Sincronía Invierno 2001


EL PROCESO POLÍTICO EN VENEZUELA A FINALES DEL SIGLO XX: LA CONSTRUCCIÓN DE UN NUEVO ORDEN. (THE POLITICAL PROCESS IN VENEZUELA TO FINAL OF THE XX CENTURY: THE CONSTRUCTION OF A NEW ORDER.)

Juan Eduardo Romero
La Universidad del Zulia
Maracaibo-Venezuela
 


RESUMEN

El presente artículo forma parte de las investigaciones desarrolladas en el Laboratorio de Investigación Transdisciplinario del Espacio Público (LITEP) de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad del Zulia, con la subvención del CONDES. Se plantea el estudio de la transición política en Venezuela a finales del siglo XX, de una democracia consensuada que privilegio a los actores hegemónicos del Sistema Político de Conciliación (SPC) a una democracia estructurada sobre el concepto de la ciudadanización. Se analizan las condiciones históricas que hicieron posible el triunfo de Hugo Chávez a través del Movimiento Quinta República (MVR) y el conjunto de fuerzas aglomeradas bajo la denominación de Polo Patriótico. Se concluye explicando los elementos políticos que han hecho posible la construcción de una nueva hegemonía.

 

Palabras Claves: Transición, Ciudadanización, Venezuela, Política

 

SUMMARY 

The present article is part of the investigations developed in the Laboratory of Investigation Transdisciplinary of the Public Space (LITEP) of the Faculty of Economic and Social Sciences of the University of the Zulia, with the grant of the CONDES. He thinks about the study of the political transition in Venezuela at the end of the XX century, of a democracy consensuada that I privilege the actors hegemonyc of the Political System of conciliation (SPC) to a democracy structured on the concept of the citizing. The historical conditions are analyzed that made possible Hugo's Chávez victory through the Movement Fifth Republic (MVR) and the group of forces amassed under the denomination of Patriotic Pole. You concludes explaining the political elements that have made possible the construction of a new hegemony. 

Key words: Transition, Ciudadanización, Venezuela, Politics 

Introducción.

 

Los intentos de Golpe de Estado de 1992, dejaron traslucir el impacto que en el Sistema Político Venezolano (SPV) generó el reajuste en el diseño del Estado de Bienestar. Desde 1958, el SPV estuvo sostenido por cinco columnas institucionales:

a)    Los partidos Políticos, conglomerados en torno a los acuerdos del Pacto de Punto Fijo[1] (Octubre de 1958), comprometidos en la solución consensuada de los conflictos.

b)    FEDECAMARAS, como órgano vocero de los sectores propietarios de la sociedad venezolana y comprometidos en un proyecto de país, esbozado por los partidos políticos, pero en donde tenían un papel primogénito.

c)    La Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV), como institución que agrupaba al sector laboral y que mediante la firma con FEDECAMARAS del Avenimiento Obrero- Patronal ( Abril de 1958) se comprometió a mantener las normas del entendimiento no-conflictivo en las relaciones con el Capital, contribuyendo a la estabilidad del SPV.

d)    La Iglesia Católica, quién a través del Convenio entre la república de Venezuela y la Santa Sede, aporta a los pactos su presencia armónica e intermediación en los posibles conflictos.

e)    Las Fuerzas Armadas Nacionales, quienes institucionalizadas dentro del SPV, debían ser garantes de la Constitución y en casos eventuales aportar la fuerza de las armas como factor de disuasión o convencimiento.(Bracho:1992)

 

Sin embargo, estas columnas institucionales basaron su accionar en los beneficios que cada uno de ellos obtenían dentro del clima consensuado de coexistencia. Este clima, estaba sostenido en la renta petrolera y los Ingresos Fiscales del Estado Nacional. Cuando a partir de 1983, se hicieron sentir los efectos cíclicos de la crisis del sistema capitalista y se manifestaron en nuestro contexto con la crisis de la deuda Externa, la capacidad de conciliación de las cinco columnas del SPV se vio afectada. Esta falta de consenso y convivencia, estaba motivada entre otros factores al impacto que la crisis generó en el funcionamiento del Estado de Bienestar.

