Sincronía Primavera 2000


Relación Individuo-Sociedad en Foucault y Habermas

Jesús A. Rodríguez Alonso


 

Desde sus orígenes el hombre  existe y coexiste en colectividad, ya desde los grupos nómadas de recolectores y cazadores,  hasta las sofisticadas y complejas  interrelaciones  en los grupos contemporáneos, ya sean nómadas o sedentarios. Sin embargo ha existido siempre la disyuntiva entre ¿quién o qué conforma a la sociedad  o es ésta colectividad la que determina al individuo?,   las respuestas han variado según el devenir histórico y social,  desde las posiciones filosóficas, psicológicas, económicas, políticas y por supuesto sociológicas. La intención del presente trabajo no es hacer una recapitulación exhaustiva, sino acercarnos a dos teóricos relevantes, uno de nacionalidad francesa y otro alemana. 

 

El objetivo de este breve artículo es  hacer una conexión valorativa-interpretativa entre Jurgen Habermas y Michel Foucault, tratando de encontrar disonancias y semejanzas en sus planteamientos teórico-metodológicos, bajo la perspectiva que estos autores tienen sobre  la relación que guardan  el individuo con la sociedad; todo lo anterior en  un tono introductorio, abriendo  el interés y las posibles discusiones  futuras sobre el mismo.

    

En la primera parte hago un análisis  de la teoría de Habermas y Foucault por separado; en la segunda  efectúo una comparación entre ambos  y finalmente en la tercera parte, intento presentar algunas apreciaciones finales sobre los autores y el alcance de sus posturas para nuestra sociedad.

 

1. - Jurgen Habermas

    

Su postura con respecto al mundo, la sociedad y el individuo puede  considerarse  como optimista, en contraposición a la tradición pesimista frankfurtiana: Adorno, Horkheimer, entre otros.

    

Habermas conceptualiza la sociedad, ya no sólo como dominada por la razón de acuerdo a fines[1] o racionalidad teleológica, ni  con valores predominantes como el valor de la ciencia, el valor de la moral y el valor de la religión; para él, la sociedad es una integración de valores y la “razón pura” por medio de la comunicación, que es lo que utiliza para lograr dicha integración.

 

Habermas parte de tres concepciones teóricas, una evolución social, donde describe la historia como un devenir de la especie humana, como un proceso evolutivo continuo;  asimismo le da a la acción social una corporeidad, el cuerpo-sujeto-humano pierde importancia; en cuanto al concepto de sistema lo plantea como sistema social trans-subjetivo de procesos de aprendizaje en crecimiento, con lo anterior el sujeto es cambiado por una estructura  que esta más allá de la subjetividad, proponiéndolo como una situación de comunicación.

    

Dentro de la sociedad, Habermas concibe dos formas de acción social:

1)  La acción comunicativa

2)  La acción de acuerdo a fines u orientada al éxito.

En cuanto a la segunda es concebida como aquella acción que hace uso maniqueo de las circunstancias para sacar ventaja, oprimir. Una acción netamente anti-diálogo y donde el dominio es la excelencia representativa.

 

Respecto a la acción social con lógica comunicativa se presenta cuando los actores interaccionan en un proceso de entendimiento sobre metas comunes y compartidas, concibiendo para ello, el entendimiento como un acuerdo sobre alguna afirmación, dentro de tres dimensiones:

1)  Cognitiva, en la que la rectitud de una propuesta puede ser probada objetivamente;

2)  Moral, donde las propuestas se realizan sobre la base de las normas establecidas y,

3)  Psicológica donde las afirmaciones son valores por la persona a partir de sus circunstancias internas.

A partir de lo anterior, la manipulación, la conquista, el engaño  son vistos como “estructuras de comunicación distorsionadas”[2]. Por otro lado, metodológicamente  establece  la sociedad en dos niveles:

1)  sistema

2)  Mundo de vida.

 

Primero,  qué entiende por mundo de vida. Presenta varios significados, se refiere al saber de fondo sobre el que se sustenta normalidad de una “situación de habla”[3]; es también el lugar donde interactúan los hablantes, asimismo es la comprensión de lo que nos es propio y lo que nos es extraño, o sea la vida cotidiana. Es en el mundo de vida donde se desarrolla la acción comunicativa  a partir del acto de habla, a su vez el mundo de vida se articula en tres esferas:

1)  cultura

2)  sociedad

3)  personalidad

Con ello vemos que Habermas concibe al sujeto como personalidad, como agentes capaces de lenguaje y acción[4], lo que conlleva que el cambio se da como un proceso evolutivo.

