SUMARIO
1. INTRODUCCIÓN
Metodología
2. LA CUESTIÓN BÍBLICA Y DOCTRINAL EN
TORNO A LA HOMOSEXUALIDAD
Referencias en el Antiguo Testamento
Referencias en el Nuevo Testamento
3. LA CUESTIÓN FILOSÓFICA EN TORNO A
LA HOMOSEXUALIDAD
A) Los planteamientos griegos
B) Los planteamientos romanos
4. LA CUESTIÓN LITERARIA EN TORNO A LA
HOMOSEXUALIDAD
A) Los planteamientos griegos
B) Los
planteamientos romanos
PRELIMINARES:
Sin minusvalorar otro tipo de aproximaciones a la historia del pasado, la historia de las mentalidades, esto es, de las creencias, visiones y cosmovisión de la realidad circundante que tiene un pueblo, nos parece no solamente sugerente, sino además una manera rica y vital de poder comprender como vivían y como pensaban unas gentes sin cuya obra colectiva no hubiese existido ni la economía ni la política, aproximaciones éstas tan caras a buena parte de los historiadores.
En este sentido los trabajos de Boswell, Las bodas de la semejanza y Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad[1], sobre las mentalidades en la Antigüedad y en la Edad Media alrededor de algunos comportamientos sexuales específicos, abrieron la puerta al estudio de este tipo de mentalidad en el pasado, y a constatar cómo el estudio que hasta la fecha se había hecho a lo largo de la historia ha sido más que una investigación objetiva, una construcción ideológica falseada con el fin de justificar históricamente una serie de postulados defendidos en la actualidad por algunos sectores religiosos, políticos e incluso intelectuales.
Es por todo ello que nos proponemos realizar el presente estudio con el fin de poder clarificar y acercarnos más a la visión que sobre la homosexualidad tenían los ciudadanos romanos cristianos en el primer siglo de la era cristiana. Para ello en primer lugar trataremos de realizar un acercamiento a la moralidad sexual a través de la propia literatura de este pueblo (la Biblia), esto requiere un análisis del texto a un nivel pragmalinguístico (sin menospreciar aunque dejando un poco de lado análisis semánticos o histórico-críticos que creemos que sólo en determinadas cuestiones muy específicas pueden llegar a ser útiles) Este análisis nos permitirá, del mismo modo apreciar los cambios semánticos y morfológicos en algunas palabras clave de los textos bíblicos que los han conformado más para justificar determinada moral a posteriori que para reflejar la moral o la ética primigenia al respecto. En segundo lugar y teniendo en cuenta que la Biblia no era la única fuente literaria de unos individuos que vivían dentro del ambiente clásico, haremos referencias a otras literaturas contemporáneas que nos permitan aportar más datos de cómo era entendida la homosexualidad por los cristianos en la época estudiada.
METODOLOGÍA
DEL ESTUDIO:
En primer lugar se comenzará con un estudio de las referencias bíblicas (AT y NT) a la sexualidad, tratando de indagar en su terminología primitiva (hebreo para AT y griego para NT) así como la posterior traducción al latín por medio de la Vulgata y de ahí a los idiomas modernos (castellano), Una vez fijado el término, tratar de buscar su semántica primitiva contextualizándolo en las diversas situaciones políticas, sociales o filosóficas en el que éste se dio. (Como ya he señalado, en principio no es nuestra intención realizar ningún tipo de análisis histórico-crítico, aunque alguna referencia será inevitable) Finalmente tratar de realizar una serie de conclusiones basadas en una lectura pragmalinguística que nos lleven a tratar de comprender las concepciones que frente al hecho homosexual existían en la antigüedad judeo-cristiana.
Al margen de la literatura bíblica, el contexto cultural romano del primer siglo de la era cristiana, viene marcado por la filosofía y la literatura del momento, por este motivo se realizará un acercamiento a estas cuestiones analizando como se plasma el hecho homosexual en la literatura y filosofía clásica.
Ciñéndonos
exclusivamente a una visión doctrinal analizaremos en el AT y NT las argumentaciones
doctrinales sobre el tema, base ideológica de la mentalidad moral en materia sexual de
los primeros cristianos
En primer lugar tenemos una serie de referencias en el AT sobre comportamientos homosexuales que es de suponer que los primeros cristianos habrían de tener en cuenta habita cuenta que los libros judíos pasan a formar parte de su literatura y de su historia, estas referencias serían las siguientes:
La primera palabra a la
que haremos referencia será la de sodomía:
Tal vez sea una de las
palabras que con más frecuencia aparece en la Biblia, unas 48 veces distribuidas por
todos sus libros. El origen de la palabra lo encontramos
en el Gn. 19:1-29 dentro de un determinado contexto en el que se cuenta
cómo Dios envía a unos ángeles a Sodoma, éstos aceptan la hospitalidad de Lot y se
quedan en su casa, el pueblo de Sodoma, por su parte, cuando se entera de la noticia,
llega a casa de Lot con la intención de que les entregue a sus invitados con el fin de
conocerlos y violentarlos.[2] A partir de este momento
cierta tradición intertestamentaria y más tarde eclesial entenderá que el
pecado de los habitantes de Sodoma eran los vicios sexuales que es
de suponer cometían (por que a decir verdad no se llegó a cometer nada). Esta tradición
en la interpretación pasa a la cultura occidental y así por ejemplo podemos leer en dos
diccionarios al uso la siguiente definición del término:
Sodomía.
De Sodoma, antigua ciudad de Palestina, donde se practicaba
todo género de vicios deshonestos.
1. f. Concúbito entre varones o contra el orden natural.[3]
Sodomita.
Õ De Sodoma, ciudad de Palestina.
Ö (De «Sodoma», por los vicios atribuidos a los naturales de
esta ciudad. Adj. y n.) Se aplica a la
persona que comete sodomía.[4]
Sodomía.
Relación libidinosa entre personas del mismo
sexo, o contraria en
Cualquier forma a la naturaleza.
(V. «*perversión sexual».)[5]
Pero más que las interpretaciones tradicionales nos interesa detenernos en el
texto. En él nada se dice sobre que se practicase ningún tipo de relación (los ángeles
no se dejaron) y tampoco informa de cualquier otro tipo de relación que se hubiese
mantenido en el pasado, es más, la totalidad
del pueblo de Sodoma quiere conocer y violentar ( violar y hacer daño)[6]
a los (para ellos) extranjeros, no una minoría de un 1% o un 10% sino todo el conjunto
del pueblo quiere claramente romper las leyes de la hospitalidad semítica y atacar a los
extraños. Tanto es así que el propio Lot horrorizado ofrece a cambio a sus hijas
(que no conocen varón) consintiendo así que antes violen a éstas que hacer
daño a sus invitados.[7]
Que finalmente este comportamiento sea condenado por el biblista utilizando la alegoría
de una destrucción del pueblo por bolas de fuego y azufre nos dice más a
favor de una condena de la violencia o de la falta de hospitalidad que una condena hacia
unas relaciones consentidas de mutuo acuerdo sean estas del tipo que sean.[8] Es más, haciendo una relectura del Génesis
en su totalidad, podemos observar cómo inmediatamente antes del relato de las dos
ciudades castigadas por Dios aparece el relato de la hospitalidad de Abraham cuando
hospeda a los tres ángeles[9],
con lo que la inclusión de Sodoma por parte del redactor del Génesis es más una figura
que sirve de contraposición y que se utiliza como contraste resaltando de esta manera
aún más el buen comportamiento del Patriarca.[10] En la misma línea
didáctica encontraríamos el relato del levita Efraim[11] quien no encontraba
hospitalidad en Gabaa hasta que un anciano residente extranjero (como Lot) le acoge en su
casa, una vez allí una multitud de hombres de la ciudad se agolpan en la puerta pidiendo
que salgan los extranjeros para poder conocerlos, por lo que el anciano se
encuentra en la obligación de ofrecer a su hija a cambio del respeto para con sus
invitados. Los paralelismos como se puede observar son bastante significativos, no
obstante ninguna tradición patrística o eclesiológica posterior trató de darles unas
connotaciones sexuales.
Esta idea además es la que se recoge en las restantes 48 referencias bíblicas[12]
sobre la palabra sodomía, siempre unida a la crítica hacia la falta de hospitalidad.
Ejemplo de ello puede ser el siguiente texto de Ezequiel:
Mira cual fue la iniquidad de Sodoma, tu hermana: Tuvo
gran soberbia, hartura de pan y gran ociosidad ella y sus hijas.
No dio la mano al pobre, al desvalido; se ensombrecieron e
hicieron lo que a mis ojos es abominable, y cuando le vi, las
quité de en medio... [13]
E incluso adentrándonos en el NT podemos observar como las palabras de Jesús al
respecto ahondan en la idea de hospitalidad:
Si no os
reciben o no escuchan vuestras palabras, saliendo
de aquella
casa o de aquella ciudad, sacudid el polvo de
vuestros pies.
