Sincronía Verano 2001


INTERSTICIOS ENTRE LOS TERRITORIOS DE LA VIDA PÚBLICA Y PRIVADA

GLORIA TOBÓN VASQUEZ. 
Universidad Católica de Manizales.


DIGRESIÓN

Mirar a través de la ventana, traspasar los muros entre el andén y la casa, vigilar el paso de los extraños con la cerradura y el perro de raza peligrosa, abrirse a las relaciones con lo íntimo del cuerpo y del lenguaje, es conocer una región definida y regulada por la privacidad.

Traspasar el umbral, transitar por el espacio público, tener relaciones, valores, ideas comunes con un grupo y una institución que rige sus acciones públicas, las prácticas cotidianas y formas de comportamiento ciudadano en una intrincada red de socialidades desplegadas, conforman el mundo de lo público, en síntesis: la ciudad.

Este desplazamiento del ámbito de la vida privada a la vida pública hace referencia a la complejidad recursiva de la sociedad, donde un ámbito remite al otro, lo confirma (Augé 1998, p. 26), cuando dice.... "Toda representación del individuo es necesariamente una representación del vínculo social que le es consustancial".

Existen unos lugares territorios donde individualidad y socialidad se fusionan como la parte en un todo estos son los : Intersticios, espacios, de difícil diferenciación en la vida cotidiana donde los intereses individuales permanecen en los intereses colectivos, donde los sentimientos de arraigo individual y familiar, convergen con los sentimientos de arraigo vecinal, comunitario y con los lugares de uso y convivencia colectiva.

 

LA CASA:

Muchos son los cambios sucedidos en las últimas décadas, desde sus materiales de construcción, paisaje, diseño, hasta sus representaciones en la composición, en el espíritu y afecto de quienes la habitan. El universo de lo público penetra en la casa desde los medios masivos hasta la telemática. En todos los techos se forma una maraña de antenas y artefactos que traen el ruido de la ciudad y el mundo al hogar: el mercado, el cine, la plaza pública, la biblioteca, el ejercicio ciudadano a través de la teleparticipación, la iglesia, el estadio y los goles repetidos; coexisten sin fronteras: el exterior y el interior, lo lejano y lo cercano, lo íntimo y lo público. En su construcción la casa tiene materiales más fuertes y seguros, predominan las construcciones verticales dando forma a los condominios y unidades cerradas que exponen lo que una vez fue privado, en un patio comunal: el anciano que pasea su enfermedad en su silla de ruedas, la madre que amamanta y asolea a su neonato, el lavado de las alfombras y del carro, forman un collage indiscriminado de intimidades públicas.

Las casas de los sectores populares, son mucho más pintorescas y en ausencia de un patio comunal, inclusive de un patio, extienden sus límites a los andenes; en ellos se exhiben las ropas multicolores con los multidetalles producidos por el uso. Los equipos con sus altos volúmenes se elevan a las casas vecinas y los jóvenes se apoderan de los andenes y las calles, convirtiéndolas en zonas para el parloteo, el juego de fútbol y de los encuentros amorosos. Estas prácticas culturales de indiferenciación simbólica entre lo público y lo privado, se extienden a las relaciones entre quienes habitan la casa; en este escenario de la vida familiar, sus actores viven más fuera que dentro; el trabajo, la escuela y la ciudad, desplazan el espacio y tiempo vivido en el hogar; la casa se torna en el soporte de una serie de acciones de las instituciones: empresa, escuela a través de la relación espacial entre lo construido y lo simbólico en la vida cotidiana, donde los usos, hábitos, costumbres y rituales en la casa, mantienen las subjetividades y sentidos articulados a las múltiples conexiones con el vecindario, la calle, el barrio y la ciudad.

LA CALLE:

Es el lugar por excelencia del espacio público, con vida, sensibilidad, morfología, donde transitan los ciudadanos y realizan sus actividades públicas.

La ciudad está compuesta de hechos construidos (iglesias, monumentos, centros, estaciones, palacios, calles). "Lo urbano está constituido por usuarios", como lo define Delgado (1997, p. 11). "El ámbito de lo urbano por antonomasia, no es tanto la ciudad en sí misma, como espacio público. Es el espacio público donde se produce la epifanía de lo que es específicamente urbano".

En este espacio urbano se construye el hombre público en el complejo caos auto-organizado de la ciudad. El espacio de la calle ya no es solo el territorio físico y su relación con el hombre no es solamente geográfica; la territorialidad se puede definir en el espacio público, como construcción colectiva, de íntima relación con el lugar; esta territorialidad se entrecruza con los territorios antropológicos y las interacciones sociales que fundan y refundan las acciones en la plaza pública, la calle, el parque, el barrio y tienen siempre una significación en sus diferentes escenarios.

