la frescura de su estilo:
La inconmovible convicción interna, tan maravillosamente impresa en cada palabra de los cuentos, le da el tipo de antigua simplicidad de la que nos hemos apartado tanto, seducidos por las formas amaneradas de nuestra vida y por todo lo falsificado, aún en el uso del idioma. (Bulgarin, 1831, p. 218).
          La revista El telescopio le dedicó también una crítica elogiosa:

Veladas de Dikanka está compuesto por formidables fragmentos de la vida popular ucraniana. ¡Quién no sabe, por lo menos de oídas, que nuestra Ucrania posee mucho de curioso, interesante, poético! […] El libro editado contiene cuatro relatos populares ucranianos, ambientados con aventuras tomadas de la vida real. De ahí la sublime veracidad, que sin querer convence por sí sola. La manera de exposición eleva su encanto. Están coloreadas con pinturas ucranianas, iluminadas por la luz ucraniana. (Nadiezhdin, 1831, p. 122).

La circunstancia histórica favoreció la excelente acogida de la obra (la primera tirada, de 1200 ejemplares, se agotó en unas cuantas semanas), pues el tema ucraniano resultó interesante, por su novedad, para los lectores rusos. El ideario romántico alemán, vigente en Rusia, exaltaba la etnografía y la poesía popular como expresiones del Volksgeist (“Espíritu del pueblo”), y a este respecto Ucrania resultaba particularmente seductora, ya que se le consideraba un país a la vez propio y ajeno. Así pues, Gógol, un escritor en lengua rusa nacido y criado en Ucrania, capitalizó este atractivo como mediador entre los dos pueblos. El propio Gógol fue consciente de ello:
          Sólo en estos tiempos, que acusan la tendencia a lo autóctono y a la poesía nacional, han acaparado la atención las canciones de Ucrania que antes se hallaban fuera del campo visual del público instruido y sólo eran cultivadas por el pueblo. (Gógol, 1984, p.155).

2.3. Mírgorod
En febrero de 1835 vio la luz Mírgorod (Миргород), anunciado en el volumen como “Continuación de Las veladas de Dikanka”. Se trata de su segundo y último libro de tema ucraniano que incluye, además de la primera versión de Tarás Bulba (Тарас Бульба) los cuentos Viy (Вий), Terratenientes de antaño (Старосветские помещики) y Por qué riñeron Iván Ivánovich e Iván Nikíforovich (Повесть о том, как поссорился Иван Иванович с Иваном Никифоровичем). Visarión Belinski consideró esta colección como un paso adelante en la creación de Gógol:

[Veladas de Dikanka] eran ensayos poéticos sobre Ucrania, ensayos llenos de vida y encanto. Todo cuanto la naturaleza puede tener de maravilloso y la vida rural de la gente sencilla, de cautivador; todo cuanto el pueblo puede tener de original, típico, todo ello refulge con colores irisados en esas primeras ensoñaciones poéticas del Sr. Gógol. Era una poesía juvenil, lozana, aromosa, espléndida y embriagadora como un beso de amor. […] Los relatos de Arabescos y Mírgorod llevan en sí todos los indicios de un talento que entra en sazón. En estas obras se observa menos ese carácter embriagador, ese desenfreno poético, pero hay más hondura y más exactitud en la representación de la vida. Además, en éstas ha ampliado su escena de acción y, sin abandonar su amada, su bella, su bienquerida Ucrania, fue a buscar poesía en las costumbres de los estamentos medios de Rusia. Y ¡dios mío, qué honda y poderosa poesía llegó a encontrar allí! (Belinski, 1835, p. 135).

La temática de las narraciones es heterogénea. Tarás Bulba es una novela histórica sobre la vida de los cosacos en el siglo XVI, cuenta la historia del viejo coronel cosaco Tarás y sus hijos Ostap y Andréi, enfrentados contra los polacos. Esta novela sigue todas las convenciones del género en su época:

  1. Destrucción de castillos y ciudades.
  2. Descripción del asedio.
  3. Introducción de dos amantes, uno es parte del grupo de los sitiadores, el otro de los sitiados.
  4. Judíos como personajes secundarios.
  5. Cada capítulo comienza con una descripción de la mañana o de la noche o de una tempestad.
  6. Expresiones adornadas. (Fanger, 1985, p. 180).

Quizá por ello resultó más atractiva para el gran público. Fue elogiada como la mejor obra de la colección. A decir de Zelisnki, crítico de La abeja del Norte:

El carácter del coronel cosaco y de sus dos hijos, el campamento, las batallas, las correrías, los judíos, Lituania y Ucrania; todo está descrito de manera vívida y original; el relato es absorbente, los colores locales brillan con asombrosa frescura. (Fanger, 1985, p.180).