En verdad os digo que más tolerable suerte
tendrá la
tierra de Sodoma y Gomorra en el día del Juicio que
aquella
ciudad. [14]
Como se puede observar,
cualquier tipo de crítica nace más de una condena hacia la falta de caridad (en un
sentido teológico) que hacia cualquier tipo de genitalidad.[15]
Incluso se puede aludir en el Eclesiástico y en el Libro de la Sabiduría a
los sodomitas acusándoles de pecado de orgullo pero nunca relacionándolo con lo sexual.[16]
El mismo Boswell realizando una aproximación paralinguistica al término
conocer (palabra motivo de toda la controversia) observa cómo de las 943
apariciones en el AT, tan sólo 10 son específicamente al conocimiento carnal, de esta
manera se puede llegar a entender como los habitantes de Sodoma querían
conocer a aquellos que traspasan las murallas de la ciudad sin el conocimiento
de los ancianos (suggewmeqa avntoiz) bastande
diferente a los verbos que se
utilizan
para hacer referencia a las hijas de Lot (egnwsan / cresasqe)
que tienen
una
clara connotacion sexual.
Llegados a este punto y para terminar con Gn., 19, tendríamos que hacer
referencia al cuando y por qué del cambio de actitud por el que se termina adscribiendo
el relato a una cuestión sexual, la explicación estaría en una serie de factores
políticos, religiosos, sociales y económicos que se dan en la Alta Edad Media y que
conforman una determinada moral sexual, moral que realizará una relectura de la Biblia
tratando de buscar argumentos en los que apoyarse, no dudando para ello de falsear por
medio de malas traducciones aquellos aspectos de la Biblia que pudieran ser especialmente
significativos para sus fines. A este respecto y dado que un análisis escaparía del todo
a los objetivos de nuestro trabajo, que se centra en un análisis de la literatura
contemporánea que era leída por los primeros cristianos, (y por que la cuestión ya ha
sido investigada con anterioridad), remitimos al lector al capítulo cuarto de la obra de
Boswell El nacimiento de la intolerancia[17] en donde se explica el
surgimiento de esta nueva moral.
En el
Deuteronomio aparece otra alusión a la sodomía:
No haya rameras entre las hijas de Israel ni sodomita entre
los hijos de Israel[18]
Esta traducción es la que más se consolida en las Biblias protestantes, de hecho
la edición de Valera lo es, su origen, en nuestra opinión, debe de estar en una mala
traducción de los originales hebreos a los que recurren los protestantes para realizar
sus biblias diferenciadas de las católicas, quienes frente a los términos
Kadesha para el femenino y kadesh para el masculino, traducen este último como sodomita a
falta de encontrar un apelativo mejor para referirse al hombre que vende su
cuerpo no por dinero, sino en un extraño trueque religioso. De hecho hoy traduciríamos
kadesh como prostituto cúltico gracias a nuestros conocimientos de las
sociedades antiguas, algo bastante inalcanzable para unos traductores protestantes del
siglo XVI.
Es de suponer
que estos traductores tratando de evitar a la Vulgata en donde podemos encontrar el
anterior pasaje como:
Nom erit meretrix de filiabus Israel, nec scortator de filiis
Israel[19],
no tienen en
consideración la traducción de San Jerónimo como de kadesh como scortator, o
simplemente piensan que scortator (hombre prostituído) es un sodomita sin otro tipo de
clarificación.
En otras ediciones de la Biblia, católicas éstas, tal vez por seguir más al pie
de la letra al mencionado santo, podemos leer lo siguiente:
Ningún hombre ni ninguna mujer Israelita deberá
consagrarse a la prostitución practicada en cultos paganos[20]
No habrá hieródula entre las israelitas, ni hieródula entre
los israelitas[21]
De esta forma el texto se centra más en una condena hacia prácticas cúlticas
paganas que hacia una condena de orientaciones sexuales específicas.
No obstante
sí existe en la Biblia una referencia directa hacia las relaciones del mismo sexo entre
hombres, ésta se puede encontrar en dos versículos diferentes del Levítico:
No te ayuntarás con hombre como con mujer, es una
abominación[22]
Si uno se acuesta con otro como lo hace con mujer,
ambos hacen cosa abominable y serán castigados con
la muerte; caiga sobre ellos su sangre[23]
En el mismo sentido y con las mismas palabras se expresan todas las demás Biblias
consultadas incluidas las protestantes. Todas ellas son traducciones directas de la Vulgata
en donde textualmente podemos leer:
Cum masculo noncommiscearis cuitu femineo, quia
abominatio est.[24]
Qui dormierit cum masculo coitu femineo, uterque
operatus est nefas, morte moriantur: sit sanguis eorum
super eos.[25]
¿Se puede
decir en este punto que sí existe una moral sexual israelita que condena y en los
términos del Levítico la homosexualidad?
Para poder contestar a esta pregunta tendríamos que situarnos en el origen de este
libro, y por extensión en el origen del Pentateuco. Este conjunto de libros o
rollos (Génesis, Éxodo, Números, Levítico y Deuteronomio), llamado Torá
por los Judíos y Ley de Moisés por los primitivos cristianos tal y como lo
denomina el AT, encierra cinco tradiciones y cronologías diversas[26]:
Por un lado tenemos El Documento Yahvista (Y), llamado así porque el Génesis
llama a Dios Yahvé. Fue redactado durante el reinado de Salomón o un poco después por
unos escribas del reino de Judá. El documento Elohista (E) que llama a Dios
Elohim, nació hacia el año 750 a.c. en el reino norte, poco antes de su caída. Estos
dos documentos terminarán fusionándose hacia el 700 a.c. formando el texto Jehovista
(JE) que mantiene su tradición en Judá. El cuarto documento es el denominado Deuteronomista (D) redactado bajo el reinado de Ezequías.
Finalmente El Documento Sacerdotal (P), también llamado La Ley de santidad
nació durante el destierro de Babilonia (587-538 a.c.) y encierra fundamentalmente lo que
hoy conocemos como Levítico. Finalmente todos estos documentos terminan
agrupándose en uno solo hacia el año 400 a.c. al que los judíos dieron el nombre de Torá.[27]
Puestas así
las cosas nos encontramos con un libro, el Levítico redactado por los sacerdotes
durante el cautiverio del pueblo de Judá. En este contexto los sacerdotes intentarán por
todos los medios conseguir que la tradición se mantenga aún en las penosas
circunstancias en las que se encuentran, para ello elaboran un conjunto de normas y de
ritos que marquen la diferencia externa entre ellos y el pueblo al que está sometidos. De
esta forma podemos decir que el Levítico está constituido por tres leyes: Ley sobre
los sacrificios, Ley de la pureza y Ley de la santidad, y por una referencia a la
historia del pueblo en clave salvífica de su Alianza con Dios. El cumplimiento de las
tres leyes marcaba sin duda el sometimiento a un ritual distintivo de cualquier otro
pueblo. Todos estos rituales se elaboran con la intención de hacer cumplir el Génesis
en cuanto al mandato divino (Gn., 1:28): Sed fecundos, multiplicaos, llenad la
tierra, someted, dominad)[28],
verbos que además son especialmente relevantes en el caso de estar dominados por los
babilonios.[29]
(Están dominados, sometidos, sin tierra...).
En este contexto la tradición sacerdotal consideraba a las relaciones entre
hombres como no reproductivas[30] y por lo tanto malas para el
pueblo, esto es constituían una abominación, esto es una (en hebreo) toevah,
una impureza, una contaminación pagana (de hecho la misma palabra toevah sirve para
designar ídolo). Por todo ello, práctica no reproductiva y contaminación las leyes
levíticas lo prohíben.[31]
Una
vez aclarado el significado de la prohibición, tendríamos que preguntarnos cómo influye
(si es que lo hace) en los primeros cristianos, si afecta de algún modo a su moralidad.
La respuesta desde un punto de vista teológico es negativa: En el concilio de Jerusalén
(49 d.c.) Tras duros debates tal y como se nos cuenta en Los Hechos de los Apóstoles[32],
se decide que los cristianos, en su nueva Fe no están obligados a cumplir los prefectos
del levítico, incluida la circuncisión o el respeto al Sabat, para ellos la Nueva Ley
era la que anunciaba Jesucristo[33] (Ley que estaba escrita en
los Evangelios) las que las
cuestiones de pureza o impureza física quedaban de lado frente a la pureza espiritual o
del alma tal y como lo refería San Pablo[34]. La utilización del Levítico
como argumento es más una cuestión de la exégesis medieval que de la antigua y
siempre bajo unos prejuicios e ideología determinados.[35]
Como colofón creo que puede ser significativo citar un ejemplo aparentemente homo
erótico que aparece en la Biblia, ello no significa que este tipo de relaciones
estuviesen consentidas, pero sí nos puede dar una idea de la cierta naturalidad de
ciertos planteamientos, naturalidad que relacionaría más al pueblo hebreo con la
realidad histórica circundante. Este ejemplo es el de las relaciones entre el rey David y
Jonatán, ocurre en la época en la que la relación varonil entre guerrero y amante era
común y, además, noble. El triángulo trágico de pasión, celos e intrigas políticas
entre Saúl, Jonatán y David, es una franca expresión de amor entre personas del mismo
sexo:
... ¡Angustiado estoy por ti, Jonatán hermano mío!,
¡Con cuanta dulzura me trataste!, para mí tu cariño superó
al de las mujeres...[36]
El autor bíblico indudablemente, está al tanto de la varonil belleza clásica de
David:
...era rubio, de hermosos ojos y muy bella presencia[37]
En un relato
de amorosa lealtad:
...el alma de Jonatán se apegó a la de David y le amó
Jonatán como así mismo (...) Jonatán hizo pacto con
David pues lo amaba como a su alma...[38]
Con encuentros furtivos:
...me iré y me ocultaré en el campo (...) ven vamos al
campo (...) tu vienes al mismo sitio donde te escondiste
el día aquel y te colocas junto a esa piedra...[39]
Besos y lágrimas:
... ambos se abrazaron y lloraron, derramando David
muchas lágrimas...[40]
Pacto de guerrero y amante que David mantiene hasta la muerte de Jonatán:
...Jonatán juró una vez más a David por el gran amor
que le tenía, pues le amaba como a su propia vida...[41]
B) REFERENCIAS EN EL NUEVO TESTAMENTO:
Pero si el AT no era una sólida base doctrinal para los primeros cristianos, sí
lo era el NT, en él podemos rastrear las alusiones que a esta cuestión se hace
referencia:
Una de las palabras que aparecen en la Biblia es la alusión a la carne
extraña:
Es el término que el libro de Judas (Jds.:7) utiliza para referirse a
cuestiones directamente sexuales, en este sentido y ya que aludimos a la traducción que
de una palabra concreta se hace y no a un relato extenso, citaremos varias ediciones de la
Biblia que pueden resultar sugerentes:
Como
Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas,
que de igual
modo que ellas, habían fornicado
yéndose tras
carnes ajenas, fueron puestas para
escarmiento,
sufriendo la pena del fuego perdurable.[42]
Esta es la tradición más clásica por parte de una traducción tildada en muchos
casos de conservadora que desde un punto de vista exclusivamente oficial católico es
superada por las traducciones de la Biblia de Jerusalén (tomada por la Iglesia
como la mejor erudición de los biblistas católicos), aquí el texto es el siguiente:
Y lo
mismo Sodoma y Gomorra y las
ciudades
vecinas, que como ellos fornicaron
y se fueron
tras una carne diferente...[43]
Es de señalar que existe una nota en el versículo citado en donde se comenta que
la carne diferente a la que se hace alusión no es humana puesto que el pecado
había sido el de querer abusar de los ángeles, cuestión que anteriormente hemos
referido.