Basada como estaba la conciliación del SPV, en la capacidad de distribuir los beneficios de la renta, al disminuir su capacidad para mantener incólume el sistema de poder condicionado se debilitó. Claus Offe, señala acertadamente que los estados capitalistas tienen una gran contradicción en su funcionamiento: al ser sociedades estructuradas en el principio de apropiación de los excedentes económicos, las contradicciones del sistema se hacen más evidentes y deben desarrollar políticas que propendan a controlar las contradicciones que le dan sustento al sistema capitalista a través de mayores apropiaciones, que son reutilizadas en inversión social. Esta dinámica propende a debilitar las estructuras y agentes políticos de la democracia burguesa.

De hecho en los días inmediatos al Golpe del 4 F, se generó una serie de estudios de opinión tendientes a establecer los niveles de aceptación o rechazo de los entes del poder político (Estado, Corte Suprema, Partidos, Legislatura, Congreso Nacional), encargado secretamente a Joe Napolitan, por parte de la DISIP ( Alvárez, 1996), revelándose que el 13% de los consultados consideraba que la crisis es culpa de CAP, mientras que un 62% creía que la responsabilidad era tanto de CAP como del Congreso. Un 48% estaba a favor de la renuncia del presidente. Otra encuestadora DATOS, señaló que para el primer trimestre del año 1992, al preguntársele a los consultados que tipo de presidente no le gustaría ver en el poder en dos años, el 46% señala un rechazo a un adeco, un 35% a un copeyano; un 22% a un masista; un 38% a un comunista, un 24% a un militar independiente, un 10% a un empresario independiente y un 6% a un profesor universitario independiente. Las Instituciones del Estado, tampoco gozaron de aceptación, un 48% manifestó su opinión favorable para exigir la renuncia de la CSJ, los senadores diputados y del mismo presidente.

      Esta encuesta, reveló  dos elementos claves en la crisis: uno, referido al descrédito del sistema político ante los ojos del ciudadano común, cuestión está que afectó cualquier intento de enfrentar la crisis que se experimentaba y, dos; la pérdida del valor de intermediación y respuesta social de las instituciones del Sistema ante el ciudadano. Ambos factores unidos, señalan una vía que conducía irremediablemente al fracaso del clima consensuado y de su intento de reconstituirlo a través de las diversas estrategias trazadas por el Ejecutivo Nacional.

Las situaciones de cambio político, como las experimentadas entre principios de 1993 y finales del año 1998, como una consecuencia del surgimiento de una “coyuntura crítica[2]”, suscitaron un  impacto aun mayor que los intentos de Golpes de Estado de 1992, sobre la Gobernabilidad de la sociedad venezolana. Fue así, por que esos intentos fueron apreciados como reacciones violentas de algunos actores del sistema, pero los acontecimientos que incidieron en la salida del presidente Carlos Andrés Pérez, deben ser vistos como verdaderos Golpes de Estados Constitucionales.

Se produjo una transformación profunda de las relaciones políticas que atañen a la incorporación, desaparición o ajuste de viejos o nuevos actores políticos, al establecimiento de reglas de juego diametralmente diferentes  a las del período anterior. La falta de salidas institucionales,  la crisis de representatividad de los partidos tradicionales, el agotamiento del modelo rentístico y el debilitamiento de los organismos de Estado, fueron algunos de los elementos que permitieron que ante la ausencia de una salida política en la coyuntura crítica vivida por el presidente Carlos Andrés Pérez, se recurrió a una salida jurídica: el inicio de un proceso de juicio, que comenzó con las denuncias del periodista José Vicente Rangel, acerca de malversación de fondos de la partida secreta del Ministerio del Interior. El anuncio fue efectuado en noviembre de 1992 (El Nacional, 3-12-1992: D-2) y el Fiscal General de la República, Ramón Escobar  Salom; la presento a la Corte Suprema de Justicia en marzo de 1993, quién decidió el 30 de mayo que había méritos suficientes para juzgar al mandatario:

“El fiscal general de la República acusó al presidente de la República, en ejercicio del cargo, señor Carlos Andrés Pérez, en escrito dirigido a la Corte Suprema de Justicia imputándole  los delitos de peculado y malversación. La Corte Suprema de Justicia, por vez primera en su historia, declaró haber mérito para el enjuiciamiento del presidente. Enviada esta declaratoria a la Cámara  del Senado, ésta autorizó el enjuiciamiento con la consiguiente suspensión de las funciones de dicho magistrado ejecutivo. La Corte continuó el procedimiento conforme a la ley y estableció el Juzgado de Sustanciación para la formación del sumario. Igualmente declaró, en 1993, haber mérito para el enjuiciamiento de 2 de los ministros del presidente suspendido, Alejandro Izaguirre y Reinaldo Figueredo Planchart, a quienes el Congreso despojó de sus respectivas inmunidades parlamentarias, continuando el juicio en la Corte Suprema de Justicia conforme al aparte único del artículo 149 de su Ley Orgánica.” (Chiossone, Tulio. Diccionario de Historia Empresas Polar,2000: Poder Judicial).

En el caso de Venezuela, se asistirá a un cambio del sistema bipartidista  a uno pluripartidista en 1993, que permitirá la renovación – momentánea- del presidencialismo en Venezuela. Efectivamente, las elecciones de diciembre de 1993, abren  paso a la superación definitiva de las características del antiguo régimen de partidos. La hegemonía de Acción Democrática y COPEI, quedará en entredicho, no sólo en las elecciones de 1993, sino en las de 1998. La reducción significativa de la votación de estos partidos, será el aspecto más importante de esta Transición (CUADRO I):

Cuadro I.Resultados Elecciones de 1993-1998 por Partidos Políticos. Fuente: www.globovisión.com consultado el 24/04/2000

1993

Acción Democrática

Social Cristiano

Convergencia

23,23

22,10

17,03

1998

Movimiento V República

Proyecto Venezuela

Acción Democrática

Movimiento al Socialismo

Patria para Todos

40,16

28,75

  9,05

  9,00

  2,19

 

Por primera vez, desde el inicio de las elecciones en 1958, AD y COPEI no obtienen entre los dos, los suficientes votos para controlar el sistema Político. En los procesos de 1993 y 1998, se produce una polarización del voto, que lleva a la reducción del voto presidencial, para los dos principales partidos del status quo venezolano, en un 65,75% y un 56,81%, para AD y COPEI respectivamente, en relación con lo obtenidos en las elecciones de 1988. Este resultado constituye un duro golpe, a la institucionalidad tradicional del sistema político y es, sin lugar a dudas una muestra de la perdida de credibilidad de los actores sobre los cuales estuvo estructurada la democracia venezolana:

CUADRO II. Cuadro Comparativo de votos presidenciales elecciones de 1988 y 1993. Fuente: Henry Vaivads (1994:96)

CANDIDATOS Y PARTIDO

ELECCIONES 1988

CANDIDATOS ELECCIONES 1993

PERDIDA O GANANCIA EN 1993 CON RESPECTO A 1988

 

Carlos Andrés Pérez (AD)

 

Eduardo Fernández (COPEI)

 

Teodoro Petkoff (MAS)

 

 

Andrés Velásquez (Causa R)

 

 

Otros

 

 

 

 

 

 

                          %

3.868.843              52.9

 

 

2.955.061         40,3

 

 

198.361                    2,7

 

 

 

  26.870           0,4

 

 

 

   266.051

 

Claudio Fermín (AD)     %

1.325.287                                        23,60

 

Oswaldo Alvárez Paz

(COPEI)

1.276.506                                        22.73

----------------------

 

 

 

Andrés Velásquez

(Causa R)

1.232.653                                        21,95

 

Rafael Caldera

(Convergencia, MAS y otros)

1.710.722                      30,46

 

-          65,75%

 

 

-          56,81%

 

 

 

 

 

 

+ 4.487%

 

Este proceso de Transición Política, significó para el MVR como para Hugo Chávez una transformación en su organización, sus objetivos, los aliados estratégicos y en la dinámica misma del Discurso del Poder, determinado por varios factores:

·         las condiciones del Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 entre 1992 – momento del Golpe de estado- y 1994 – cuando se produce la liberación de los Comandantes golpistas.