V. Belinski, por su parte, consideró que:

Tarás Bulba es un fragmento, un episodio de la gran epopeya de la vida de todo un pueblo. Si en nuestros tiempos es posible encontrar una epopeya homérica, ¡he aquí su modelo más sublime, su ideal y prototipo! Si es que en Ilíada se ve reflejada toda la vida griega y su heroico periodo, ¿acaso los poetas y retóricos del siglo pasado pueden prohibir que lo mismo se diga de Tarás Bulba en relación a la Ucrania del siglo XVI? (Belinski, 1835, p. 135).

En Viy, Gógol ensaya un relato fantástico basado en la demonología popular ucraniana. Narra el encuentro y enfrentamiento del seminarista Joma Brut con brujas, monstruos y toda suerte de fuerzas malignas que acaban por derrotarlo. Al inicio de la historia se presenta una nota al pie que informa al lector de que el cuento es una:

[…] disparatada invención de la fantasía popular. Con este nombre designan los ucranianos al rey de los gnomos, cuyos párpados son tan largos que descienden hasta la misma tierra. Todo este relato es una leyenda popular. Yo no he querido alterarlo en nada y lo refiero casi con la misma sencillez con lo que lo he oído contar. (Gógol, 2008, p. 112).

A decir verdad, Gógol transforma por completo la leyenda ucraniana, pues de ésta toma solo el nombre. Por su parte, Terratenientes de antaño describe la monótona vida de Puljeria Ivánovna y Afanasi Ivánovich, dos ancianos propietarios entregados a la glotonería y sin otra obligación que compartir su afecto y gastarse pequeñas bromas. Su apacible existencia, sin embargo, se ve transformada por la fuga de su gato, acontecimiento que la vieja toma como un aviso de que su muerte está próxima. En Por qué riñeron Iván Ivánovich e Iván Nikíforovich Gógol muestra la ruptura entre dos viejos amigos a causa de una insignificancia, revelando así la futilidad de la vida provinciana. La fortuna de los relatos de Mírgorod fue desigual. Mientras algunos fueron celebrados por su temática, otros fueron abiertamente rechazados por la crítica. Un influyente crítico de La Abeja del Norte escribió respecto a Viy:

Se siente la presencia de Ucrania, de toda Ucrania, con su claro cielo, sus huertos de cerezos, sus doncellas cosacas de ojos negros, su vodka, sus seminaristas, con sus supersticiones, leyes y costumbres, con el modo de vida distintivo de sus habitantes, presentes y pasados. (Yurkévich, 1835, p. 115).

Distinta suerte tuvieron Terratenientes de antaño y Por qué riñeron Iván Ivánovich e Iván Nikíforovich. Los dos cuentos defraudaron el horizonte de expectativas del público lector, pues la trama les resultaba poco interesante. En consecuencia, las quejas contra la originalidad de la escritura gogoliana se multiplicaron en la prensa periódica. Zelinski escribió respecto a Terratenientes de Antaño:

El cuento describe la prosaica vida de dos vecinos en una pobre aldea de provincia, con todos sus detalles monótonos. Además, la describe con asombrosa fidelidad, vida y calor. Pero ¿qué tendrán estas escenas, que en el alma del lector sólo provocan compasión y repugnancia? No contienen nada divertido, ni conmovedor, ni gracioso. ¿Por qué, entonces, se nos muestran estos andrajos, estos trapos sucios, por hábilmente que sean presentados? ¿Por qué trazar un cuadro desagradable de la trastienda de la vida y de la humanidad, sin ningún objeto aparente? (Fanger, 1985, p. 186-87).

Por qué riñeron Iván Ivánovich e Iván Nikíforovich es un monólogo escrito en forma de narración. Su mayor virtud radica en el efecto estético logrado por las fluctuaciones de tono y expresión y la musicalidad y extrañeza de su lenguaje. Quizá por ello fue recibido con indiferencia, pues los lectores se sintieron timados por una obra en la que no había “normalidad literaria”, es decir, personajes interesantes, intriga amorosa y resolución final divertida o conmovedora. No se publicó ningún comentario crítico sobre este cuento durante el siglo XIX.

Conclusiones
En la época de Gógol, la mayor parte de la crítica se centraba en la valoración de los contenidos, sin prestar apenas atención a la cuestión del estilo de un texto. Ello puede explicar que el éxito de este escritor entre sus contemporáneos dependiera del tema de sus obras. Las obras de mayor resonancia en vida de su autor: El inspector y Almas muertas, fueron apreciadas por su contenido social (Hermosillo, 2015). Así pues, como hemos visto, los textos más convencionales de la obra temprana de Gógol: Veladas de Dikanka y la novela histórica Tarás Bulba, tuvieron buena acogida de lectores y los críticos contemporáneos a Gógol, pues respondían al horizonte de expectativas de la época; pero sus mejores obras de este periodo, las que en siglos posteriores serían estudiadas como obras maestras de estilo (Por qué riñeron Iván Ivánovich e Iván Nikíforovich, Iván Shponka y su tía, Terratenientes de antaño) pasaron prácticamente inadvertidas.

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