EL
GRABADO REALISTA EN LA PRENSA
J.
Enrique Peláez Malagón
Dividiremos
el artículo conforme al siguiente esquema que presentamos:
A)
Introducción
B) El grabado como
documentación gráfica: El artista
como reportero
D) La representación de los
valores morales
E) Los retratos
F) Las caricaturas
personales
G) Lo social en el grabado
realista
H) El grabado como
ilustración de anuncios
El
realismo se desarrolló inicialmente en Francia, Alemania e Inglaterra y tuvo una profunda
influencia en toda Europa hasta principios del siglo XX. Estrechamente vinculado a los
movimientos sociales, surgió como reacción a los excesos románticos e intentó captar
la vida del pueblo sin falsos idealismos. Fue esencial la noción de contemporaneidad, ya
que los artistas de la época quisieron constituirse en testimonio del momento histórico
que les tocaba vivir.
Los artistas realistas
quisieron expresar la dignidad del trabajo, la vida cotidiana en las ciudades y en el
campo, la vida familiar y los adelantos tecnológicos como testimonios de la época en la
estaban inmersos y de la que querían dejar constancia.
En España, la pintura
realista se fue introduciendo paulatinamente entre las tendencias románticas y la
omnipresencia académica de una forma más o menos lenta, pero de la que ya podemos hablar
con toda propiedad a partir de finales de la década de los sesenta del siglo XIX.
Por lo que respecta al
grabado realista, éste tendría algunos problemas de definición, por un lado porque el
concepto de grabado realista está todavía por construir, segundo porque las cronologías
al uso no son determinantes, existiendo gran variedad a la hora de fijar los límites del
movimiento y en tercer lugar porque los cambios introducidos no han sido instantáneos,
siendo difícil de dilucidar donde acaba una estampa prerealista y donde empieza una
postrealista. Estos problemas se agravan enormemente cuando abordamos la cuestión del
grabado realista en la prensa de España, ya que está todavía por realizar un estudio
completo y definitivo del mismo, existiendo tan sólo algunos estudios particulares. Por
lo que respecta al caso valenciano, dado que nuestro estudio es el primero de estas
características que se realiza, no existe investigación ni postura previas al respecto.
Por todo lo cual y como
salida más digna frente a los problemas metodológicos que conlleva el tema, se ha
creído más prudente hablar de características realistas en los grabados de la
prensa valenciana del siglo XIX, tratando de esta manera de rastrear y encontrar
algunos ejemplos de estampas que de alguna manera se hacen eco de este movimiento,
fundamentalmente en el último tercio de la centuria aludida.
B)
EL GRABADO COMO DOCUMENTACIÓN
GRÁFICA: EL ARTISTA COMO REPORTERO.
Como
hemos señalado el artista realista se lanzará a dejar testimonio pictórico de la
realidad que le rodea. En el caso del ilustrador ocurrirá lo mismo pero con el aliciente
de que al considerar su trabajo como el único testimonio gráfico que puede llegar de una
manera rápida y masiva al pueblo, toma conciencia de ser una especie de reportero, una
especie de periodista gráfico que informa al pueblo de los acontecimientos que ocurren en
el mundo o de aquellos significativos que ocurrieron no ha demasiado tiempo. Las revistas
ven en ellos una posibilidad de atraer a nuevos compradores que se inclinan cada vez por
contemplar imágenes en la prensa que meros comentarios, de ahí que intenten atraerse a
los mejores.
La calidad de los grabados
es muchas veces exquisita sobre todo por lo anecdótico de sus imágenes, que a modo de
fotografías intentan plasmar la realidad de lo ocurrido con todo lujo de detalles, en
este punto hay que mencionar a la fotografía que por los años setenta empieza a aparecer
y en los ochenta está bastante extendida, este procedimiento si bien a la altura del
siglo XIX tenía muchos problemas técnicos (gran tiempo de exposición para velar la
placa por lo que no era factible a la hora de plasmar acontecimientos) y otros económicos
(las primeras eran demasiado caras si se querían reproducir en el papel de prensa), pero
pese a estos problemas motivó a los ilustradores para avanzar en el campo de la realidad
tratando puerilmente en un primer momento de competir con ella.
De las publicaciones
periódicas de esta época, la que se lanzó a una carrera casi sin igual en plasmar
acontecimientos del mundo que sirviesen de ilustración a los textos que se escribían fue
El Panorama[1], revista de variedades en
donde se intercalan artículos de los más variopintos si bien todo dentro de una línea
que pretende informar y que se aleja lo más posible de la política.