 

Segundo, el sistema como sociedad, incluye los aspectos del dinero, la lógica de la acumulación de capital, la racionalidad burocrática, en sí, lo económico-administrativo.

 

Habermas menciona que el sistema coloniza al mundo de vida, y es precisamente  a partir de esto que plantea  a la acción comunicativa como una meta de la sociedad, donde el sujeto (personalidad) es auto-crítico y que puede abstraerse de la acción estratégica (poder-manipulación), todo ello a partir de la racionalidad comunicativa, donde la interacción simbólica se dé partiendo de la buena fe de los hablantes, de la comprensión y entendimiento de las actitudes y símbolos de los mismos, buscando finalmente el consenso. Su método para lograrlo es la dialógica y una doble hermenéutica. Tal como lo menciona Freire “el diálogo es el encuentro amoroso de los hombres que, mediatizados por el mundo, se “pronuncian”, esto es, lo transforman y, transformándolo, lo humanizan, para la humanización de todos...No hay ni puede haber invasión cultural dialógica, manipulación y dialógica son términos excluyentes”.[5]

 

2. - Michel Foucault

 

Foucault parte del análisis de la historia, pero no desde el punto de vista tradicional, sino hace un análisis de las discontinuidades[6] de la misma, haciendo historia del presente, buscando una contraposición a las narraciones globales. Para este autor la realidad social es perversa, y precisamente parte de sugerir el estudio de la misma, explicarla, encontrar que hace tener la apariencia de ser normal, y donde lo normal también es perverso, pero que es algo inevitable; viendo la historia se puede revalorar lo normal para luego influir en el cambio o modificación, esto es la genealogía de la historia.[7] En este sentido se diferencia de Habermas y su “reconstrucción histórica”, pero no debo adelantarme al tercer punto.

 

El análisis de la actualidad en Foucault nace de la formación de una experiencia (episteme) determinada y en cuyo interior se produjeron tanto un conjunto de saberes como experiencias  excluyentes del sujeto (la locura. Con esto plantea  que la perversidad no es vista en la normalidad,  incluso que la perversidad es normal.  Foucault no se limita únicamente a hacer una descripción histórica de las formas de castigar  y sus transformaciones,[8] mejor dicho, evidencia las costumbres, valores, ideas (episteme) que conforman a los sujetos actuales, igualmente plantea como subjetivamos las relaciones, que para él son relaciones de poder y ante las cuales el individuo no puede desligarse; para lograr  una subjetivación profunda  y una efectividad del poder, el poder mismo desarrolla  y proliferan tecnologías de poder.[9] El tema del cuerpo es esencial en su análisis, el cual privilegia a partir  de que es allí donde se sitia el poder.  Pone de manifiesto claramente cómo en las prisiones el poder se desnuda en su totalidad, sin caretas ni mucho  menos: es donde se castiga el cuerpo pero también el alma; es el cuerpo el que determina nuestros roles y nuestras formas de relación con otros sujetos-cuerpos; el cuerpo es vigilado pero a su vez reproduce la vigilia e incluso el castigo, [10] el sistema-poder  esta inmerso en todas las actividades del sujeto, el cual se relaciona reproduciendo las propias relaciones de poder, pero, ¿qué hacer para que los individuos cambien?, a lo cual menciona que lo difícil no es cambiar la conciencia de la gente o lo que tienen en la cabeza, sino el régimen político, económico e institucional de producción de verdad.[11]

 

El sujeto es en sí producto de sus posibilidades, existe la presencia de prácticas específicas de constitución del sujeto en las que además participa el propio individuo al interiorizar formas de dominio de sí mismo. Estos espacios o áreas de movimiento son estructuras lingüísticas.

Foucault concibe al hombre moderno (sujeto) no como ciudadano con garantías sino un sujeto calculable y objetivable, donde la individualidad  moderna es producto de una transformación en los dispositivos tecnológicos sobre el cuerpo y la llegada del hombre en el nuevo saber científico; hizo una economía del análisis al reagrupar la transformación  tecnológica en lo que denominó las técnicas disciplinarias y las modificaciones en el orden discursivo,[12]  como ya se mencionó, el poder disciplinario ilustra la manera en que se establece una física[13] del poder sobre el cuerpo, necesaria a un proceso de individualización. En sí, la disciplina incrementa las fuerzas del cuerpo económicamente, por que lo hace productivo[14] y debilita las fuerzas del cuerpo, políticamente, porque logra dominarlo.

 

La tesis principal de Foucault parte de la existencia de la microfísica del poder (en el discurso y en el bio-poder), así como también bajo la existencia de un macro poder pero que es determinado por el micro poder. Su método implícito es una dialéctica que se presenta en una contraposición entre el que ejerce el poder y el que lo padece (sujeto-objeto), que aunado a la genealogía, le hace un autor que constantemente transformó su propia metodología.