·         La situación política y económica de Venezuela durante el gobierno de Rafael Caldera (1994-1999).

·         La significación del triunfo de uno de los Comandantes del 4 F, en los procesos comiciales regionales de diciembre de 1995.

·         La construcción de una matriz de opinión favorable al Movimiento encabezado por Hugo Chávez Frías. Estos factores, son explicativos de la naturaleza del Discurso Político de Chávez, para el período 1998-2001.(Romero, 2001a: 245)

 

  1. EL DISCURSO DEL PODER EN VENEZUELA (1998-2001)

 

     Chávez, en este contexto de cambio y reestructuración de las relaciones de poder comienza por activar a través de la conformación del Movimiento Bolivariano 200, una estructura paralela a las FFAA, que en sí misma es una opción hegemónica. No obstante, lo clave de la creación del MBR-200 en el año 1982, es que rompe el monopolio del uso de la fuerza hacia lo interno de las FFAA. Tradicionalmente la estructura militar en Venezuela, había sido utilizada para ser la última reserva de fuerza para la estabilidad del sistema. Chávez al conformar junto con Arias Cárdenas, Ortiz Contreras y Joel Acosta Chirinos Y Jesús Urdaneta[3]  el Movimiento Bolivariano Revolucionario 200[4], marca la ruptura del sistema de comportamiento interno de la democracia.

El contexto de aparición del CHAVISMO como fenómeno político obedece a la aparición de problemas de LEGITIMIDAD, entendida como las carencias de un soporte cognitivo de la estructura socialmente organizada del poder y de comandos particulares de dominación, que facilitan a largo plazo la operación del sistema  mediante la reducción de la fricción de la coerción y la lucha por el predominio(Gabaldón, 1989). Precisamente, al modificarse sustancialmente las condiciones de la sociedad venezolana, generadas por la creciente recesión económica entramos en una reestructuración de las relaciones entre los individuos, es decir,  de las prácticas sociales. En este contexto los procesos  dentro de los sistemas humanos están regidos por acciones simbólicas cambiantes que rigen la acción comunicativa entre los hombres (Habermas, 1978). Los factores de socialización característicos del puntofijismo[5], no tienen la pertinencia histórica que tuvieron antes de 1993, por ello entramos en una gran conflictividad que es expresada en los acontecimientos del 27-28 de febrero de 1989 y en los intentos de Golpes de Estado de 1992. Esta ruptura del orden racional de funcionamiento, obliga a una recomposición del sistema social y por lo tanto de las relaciones de poder.

En esta situación de RECOMPOSICIÓN se estructura una nueva relación de poder, marcada por la sustitución de la vieja élite política, que necesariamente debe ser “desaparecida” del sistema. Para ello, se reescriben los símbolos de la acción comunicativa (Habermas, 1978), para generar un Discurso que es utilizado en la transmisión de “constructos sociales” (Mato, 1994), que denotan un contenido ideológico permitiendo que el discurso deje de ser simplemente un acto social de habla y pase a transformarse en un instrumento para el disfrute del PODER (Las Heras y Leizaola 1997).

Chávez llega a expresar concretamente la sintomatología de la crisis institucional. El Discurso sobre la Constituyente[6] propone una vía para la renovación, que  toma como base esa propuesta. La Constituyente pensada y razonada desde su óptica, es la mejor manera para superar las graves contradicciones de la sociedad venezolana. Es en esta parte que el Discurso de Chávez, se transforma en un comentario QUE ES DICHO,  es decir que es objeto de reproducción por parte de colectivo, sus ideas serán las que marcarán la pauta de la discusión política en los meses previos al proceso electoral de 1998, tanto para manifestar rechazo a sus ideas, como para establecer un apoyo a las mismas.