De hecho creemos que ambas traducciones se ajustan bastante bien a lo que se
escribe en la Vulgata:
Sicut Sodoma,
et Gomorrha, et finitimae civitates
simili modo exfornicatae, et abeuntes post
carnem alteram,
factae sunt exemplum, ignis aeterni
poenam
sustinentes[44]
No puedo decir lo
mismo de otras traducciones al uso en donde se puede llegar a leer lo siguiente:
También Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas
se entregaron a las inmoralidades sexuales, y se
dejaron llevar por los vicios contra la naturaleza...[45]
O incluso:
... habiendo ido en pos de vicios contra naturaleza...[46]
Parecido a:
... dejándose arrastrar por relaciones contra la naturaleza...[47]
Habida cuenta que
la epístola de San Judas fue escrita originariamente en griego habremos de recurrir a
éste para sacar algo en claro. Así y siguiendo las indicaciones del argentino Renato
Lings[48]
a las que anteriormente Boswell había trazado caminos para su investigación, así el
término preciso es el de sarkoz eteraz (idéntico al carnem alteram de la Vulgata).
La gran pregunta que quedaría por resolver es cómo ciertos eruditos han efectuado
el paso de sarkós héteras al de contra la naturaleza, cuando ni
por análisis lingüístico ni por contextualización histórica obtendríamos algo
parecido.
Por otro lado están las palabras de san Pablo (a priori eludo darles traducción),
éstas se encontrarían en los siguientes textos:
...no os engañéis: ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los
adúlteros, ni los afeminados, ni los sodomitas, ni los
ladrones, ni los avaros (...) poseerán el reino de Dios.[49]
...la ley no es para los justos sino para los que carecen
de religión, para los parricidas (...), para los fornicarios y
sodomitas...[50]
las palabras que
nos ocupan, afeminados y sodomitas para el primer texto y sodomitas en el segundo son
traducidas en otras Biblias como:
-- Blandos para afeminados y los que se echan con varones para sodomitas[51]
-- Homosexuales en los tres casos según traducción
de la Biblia de Jerusalén[52]
Intentando buscar un origen lingüístico a toda esta cuestión, habremos de
recurrir a la Vulgata, en donde podemos leer los siguientes términos:
-- ...neque
moles (...) neque masculorum concubitores en 1 Cor., y masculorum
concubitoribus para 1Tim.,[53]
De todo ello podemos deducir una buena traducción, pero dado lo impreciso del
término hemos de retroceder a la versión griega original, tal y como lo escribió Pablo
de Tarso, así encontramos que todos estos términos se reducen a dos, uno de ellos es palakoz, y la otra es arsenokoitai, respectivamente blando y
varón-camas. Desde el momento en el que Boswell[54]
dedica un capítulo en su libro denominado La lexicología en San pablo no es
mi intención repetir aquí lo que ya este autor ha dejado claro tan sólo recordar como
el término de blando es extremadamente ambiguo y tal vez se refiera a
débiles en la Fe, problema que le interesaría mucho más al Apostol[55].
El segundo término se trata de una palabra inventada por Pablo (no existe referencia en
la literatura griega de la época a esa palabra, existiendo otra serie de nombres en
griego para designar relaciones entre hombres bien sean pedagógicas, eróticas o
puramente sexuales). Las razones de la invención las busca Boswell en la intención del
autor de referirse a algo diferente ¿Ridiculización de un erastes que ocupa el papel de
un erómeno?[56],
¿algo relacionado con la prostitución cúltica?[57], realmente es muy difícil
de saber, y no es mi intención entrar en el debate que se limitaría, por otra parte, a
repetir las ideas del autor que he citado, en todo caso, creo que la carga de la prueba
recae en quien lanza la primera hipótesis, con lo que aquellos que traducen el término
por homosexual habrían de explicar y defender sus argumentos.
Finalmente hay una calificación en San Pablo de las relaciones entre hombres,
directa y específica, esta es la de relación contra natura
Este término lo encontramos en la Epístola a los Romanos expresado en
estos términos:
...igualmente los varones, dejando el uso natural de
la mujer, se abrasaron en la concupiscencia de unos
por otros, los varones de los varones, cometiendo torpezas,
y recibiendo en sí mismos el pago debido a su extravío.[58]
Todas las versiones de la Biblia consultada se expresan en similares
términos, nacidos de la traducción latina de San Jerónimo:
...Relicto naturali usu feminae...[59]
El vocablo, el de uso natural o no natural, nace del griego fusin/ para fusin. Con lo que tendríamos que hablar del
concepto de naturaleza/natural en la Antigüedad (no en la filosofía actual como algunos
intentan hacer). Del valor normativo o no, de lo natural en la teología de
San Pablo. Si la condena, que se está refiriendo a una determinada práctica, se puede
generalizar o no a la condición de homosexual. Si como práctica que es, es condenable
por otros motivos ajenos a las relaciones entre personas (violación, prostitución
cúltica...). Todo esto teniendo siempre en cuenta que el concepto de ley
natural se origina más de mil años después de la carta del Apóstol, y que en
todo caso lo opuesto a natural (normal) es poco frecuente y no antinatural.
Todas estas cuestiones junto con un análisis semántico y paralingüistico de los
términos lo afronta Boswell en su obra[60], con lo que en todo caso
remitimos al lector al libro en cuestión y eludimos volver a repetir ideas ya sugeridas.
Por nuestra parte y frente a lectura del citado versículo, sí hacer una serie de
consideraciones al respecto:
La primera de ellas, la tomamos de E. Miller[61]: Pablo habla de varones que
hacen lo mismo, pero con otros varones (sexo anal). El así mismo que vincula
1:26 y 1:27, no refiere, entonces, al concepto moderno de orientación sexual, sino, en
todo caso, a la práctica de sexo anal por parte de parejas heterosexuales y varones entre
sí. Siento este tipo de práctica impura (diferente a pecaminosa).
La segunda consideración nace del término paulino de impuro, término
unido al de ley y por tanto desde una perspectiva judía haría referencia
solamente a aquellos actos que imposibilitan la entrada en el Templo[62].
A medida que nos adentramos en la carta de Pablo, vemos como va exponiendo
(deconstruyendo) su argumento, y así desde una perspectiva cristiana señalará que
nada hay de suyo impuro[63]. Circunstancia que vuelve a
ocurrir en La carta a Tito: Todo
es limpio para los limpios[64]. En este sentido el
todo (omnia de la Vulgata, traducido directamente del griego) pasa a
convertirse inexplicablemente en algunas ediciones en
todos los alimentos[65], con lo que se imposibilita
de esta forma valorar el verdadero sentido de las palabras de pablo.
La tercera consideración es la utilización de para fusin, más adelante en la misma Carta a
los Romanos, en otro contexto bien diferente:
Porque si tu fuiste cortado de un olivo silvestre y
contra naturaleza injertado en un olivo legítimo...[66]
Pablo se está refiriendo a la actuación Divina, la que no se ajusta a naturaleza,
por tanto Dios está actuando contranatura. De ahí es presumible pensar, a mi juicio, que
la actuación contra la naturaleza, o contra el orden natural de las cosas, no
es en sí un pecado.
Otra consideración al respecto, es que apelando a las actitudes judías en el
citado Rom., 1:24-27, Pablo habla de los actos sexuales de los gentiles como hechos que implican estigma social y pérdida
de honor. Sin embargo más adelante[67], Pablo se gloria en la Cruz como lo hizo en Gálatas[68]
, demostrando que es precisamente en la Crucifixión de Jesús (la experiencia más
vergonzosa imaginable) donde Dios cumplió nuestra Redención.
De aquí que los cristianos puedan jactarse[69] de su Salvación lograda a
través de un acto vergonzoso. Peden mantener una esperanza que que no expone a la
vergüenza[70].
