Sincronía Invierno 2000


Una concepción del mundo en el pueblo chichimeca de San Luis de la Paz, Guanajuato.

Felipe Macías Gloria
CIH / Universidad de Guanajuato


La comunidad denominada Misión de Chichimecas, ubicada en el municipio de San Luis de la Paz, viven nuestros hermanos mayores: el pueblo chichimeca (1). Últimos descendientes de las Naciones Chichimecas que, en el siglo XVI, ocuparon territorios que iban desde el río Lerma hasta más allá de los territorios de Aridoamérica y Oasisamérica. Este pueblo guanajuatense, de lengua chichimeca jonaz, a pesar de la agresión y presión de que ha sido objeto por el proyecto "modernizador" que arrancó desde el siglo XVI hasta hoy día en nuestro país, continúa reproduciendo su identidad y esencia como seres humanos.

Desde el inicio de la invasión europea, al norte del actual territorio guanajuatense, los pueblos Huachichil y Chichimeca, cerraron el paso a los españoles, desde las primeras décadas del siglo XVI. Situación que tenía en permanente incertidumbre a los invasores (e indígenas aliados) por la guerra de guerrillas que mantenían los chichimecas contra los agresores de sus territorios.

El transito constante del mineral y productos de Zacatecas a la ciudad de México (ida y vuelta) obligó a los españoles a realizar un "acuerdo" con el pueblo chichimeca. Acción que se concretó durante el gobierno virreinal de Luis de Velasco con la intervención del mestizo Gonzalo de Tapia. Sin embargo, los "acuerdos" nunca se respetaron. Hasta hoy día, las condiciones sociales y económicas en las que se encuentran son críticas. Esto no significa que han dejado de luchar por los derechos que les corresponde.

Un recurso para guardar la memoria colectiva del pueblo chichimeca ha sido la oralidad que les permite mantener una identidad como seres humanos. Los relatos que recorren el tejido de su comunidad y que pasan de una generación a otra, como lo afirman los estudiosos del tema, conllevan un valor estético, histórico, literario, filosófico y cultural, ya que son el producto de una sociedad determinada (2). En este caso el pueblo de la Misión de Chichimecas de San Luis de la Paz cuenta con su propio repertorio de conocimientos milenarios. Para este Congreso se hace una primera aproximación al estudio del relato (3) que habla sobre el "Origen del Maíz y el Frijol" (4).

A propósito del estudio de este texto, es necesario retomar ciertas consideraciones que propone el teórico de la Sociocrítica: Edmod Cros. Para el teórico de la sociocrítica montpeleriana, el texto transcribe una realidad sociohistórica, ya que hace referencia a la realidad sociocultural por las mediaciones concretizadas en las prácticas sociales: ideológicas, morales, políticas, etc.

El relato tiene el carácter de ser anónimo, ya que éste transcribe una creación colectiva pues, como ya se mencionó en líneas arriba, se transmite a través de la tradición oral de generación en generación. Para el caso que nos ocupa, el relato sobre el origen del maíz y el fríjol, el señor León García lo aprendió de sus mayores.

Así que, por lo general, este tipo de narración (como es el caso sobre el "Origen del Maíz y el Frijol de la Misión de Chichimecas) se encuentra ambientado en el contexto del grupo donde se rememora. Aunque el relato no tiene que ser una herencia de sus antepasados, también pude ser adoptado de otro lugar, ya que la colectividad con el paso del tiempo, va imponiendo características y elementos de su propia cultura (5).

El relato transcribe el sentir de cada grupo: transmiten, desde las enseñanzas morales, pasando por las ideas míticas y religiosas, hasta los fenómenos naturales y el porqué de las cosas. El relato sobre el "Origen del Maíz y el Frijol comparte la mayor parte de estas características.