 

3. - Una visión Comparativa

 

  La primera diferencia entre estos autores es su planteamiento sobre la sociedad. Habermas propone un tipo ideal de sociedad, donde la acción comunicativa sea el eje central de ella y donde el sujeto se relaciona con ella a partir de un proceso dialógico, igualmente otorgándole al individuo, que él concibe como trans-subjetividades, la capacidad  de abstraerse de la acción estratégica. Un sujeto que sé auto-conoce para poder interrelacionarse con los otros, bajo una racionalidad comunicativa. Un planteamiento optimista y esperanzador para la actualidad, pero que no deja de ser un “tipo ideal” de sociedad e individuos.

 

Foucault, primeramente parte de un análisis que puede ser considerado pesimista, por su realismo. Sin embargo siento que no plantea ningún tipo de sociedad a futuro o como meta a seguir, más bien efectúa una descripción y explicación de la sociedad actual, a partir de la genealogía de la historia y las discontinuidades de la misma, el sujeto-cuerpo se halla inmerso en esa sociedad, como determinado por ella, a partir de las normas y reglas que ejercen influencia sobre ellos, igualmente la idea del panóptico sutil en la actualidad es un indicio de que no podemos apartarnos del poder-manipulación (acción estratégica diría Habermas. Para Foucault el sujeto se interconecta con la sociedad  a partir de las relaciones de poder que ejerce y que padece, bajo su episteme específica, muy probablemente en este punto haya una semejanza con lo que Habermas  plantea en la dimensión cognitiva, moral y sicológica, en ambos es el individuo el que configura y manifiesta un discurso,  plantea incluso una forma de auto-gobierno que el sujeto puede darse, haciendo de sus decisiones racionales la base de sus acciones sociales; semejanza que comparte Habermas con respecto del sujeto auto-crítico.

 

Por otro lado difieren en cuanto a la concepción  del cambio histórico, mientras para Foucault la historia es la determinante de las instituciones-norma de la actualidad, a partir de las discontinuidades y de la multivectorialidad de la historia (azar), para Habermas es un proceso evolutivo, continuado, muy aunado al desarrollo del capitalismo, siguiendo en este sentido a lo planteado por Weber.[15]

 

Habermas hace hincapié que a partir de la racionalidad comunicativa, donde los sujetos sean altamente “individuados”, con una fuerte tradición crítica a la autoridad, se podrá desarrollar legitimidades de las instituciones, donde la democracia jugará necesariamente un papel superlativo; considerando a partir de esto, que los conflictos salariales se irán minimizando, o sea que el conflicto entre el mundo de vida y el sistema se irán diluyendo. Todo bajo las reglas y las normas. Por otra parte, para Foucault, la posibilidad de transformar las instituciones solo puede darse a partir de la no-norma, una forma  de contracultura, buscando crear nuevas reglas de juego; pero al igual que Habermas, esto dependerá de la auto-conciencia que tomen los sujetos en su acción social, en relación con la crítica que hagan de las epistemes  y discursos establecidos por el poder.

 

Considero que es pertinente aclarar que  estos autores efectúan su análisis en referencia a sus propias sociedades, la francesa y alemana, con una larga tradición crítica,  con un enorme desarrollo social, cultural, económico y político, forjado en guerras, conquistas e intelectuales.  Por que decir lo anterior, ¿para o por qué se  lee a los autores, los que sean?, por obligación, para sobrevivir,  por esnobismo, pero generalmente (eso espero), para verificar su aportación no sólo teórica, que ya por demás es bastante, sino intentando rescatar su  utilidad práctica. Que no se me vaya a malinterpretar, no deseo que la teoría sea desdeñada en pro de lo práctico, finalmente ambos aspectos conviven y se fortalecen mutuamente;  sino más bien el afán es localizar los puntos que sirvan como auxilios para desarrollar modos y formas propias de pensar, comprender y desnudar a nuestra sociedad;  desarrollar estrategias o mejor dicho ingenierías cuya aplicabilidad pueda darse en los contextos específicos (locales), y como finalmente esto es una ciencia, es preciso apilar conocimientos, aun que la pregunta sería ¿son pertinentes las bases o es preciso cimentar otras?. En palabras de Baudrillard la teoría  podría ser una “suerte de resolución simbólica  que acarrea por añadidura un fin práctico”[16]

 