Tratando
de clasificar y de agrupar todas estas noticias en forma de imágenes que
aparecen en el semanario podríamos hablar por un lado de noticias de carácter religioso:
Uno de estos grabados
será el que lleva por título Primera sesión del Concilio ecuménico, el día 9 de
Diciembre de 1869,[2]
en
él se representa lo que fue esta primera sesión: En la nave central de la Iglesia de San
Pedro de Roma, de la que se toman muchos detalles decorativos del templo como las
hornacinas, las pinturas, los tapices, las estatuas, la orfebrería religiosa..., y otros
estructurales como columnas, capiteles, ventanas y vidrieras... Se sitúan una serie de
asientos que son ocupados por los cardenales, obispos, sacerdotes y demás miembros que
componen el Concilio, cada uno de ellos con sus vestimentas conforme al rango
eclesiástico que ocupan o a la orden religiosa a la que pertenecen. Aparecen todos en una
actitud bastante realista, unos conversando, otros estudiando los documentos, otros de
camino a sus asientos, destacando sobre todo la figura del Papa que sobre su solio
contempla toda la escena.
El Concilio Vaticano I
(1869-90) fue un acontecimiento de primer orden no ya sólo para la Iglesia sino sobre
todo para las relaciones de ésta con el mundo moderno. Allí se declaró como dogma de Fe
sobre la infabilidad del Papa, quien tras perder su poder terrenal tras la unificación
italiana, se ungió con un poder espiritual fuera de cualquier límite, también se
condenaron todas aquellas teorías, ideologías, pensamientos, libros... que no estuviesen
en consonancia con la doctrina de la Iglesia, de la misma forma se condenaron todas las
demás religiones como heréticas[3]. Todas estas circunstancias
marcaron el papel de la Iglesia frente al mundo hasta el Vaticano II, por lo que las
declaraciones, documentos, recomendaciones o decretos que de ahí emanaban dieron lugar a
un sinfín de críticas, posicionamientos o defensas por parte del pueblo, los políticos,
e incluso las naciones. Tal acontecimiento es lógico que suscitase el interés del pueblo
o al menos del pueblo ilustrado, de ahí que toda la prensa se haga eco con mayor o menor
intensidad de estas sesiones, y que algunos periódicos incluso inserten grabados que
ilustrasen de alguna forma lo que tanta expectativa crea.
Si el origen temático de
este grabado está en el interés del público, el origen formal es cuestión más
compleja ya que dada la gran cantidad de detalles (algunos de ellos anecdóticos) que
aparecen, todos ellos dentro de una gran fidelidad, es de suponer que su autor (Thoricny)
estuviese presente en algunas de las sesiones o bien que la imagen fuese copiada de
algunos de los grabados que la prensa internacional dedicó al evento.
Otro tipo de noticias
serán las que hagan referencia a grandes obras o construcciones de ingeniería que marcan
el progreso tecnológico y el desarrollo científico de la humanidad, algo muy en la
línea de la representación y del gusto del Realismo, así tenemos:
Por un lado una de las
obras que aparecen es Inauguración del Canal de Suez por la emperatriz
Eugenia[4]
Esta obra faraónica que une el mar Rojo y el Mediterráneo comenzó a construirse en 1859
no sin muchos problemas, problemas que continuaron hasta su finalización e inauguración
el 17 de Noviembre de 1869 por la emperatriz de Francia esposa de Napoleón III Eugenia de
Montijo. Esta gran construcción fue desde luego un hito en la ingeniería además de ser
una obra política y económicamente envidiada por todo el mundo (los sucesivos conflictos
sobre su soberanía dieron lugar a la firma de un protocolo en 1888 por el que se habría
a una total navegación de todos los países, sin que ninguno en particular fuese el
propietario)[5],
tal hecho hizo que la prensa de todo el mundo se hiciese eco de esta inauguración, tal
vez un poco más la española por el hecho que quien lo inauguró fuese una antigua noble
española.
En la ilustración como
tal y como la observamos podemos apreciar un carruaje en donde la emperatriz y su séquito
recorren Ismalia, la comitiva va acompañada de una serie de soldados árabes a caballo
que escoltan a Eugenia de Montijo, los detalles en la descripción geográfica, las
vestimentas de los soldados o el carruaje son muy específicos por lo que se habrías de
pensar si no existió un grabado previo de donde éste se copiase.
Ese mismo interés por
plasmar lo contemporáneo lo encontramos en Vista del observatorio astronómico de
París[6],
un observatorio es algo novedoso que llama la atención y suscita el interés del
público, de nuevo los detalles son asombrosos desde un punto de vista técnico lo que
necesariamente nos conduce a pensar en la necesaria referencia objetiva del objeto
representado.
La inauguración del
túnel de los Alpes[7],
La
Exposición Universal de Londres[8] o los Nuevos edificios americanos[9]
(en alusión a la escuela de Chicago y sus nuevas construcciones) serán otros de los
acontecimientos que tuvieron gran trascendencia y que un posible lector burgués pudiese
demandar.