La narración, con estos aspectos, tiene una función dentro del grupo que los crea y los recrea con el paso del tiempo. Por tal motivo los relatos se relacionan con distintos aspectos de la religión, la mitología, la naturaleza, las creencias y la forma de ser del grupo (6). Los relatos, como el "Origen del Maíz y del Frijol" en el pueblo chichimeca, hacen referencia a la cosmogonía y al mito. Abordan aspectos relacionados con la creación, los orígenes del mundo y de los astros, las actividades de los dioses, o bien, hacen referencia a los seres que son dueños de la naturaleza (7). Todas los acontecimientos que transcriben los relatos se suscitaron en un pasado remoto.

El inicio del relato comienza con la frase que hace alusión a ese pasado remoto: "Mire, hubo un señor que, él tenía unos terrenos por allá, por donde sembraba". Respecto a la cosmovisión y al mito, el historiador Enrique Florescano, en su trabajo Memoria Mexicana señala que, antes de la historia, los mitos cosmogónicos narraban el comienzo de una nueva era y el ordenamiento del cosmos fueron los medios que los pueblos utilizaron para hablar de los orígenes y definir sus ideas sobre el espacio y el tiempo (8).

En cuanto a los hombres que habitaron en los territorios de Aridoamérica y Oasisamérica, es decir, las naciones chichimecas de las que descienden nuestros hermanos mayores los Chichimecas de San Luis de la Paz, poco se conoce sobre esa parte de la memoria colectiva que está relacionado con la cosmovisión y la mitología.

De acuerdo a algunos estudiosos de la cultura de los pueblos chichimecas, como J. Jesús Dávila Aguirre, reportan que la mayor parte de las Naciones Chichimecas, incluyendo al pueblo chichimeca de San Luis de la Paz, fueron animistas porque sólo creían en los poderes sobrenaturales.

Los pueblos chichimecas consideraron al sol como la deidad suprema, la luna y las estrellas como secundarias. Además sentían una gran reverencia por el fuego y la lluvia que consideraron amigos (9). Aunque las naciones chichimecas que tenían contacto con los pueblos sedentarios incorporaron a su mundo ciertas divinidades, uno de ellos fueron los Pames, vecinos de los chichimecas de San Luis de la Paz, que adoptaron la diosa de la fertilidad.

Así que, tanto Pames como los Tamaulipas, construyeron recintos sagrados en las cumbres de los cerros: adoratorios para la madre del sol (diosa de la fertilidad)(10). Sin embargo, ante la ausencia de trabajos y de fuentes primarias que hacen alusión al tema a tratar, es necesario, junto con los últimos descendientes, recuperar a través de la oralidad el repertorio de relatos en el territorio guanajuatense con el fin de preservar en nuestra memoria colectiva esta visión particular del mundo y su entorno.

La ambigüedad en los relatos forma parte de la riqueza y complejidad del contenido. Particularidad que beneficia tanto al investigador como al posible receptor de la narración. La ambigüedad mencionada por el historiador Alfredo López Austin en el análisis de los símbolos en los mitos (11), también es valida para el estudio en los relatos, como es en el caso del "Origen del Maíz y del Fríol", ya que esta particularidad permite realizar diferentes lecturas y enriquecer una serie de posibles explicaciones sobre el tema. En nuestro caso el relato hacen referencia al origen del ser humano como a los granos básicos de la dieta milenaria de los mexicanos.

En el relato, del pueblo chichimeca de San Luis de la Paz, la metamorfosis tiene la virtud de que los granos básicos permitieron, por una parte, al hombre de estas latitudes ir de la cultura nómada, seminómada a la sedentaria. De la otra, desarrollarse como reproducirse como ser humano a través del tiempo y el espacio. La transformación de los granos, fríjol y maíz, en el binomio mujer y hombre, representa la complementaridad, el equilibrio entre el ser humano y la naturaleza.

La facultad que tiene la pareja joven para volverse a transformar en el fríjol y el maíz transcribe, por una parte, las carencias de alimentación que ha enfrentado, desde el siglo XVI hasta hoy día, el pueblo chichimeca. Por la otra, el equilibrio y la complementaridad entre la misma pareja humana. La transformación de seres humanos a granos y de granos a seres humanos, conforma un ciclo donde el binomio vida / muerte o muerte / vida están implícitos. Y, mientras el ser humano exista, el ciclo de transformaciones continuará repitiéndose a través del tiempo y del espacio.