Se conjugaron entonces varios elementos para darle un carácter de trascendencia a la propuesta constituyente, en primer lugar, las condiciones de agotamiento del modelo político y de los actores tradicionales, cuyos discursos no llegaron ha ser creíbles. En segundo lugar, la naturaleza de los ACTORES que sostuvieron las argumentaciones a favor de la Constituyente: Chávez y los demás – Delgado Ocando, Jorge Olavarría[7], Javier Elechiguerra[8], Tulio Alvárez, entre otros – no fueron vistos “como más de lo mismo”. Por el contrario, se asumió su argumentación, por parte de la población, con mucha efectividad, tal como quedó demostrado en los estudios publicados por los mismos medio de comunicación social (El Universal publicó el 06-01-99, un estudio realizado por DATANALISIS donde el 78% de los consultados en Caracas apoyó el referéndum consultivo).De tal manera, que los actores políticos conglomerados en torno a Chávez,  limitaron el discurso de los partidos tradicionales  y de otras personalidades, haciendo especial énfasis en la RAZON , LA VERDAD, LA DOCTRINA y EL RITUAL en la propuesta constituyente desarrollada durante el año 1999.

La convocatoria al Proceso Constituyente, fue la propuesta esencial desarrollada por Hugo Chávez en la primera etapa de su Gobierno (1998-1999). Esto significó una conflictividad política que se desarrollo desde el mismo momento cuando resulto electo en diciembre de 1998, y que se tradujo en la conformación de diversas y encontradas matrices de opinión entorno a este proceso  y los actores que debían conducirlo.

      Se esperaba, que con la Constituyente se produjera un clima de explosión política, derivado del enfrentamiento entre los factores que propendían a ocupar  – Chávez y el MVR- y aquellos que  venían ocupando el poder – AD y COPEI, entre otros – no obstante, será una decisión de la antigua Corte Suprema de Justicia (CSJ) en manos del magistrado zuliano y exrector de La Universidad del Zulia, Humberto La Roche, la que evitará el estallido de un conflicto social de gran magnitud en la sociedad venezolana. La decisión del Magistrado La Roche dada a conocer en Enero de 1999, expresó el piso jurídico del proceso constituyente que se desarrollaría durante todo el año, más aun cuando estaban planteadas dudas acerca de cuál sería el mecanismo legal adecuado para adelantar este proceso. La decisión basada en una petición surgida de la Junta Directiva de la Fundación para los Derechos Humanos (FUNDAHUMANOS) encabezada por Raúl Pinto, Enrique Ochoa Antich y Viviana Castro, el 16 de diciembre de 1998, es decir, apenas diez (10) días después de la oficialización del triunfo de Hugo Chávez, hacían la solicitud de interpretación acerca del procedimiento legal en torno a la Constituyente. Esta discusión puede definirse en dos planteamientos: uno, el del presidente Hugo Chávez que indicaba la posibilidad y el derecho del Ejecutivo Nacional de convocar un Referéndum mediante decreto, basándose en el Artículo 181 de la Ley Orgánica del Sufragio y Participación Política (LOSPP) y teniendo en consideración el Artículo 4 de la Constitución Nacional de 1961, que señalaba el hecho que la soberanía reside en el Pueblo; y dos, la de aquellos que oponiéndose a la opción uno sustentada por Hugo Chávez, sostenían que era necesaria una reforma Constitucional que permitiera la convocatoria a un referéndum, pues de lo contrario se estaría incurriendo en una violación del Estado de derecho.

   La discusión implícita por lo demás una reconceptualización de lo político, específicamente de lo democrático, que se construye sobre lo que ha dado en llamar ciudadanización, entendida como :

una nueva forma de educar, que supone desarrollar procesos formativos integrales y permanentes en corresponsabiliad con la sociedad, los cuales permitan la conformación de una nueva visión del país y la sociedad, en lo político, económico, social-cultural y ambiental, es decir una nueva cultura política para el desarrollo sostenible y sustentable del nuevo proyecto” (Carlos Lanz. Propuesta de la nueva resolución para las comunidades educativas: 0ctubre 2000 en www.eud.com ).

 

El tratamiento temático que adquiere la CIUDADANIZACIÓN como categoría fundamental de la Doctrina, nos permite identificar las diversas propiedades asignadas  (CUADRO N° III). Fuente:

(Romero, 2001c: 15)

CAMPO DOCTRINAL

CARACTERÍSTICAS

 

 

 

                     

                       CIUDADANIZACIÓN

·         Nueva forma de educar

·         Desarrollo de procesos formativos.

