Sincronía Otoño 2000


LA PARTICIPACIÓN DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS Y LA FORMACIÓN DE CIUDADANÍA

ALVARO DÍAZ GÓMEZ


Si partimos del consenso académico aceptado desde las ciencias sociales respecto a que como mujeres y hombres somos seres históricos, colectivos, cambiantes y constructores intencionales de mundos posibles, nos es dable pensar y proponer cuál puede ser el horizonte de vida que construiremos en el presente con los niños y niñas que en su proceso evolutivo y de socialización serán los jóvenes y adultos de ésos futuros pensados, o, vividos de manera no intencional en condiciones de humanización o de deshumanización, aquí el azar puede tirar los dados y cualquier opción puede resultar.

Pero, porque no jugarle al azar la partida, para de manera intencional proponernos como especie avanzar en los procesos de desarrollo de la humanidad, cualificando nuestra hominización por cada vez mejores condiciones de humanización.

Algunos aspectos que nos diferencian de los homínidos, y de toda especie animal, son, entre otros: tener conciencia que somos seres (humanos), el uso del lenguaje para reconocernos en nuestra particularidad y desde allí reconocer a los otros como diferentes, la autoreflexión sobre nuestra conciencia de ser seres humanos, la posibilidad de construir mentalmente las acciones antes de realizarlas, evaluarlas después de haberlas realizado, construir sistemas de valores sobre cuya base reconocemos lo que es correcto y justo socialmente y aquello que no lo es. Optar de manera individual respecto a la toma de decisiones, construir colectivamente alternativas de vida, valorar la historia, tener conciencia de la historia que se está viviendo y proyectar procesos históricos, esto último en cuanto posibilidad, no como determinación unívoca, que termina en mecanicismos frustrantes.

Si lo anterior tiene algún nivel de fuerza argumentativa, veamos entonces, que estamos construyendo en la tensión que se da en nuestro proceso de deshumanización – humanización.

CARAS DE DESHUMANIZACIÓN A NIVEL MUNDIAL

Si consideramos que somos humanos en la medida que tenemos en cuenta los aspectos mencionados anteriormente y que no nos avergonzamos como especie o como individuos de nuestros actos colectivos o personales, las siguientes situaciones de vida nos pueden hacer reflexionar respecto a qué tan humanos estamos siendo; "según estimaciones específicas, las víctimas infantiles en los diferentes conflictos en el mundo se elevaron a: 2 millones de muertos, 4 millones de impedidos, 12 millones sin hogar, más de un millón de huérfanos, unos 10 millones con traumas sociológicos" Como se puede apreciar, estamos afectando desde el mundo y las intencionalidades de los adultos, el futuro heredado a los niños, en una visión de no conservación de la especie humana.

Es reconocido por comunidades académicas y expresado mediante diferentes investigaciones, como somos la única especie animal, en tal sentido, los más animales entre los animales, que intencionalmente y con una preparación previa, organizamos ejércitos para acabar con la vida de otros, y aquí también tienen presencia los niños, en un nivel de participación que podemos valorar como negativo, en tanto se participa no como dadores de vida, sino como dadores de muerte, "El informe de la señora Graca Machel denuncia que en 1997 por lo menos en 25 zonas en conflicto en el mundo se reclutaron aproximadamente 200.000 menores de 16 años que estuvieron en la línea de fuego. Sin embargo los niños soldados son invisibles estadísticamente puesto que los grupos armados niegan o enmascaran su presencia"

No se trata de asumir una perspectiva morbosa frente a la vida y a la participación de las niñas y los niños en la construcción de una nueva civilidad, mostrando lo más vergonzante de nuestra condición como especie, en tanto, es claro que existen experiencias exitosas de "vida sana" en y mediante la participación, pero tampoco podemos negar que en las situaciones de conflicto armado se expresan condiciones y características escenciales de los hombres y mujeres, en este caso adultos, que generan entramados para que se tenga que hablar de "vida no sana", o vida no humana, así entonces "Durante los desplazamientos masivos de la población, la malnutrición, el hacinamiento, el estar expuestos a campo abierto a climas inclementes (lluvias –frío – sequías – calor - viento) facilitan la propagación de enfermedades respiratorias agudas, de la piel, malaria, tuberculosis y diarrea. Los desplazamientos en América central, en Colombia, en Perú, han sido particularmente dolorosos...La violación y la prostitución prosperan de manera amplia puesto que los principios, valores y controles sociales sufren transformación durante el conflicto."