"Mire, hubo un señor que, él tenía terrenos por allá, por donde sembraba. Mire, por ejemplo, aquí, allá, hallaba un grano de esto, lo levantaba. Si hallaba un grano de frijol, lo levantaba. Entonces, se lo echaba a la bolsa. Entonces, en eso que se le saltó aquello. Entonces, tenía sus animalitos en el campo y entonces éste fue a buscarlo (s) ya tarde. Entonces, en el camino se encontró primero, se encontró una niña; como una niña llorando en el campo".

El inicio de la narración sobre el "Origen del Maíz y del Frijol, hasta hace poco productos básicos de la alimentación del pueblo mexicano, convoca la dicotomía del tiempo y el espacio: hubo y terrenos.

En este paisaje rural, donde el día está a punto de dar paso a la noche (12), será el escenario para el encuentro con el origen e identidad de la memoria colectiva del pueblo chichimeca de San Luis de la Paz. La referencia del término "un señor" tiene la función de mediador y partícipe en las acciones del relato.

La transformación y el nacimiento remiten ideas míticas que tienen como función dar identidad y una cierta certeza del origen de donde desciende una comunidad o un pueblo. En el caso del pueblo chichimeca, el relato hace alusión de su pasado, el paso de una cultura nómada a seminómada hasta alcanzar la sedentarización que se marca con la iniciación a la agricultura y de cómo obtuvieron los granos básicos.

Al mismo tiempo se encuentra presente el elemento fertilidad, que se opone a la esterilidad, que incluye tanto al ser humano como a la naturaleza. La fertilidad está representada por la tierra (terrenos, campos, allá), el ganado (animalitos), el cultivo (sembraba), la cosecha (tenía, levantaba) del fruto (grano, fríjol) En el caso el fríjol representa la parte femenina que se relaciona con el campo y la mujer: (...) "una niña llorando" (...)

El término "señor" también hace alusión al campesino chichimeca que comparte parte de su tiempo en los quehaceres de la agricultura. El paisaje que describe el relato corresponde al del territorio chichimeca, sobresaliendo lo aislado y desolado: (...) "En el campo no había gente, nadie ahí..." (...) En estas circunstancias, después de localizar el llanto de la niña y la búsqueda infructuosa de la madre, recoge a la niña con el propósito de protegerla del peligro y entregarla a los padres.

"En el campo no había gente, nadie ahí... ahí se le apareció a aquel señor, una niña llorando. Y él miraba por donde quiera, que a ver dónde andaba la mama, o en fin. ¡Cómo iba a estar ahí solita! No había nadie. Entonces dijo él: "pues yo me la voy a llevar. Pues bueno, si alguien pregunta, le digo que yo aquí la llevo, que yo la tengo: yo aquí la tengo".

El relato hace referencia a las ventajas y desventajas que conllevan el frijol y el maíz. Aventura que, también, enfrenta la pareja. El encuentro que tiene el mediador ("un señor") con "la niña que llora" y después con "el niño que no llora" transcriben la metamorfosis de los granos en una pareja humana.

"Se fue con su niña alzada, bueno, adelante fue cuando él se encuentra otro. Pero ése, ese no lloraba, era el niño, ese no lloraba, ¡claro! Porque, mire, el máiz, ese cualquier pájaro lo levanta, y el frijol, no. Ese no lo levanta ningún animal. Nadamás el ganado. Ese, por ejemplo, las chivas, ése lo levanta; pero por eso lloraba aquella cosa. Y el máiz no, el joven".

El aspecto femenino queda integrado por los términos de niña y fríjol. El masculino por niño y maíz. Las palabras que hacen alusión a la naturaleza convocan, las vicisitudes físicas que, al igual que el ser humano, enfrentan los granos del maíz y del frijol. Sobre todo, éste último.