Comentar como los comentaristas paulinos[71] están cada vez más de
acuerdo en que el argumento sutil y profundo de san pablo, que apela alternadamente a los
lectores judíos y gentiles, solamente alcanza su meta en la llamada a la hospitalidad
mutua, y a dejar de lado los prejuicios tradicionales:
Así pues, recibiros los unos a los otros como también
Cristo nos recibió, para Gloria de Dios[72].
Una negativa
de hospitalidad al modo de Sodoma no debe caracterizar a las cinco Iglesias de Roma. Los
judíos podían mantener sus tradiciones sobre las prácticas gentiles impuras, pero no
podían imponer tales distinciones a los gentiles convertidos.
Finalmente señalar una frase apodíctica de Pablo a partir de la cual se deben
entender todos sus restantes comentarios:
Porque toda ley se resume en este sólo mandato:
Ama a tu prójimo como a ti mismo[73]
Puestas así las cosas y como conclusión se puede llegara decir que doctrinalmente
hablando no existía ningún tipo de norma en materia sexual que condenase la
homosexualidad en tiempos de los primeros cristianos, en todo caso la existencia de la
interpretación de los prefectos levíticos en clave de impureza en relación
a ciertas prácticas entre hombres, tema de
la impureza, en todo caso, que se zanja definitivamente en el Concilio de Jerusalén a
propuesta de Pablo cuando se dictamina que ningún gentil convertido estaba obligado a
seguir las tradiciones y códigos judíos. Habrá que adentrarnos en el pensamiento
teológico medieval para ir encontrando diversas ideas y argumentaciones que harán
referencia a las Escrituras para justificarse, elaborando así un código moral que
afectó (y afecta) a Occidente pero que por lo que se ve pasó inadvertido para los
propios protagonistas de la Historia. [74]
Tal y como se hizo en el apartado anterior, creo que puede ser ilustrativo la
inclusión de algún ejemplo del NT que nos hable de cierta normalidad en las relaciones
homoeróticas con el fin de poder ilustrar mejor la idea de que en el origen del
cristianismo no existía una condena hacia este tipo de comportamiento. El ejemplo al que
haremos referencia es el de Cristo y el centurión Romano:
...Estaba a punto de morir un siervo de cierto centurión
que le era muy querido. (...) Y respondiendo el centurión,
dijo: Señor, yo no soy digno de que entres bajo mi techo;
di sólo una palabra y mi siervo será curado (...) En verdad
os digo que en nadie de Israel he hallado tanta fe.[75]
Las traducciones de la Biblia han utilizado el término siervo para indicar la
relación que éste tenía con el centurión, no obstante en la Vulgata se hace
referencia en estos términos puer meus[76]. Tal vez esto no aclare
demasiado las cosas salvo la idea de que si se tratase de un hijo el término
utilizado sería el de filium, por lo que hemos de suponer que se está
refiriendo a un muchacho muy querido [77] (qui illi erat pretiosus). Como Lucas escribe en
griego tenemos que ir a la fuente si queremos algo más de claridad, allí la palabra es
pais cuya traducción sería la de
muchacho esclavo, con lo que el centurión busca ayuda en Jesús para su
¿muchachito esclavo muy querido?, algo que no es de extrañar si pensamos además que
otra de las traducciones posibles del término es la de niño amado, o más
concretamente lo que hoy denominamos erómeno. El hecho finalmente de que Cristo alabe la
Fe del centurión y no tenga que decir nada de sus relaciones personales creo que es
significativo[78]
y que nos habla de esa normalidad en las relaciones entre hombres de la antigüedad que la
historiografía ha intentado romper o cuando no falsear.
3. LA CUESTIÓN FILOSÓFICA EN TORNO A
LA
HOMOSEXUALIDAD:
Antes de abordar la filosofía romana creemos necesario comentar unas breves notas
referidas al pensamiento clásico griego, en la medida en que éste se constituirá en
parte fundamental de la filosofía romana, cuando no la única con algunas variaciones.
A) LOS PLANTEAMIENTOS GRIEGOS:[79]
Somos conscientes que reducir toda la filosofía griega a tres filósofos, por muy
importantes que ellos sean, es casi como hacer una reducción al absurdo, no obstante y
habida cuenta que casi o nada pueden añadir otros y a razones de
espacio para este estudio nos centraremos en los siguientes:
*La filosofía de Sócrates:
Un acercamiento al pensamiento de Sócrates en esta materia (casi como en cualquier
otra) topa de entrada con las malas traducciones y comentarios que de su obra
se han hecho, ya que era escandaloso para la posteridad reconocer la homosexualidad y la
pederastía en quien se le consideraba uno de los padres de la filosofía cuando no una
prefiguración de Cristo por parte de la Iglesia. Además el hecho de que su obra se
conozca fundamentalmente a través de Platón quien por su parte trata de presentar un
Sócrates casto e incorruptible, sublimando así la imagen del maestro tal y como pone de
manifiesto E. Cantarella[80],
no ayuda a la hora de acercarnos al pensamiento socrático. No obstante sí podemos
acercarnos al menos de una manera significativa por medio de otros autores o analizando
con mayor objetividad lo escrito por su discípulo Platón:
En primer lugar sabemos por medio de las fuentes coetáneas que la continencia
sexual que pregonaba era sólo uno de tantos aspectos del rigor que Sócrates creía
indispensable, en todos los sectores de la experiencia, para alcanzar la plenitud del ser,
era un modelo de vida que se inscribía en la aspiración general del control de sí
mismo. Así se entiende que Jenofonte en los Memoriabilia
ponga en boca de Sócrates:
...la bestia salvaje que se llama joven en flor (...)
más peligrosa que el escorpión, porque inyecta
un veneno que hace enloquecer a su víctima...[81]
Esta resistencia a los amores físicos es hacia
los hombres: de la resistencia a las mujeres no se dice nada ya que éste era un problema
que no se le presentaba:
oh, Critón, que alguien la saque de aquí y se la lleve a casa[82]
Dirá al referirse a Jantipa que se echa a llorar
al visitarlo en la cárcel poco antes de morir.
Como es de suponer, si hay resistencia es que hay tentación: Sócrates declara por
medio de Jenofonte que
...no recuerdo en la vida un momento en el que no haya
estado enamorado[83];
En el Menón de Platón queda trastornado por las
bellezas ocultas de Cármides que en un cierto momento cree entrever:
...Entonces ocurrió (...) tambaleándose mi antiguo aplomo
(...) intuí lo que había dentro del manto y me sentí arder
y estaba fuera de mí...[84]
Por todo ello podemos decir que Sócrates tiene un objeto de tentación: los
muchachos, a los que hay que resistirse desde un punto de vista físico (no intelectual ni
espiritual):
El que amase el cuerpo de Alcíbiades, no querría
verdaderamente a Alcíbiades, sino a algo que le pertenece[85];
Tener relaciones con una persona que ama tu
cuerpo más que tu alma es algo infame[86].
Está claro desde este momento que hay una atracción intelectual (entre otras que
hay que dominar) por los muchachos, esta relación intelectual necesita un marco en el que
desarrollarse y este marco viene dado por la pederastía[87] institucionalizada en la que
y a través de ella se podía dar ese traspaso de sabiduría entre el maestro y su
discípulo.
*La filosofía de Platón:
Platón parte
de una concepción mítica sobre el origen del hombre que conlleva unas implicaciones
teológicas, cosmológicas y antropológicas sumamente complejas: el origen del ser humano
está en un ser andrógino que tenía tres sexos (hombre+hombre, hombre+mujer,
mujer+mujer), los dioses al dividirlos formaron hombre y mujeres que a lo largo de su vida
tenderán a buscar su otra mitad; así explica el origen de la homosexualidad, relación
superior frente a la de aquellos que buscan el sexo contrario (mujeriegos, adúlteras...)
tal y como se describe en el Banquete[88].
Esta
concepción puede parecer paradójica con otras reflexiones del filósofo sobre la
homosexualidad en donde entre otras cosas la califica de relaciones contra
natura (para fusin)[89], tal circunstancia es
matizada por E. Cantarella[90]
y P. Veyne[91]
quienes consideran que el término está haciendo referencia a lo artificial, sin las
connotaciones peyorativas que encierra el concepto en la actualidad. De la misma forma
cuando Platón se refiere a esta cuestión en sus Leyes,
critica un comportamiento no reproductivo que estaría en contra (por inútil) de lo que
piensa para su ciudad ideal. Otro tanto podríamos decir de
la crítica a la violencia sexual (sin connotaciones morales y para todo tipo de
relación[92]).
Esta
ambigüedad aparente también se da en lo que respecta a la pederastía[93]:
por un lado sus poesías de amor a muchachos y por otro el Fedro en donde se habla de resistencia al erasta[94],
resistencia que más se debería a resaltar el espíritu frente al eros más que una
condena al hecho en sí.
*La filosofía de Aristóteles:
Tradicionalmente se ha unido al filósofo al lado de una condena de la
homosexualidad, condena que hay que situarla en su contexto: Para Aristóteles la única
razón de la sexualidad es la procreación (no el eros), de ahí que todo lo que no se
realizase en aras del Oikos (elemento central del proyecto político aristotélico) era
inútil y por esta razón condenable. Es más, las críticas morales a tal
placer se centran en los que se dedican a éstas prácticas por costumbre y no por
naturaleza[95]
de aquellos que ocupan un papel pasivo en la relación (de los activos no se dice nada).