Desde estos argumentos debemos preguntarnos ¿cuál es el capital global que como personas estamos construyendo para nosotros y para los otros? Recordemos que éste, está conformado por el capital económico, el cultural, el social y el genético. Por lo que hemos visto hasta el momento, estamos en deficit, existe un saldo en rojo de este capital. Sigamos reconociendo nuestras perdidas "Muchos fueron partícipes de masacres y atrocidades; han vista asesinar a sus propias familias, han sufrido torturas, mutilaciones, abuso sexual y el consiguiente contagio de enfermedades venéreas. Estos niños no están preparados para vivir en tiempos de paz. Están acostumbrados a obtenerlo todo mediante la violencia. El arma es parte de ellos. Es importante ofrecer nuevos roles sociales a los niños en su propia comunidad orientada hacia la creación de una nueva vida"

EL CASO DE COLOMBIA

Según cifras de UNICEF – COLOMBIA en nuestro país de cada mil niños que nacen anualmente, 28 mueren antes de cumplir su primer año de vida, el 17% de los niños que nacen no reciben atención en salud, la desnutrición en menores de cinco años es del 15% a causa de la pobreza y la inequidad. Más de trescientos mil niños y niñas fueron víctimas del desplazamiento forzado en la última década. Durante el 94 y 95 se presentaron 44 casos de niños víctimas de las minas antipersonales, se estima que la guerrilla tiene a más de 3.000 niños como combatientes. Anualmente en Colombia se maltratan dos millones de niños, durante 1996, 4.322 niños y niñas murieron por causas violentas, dos millones quinientos mil niños trabajan anualmente y en este mismo periódo de tiempo secuestraron 200 niños. De cada 100 niños que entran a primer grado, terminan 40 la primaria, de 100 que inician secundaria terminan 39.

Compartimos la idea respecto a que si se presenta poco desarrollo biológico, incluida la herencia genética, restricción alimentaria, acumulado cultural deshumanizante, condiciones económicas disminuidas al máximo, esto deriva en poca autonomía individual, que afecta necesariamente los niveles de participación social, "Las cifras anteriores son una muestra de las consecuencias de una cultura donde el niño(a) no se respeta ni se tiene en cuenta como el ser más indefenso y dependiente de los adultos, para crecer y desarrollarse como un ciudadano(a) miembro de una familia y comunidad, útil a la sociedad... De esta forma se podría decir, que además de las condiciones estructurales de la situación socioeconómica del país, el factor de miseria se asocia a la falta de conciencia frente a la humanización de las relaciones entre los adultos, y de estos con los niños" por lo tanto, la participación para el desarrollo humano, implica asumir e implementar la perspectiva derivada del concepto de "justicia económica" a la que le subyace una postura ética y una problemática de relación o redistribución económica.

CARAS DE HUMANIZACIÓN A NIVEL MUNDIAL

En una visión complementaria a la que hemos presentado hasta el momento podemos reconocer acciones que se han venido concretando para contrarrestar la pretensión de deshumanización que como especie nos quieren construir algunos actores armados, personas o grupos que ejercen el poder, se ha avanzado en la protección de la niñez, es así como la declaración de Ginebra en 1924 es la primer manifestación pública de la comunidad internacional sobre la situación de la niñez, en este caso como producto de la primera guerra mundial. En noviembre 20 de 1959, la Asamblea general de las Naciones Unidas proclamó la Declaración de los Derechos del niño, mientras que 1979 es declarado el año internacional de la niñez; consecuencia de ello, la comisión de derechos humanos de las Naciones Unidas inicia la preparación de la convención, aprobada en 1989. Complementariamente, 1985 es proclamado como el año internacional de la juventud.