EL PARQUE:

Un intersticio del territorio privado al público lo encontramos en las narraciones de los ancianos y jóvenes usuarios de los parquea, ahí los primeros reviven sus historias personales, en permanencia a través de la oralidad. los jóvenes reconstruyen sus memorias de instantes, a través de lenguajes e imágenes audio-visuales, mediante lo que llama Martín Barbero (1991), una Oralidad Secundaria: "Una oralidad gramaticalizada no por la sintaxis audiovisual que se inició con el cine y ha seguido con la televisión y, hoy, con el video - clip, los nintendo y las maquinitas de juego". Aquí vemos dos mundos, dos discontinuidades donde se superponen en un mismo espacio las diferentes memorias, territorios, lenguajes e historias de vida personal que dan cuenta de la individualidad en convivencia colectiva en síntesis: del ciudadano.

LA IGLESIA:

Es otro lugar de intersticios entre el territorio y vida de lo público y privado. Allí los fieles unen sus peticiones singulares, incluso a escala cósmica (se pide a Dios por las necesidades propias, del Papa y de lo pobres del mundo); son peticiones que atraviesan la vida y las dimensiones del grupo social que asiste al ritual eclesiástico. Es el lugar de encuentro y desencuentro de todos los sectores sociales, niveles educativos, culturas, deseos y gestos simbólicos de paz.

En este escenario se visualizan y experiencian en tiempos de instantes, pacíficas y anheladas formas de convivencia ciudadana. Solo que al terminar el ritual, comienza un desfile de cuerpos invisibles, extraños, salvo algunos vecinos que no han olvidado el sabor de la conversación en el atrio de la iglesia.

¿QUÉ VA DE LA FRONTERA AL INTERSTICIO?

Este espacio híbrido que conforman los intersticios entre los público y privado, se torna motivo de estudio y comprensión para aquellos que se ocupan de enfocar y pensar la democracia como estilo de vida y en la regeneración del ciudadano y la ciudad ¿cómo van cambiando las ciudades con la desterritorialización, discontinuidades históricas, memorias y re-territorializaciones? Otro proceso fundamental de comprender, son las dinámicas urbanas que García Canclini (1989) plantea con lo que implica: "La hibridación cultural", desde diferentes y complejas visiones disciplinarias, se deben abordar comprensiones sobre las formas y efectos de los cruces interculturales que generan las manipulaciones masivas y las otras, producto de la descomposición social y la violencia: las migraciones de los desplazados. Estas dinámicas urbanas, significan correr las fronteras para entender qué está pasando en las fronteras, quién es el ciudadano que recorre las calles y es usuario de la calle, los parques y las iglesias?... cómo educar para la democracia en una ciudad donde "intersticio" significa hoy, espacio de intercambio, ósmosis, mestizaje, erosión, fusión, recomposición, entre lo nuevo y lo viejo? Significa que la gente en su vida cotidiana usa cada vez menos ciudad. Esta no es percibida y vivenciada por el ciudadano, sino por las imágenes de la ciudad que recuperan y reproducen las pantallas. Estos acontecimientos nos muestran una experiencia política, espacio público y ciudadano que según Castells, citado hoy por Barbero (1991), es "aquella de la gente, para la cual luchar por una sociedad mejor, consiste fundamentalmente en luchar contra la doble desapropiación que ha producido el capitalismo: la del trabajo y la del propio sentido de vida... la vida va por un lado y el sentido por otro, a más información menos sentido, menos significado tienen para nosotros los acontecimientos". Cabe aquí preguntarse por la comprensión de: qué estilo de vida democrático se puede proponer en una vida vacía de sentido?.

Es relevante preguntar: cómo las gentes re - significan el sentido de sus vidas?... cómo recuperar los significados de los territorios desplazados desde sus intereses políticos y prácticas culturales?. Posiblemente las indagaciones gesten y re-encuentren saberes que contribuyan a la re - significación de sentidos de vida, en lo público - privado que re - territorialicen la ciudad y al ciudadano y puedan vivirse estilos de vida dignos de una democracia.

 

BIBLIOGRAFÍA

 

AUGÉ; Marc. Los no lugares. Espacios del anonimato. España: Gedisa. 1998.

BARBERO, Martín. La ciudad, cultura y modos de vida. En: Gaceta de Colcultura, Medellín No. 12 (diciembre 12, 1991)

DELGADO; Manuel. La ciudad no es lo urbano: hacia una antropología de lo inestable. En: Sobre hábitat y cultura. Medellín (diciembre 1997); p. 11.

GARCÍA CANCLINI, Néstor. Culturas Híbridas. Estratégica para entrar y salir de la modernidad. Argentina: Grijalbo. 1989.


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