En cualquier caso tal y como se refleja en su Ética
a Nicómaco[96],
tal crítica moral es comparable a la que se hace de quienes se comen las uñas o se
arrancan los cabellos.
Por lo que respecta a la pederastía podemos hablar de una crítica total dada su
inutilidad para la sociedad ideal que pregona.
*Conclusiones a los planteamientos
griegos:
Como conclusión a todo este apartado de filosofía griega podemos concluir que en
un primer momento la pederastía estaba bien vista, e incluso era superior a cualquier
tipo de relación heterosexual, ideas que llegan a su auge social y filosófico en el
siglo V a.c.; con el tiempo el concepto cambió, como es recogido en parte por Platón y
fundamentalmente Aristóteles, las razones de este cambio se podrían resumir en las
siguientes: En primer lugar como causa institucional la crisis de la institución
pederástica que con los siglos se va convirtiendo más en prostitución que en docencia,
en segundo lugar como causa social la crisis motivada por la guerra del Peloponeso que
deja diezmada a la juventud (se necesita procrear) en tercer lugar, un hincapié
filosófico más en cuestiones de amor metafísico que en el físico y finalmente el papel
que tuvo Roma, al final del helenismo cambiando la mentalidad a este respecto al que se
aludirá más adelante.
Finalmente subrayar que la crítica hacia la pederastía y la homosexualidad que se
hace al final del clasicismo no conlleva la satanización que más tarde se hará de ellas
utilizando, manipulando y sacando de contexto las argumentaciones tanto de Platón como de
Aristóteles.[97]
B) LOS PLANTEAMIENTOS ROMANOS:
En la filosofía romana
sí se da una diferenciación clara entre la pederastia y las relaciones entre hombres.
Por lo que respecta a la primera, se ha argumentado siempre cómo los romanos asimilaron
toda la cultura griega, en este caso, la cuestión pederástica, también trataron de
imitarla pero con desigual fortuna; Y es que las circunstancias en Roma eran otras bien
distintas: por un lado existía una legislación concreta con el derecho familiar que
limitaba, sino impedía, la pederastía con los hijos de las familias nobles, por otro en
Roma se dio una revalorización del matrimonio dentro de la sociedad; por otro la
existencia de jóvenes esclavos a los que se les podía someter sexualmente a voluntad
hacía que resultase más fácil recurrir a ellos que enzarzarse en un cortejo de
resultado incierto. No quieremos decir con esto que desapareciese la pederastía, ésta
seguía ejercitándose bajo prostitución o esclavitud como pone de manifiesto M. Foucault[98],
queremos decir que la pederastía como institución en la educación[99]
desapareció[100]
o quedó relegada a una reducidísima élite cultural. Eva Cantarella nos habla
ampliamente del origen de este especial modo de entender la pederastía cargando el acento
en la herencia etrusca más que en influencias griegas[101].
Mientras que
la pederastía no significó para los griegos ninguna forma decadente ni corrupta; fue,
por el contrario, una manifestación curiosa pero auténtica del mismo espíritu que los llevó a sus más
grandes e inmortales realizaciones; la admiración por la vida y la belleza. Tan
auténtica y lógica para ellos como artificial y corrupta para otros pueblos que
intentaron practicarla. En Roma, la marcada influencia griega provocó una imitación de
las costumbres pederastas; pero no pasó de un vicio corrupto de las clases ilustradas,
motivo de burlas y escarnio para la mentalidad del común de la población. Al realizar
Julio César en el senado, la defensa del rey Nicomedes (con quien se murmuraba que había
tenido una relación pederasta en su juventud) y al hacer referencia a los favores y
dádivas que de este rey había recibido, se levantó Cicerón y le respondió: No
menciones, por favor, estos temas, pues todos sabemos aquí lo que tú le diste a
Nicomedes, y lo que él te ha dado a ti. Esta cáustica respuesta no hubiera tenido
sentido en Grecia.
Más tarde,
(en teoría) con la llegada del cristianismo, la pederastía fue condenada y perseguida
como práctica monstruosa. Pudiendo hablar de su total y completa desaparición según nos
refiere la historiografía tradicional.[102] No obstante la aparición
en los últimos años de las ya citadas obras de Boswell[103], han abierto una línea de
investigación tan sugerente como apasionante: Su tesis en líneas muy generales vendría
a argumentar por lo que a la pederastía se refiere, que en los primeros años del
cristianismo existía una tolerancia hacia el hecho (según casos también). Esta
situación sólo iría desapareciendo con los siglos, siendo las visiones
historiográficas de los últimos siglos las que no han creado una falsa imagen de
condenas y prohibiciones hacia un hecho en principio aceptado. Tesis ya comentada, pero
que se puede aplicar con igual fortuna a la cuestión de la pederastía.
Centrándonos
ya en las relaciones entre hombres, éstas no son objeto de ninguna filosofía en
particular[104],
limitándose en la mayoría de las veces en referir textos griegos al respecto. Tan sólo
a nivel de obras literarias podemos rastrear ciertos planteamientos que analizaremos más
adelante.
4. LA CUESTIÓN LITERARIA EN TORNO A
LA HOMOSEXUALIDAD:
Como en el caso anterior y dada la influencia griega en la literatura romana
comenzaremos describiendo someramente la situación en Grecia:
A) LOS PLANTEAMIENTOS GRIEGOS:
Parecida evolución y tratamiento ha hecho la literatura del fenómeno que la
filosofía, esto es, su íntima relación con la pederastia. La diferencia tal vez estribe
con que contamos con documentos más antiguos.
Intentando
organizar cronológica y temáticamente todo el material, haré referencia a los
siguientes periodos:
*La literatura homérica (época
oscura)
La primera circunstancia que nos llama la atención es la ausencia de alusiones
directas a este respecto de las que carece tanto la Iliada como la Odisea. ¿Cómo se
encuadra esta circunstancia frente a la idea de la pederastía como un hecho griego
antiguo?: las razones habría que buscarlas en el interés por parte de Homero en no ser
especialmente explícito en mostrar unas relaciones homosexuales entre personas de la
misma edad más que entre maestros y discípulos. Esto lo podemos intuir al leer las
historias de Aquiles y Patroclo que van más allá de una simple amistad tal y como los
griegos de siglos posteriores entendieron y aceptaron, tal es el caso de Esquines en su Contra Timarco[105] en donde se elogia esta
relación. En cualquier caso los griegos posteriores no se cuestionaron el asunto, en todo
caso, se discutía sobre quien de los dos era el erómeno y quien el erasta[106].
En este sentido señalar que Homero nos presenta en todo caso a dos amantes, el papel
pederástico de su relación sería más un añadido posterior para poder justificar tal
relación desde el momento en el que la pederastía es aceptada no tanto así el papel
pasivo de un adulto libre en una relación homosexual, máxime si el sometido
es nada menos que un héroe mitológico[107].
*La literatura lírica (época
arcaica y principios del clasicismo)
Entiendo por
literatura lírica, una poesía escrita para ser cantada, acompañada de flauta o de lira,
y, por lo tanto, dotada de un ritmo musical que servía para expresar los sentimientos
individuales de un poeta (lírica monódica) o colectivos de todo un pueblo (lírica
coral); En este sentido, en cuanto canto de un sentimiento individual, no puede dejar
pasar de largo el reflejo de los amores pederásticos, y así Solón, Alceo, Anacreonte,
Teognis Ibico o Píndaro, cantarán las delicias de este amor en sus versos[108].
Recogemos como ejemplo un fragmento de la obra de la Antología de Teognis:
...Joven, no causes a mi corazón un dolor cruel y
que el amor que te tengo no me arrastre a la morada
de Perséfora; teme la ira de los dioses y el juicio
de los hombres y ten para mí sentimientos favorables...[109]
De todos estos poemas podemos sacar una serie de características comunes que nos
muestran el valor cultural que tenía la pederastía así como las reglas de ética sexual
por la que se regía: En primer lugar el amor unía a un adulto y a un muchacho por la
belleza (léase virtud), en segundo lugar esta relación no era puramente sexual, se
buscaba más un compañero con el que vivir una vida ( o parte de ella), en tercer lugar
el chico ha de resistirse y así propiciar un cortejo, finalmente llega la aceptación lo
cual es un honor para el amado.
Todas estas características (previas al clasicismo) nos hablan de una tradición
pederástica antes incluso de legislarse.
*La literatura narrativa (época
clásica y helenística)
Sin tratar de realizar un análisis exhaustivo de todos los escritores del momento,
nos detendremos en la obra de Jenofonte y más concretamente en El Banquete. Allí podemos leer:
...un muchacho que se une a un hombre no goza,
como una mujer, las alegrías del amor, sino ayuno,
contempla a un borracho de amor. Ninguna maravilla,
entonces, que se le ocurra despreciar al amante...[110].
Al igual que
pasó con la filosofía llega un momento en el que motivado por una serie de causas ya
aludidas, se empieza a ver la pederastía como algo malo (en el sentido de utilidad social
no moral), la literatura será un reflejo de este cambio, cambio que se da en otros
niveles, así cuando Jenofonte está argumentando todo esto lo hace en un contexto de
rebatir todas y cada una de las ideas platónicas (la pederastía sería entonces una
más).
*La literatura al final del helenismo
En este
momento destaca la figura de Plutarco[111]. Este escritor realiza su
obra Sobre el amor en el siglo I d.c. y en ella
recoge el amor entre hombres y entre mujer y hombre como frutos de un mismo origen y por
tanto sin la existencia de nada contra natura (artificial)[112],
es más al referirse a la Vida de Pelópidas, exalte las virtudes del batallón Tebano y vea en
ello una serie de virtudes públicas de un altísimo valor en comparación con las
virtudes privadas (el matrimonio entre otras) que son inferiores[113].