En América Latina, durante la guerra del salvador, se implementó la iniciativa de "días de tranquilidad", donde se paró la guerra para vacunar a los niños. Las "comisiones de la verdad" en Guatemala, en las que se pudieron iniciar procesos de reconciliación nacional, logrando como parte del proceso de pacificación, que el domingo 7 de noviembre de 1999 se realizarán elecciones populares para presidencia de la república. En Argentina, las madres de mayo han dado ejemplo de persistencia y movilización social para que sean castigados los culpables de los crímenes causados durante la época de la dictadura. Dentro del proceso de globalización cultural, que implica también lo jurídico, España a pedido a Inglaterra, en extradición, al general Augusto Pinochet, para juzgarlo por crímenes de lesa humanidad.

En todos estos procesos se encuentran como transfondo las niñas y los niños víctimas de las acciones de los adultos, unos en cuanto ejercen arbitrariamente el poder y los otros porque al no poseerlo han padecido las consecuencias de la guerra o de gobiernos dictatoriales, quedando como niños, huérfanos, abandonados, con familias desintegradas y consecuencias psicosociales. Pero igual los ciudadanos han reconocido esto y han iniciado las acciones de enmienda y la construcción de condiciones sociales donde estos actos no se vuelvan a vivir. La intención al menos está planteada.

EL CASO DE COLOMBIA

Siguiendo la información de UNICEF-COLOMBIA De una población total colombiana de 37.4 millones de habitantes, 15 millones 800 mil son niños y niñas, menores de 18 años.

Nuestro país fue líder en el campo de la salud en 1984, con las jornadas nacionales de vacunación, siendo modelo a nivel mundial y reduciendo las tasas de mortalidad por esta razón durante la década del noventa.

En el ámbito de la educación, Colombia diseñó e implementó el programa de escuela nueva caracterizado como sistema abierto, participativo y democrático, a ella acceden los sectores más pobres de la sociedad, e igual, como modelo se ha implementado en otros países del mundo.

En el aspecto jurídico, el gobierno nacional ratificó a través de la ley 12 de 1990 la convención de los derechos del niño y los normatizo, como ley de leyes, mediante la constitución política en los artículos 44 y 45 dejando explícito como "los derechos de los niños prevalecen sobre los derechos de los demás", a la vez que reconoce la noción y fundamento de "interés superior del niño" entendido como "el reconocimiento del bienestar integral de la infancia, en la categoría de prioridad social".

Igualmente se encuentra el código del menor expedido en noviembre de 1989. Mientras que en 1990 se firma por parte del gobierno Nacional, en la cumbre de jefes de estado, la Declaración Mundial sobre la supervivencia, protección y desarrollo de Niños y Niñas del mundo, sobre la base de once puntos escenciales para el mejoramiento de la calidad de vida de la infancia. En 1992, se lanza el programa Nacional de Acción a favor de la infancia, que busca mejorar las condiciones de vida de los menores de 18 años y de las mujeres gestantes y lactantes.

En cuanto a la movilización social de los niños, en 1996 se realizó, con dos millones setecientos mil votos el mandato de los niños por la paz, lo que generó la postulación del movimiento infantil al premio nobel de la paz durante 1998 y 1999. De allí se generó en 1998, el mandato ciudadano por la paz, la vida y la libertad, donde diez millones de ciudadanos votamos por la paz y exigimos el cese al fuego y el respeto al derecho internacional humanitario. Derivando de ello, el movimiento del "NO MAS", que ha movilizado a los ciudadanos contra el secuestro y el cese al fuego, para llegar a la marcha nacional del 24 de octubre de 1999, donde exigimos, además de los puntos anteriores, la iniciación de los diálogos de paz entre el gobierno nacional y la insurgencia Colombiana, allí marchamos más de diez millones de habitantes, en una acción esperanzadora de vida y de participación ciudadana.