La posibilidad de transformación de nuestra   sociedad, a partir de las teorías  anteriores podría sonar bastante alejado, sin embargo observar y reflexionar cómo son concebidas otras sociedades y las interrelaciones  con sus individuos, nos coloca en una posición más favorable para comprender mejor nuestras interrelaciones.  Es interesante sin embargo preguntarnos ¿qué tan dispuesto está el poder-sistema para ceder o para posibilitar un diálogo franco y sincero?,  si el poder nos delimita como Foucault lo menciona, o si el sistema habermasiano ( mercantilismo)  nos tiene conquistados,  ¿dónde yace la posibilidad de esa transformación, para sociedades como la nuestra?  Para algunos, una respuesta puede estar en la participación cívica  más activa, sin embargo ¿qué tan preparadas estas las masas para ello, y cuál  sería en este caso, el papel de los intelectuales-educadores, esperando que ello no sea también una conquista más del sistema o  el poder?

 

Bibliografía

Baudrillard, Jean. “De la seducción”.Rei, México, 1990

 

Freire, Pablo. “¿Extensión o Comunicación?”. Siglo XXI. México, 1979

 

Foucault, Michel. “Vigilar y castigar”. S. XXI, México, 1980

 

______________. “La microfísica del poder”. La piqueta, España, 1992.

 

Habermas, Jurgen.“Teoría de la acción comunicativa” Vol.1, Taurus, México, 1987.

 

 __________ “Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos”, Rei, México, 1993

 

Weber, Max. “Economía y Sociedad” Vol.1. FCE, México, 1994

 

__________. “La ética protestante y el espíritu del capitalismo” Península,   Barcelona, 1977

 

__________“Historia económica general”.  FCE, México, 1984

 

 

 

 

 



[1] Recordando a Max Weber en su planteamiento de acción social racional con arreglo a fines, que es guiada por el cálculo y la reflexión.  Weber, Max. “Economía y Sociedad” Vol.1. FCE, México, 1994

[2] Véase Habermas, Jurgen.“Teoría de la acción comunicativa” Vol.1, Taurus, México, 1987. pp.136-142. Teoría de la acción comunicativa: complementos y estudios previos”, Rei, México, 1993. pp.193-232

[3] Véase Habermas, Jurgen.  Op. Cit. Pp. 99-109

[4] Es importante aclarar que dichas acciones y lenguaje no sólo se refieren a meros movimientos corporales, sino que implica por supuesto una interacción entre los diversos niveles de comprensión, entendimiento y transmisión   (racionalidad) del mensaje (objetivado). Para profundizar véase las páginas 122-143, 351-419 de la obra citada.

[5] Freire, Pablo. “¿Extensión o Comunicación?”. Siglo XXI. México, 1979. p.46

[6] En el sentido estructuralista como ruptura epistemológica, frente al razonamiento  progresivo y teleológico de la historia y de las ciencias.

[7] Es preciso recordar este autor puede conceptualizarse en tres etapas:  la arqueología,  como reglamentación del saber a partir de una episteme; la genealogía como búsqueda de las técnicas y dispositivos del poder y una tercera  que puede catalogarse como “el interés  sobre la subjetividad individual”.

[8] Foucault, Michel. “Vigilar y castigar”. S. XXI, México, 1980

[9] El concepto del panóptico  tomado de Bentham es sólo un ejemplo de ello. Tal pareciera que en la actualidad se ha hiperrealizado tal concepto, con la tecnología satelital, electrónica, etc. Que ha roto la arquitectura física básica del panóptico.  Foucault, M. Op. Cit. pp. 33-34.

[10]“El individuo es un efecto del poder, y al mismo tiempo, o justamente en la medida en que es un efecto, el elemento de conexión, El poder circula a través del individuo que ha constituido”  Foucault, Michel. “La microfísica del poder”. La piqueta, España, 1992. p.144

[11]Ibid.,. Pp. 142-146;  “Vigilar y castigar”,…pp.165-166

[12] Foucault. “Vigilar y Castigar”....pp. 142-156; “Arqueología del Saber”. S. XXI, México, 1970. pp.33-64, 278-297

[13] No sólo microfísica, que hablaría de las relaciones individuales y los espacios “donde el poder se vuelve técnica” sino también de una física global del poder, ya que las instituciones y la institucionalización son de las principales formas de disciplina, normalización.

[14] Al respecto, los comentarios del filósofo Jean Baudrillard arrojan algunos puntos para la discusión sobre la economización-producción del cuerpo-sexualidad. Baudrillard, Jean. “De la seducción”.Rei, México, 1990

[15] Weber, Max. “La ética protestante y el espíritu del capitalismo”Península, Barcelona, 1977.pp. 230-245, “Historia económica general” FCE, México, 1984.

[16] Baudrillard, Op. Cit. P. 45

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