Pero Plutarco no es el único autor de esta época existen otros como Aquiles
Tacio, el Pseudo Luciano, Eratóstenes, Caricles... que sin embargo siguen menospreciando
la pederastía y el amor hacia los muchachos[114].
Muchos de estos autores están dentro del ámbito cultural romano por lo que se
hace difícil poder hablar de evolución griega sobre la pederastía o de influencias
romanas en el concepto de amor en la Grecia antigua.
B) LOS PLANTEAMIENTOS ROMANOS:
En este apartado trataremos de referirnos a una serie de autores latinos, el primer
grupo es el integrado por los llamados líricos elegiacos, poetas republicanos en
cuyos versos plasmaron y cantaron a las relaciones entre hombres.
La primera reflexión que nos podemos hacer es preguntarnos si el contenido de su
obra homoerótica responde a planteamientos propios y de la cultura romana, o bien si se
trata de unas meras copias de poemas griegos. La métrica alejandrina está claro que es
una copia de modelos helenos a los que trataban de emular, pero el tema, si bien es el
mismo que en Grecia, nos informa que tuvo que ser del agrado desde el momento en el que lo
asumen como propio, en este sentido la novedad introducida por la influencia helena se
debe más a estilo e incluso al mismo hecho de plasmar en poesía unos sentimientos que a
los sentimientos u opciones sexuales practicas por los romanos. Esta es a grandes rasgos
la tesis defendida por Cantarella[115] que llega a estas
conclusiones tras revisar toda la literatura del momento y analizarla.
De cualquier forma sea por influencias extranjeras, sea por el propio
comportamiento de los romanos, lo cierto es que la literatura lírica elegiaca romana
adoptará como uno de sus temas las relaciones entre hombres, o precisando un poco más,
las relaciones entre un Vir y un puero[116],
así podemos leer las relaciones y los amores entre Catulo y Juvencio[117]
en sus cármenes, entre Tíbulo y Marato[118] o entre Propercio y su amor
Gallo[119]
en sus respectivas composiciones elegiacas. Es además en estas composiciones en donde
podemos leer la manera en la que éstas se llevaban a cabo, siendo todo el ritual bastante
próximo al griego, esas reglas pederásticas no escritas por las que se fijaba la edad
del muchacho, el cortejo, los regalos, la enseñanza, el final de la relación... [120],
(algunos de estos textos están reproducidos en la citada obra de Cantarella a la que remitimos al lector).
Al margen de estos poetas líricos otros autores, del mismo modo, reflejaron esta
cuestión en sus obras, así por ejemplo podemos referirnos a Lucrecio, quien en su De
rerum natura, postula la similitud de todas las relaciones sexuales, siendo lo
verdaderamente importante tenerlas, no dando importancia al sexo del objetivo de esas
relaciones[121].
Ovidio, quien preferirá a las puellae antes que a los pueri, si
bien justifica en demasía esta elección en su Ars amatoria[122].
Horacio, reflejando en su obra su amor por Ligurino[123]. E incluso Virgilio, quien
nos ha legado en sus obras las bellas historias de Euríalo y Niso en La Eneida[124],
y de Coxidón y Alexis en la Segunda Égloga[125]. Los primeros
soldados enamorados como los del Batallón Tebano y los segundos jóvenes pastores que
demuestran su amor dentro del género de la literatura bucólica.
Pasando a la sátira, el tema no fue abandonado, pudiendo ver en ella un claro
reflejo de las mentalidades de la época en cuestiones sexuales, Marcial, nos mostrará estas relaciones como normales
dentro de las relaciones humanas en sus epigramas[126], y Juvenal haciendo gala de
un sarcasmo mayor y más feroz, nos muestra la naturalidad de este tipo de relaciones, si
bien se ríe e ironiza en torno a la hipocresía que rodea a todo este tipo de
situaciones, y sobre todo a la renuncia de ciertos adultos a su papel viril,
siendo en muchos casos el puero el que había de tomar la posición activa en
esta relación, Juvenal nos habla en sus sátiras de los motivos (vicio, dinero, moda)[127]
siendo estas circunstancias las que provocarán su escarnio y su condena, condena que más
adelante la sociedad civil hará suya proscribiendo este tipo de relaciones (el papel
pasivo de el adulto).
Finalmente hacer alusión a los carmina priapea en donde estos temas
aparecen con frecuencia, así como a los graffiti, sobretodo los encontrados en Ponpeya,
en donde aparecen curiosas inscripciones latinas como te pedicabo, irrumare
volo o pedicatur qui leget[128], son toda una muestra de la
cierta normalidad que se tenía en la sociedad romana en materia sexual.
[1] Ambas ed. Muchnik, Barcelona, 1993 y 1996 respectivamente.
[2] No creemos oportuno transcribir el texto completo dada su extensión, en cualquier caso remitimos al lector al citado capítulo y versículos para que lo coteje con el resumen que se ha realizado.
[3] D.R.A.L.E., Academia,
Madrid ed. Vigésima, voz sodomía.
[4] María Moliner, Diccionario
de los usos del español, Gredos, Madrid, 1980, voz sodomita
[5] Ibid..., voz sodomía.
[6] Vuelvemos a remitir al lector a Gn. 19:1-25, con el fin de que observe en su conjunto las motivaciones del pueblo de Sodoma quien quiere a todas luces hacer daño, herir o incluso torturar a los extranjeros. En este sentido la alusión a conocer que en la Biblia se interpreta como relación sexual, es más una forma de violación, otra manera de hacer daño, bastante diferente de una relación sexual placentera y consentida.
[7] Circunstancia ésta difícil de entender si se considera a los asaltantes como homosexuales, con lo que se vuelve a redundar en la idea de que lo que pretende el pueblo es hacer daño a los nuevos visitantes más que a mantener un específico comportamiento entre personas del mismo sexo. A este mismo respecto la Biblia de Jerusalén en una nota al capítulo señala como en aquella época el honor de las vírgenes era menor que el sagrado deber de la hospitalidad
[8]En este mismo sentido se podría incluso apuntar la idea de Daniel Helminiak, What the Bible really says about homosexuality, Alamo Square, San Francisco, 1997, p.III. en la que sugiere que aún en el hipotético caso que hubiese una condena hacia la homosexualidad, ésta se referiría únicamente a la que los habitantes de Sodoma querían cometer y no se puede tomar, por extensión, a todo tipo de relaciones homosexuales; de la misma manera que cuando el profeta Natán (en 2 Sm, 12) condena al rey David por su adulterio con Betsabé y el asesinato se su esposo, se está condenando algo particular y macabro, hecho que a nadie se le ocurriría extrapolarlo y afirmar que el profeta Natán está condenando todas las relaciones heterosexuales.
[9] Gn, 18.
[10] La interpretación del texto como alusión a la falta de hospitalidad y a la falta de caridad ha sido tenida en cuenta por los eruditos religiosos desde 1955, D. Bailey (Homosexuality and the western Cristian Tradition, Longmans, London, 1955) fue el primero, pero más tarde la asumieron otros como Jhon McNeill y Marvin Pope, a este respecto remito al lector a la obra de Boswell Cristianismo, tolerancia social y homosexualidad, Muchnic, Barcelona, 1993, p.118 y notas de las pp. 470 y ss. En donde se hace una detallada referencia a la historiografía de esta interpretación. Desde el punto de vista patrístico al texto hacemos referencia a la obra de Matthieu Collin, Abrhán, col. Cuadernos bíblicos, n1 56, p.54.
[11] Jue., 19:22ss.
[12] Todo lo cual nos indica que los redactores de los diferentes libros de la Biblia sí comprendían el verdadero sentido del relato del génesis, por lo que se habrá de buscar en otro tipo de literatura y tradición la asociación entre sodomita y homosexual.
[13] Ez, 16:48-51
[14] Mat. 10:14-15, en parecidos términos se expresa en Lc. 10:11-12.
[15] En este sentido remitimos a Dt., 29:23, 32:32; Is., 3:9, 13:19; Jr., 23:14, 49:18, 50:40; Lam., 4:6; Am., 4:11; Cef., 2:9; Mt., 10-15; Lc., 17-29; Rom., 9:29; 2Pe., 2:6; en donde se vuelve a incidir en lo mismo y que eludimos trascribir por no hacer el trabajo demasiado redundante.
[16] Eclo 16:8; Sab 19:13-14; libros además sólo incluídos en el Cánon por los católicos (Judios y protestantes los rechazan al considerarlos apócrifos)
[17] Boswell, op. Cit., p. 289 y ss.
[18] Biblia, Versión de Reina Valera, Dt, 23:17-18.
[19] Vulgata,t Dt., 23:17-18.
[20] Sagrada Biblia, BAC, Dt., 23:17:18
[21] Biblia de Jerusalén, Dt., 23:17-18
[22] Sagrada Biblia, BAC, Lev., 18:22
[23] Sagrada Biblia, BAC, Lev., 20:13
[24] Vulgata, op. Cit., Lev., 18:22
[25] Vulgata, op. Cit.Lev., 20:13
[26] Existen varias hipótesis sobre el origen y evolución de la Torá, tal vez la más conocida y aceptada, pese a varios puntos de controversia, es la llamada hipótesis documentalista de gran éxito entre 1950 y 1970 y que en la actualidad con algunas modificaciones se constituye en el centro de las demás hipótesis. Como no es el caso de entrar en la polémica acepto de entrada la mencionada hipótesis tal y como la defiende Etienne Charpentier en la obra El Antiguo Testamento, Verbo Divino, Stella, 1998, pp. 35 y ss.