DE QUÉ HABLAMOS CUANDO NOS REFERIMOS A LOS DERECHOS DE PARTICIPACIÓN DE LOS NIÑOS Y LAS NIÑAS

A una parte constitutiva de los derechos consagrados en la convención de los derechos del niño, que en su estructura se dividen en: Derechos de desarrollo, de supervivencia, de protección y de participación, estos últimos se concretan en: expresar su opinión en los asuntos que lo afectan y a que se le tenga en cuenta (articulo 12), a la libertad de expresión, buscar, recibir y difundir información (articulo 13), libertad de pensamiento, conciencia y religión, (artículo 14) libertad de reunión y a celebrar reuniones pacíficas, (articulo 15) En últimas, se trata de crear condiciones para la realización de los futuros ciudadanos quienes deben asumirse y ser asumidos respetándoles su dignidad como personas.

Según Riquelme, las siguientes son características de la noción de ciudadanía: el ejercicio efectivo de los derechos humanos en su globalidad, teniendo a la base la realización de los derechos políticos para el desarrollo de la sociedad, la realización de una democracia de ciudadano/as, en contraposición a una democracia de espectadores/as, el reconocimiento de las personas como sujetos de derecho, fundamento y finalidad de la democracia y de la sociedad civil. Quiere decir lo anterior, que esta noción coloca a todos los ciudadanos en condiciones de igualdad, por lo que no puede haber ciudadanos de primera y segunda categoría, pues es una contradicción en sí misma. Por lo tanto, abordar la categoría de ciudadanía es hacer un ejercicio en el orden de lo político – cultural para instrumentar un concepto de esta, que apoye el devenir transformador de la sociedad y el estado, en sus perspectivas democráticas, donde se gobierne democráticamente y se viva cotidianamente una relación ciudadana democrática.

CIUDADANÍA Y DEMOCRACIA

Como se puede apreciar en los anteriores planteamientos, no es dable hablar de ciudadanía en un plano meramente teórico y alejado de componentes escenciales como la democracia, si se quiere, aquella es la que le da vida a esta, es su motor, su concreción. Pero igual, existe, porque en el ámbito de la democracia se origina y se desarrolla.

En tal sentido, Jelín, Elizabeth (1993), citada por Riquelme (1995) plantea: "En la teoría democrática, la noción de ciudadanía está anclada en la definición legal de derechos y obligaciones que la constituyen. Hay dos ejes claves de debate ideológico, teórico y político: La naturaleza de los "sujetos" y el contenido de los "derechos". El primer eje tiene como referente la visión liberal - individualista, con propuestas significativas que apuntan a revisar la relación entre el sujeto individual y los derechos colectivos. El segundo se refiere a si existen derechos "universales" y a elucidar la relación entre derechos humanos, civiles, políticos, económicos - sociales y colectivos".

En tal sentido, los derechos humanos, según Restrepo, William,(1996) pueden ser considerados como un proyecto histórico, de carácter político, ético e instrumentalmente pedagógico como mecanismo para la construcción de una nueva cultura política, de allí que "la difícil consolidación de la democracia tiene que ver con la precariedad de las instituciones representativas, pero sería ingenuo abordar la reforma del estado sólo en términos institucionales. Hay un problema de cultura política, habitualmente descuidado por la ingeniería política. En el fondo, está en juego, de manera vaga y confusa, una redefinición del ciudadano mediante el desplazamiento de los límites siempre fluidos entre lo político y lo no político, entre lo privado y lo público. En esta perspectiva, la reforma del estado es, por sobre todo, también una reforma del ciudadano"

Por lo tanto, el ejercicio de ciudadanía y su misma aparición y desarrollo debe verse ligada con la pugna de aspectos contradictorios que en cuanto concepciones de mundo buscan ser hegemónicas para el ejercicio del poder, por lo que se comparte el planteamiento de Jelin, Elizabeth en el sentido de que "Desde una perspectiva analítica más amplia, el concepto de ciudadanía hace referencia a una práctica conflictiva vinculada al poder, que refleja las luchas acerca de quienes podrán decir qué, al definir cuáles son los problemas comunes y cómo serán abordados".