El frijol, dada su naturaleza, se enfrenta al rigor del suelo, al calor, al frío y al agua. Elementos (terrenos, calor y agua) que transcriben, por una parte, la fertilidad que produce la alimentación básica, siempre y cuando, tenga las condiciones óptimas. Por la otra, la esterilidad y la muerte (ahí pereciendo, piedra, atada, tirada, frío, sufrimiento) La niña y el niño representan, a su vez, la esperanza, el mañana, el equilibrio y la perpetuación del pueblo chichimeca.

"Sí, porque el niñito, ese no lloraba, pues a ese que le apuraba, ese cualquier animal le venía y le hacía el favor, y ya no estaba ahí pereciendo calor como el fríjol, de ese como atado, como la piedra. Mire, ahí tirada, ahí goza, ahí de calor, frío, agua, bueno, todo; pues se sufre, bueno... así fue todo aquello".

En la reactualización de la memoria colectiva, el pueblo chichimeca incorpora las aportaciones del mundo occidental, ejemplo de ello: el ganado mayor (animales, reses, lechita) y el ganado menor (chivas) Ambos tipos de ganado pertenecen al hacendado que no sólo detenta el poder económico (tierras, agricultura y ganado) sino que, forma parte del poder político. El hacendado y el campesino chichimeca son opuestos. El primero simboliza la riqueza material (hacienda y reses) y el segundo la pobreza material.

"Entonces, entonces, pues se fue a ver los animales y ya venían unos saliendo. Allá se reconocían en la hacienda, donde dormían los animales, las reses; así, bueno. Entonces dijo: "yo ya me voy a regresar, me doy la vuelta, pues ahí vienen ya los animales: pues ya me voy yo".

Los niños (dos muchachitos, niña, el niño y niños) representan la fertilidad (ya nacieron, te los entregaron) la alegría (mira, sal), la compañía (me hallé estos niños), la familia, el equilibrio y la armonía en el hogar. A su vez la esterilidad es convocada por el señor y su esposa. La falta de hijos en esta pareja (y esos señores estaban solos, no tenían familia) transcribe la infertilidad por parte de la mujer (ya nacieron, ya te los entregaron) Circunstancias que ponen en riesgo el equilibrio del hogar por la desconfianza, los celos, la cólera y las acusaciones.

"Bueno, entonces, ya llevaba sus dos muchachitos: la niña y el niño. No es muy bonito eso, ahora verá. Entonces se fue. Entonces, ¡y esos señores estaban solos, hombre!, no tenían familia. Entonces, este hombre, antes de llegar a su casa, le hablaba a la mujer: " Mujer, mujer. ¡Mira!, sal, sal"... (lo que)... "sal a ver lo que llevo aquí". Eran los niños. Y luego la señora se asomó y entró de vuelta. Tomó un coraje, ella. Y luego ya llegó el hombre. Entonces le dice: "mira, mujer, me hallé estos niños". Entonces dijo la mujer: "¡Qué te los vas a hallar! Les hiciste daño, hiciste daño y ya nacieron, ya te los entregaron", así dijo la compañera".

La paciencia está representada por el esposo y la exaltación, por la esposa. Este dilema, en la pareja, pone en peligro el equilibrio del hogar y, por consecuencia, la descendencia que representa el futuro. La presencia de los niños representa la unión, la armonía, la alegría y el mañana. El final del día (ya en la tarde) da las pautas para alimentar, abrigar y proteger a los niños. La noche transcribe el conflicto y la incertidumbre entre la pareja. A su vez es el tiempo donde se da la metamorfosis de los niños para transformarse en frijol y maíz.

"Y no era cierto; entonces, pues ya entonces, ya se enojaron y todo eso, ¿no? Bueno, se enojaron, ni qué estuvieran contentos. Entonces dijo el hombre, ya en la tarde: "llegaron los animales, todos, entonces, voy por una lechita para darles a los niños". Ya ahí los acostó en un rincón del cuarto de la cocina. Que diga, ahí le echó una cobijita encima a aquéllos, para que se durmieran los niños. Y ellos, toda la noche enojados, toda la noche enojados y no durmieron. Porque dice uno que sí y otro que no. Así es de que, pues, así se la pasaron aquellos señores por aquello".