[27] Un mayor análisis de toda esta cuestión así como un intento de separar los documentos para poderlos estudiar por separado y contextualizarlos mejor pudiendo hacer un análisis histórico crítico de los mismos lo encontramos en la obra de Jacques Briend, El Pentateuco, Col. Cuadernos Bíblicos, nº13, Verbo Divino, Stella, 1997.
[28] Todos estos mandatos han sido ampliamente analizados y estudiados por William Countryman, Génesis de la sexualidad: ¿Qué nos dice de la homosexualidad la narración bíblica sobre la Creación?, Sigla, Buenos Aires, 1994. En donde se pone de manifiesto la diferencia entre normas y argumentaciones fabuladas y generalizadas en torno a la Creación: Se fabula para lo general, ideas de un pasado fantástico que puedan explicar algunas cosas del presente. Algo parecido a las mitologías, que ayudan a explicar el cosmos a un pueblo pero que carecen de un valor normativo, y que nadie en la Antigüedad aplicaba y extraía modelos de comportamiento para condenar a los que no los siguiesen al pie de la letra.
[29] De hecho la tesis documentalista considera una que esta parte del Génesis fue escrita por los sacerdotes en tiempos del cautiverio que la añadieron al relato de la Creación. Jacques Briend, op. Cit. pp. 54 y ss.
[30]Daniel Helminiak, op. Cit. P.7, argumenta como razones para la prohibición de este tipo de comportamiento el hecho de que la sodomización de un hombre a otro era algo degradante en la Antigüedad y por lo tanto algo que no se correspondería con el mandato divino de amar al prójimo. Siendo para él más una prohibición de dañar a otro ser humano más que prohibición de relaciones consentidas. El hecho además de que en la Antigüedad existiesen prostituciones cúlticas, le lleva a pensar que la prohibición es también más para referirse a prácticas paganas que a relaciones personales. Por lo que una verdadera traducción sería que Dios condena las prácticas paganas y daño a otros hombres. Sus argumentaciones son verdaderamente interesantes y ahondan en las hipótesis planteadas por Boswell (op. Cit. p. 124) cinco años atrás; pero desde nuestro punto de vista no compartimos esta opinión y nos inclinamos más a pensar en una prohibición es expresa a la homosexualidad (sin menospreciar las anteriores ideas) ya que lo fundamental en un pueblo en cautiverio es la perpetuación de ese mismo pueblo.
[31] Así podemos entender como si un hombre violenta a un muchacho (Lev., 18:20) se condena tanto a uno como a otro sin importar la moralidad de los actos, tan sólo la contaminación sufrida al margen de la idea de culpabilidad.
[32] Hch., 15
[33] Cfr., Lortz, Joseph, Historia
de la Iglesia, Vol. I, ed. Cristiandad, Madrid, 1982, pp. 76 y ss. En el mismo sentido
se expresa la tradicional Historia de la Iglesia de la BAC, Llorca, , B. Et al, Historia
de la Iglesia, Vol. I, ed BAC,
Madrid, 1976, pp. 88 y ss.
[34] Sin extendernos en citas, remitimos a este respecto al lector a Gal., 5:1-2; Gal., 3:22-25; Tit., 1:14-15 como ejemplos del pensamiento de Pablo, cuyos comentarios los podemos leer en Eichholz, G., El evangelio de Pablo, Sígueme, Salamanca, 1977, p.30 y ss. ; Meeks, W., El mundo social del apostol Pablo, Sígueme, Salamanca, 1988, p.IV; y más concretamente en Cothenet, E., La carta a los Gálatas, Col. Cuadernos Bíblicos, nº 34, Vervo Divino, Stella, 1985, p.2.
[35] Todo lo referente al Cristianismo en la Alta Edad media en donde se va conformando una determinada moral sexual viene ya estudiado por Boswell en la obra a la que hemos estado haciendo referencia. Motivo por el cual remitimos al lector y eludimos adentrarnos en un problema que se escapa del ámbito cronológico que nos hemos propuesto.
[36] 2 Sam., 1:26
[37] 1 Sam., 16:12
[38] 1 Sam., 18: 1-5
[39] 1 Sam., 20: 1-23
[40] 1 Sam., 20:41
[41] 1 Sam., 20: 17
[42] Sagrada Biblia, BAC, 1969, Jds,7. (Edición a cargo de Nácar y Columga utilizando versión directa de las lenguas originales)
[43] Biblia de Jerusalén, 1975, Jds,7.
[44] Vulgata, Jds, 7. (utilizo la edición BAC de 1951)
[45] Dios habla hoy. La Biblia versión popular, 1963, Jds,7.
[46] La Biblia, versión de Reina Valera, 1970 (la primera edición data del siglo XVI), Jds.7.
[47] El libro del Pueblo de
Dios, ediciones Paulinas, 1987, Jds.7.
[48] Lings, Renato, Las traducciones bíblicas y la homofobia, Otras ovejas, Buenos Aires, 1996, p.6
[49] Sagrada Biblia, BAC, 1Cor., 6:9
[50] Sagrada Biblia, BAC, 1Tim., 1:10
[51] La Biblia, edición de Reina Valera, 1Cor., 6:9; y 1Tim., 1:10 respectivamente.
[52] Biblia de Jerusalén, cap. y ver. Supra.; Término el de homosexual netamente contemporáneo y que es difícil imaginar que existiese en la Antigüedad. La primera vez que aparece en las Biblias al uso es a partir de la Revised standart version del NT en 1946, que intenta realizar una traducción bíblica con un lenguaje más actualizado y científico.
[53] Vulgata, c. y v. Supra.
[54] Boswell, op. Cit, c. Lexicología y San Pablo.
[55] En este sentido, por nuestra parte, hacer referencia a la obra de Michel Bouttier et al. Vocabulario de las epístolas paulinas, col. Cuadernos Bíblicos, nº88, Verbo Divino, Stella, 1996, pp.21 y ss. En donde analizando los significados de debilidad se identifican exclusivamente con la Fe.
[56] Si bien la pederastia como institución en la enseñanza clásica griega no era objeto de escándalo, sorpresa o desaprobación, ésta debía de adecuarse a una serie de reglas no escritas (edad del amante y el amado, regalos, papeles eróticos...) el quebranto de estas normas podía ser objeto de burla ya que de alguna manera su ruptura significaba romper con el principio pederástico, a este respecto remitimos a la obra de Eva Cantarella Según natura, la bisexualidad en el mundo antiguo, Akal, Madrid, 1991 quien dentro de su capítulo segundo dedicado a la época clásica dedica un subcapítulo (el 5) a Las infracciones de las normas sobre la edad, las infracciones y la ley, todo claro está referido a la pederastía.
[57] En este mismo sentido, señalar como lo hace Violaine Vanoyeke, La prostitución en Grecia y Roma, EDAF, Madrid, 1991, cómo en la decadencia de Grecia, ciertas actuaciones otrora reconocidas ahora, en los últimos tiempos griegos, son risibles (capítulo II al hablar de la prostitución sagrada de Corinto)
[58] Sagrada Biblia, BAC, Rom., 1:26-27.
[59] Vulgata, Rom., 1:27.
[60] Boswell, op cit. pp. 136 y ss.
[61] Miller, James E., Pederasty and Romans 1:27,
en Journal of the American Academy of Religion, nº 65 (1997), pp. 861-866.
[62] Un análisis de los conceptos ley y templo y su relación con lo puro-impuro lo podemos ver en Michael Bouttier, Vocabulario de las epístolas paulinas, op. Cit., pp. 40 y 63 respectivamente.
[63] Rom., 14:14-20
[64] Tit., 1:15
[65] Dios habla hoy, La Biblia versión popular, Tit., 1:15
[66] Rom., 11:24
[67] Rom., 3:21-26
[68] Gal., 6:14
[69] Rom., 5:2,3,11
[70] Rom., 5:5; idea también recogida y de una manera similar desarrollada en Heb., 12:2
[71] Eichholz, G., El evangelio de Pablo, Sígueme, Salamanca, 1977; Meeks, W., El mundo social del apostol Pablo, Sígueme, Salamanca, 1988; Cothenet, E., La carta a los Gálatas, Col. Cuadernos Bíblicos, nº 34, Vervo Divino, Stella, 1985, o Michael Bouttier, Vocabulario de las epístolas paulinas, col. Cuadernos bíblicos, nº 88, Verbo Divino, Stella, 1996.
[72] Rom., 15:7
[73] Gal., 5:14
[74] En esta línea las investigaciones llevadas a cabo y publicadas por la Journal of the American Academy of religion, así como las exégesis (mejor dicho: investigaciones sobre exégesis bíblicas no reconocidas por la jerarquía eclesiástica) llevadas a cabo desde la facultad de Teología Ecuménica de la Universidad de Tubinga, apuntan en la misma dirección.
[75] Lc., 7:2-10 ; similares términos podemos encontrar en Mt., 8: 5-11,
[76] Vulgata, Mt., 8:6, qui illi erat pretiosus, añade Lucas (Lc., 7:2)
[77] En opinión de E. Cantarella, op. Cit. pp. 160 y ss., el amor hacia los pueri hay que entenderlo en clave de relaciones homosexuales que practicaban los romanos a imitación de la pederastía griega.