Por esto, para algunos investigadores, la no existencia de una noción y práctica real de ciudadanía, o su presencia pero sólo en el plano institucional, donde formalmente se reconoce su valor jurídico y político, es razón que ayuda a acentuar la crisis política y las perspectivas democráticas que le pueden ser propias. La alternativa por lo tanto, es "el rescate de la ciudadanía por medio de la reafirmación del valor intrínseco del sujeto civil... el cual debe ser universalizado para pode construir la colectividad, con base en nuevos referentes mentales generalizados de una nueva cultura política de la participación, el consenso y del respeto" , desde este mismo autor, pensar en el valor intrínseco del sujeto civil, es reafirmar un valor clásico del liberalismo con la tensión entre libertad e igualdad que al ser abordada se concreta en una u otra forma de estado, "es precisamente en este espacio y realidad crítica donde se debe reafirmar la necesidad de construcción ciudadana como pilar dinamizador para la ruptura del ente sociopolítico tradicional en nuestro país. Es necesario, pues, buscar la identidad entre la idea liberal de libertad y su necesaria proyección dentro del proceso participativo para lograr la cohesión social alrededor de un estado construido con base ciudadana, vale decir, asentado sobre el fenómeno moderno de la sociedad civil"

EDUCACIÓN CIUDADANA PARA LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA

Los planteamientos que se han formulado hasta el momento, aportan ideas alrededor de la complejidad de este punto y vislumbra algunas alternativas para su abordaje, por lo tanto, formar ciudadanía en, desde y para la democracia implica: contar con espacios y oportunidades que promuevan y permitan aprender hábilidades y concepciones democráticas y ciudadanas, asumir los deberes y derechos que socialmente se han acumulado como legado cultural, lo que conlleva a la participación activa en los procesos públicos, constituirse como nuevo sujeto en aspectos simbólicos, éticos y por lo tanto subjetivos que le confieran un sentido de identidad y pertenencia a una comunidad, y que como lo plantea Jelín, Elizabeth, se tenga la "conciencia de ser un sujeto con derecho a tener derechos".

Pero, introducir el término "constituirse como nuevo sujeto", conduce a que se pregunte ¿cómo se da esto? ¿cómo se aprende a ser ciudadano? ¿qué ocurre en el sistema de relaciones sociales e institucionales en el proceso? para responder desde Fernando Savater "Lo que creo que es importante es que seamos conscientes de que el ciudadano demócrata, capaz de participar, de criticar y de respetar, no es un producto natural, es una cosa artificial, nueva. Lo natural no es ser un buen ciudadano, eso tiene que ser fabricado. Hay que educar un individuo capaz de poder decidir por si mismo lo que le viene bien y lo que no, sin tener necesidad de tener al lado un médico, un cura, un policía, un no sé qué para decirle a cada momento que es lo que tiene que hacer. Yo creo que hay que formar para la cooperación un tipo de ser autónomo y responsable que a la vez sea capaz de cooperar con otro. Que no sea tan genial en sus ideas que sea incapaz de cooperar. Que tenga forma de comunicar las cosas que desea a los otros y de escuchar las cosas que otros desean de él. Un ser autónomo, responsable y cooperativo sería el ideal, en la educación para la ciudadanía.

Entonces, se hace necesario reconocer de manera cada vez es más apremiante, la articulación de los procesos educativos en sus diferentes modalidades, Formal, no formal e informal con la construcción de ciudadanía. Lo que impone a estos procesos formativos, según Castillo, A. y Osorio, J. (1997) los siguientes desafios: Distribuir equitativamente los conocimientos y el dominio de los códigos en los cuales circula la información social necesaria para la participación ciudadana, generar una formación en valores que desarrolle capacidades y competencias para desenvolverse responsable y críticamente en los diferentes ámbitos de la vida social, formar ciudadanos autónomos y críticos, trascender la lógica individual para acceder a puntos de vista universal que le permitan al sujeto, encarar de manera comunicativa los problemas de una comunidad, desarrollar posibilidades comunicativas y cívicas que vinculen lo individual con lo universal promoviendo la apertura del ciudadano a acciones colectivas, ejercer en forma asociada el poder de control sobre el gobierno y resolver pacíficamente los conflictos, cuestionar la idea de un ciudadano abstracto, debatir las políticas educativas que sólo respondan a las necesidades inmediatas del capitalismo tardío.