El término semilla, no sólo refuerza la noción de fertilidad, sino que hace referencia al origen, al principio, a la fertilidad, a la esperanza, al presente y al mañana. El frijol y el maíz representan la pareja como el mañana.

"Bueno, pues esa es la semilla, es la semilla. El fríjol, la niña, porque el fríjol llora cuando lo pisa usted. ¡Verdad, que rechina! Y voy que el maíz no, ese no; ese lo machuca, lo machuca uno, pero ese no, no se queja y el fríjol sí: lo pisa y luego, luego rechina".

El proceso de transformación por parte de los niños en granos no sólo remite al origen, sino que incluye la sedentarización del pueblo chichimeca: pertenecer a la cultura del maíz.

"Así es, así es, amaneció bien, entonces ya corajudo de todos modos. Entonces ya dijeron: "bueno, pues esos niños, pues no". Ahí los niños, mire, entonces esos niños ahí estaban, ahí estaban los niños, y ¿entonces? Se volvieron los niños un montoncito de fríjol y, otro, de maíz. Se volvieron de vuelta como comer".

Después de la transformación de los niños en el fríjol y el maíz, vuelve a adquirir la armonía y equilibrio el hogar. Ya que los granos básicos de la dieta mexicana, representan la subsistencia del pueblo chichimeca y la oportunidad de continuar reproduciéndose como seres humanos.

Pero, por lo pronto, se volvieron cristianos; para que, así fue, lo recogieron y entonces, después ya estuviera ahí. Ya después, ya eso sucedió. Entonces ya la mujer se arrepintió, pues quién sabe como lo sería esto. "Perdóname", ella le dijo a su esposo. Porque, yo creo, se dirían muchas cosas. Pues ahí estuvo, ahí se apareció aquel señor. Total que ya cuál venía, ni cuál lloraba: sus frijolitos, su maicito y, así su montoncito, y ya.

El relato sobre el "Origen del Frijol y del Maíz" como su transformación en la pareja humana. Transcribe una creación y recreación colectiva de la visión de nuestros hermanos mayores los chichimecas sobre el mundo, su identidad y origen. Su lucha, permanente por la subsistencia (representada por el frijol y el maíz); muestra la fuerza, la entereza de perpetuarse y su lucha por conservar su mundo y dar testimonio a través del tiempo y espacio.del tiempo y el espacio.

 

NOTAS

 

[1] El presente trabajo forma parte del proyecto “Minorías y marginados del siglo XVI al XX en Guanajuato”  del Centro de Investigaciones Humanísticas. Universidad de Guanajuato.

[2] Scheffler, Lilian. La literatura oral tradicional de los indígenas de México. México, Premia Editora, 1983. p. 9.

[3] Agradezco las observaciones y sugerencias de la Maestra Blanca Cárdenas y del maestro J. Silverio Segoviano Marín para el estudio de este relato.

[4] El origen del maíz y el fríjol. Narrador: Sr. León García. Comunidad: Misión de Chichimecas, San Luis de la Paz, Gto. Pueblo: Chichimeca. Lengua: Chichimeca jonaz / español. Año de la entrevista: Misión de Chichimecas. Julio de 1987. Macías Gloria Felipe.

[5] Scheffler, Lilian. Op. Cit. 9

[6] Scheffler, Lilian. Op. Cit. 10.

[7] Scheffler, Lilian. Op. Cit. 13.

[8]  Florescano, Enrique. Memoria Mexicana. México, Fondo de Cultura Mexicana, 1995. p. 13.

[9] Dávila, Aguirre J. De Jesús. ¡Chichimecatl! Origen, cultura, lucha y extinción de los llamados bárbaros del norte. Saltillo, Universidad de Coahuila / Ateneo Fuente,  s.a.

[10] Dávila, Aguirre J. De Jesús. Op. Cit. pp. 74-75.

[11] López, Austin Alfredo. El águila y la serpiente. Mitos mexicanos. México, Aguilar, 1995. pp. 15 –20.

[12] (...) “tenía sus animalitos en el campo y entonces este fue a buscarlo(s) ya tarde” (...)


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