[78] De igual forma puede llegar a ser significativo el que este texto sea uno de los que son recogidos por el documento Q, lo cual nos da una idea de que este relato no ha sufrido modificaciones y se le consideró como muy significativo, tanto como para ser incluido en los primeros documentos cristianos (anteriores a los Evangelios y a las Cartas Apostólicas) de los que hoy al no quedar nada de ellos sólo nos podemos aproximar a través de análisis y reconstrucciones lingüísticas. Para la reconstrucción que a nosotros nos interesa, remito al texto nº 15 (Qs, 15) (una de las ediciones que lo han publicado es la de Burton, L.M., El Evangelio perdido. El Documento Q, Martínez Roca, Barcelona, 1994, p. 97.
[79] La homosexualidad y en la pederastia están íntimamente relacionadas en el mundo griego, por lo que es muy difícil separarlas, es más la relación entre hombres, desde un punto de vista filosófico, sólo encuentra su razón de ser en la mayoría de los casos en la pederastia, de ahí que para el caso griego me refiera en muchas ocasiones indistintamente a una u otra.
[80] Cantarella, Eva, Según natura... op. cit., p. 80
[81] Jen., Mem., I, 3-13. Todas las citas de las fuentes primarias griegas y romanas que se van a citar en las próximas notas han sido obtenidas (y en su caso cotejadas) de la colección Los clásicos de Grecia y Roma de más de cien volúmenes editada por Planeta Agostini, en 1995. Somos conscientes de la existencia de otras traducciones y comentarios algunos de ellos mucho mejores, pero por razones de accesibilidad, operatividad e incluso de uniformidad no han sido consultados. A partir de este momento se entenderá que para todas las notas a pie de página de las fuentes primarias se ha utilizado (o cotejado según los casos) la antecitada colección.
[82] Plat., Phaed.,
60ª.
[83] Jen., Symp.,
8,2,
[84] Plat., Charm.,
155 c-e.
[85] Plat., Alcib.
I, 131 c.
[86] Jen., Symp., 8,23.
[87] Sobre la cuestión de la pederastia en la Grecia Clásica, sus reglas, ritos y leyes, además de la obra de E. Cantarella ya mencionada anteriormente, remitimos a tres obras más, una es la de Boswell, Las bodas de la semejanza, Muchnik editores, Barcelona, 1996, y la otra es la de Rodríguez Adrados, Sociedad, amor y poesía en la Grecia Antigua, Alianza, Madrid, 1995; también Licht, H., Sexual Life in Ancient Greece, Constable, London, 1994.
[88] Cfr., Plat., Symp., 189d-192e. En esta misma obra (181 b-c), considerará sublime el amor entre hombres (Afrodita Urania) y vulgar el mixto; y en 178b-e, habla de los amantes masculinos en tonos elogiosos.
[89] Plat., Leg.,
636c.
[90] Eva Cantarella, op. cit. p.88
[91] P. Veyne, L´omosexualità a Roma, Turín, 1983 (citado por E. Cantarella)
[92] Si bien es cierto que algunos autores como Friedo Ricken, Filosofía de la edad antigua, Herder, Barcelona, 1990, p. 117, hacen mucho más hincapié en la crítica, tratando de extraer de ella un cierto contenido moral.
[93] En este sentido es significativo el artículo de Maiztegui Casas, Socrates, Platón y la Homosexualidad, en Nueva Historia, nº10, Noviembre de 1977, pp.15 y ss.
[94] Plat., Phaedr., 240c-d-e.
[95] Aristot., Et. Nic.,
VII, 6, 1148b.
[96] Aristot., Et. Nic.,
VII, 5, 3-5.
[97] A este respecto la obra de Michel Foucault, Historia de la sexualidad, Siglo XXI, Madrid, 1995, nos habla de cómo la Iglesia desde la Edad Media o la sociedad burguesa desde finales del s. XVIII, mediatizaron esta filosofía reinterpretándola a conveniencia.
[98] Foucault, M., Historia de la sexualidad, Siglo XXI, Madrid, 1995. Cap. Referido a los muchachos t.III, pp. 174 y ss.
[99] A este respecto Quintiliano en su Institución oratoria, cap. II, nos previene sobre el tipo de maestro para los hijos, poniendo en guardia a los lectores sobre ciertos abusos que se podrían llegar a cometer en la educación.
[100] Michel Foucault más que desaparición habla de desprobletatización de la cuestión, que al dejar de ser ya importante queda relegada de aparecer en los textos tanto literarios como filosóficos. (op. cit. p. 174 y ss.). Sus argumentos son más teóricos y filosóficos en la interpretación de textos que positivistas, por lo que creemos que en último caso es más una cuestión de convencimiento personal que de pruebas irrefutables a este respecto.
[101] Cantarella, Eva, op. cit. p. 129 y ss. (segunda parte del libro)
[102] En esta línea tradicional se encontraría la obra de Marrou, H.I., Historia de la educación en la Antigüedad, Akal, Madrid, 1985.
[103] Boswel, John, Cristianismo, tolerancia social y Homosexualidad, Muchnik editores, Barcelona, 1992. y Las bodas de la semejanza, Muchnik, editores, Barcelona, 1996.
[104] En alguna ocasión se ha dicho que Grecia filosofó y Roma legisló, no sé hasta que punto es cierta esta aseveración, si es cierto sin embargo, que frente a la ausencia de textos filosóficos al respecto existe abundante material sobre legislación ad hoc, material que es analizado concienzudamente por Eva Cantarella en la obra a la que he hecho mención con anterioridad como la misteriosa lex Scatinia, documento al que constantemente se hace referencia en la historiografía tradicional y que sin embargo nadie ha podido estudiarlo ya que no ha llegado hasta nosotros. El tema legislativo romano puede llegar a ser en algunos casos como en este apasionante, no obstante creo que no entra de lleno en el objeto de nuestro trabajo y en principio eludimos cualquier alusión a él y remitiendo, en todo caso, al lector a la citada obra y a la extensa bibliografía que en ella aparece.
[105] Esqu., c. Tim., 139.
[106] Esquines dirá que el erasta es Aquiles (c. Tim., 142) mientras que Platón que Patroclo (Symp., 180a ). La tesis de Platón vendrá avalada por las representaciones pictóricas en las que aparece Patroclo con barba (símbolo de su mayor edad).
[107] Sobre las relaciones homosexuales en las obras homéricas véase M. Clarke, y G. Perrotta, ambos citados y comentados por Eva Cantarella, op. cit. p. 27 y ss.
[108] Por razones de espacio no citamos algunos de estos versos, sólo señalar que una pequeña selección se encuentra reproducida y comentada en las obras de E. Cantarella, op. cit. pp. 29 y ss. y J. Eslava Galán, Amor y sexo en la Antigua Grecia, ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1997, pp.99 y ss. Si bien un análisis más riguroso y exhaustivo de los mismos (abarcando todas las temáticas) los podemos leer en la obra de F. Rodríguez Adrados, Líricos griegos. Elegiacos y yambógrafos arcaicos, Labor, Barcelona, 1959.
[109] Teog. Ant. II,
1295-1298.
[110] Jen., Symp., 8, 21-22.
[111] Ampliamente estudiada (por
lo que a sus planteamientos pederásticos se refiere) por M. Foucault, op. cit. lib. III, c.5.
[112] Plut., Amat.,
766d-767e.
[113] Plut., Pelop., 18.
[114] Ejemplo de algunos fragmentos los podemos leer en la Antología latina que cita Eva Cantarella, op. cit., p102 y ss.
[115] E. Cantarella, op. Cit. pp. 160 y ss.
[116] En principio puede darnos la impresión de que los viri y pueri responden al mismo tipo de relación que se establecía entre el erasta y el erómeno, no obstante si la hay, sólo es un vago recuerdo ya que las relaciones romanas en este sentido fueron más de dominación y fuerza que de preocupación por la formación integral del pais. Por lo tanto si tanto el pais como el pueri son objeto de las atenciones de un adulto, la gran diferencia (que marca que una cosa no tenga que ver nada con la otra) es el tipo de relación que se establece entre ambos.
[117] Cat., Carmen 99.
[118] Tib., I, 7-9.
[119] Prop., I, X-XIII.
[120] Reglas a las que ya hemos hecho alusión y que vienen descritas en la obra de Eslava Galán, J., Amor y sexo en la Antigua Grecia, Ediciones Temas de Hoy, Madrid, 1997, pp. 75 y ss. Quien a su vez las recoge (copia) de Licht, H., Sexual Life in Ancient Greece, Constable, London, 1994, pp. 55 y ss.
[121] Lucr., De rerum natura, IV, 1052-1056.
[122] Ov., Ars amat, II, 683-688
[123] Horac., Ep., II, 11.
[124] Virg., Aen, IX, 182 y ss.
[125] Virg., Ecl, II, 7 y ss.
[126] Marc., 8, 12 y ss.
[127] Juven., 2, 9 y ss.
[128] Verbos irrumare y pedicare así como otras muchas palabras traducidas por N.J. Adams, The latin sexual vocabulary, London 1982, y recogidos por Cantarella, op. Cit. p. 191. Términos que desgraciadamente no han querido contemplar los diccionarios latinos al uso (Blanquez. A., Diccionario latino-español, Sopena, Barcelona, 1975)
Regresar Sincronía Fall/Otoño 2001
Regresar Sincronía Indice General