Lo anterior se concreta metodológicamente, según los mismo Castillo y Osorio mediante la deliberación de dilemas, la resolución de conflictos,la construcción de acuerdos, la concreción de negociaciones, el desarrollo de formas compartidas de comprensión y apropiación de conceptos éticos, la elaboración de sentidos comunes en cuanto proceso productivo - cultural.

Retomemos entonces, algo, que decíamos en otro documento "aquí surge una tensión respecto a como enseñar para la vida, para ser humano, qué enseñar y quién debe educar al sujeto ético y moral, si lo que se pretende es constituir subjetividad democrática, ¿puede parcelarse en un curriculum como ocurre con las matemáticas o las ciencias sociales? Bajo el supuesto de que la autoproducción humana y la constitución de subjetividad son espacios de formación caracterizados por la pluralidad, el azar y el caos, no existe una receta, ni ruta única mediante la cual se pueda ofrecer la realización plena de las mujeres y hombres que avanzan hacia procesos de mayor humanización. La creatividad, exploración e iniciativa individual y colectiva son el horizonte para proponer y desarrollar concepciones pedagógicas, educativas y didácticas que ayuden a avanzar en esta pretensión.

Por lo tanto, una característica de los procesos de formación de sujetos democráticos es su transversalidad, en cuanto, no corresponde sólo a un nivel de la educación (primaria, secundaria, bachillerato) ni a una modalidad específica (formal, no formal e informal), ni a una clase de curriculum (explícito y oculto) tampoco a una agencia educativa determinada (iglesia, escuela, familia, medios de comunicación) y en consecuencia a unos únicos agentes (sacerdotes, maestras y maestros, policías, militares, amigos, modelos y actores o actrices), sino a todos y cada uno de ellos. La educación para la democracia además de transversal nos permite proponer el símil del hipertexto, donde desde múltiples ventanas entro y salgo, me meten y me sacan, de y para discursos y prácticas diferentes, pero que me forman como una totalidad.

Si bien es cierto que no existe una única agencia ni agente educativo para la democracia, la ciudadanía, la ética y la moral, cada una de las personas e instituciones que en ella participan deben pensar y pensarse como sujetos constructores de humanidad, para precisar los ámbitos específicos desde los cuales van a intervenir en este proceso de construcción social"

Por eso, experiencias locales realizadas en Manizales como Niñas y niños al sol, las jornadas juveniles latinoamericanas, el festival intercolegiado de teatro, el mandato por la paz, la red de personeros escolares de Caldas, las escuelas saludables, el proyecto de investigación cuclí – cuclí, la experiencia educativa de PLEYADE, el programa de Manos a las Paz y tantas otras experiencias del orden barrial, zonal, municipal que se quedan en el anonimato o invisibilizamos socialmente, son expresión de la fuerza de la vida que se niega a dejarse amortajar, al fin y al cabo la lideran los jóvenes, los niños y niñas quienes se arriesgan a soñar, diseñar y disoñar mundos posibles.

 

ALTERNATIVAS DE PARTICIPACIÓN DESDE LOS ADULTOS. PARA CREAR CONDICIONES DE PARTICIPACIÓN DE LAS NIÑAS Y LOS NIÑOS

Frente a estas situaciones de deshumanización y falta de horizontes de vida, se ha venido realizando diferentes propuestas, que no son difíciles de concretar sí existe la voluntad política de los gobiernos y de la sociedad en general para hacer posible un mundo en el que la construcción de lo humano, sea un imperativo de mínimo ético, entre estas propuestas tenemos, las siguientes:

PROGRAMAS HUMANITARIOS EN EL ÁREA DE LA SALUD COMUNITARIA. Principalmente en sus modalidades de atención primaria y secundaria, que tengan en cuenta a las mujeres y las niñas en aspectos como higiene, procreación, planificación familiar, embarazos resultantes de violaciones, maternidad precoz, enfermedades de transmisión sexual.