·         Corresponsabilidad social.

·         Conformación de una nueva visión de país.

·         Intervención y organización comunitaria.

·         Fortalecimiento del tejido social.

·         Crecimiento de la equidad

·         Nueva cultura política de participación.

·         Transformación viejos paradigmas educativos.

 

 

La ciudadanización, es entendida como un proceso que adelanta la construcción de la nueva ciudadanía social definida como una “respuesta estratégica al conflicto entre la tendencia democrática a la igualdad de derechos y el valor que otorga el capitalismo a la desigualdad...” (Procacci, 1999:22). La ciudadanía social, implícita que los actores  sobre los cuales estuvo sustentada la socialización política, sean desplazados de su órbita de acción, es decir, los partidos, sindicatos y demás corporaciones, sobre las que estuvo sostenido el aparato político y las redes sociales de intercambio participativo, dejarán a partir de la propuesta de tener un papel protagónico en el diseño del proyecto político.

 

Se plantea, no sólo la ciudadanización como un factor de superación de la sociedad democrática puntofijista, sino que además señala que factores sociales y políticos deben participar como sujetos actantes del cambio radical teniendo la escuela como CENTRO SOCIAL PÍVOT. El manejo y aplicación de la ciudadanización demostró su efectividad cuando se analiza el resultado de los procesos electorales convocados a partir de 1998:

Comparación
elección
1998-2000

 

Candidatos

1998

2000

Hugo Chávez Frías

3.674.021 (56,19%)

3.757.773
(
59,05%)

Francisco Arias Cárdenas

....................

2.359.459
(
37,27%)

Henrique Salas Romer

2.613.814 (39,98)

....................

Claudio Fermín

................

171.346
(
2,72%)

Elecciones 1998-2000. Cuadro Comparativo. Fuente: www.globovisión.com consultado el 26/02/2001

      Se demuestra con ello la potencialidad de la construcción de una relación de lo “político” que no tiene como eje principal el partido, sino que por el contrario gravita alrededor de la ciudadanía social con construcción teórica que rige la dinámica del cambio. La no comprensión de la oposición de las nuevas condiciones de la sociedad venezolana, explica la aparente carencia de una oposición y la hegemonía construida desde el Polo Patriótico.

 

 

 

BIBLIOGRAFÍA

1.    Alvarez, Angel (1996). "La crisis de hegemonía de los partidos políticos venezolanos". En : Alvarez, Angel (Coord). El Sistema Político Venezolano: crisis y transformaciones.UCV, Caracas.

  1. Bracho, Pedro (1992). El Partido contra la Sociedad. EDILUZ, Maracaibo.
  2. Chiossone, T (2000). El Poder Judicial en Diccionario de Historia Multimedia Empresas Polar, Caracas.
  3. Collier, David y Collier, Ruth (1991).Shaping the Political Arena: critical junctures, the labor movement and regime dinamics in Latin América. Princeton University Press. Princeton.
  4. Gabaldón, Luis et al (1989). Legitimidad y Sociedad. Editorial Alfadil/Tropykos. Caracas

6.    Habermas, Jurgen (1978). Problemas de legitimación del capitalismo tardío. Amorrortu Editores. Barcelona- España

7.    Lanz, C (2000).  Propuesta de la nueva resolución para las comunidades educativas en www.eud.com  consultado 22/10/2000).

8.    Las Heras et al (1997). Una revisión del discurso político desde Cipriano Castro hasta Jaime Lusinchi. Ediciones Colección Canicula. Caracas.