PROGRAMAS EDUCATIVOS. Donde se brinde a todos los actores del conflicto armado, instrucciones sobre sus responsabilidades con la población civil, en espacial las mujeres, las niñas y niños. Y se forme a la sociedad en general sobre valores ciudadanos, ética civil, democracia y en general principios para convivir.

 

PROGRAMAS DE COMUNICACIÓN SOCIAL. Donde existan sistemas claros y de fácil acceso para denunciar los abusos que se cometan contra la población civil, en particular contra las niñas y los niños. Así como para mostrar experiencias exitosas de movilización social, en particular desde las acciones de la población infantil.

PROGRAMAS DE DERECHO ALTERNATIVO. Donde se tipifiquen los actos de guerra contra la población civil y en especial los de violación y tortura contra las niñas y los niños, como crímenes de lesa humanidad, definiendo los instrumentos jurídicos para castigar a quien corresponda. La adopción de la legislación internacional para conflictos armados como el D.I.H. o de protección de los derechos humanos, como la declaración universal y para el caso que nos ocupa, la convención de los derechos de los niños. La realización de procesos educativos mediante los cuales se conozca la legislación que protege a los niños y niñas de nuestro país.

PROGRAMAS DE CAMPAMENTOS PARA LOS DESPLAZADOS. Donde se brinde seguridad a la población no combatiente, motivando la participación y organización de quienes allí permanezcan.

PROGRAMAS DE MOVILIZACIÓN SOCIAL CONTRA LA GUERRA. Para que la población civil participe de manera pacífica contra la barbarie de los enfrentamientos armados y se exija un cese al fuego. Se exija la prohibición del reclutamiento de niñas y niños por parte de los grupos armados. la desmovilización y reintegración de los niños soldados, a la sociedad. Y la creación de espacios sociales organizados, para la realización de los niños y niñas como personas dignas.

PROGRAMAS PARA EL DESARROLLO DE FUENTES DE EMPLEO, GENERACIÓN DE MICROEMPRESAS Y SUBSIDIOS ECONÓMICOS PARA LOS DESEMPLEADOS. Lo que facilitará la reincorporación de los padres y madres de familia más desprotegidos y por su intermedio la población infantil, en los circuitos de la economía nacional.

PROGRAMAS DE INVESTIGACIÓN Y DESARROLLO COMUNITARIO. centrados alrededor de los cuatro ejes constitutivos de la convención internacional de los derechos de la niñez y sintetizados por los organizadores de este foro, así:

En el bloque de la supervivencia: las políticas de salud, la crisis socioeconómica, los problemas ambientales, problemas de nutrición, drogadicción, etc.

En desarrollo personal de niños y niñas: La estimulación adecuada, los procesos de desarrollo humano, el trabajo infantil, la violencia intrafamiliar, la diversidad cultural y étnica, los problemas de la educación, la adecuación y desarrollo de los espacios lúdicos a nivel rural y urbano, etc.

Protección de la niñez y la juventud: problemas de desplazamiento armado o por problemas naturales, el involucramiento directo en la confrontación armada, los niños, niñas y jóvenes con experiencia de calle, el tratamiento de la niñez infractora de la ley, el tratamiento de la niñez maltratada, etc.

Participación de niños, niñas y jóvenes dentro de la sociedad: Participación en la familia y en la escuela, los mecanismos de consulta a la opinión de niños y niñas, el tratamiento de la información por parte de los medios de comunicación a los problemas de y a la opinión de los niños, los programas de formación de valores, procesos de construcción de paz y democracia en contextos socializadores, etc."

Para terminar, propongo que pensemos alguna respuesta a la siguiente pregunta que nos formula Jairo Anibal Niño, "usted que es una persona adulta – y por lo tanto- sensata, madura, razonable, con una gran experiencia y que sabe muchas cosas, ¿qué quiere ser cuando sea niño"?


BIBLIOGRAFIA

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