  1. Mato, Daniel (1994). Teoría y política de la construcción de identidades y diferencias en América Latina y El Caribe. Editorial Nueva Sociedad. Caracas.
  2. Romero, J et al (1999a)."Relaciones entre el poder civil y militar en Latinoamérica: el caso de Venezuela (1958-1998)". En: Revista Historia de América N° 124.Enero-Junio. Instituto Panamericano de Geografía e Historia. Organización de Estados Americanos. Costa Rica.
  3. ROMERO J, J et al (1999b). La Constituyente, 90 días y cinco diarios. Editorial de la Universidad del Zulia. Maracaibo. II Tomos.
  4.  ROMERO J, J (2000ª). El Discurso de Chávez sobre la Constituyente. Ponencia presentada en las III Jornadas de Análisis del Discurso Político. Coro- Noviembre.
  5.  ROMERO J, J (2000b). Actores políticos y construcción del discurso del poder en Venezuela (1996-1999). En: MARTÍNEZ RUIZ, Enrique (Coord.). Poder y mentalidades en España e Iberoamérica. Universidad Complutense de Madrid. Madrid- España.
  6. ROMERO J, J (2001ª). El Discurso del Poder en Hugo Chávez (1996-1999). En: Revista Espacio Abierto. Cuaderno Venezolano de Sociología. N°2. Abril-Junio. Maracaibo.
  7. ROMERO J, J (2001b). Coyuntura Crítica y Transición Política en Venezuela. De Carlos Andrés Pérez a Hugo Chávez (1988-2001). Trabajo de Ascenso para profesor Agregado. La Universidad del Zulia. Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas. Escuela de Trabajo Social. Maracaibo.
  8.  Romero, J (20001c). “El discurso Educativo: Chávez y los otros” .Ponencia presentada en el XX ENDIL, Barquisimeto Mayo 2001.
  9. Vaivads, H (1994). Las elecciones de 1993 y sus efectos sobre los partidos políticos y el sistema de partidos. Revista Cuestiones Políticas N° 13. Instituto de Estudios Políticos y Derecho Público de la Facultad de Cs. Jurídicas de la Universidad del Zulia.pp. 94-96

 

 

 

 

 

 



[1] Acuerdo firmado entre los representantes de los partidos Acción Democrática (AD), Comité Político Electoral Independiente (COPEI) y Unión republicana democrática (URD) a través de sus líderes Rómulo Betancourt, Rafael caldera y Jovito Villalba respectivamente, en 1958 y que estableció las bases de la gobernabilidad y la estabilidad de la democracia venezolana.

[2] Collier y Collier (1991:29) la definen como: “ un período de cambio significativo que ocurre de distintas formas en países diferentes y que genera un nuevo legado / herencia que será incorporado a otro nuevo período de crisis o de coyuntura crítica”.

[3] Francisco Arias Cárdenas, Joel Acosta Chirinos, Jesús Urdaneta y Jesús Ortiz Contreras, son todos ellos Comandantes de Unidades del Ejército venezolano responsables y autores de la sublevación del 4 de febrero de 1992. Formaban parte de lo que se conoció como los COMACATES (Comandantes, Capitanes y tenientes), quienes ante las condiciones de pérdida de legitimidad se juntaron para complotar contra el Gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez (1989-1993).

[4] El Movimiento Bolivariano Revolucionario 200, fue la denominación dadas por los Comandantes del 4 de febrero al movimiento fundado en 1983 (Bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar). Su denominación señala uno de los símbolos utilizados para lograr la identificación con el movimiento, al emplear la figura histórica de Bolívar, para señalar su búsqueda de una ética y una moral que consideraron pérdida.

[5] Por PUNTOFIJISMO, entendemos las prácticas de desarrollo del juego político entre los actores del sistema venezolano a partir de la firma de un acuerdo inter partista (AD, COPEI y URD) que aseguró la Gobernabilidad en el período comprendido entre 1958 – momento de la firma del Pacto – y el año 1989 cuando se produce el reajuste del sistema nacional y la pérdida del consenso.

[6] Para comprender el dinamismo del discurso político recomendamos la consulta de los trabajos de Romero1999a, 1999b, 2000ª,2000b,2001b.

[7] Jorge Olavarría. Historiador y Político venezolano. Excandidato presidencial (1988).Articulista del Diario El Nacional. Exmiembro de la Comisión Presidencial Constituyente (CPC). Exconstituyente.

[8] Javier Elechiguerra. Abogado. Profesor Universitario. Exmiembro de la CPC. Actualmente Fiscal general de la república.

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