Otra serie de imágenes
dentro de la misma tipología de periodismo gráfico, responderán a estampas de noticias,
de tono costumbrista, que reflejan el vivir de otros pueblos, así tenemos:
La ilustración
Bodas en Candía[10]
recoge
las fiestas y bailes que de forma tradicional se realizaban en una boda cretense en esta
época, los trajes, descritos con gran detalle son tradicionales griegos así como los
bailes, instrumentos... tema por demás encuadrable en lo costumbrista en la medida que
está reflejando las tradiciones de un pueblo.
Del mismo modo noticias
son aquellas imágenes que nos dan cuenta de diferentes hechos o acontecimientos
políticos que suceden por el mundo, no se trata de grabados netamente políticos que
llevan consigo una carga de opinión y de visión partidista de la realidad, se trata
simplemente del reflejo gráfico de unos temas de actualidad a los que se hace referencia
de una forma objetiva, ejemplos los podemos encontrar en las ilustraciones:
Una de las obras es la
llamada El pueblo corta el tiro del coche fúnebre de Víctor Noir,[11]
en
ella podemos ver una representación con todo lujo de detalles (en ropas en gestos de
dolor, de rabia, niños corriendo, gente hablando, edificios...) la escena en la que un
coche fúnebre traslada los restos de V. Noir (Juan Salmón) hacia el cementerio. Este
entierro fue seguido por una gran multitud indignada por su muerte que incluso estuvo a
punto de acabar en una revuelta de grandes consecuencias contra el emperador. Noir
(1848-1870), periodista de La Marseillaise se dirigió a entrevistarse con Pedro Bonaparte
(hermano del emperador) con el fin de retarle a duelo por sentirse ofendido, el príncipe,
tratando de evitar el contencioso le disparó en ese momento. Este hecho provoca una
protesta masiva de ciudadanos que ya están cansados con el nuevo imperio al que
consideran corrupto y altamente lesivo con respecto a la herencia de la Revolución, es
más el hecho de que el entierro fuese el mismo año que se alza la comuna de París nos
puede indicar un poco hasta que punto la idea de revuelta popular estaba en el ambiente.
Como grabado realista un
hecho de estas características que conmocionó a la opinión pública y que tuvo una
trascendencia social no pudo pasar por alto el grabador realista.
Como ya hemos dicho
1870-71 fueron unos años revolucionarios para Francia, en ellos surge la Comuna de
París, esto es, grandes disturbios (hablar de revolución sería exagerado) que terminan
por dar al traste con el Segundo Imperio y el comienzo algo más tarde de la Tercera
República. Estos disturbios se originaron tras ganar las elecciones los
conservadores, aumento de la presión fiscal para paliar las consecuencias de la guerra
franco prusiana y sobre todo la entrada de los alemanes en París, si bien dentro de este
movimiento se gestaba un generalizado descontento del pueblo al no sentirse protagonista
de su historia al ser traicionado por la burguesía que una vez en el poder se comporta
como opresores pese haber sido apoyada en las sucesivas revoluciones por las
clases proletarias, es y según una visión del propio Marx, un ensayo revolucionario del
proletariado. De cualquier forma fue algo verdaderamente profundo y que hubo de tener
grandes repercusiones internacionales, tanto es así que el reportero-grabador se hace eco
de estos enfrentamientos callejeros y los plasma en sus obras Tentativa de
barricada[12]
puede ser un buen ejemplo de ello.
Continuando con el tema de
las movilizaciones sociales, se ilustrará una escena sobre una manifestación en Madrid,
tal y como si de un periódico del siglo XX ilustrase con fotografías el relato de
manifestaciones en la actualidad, la imagen lleva por título Manifestación de
obreros[13].
Las incendiarias[14], por su parte, nos muestra a
una serie de mujeres viejas anarquistas que están intentando prender fuego a un edificio.
El problema del anarquismo (tal vez el movimiento más temido por los burgueses dada su
peculiar forma de praxis que en muchos casos llega al terrorismo) es de
suponer que suscitaba el interés del lector y que desde luego no puede pasar de largo
para un reportero gráfico.
Otro grupo diferente de
imágenes son aquellas que nos dan cuenta de determinadas modas sociales en diferentes
países europeos, nos hablan de costumbres en juegos, pasatiempos...
Una de estas
ilustraciones, velocípedo patinador[15] nos muestra en un lago
helado en donde se pueden ver muchas personas patinando (alusión social a una moda
francesa de esos momentos), un curioso artilugio patinador, una especie de bicicleta
primitiva cuya rueda trasera es sustituida por unos patines. Aquí el hecho de reflejar no
sólo una costumbre burguesa sino el de representar curiosos artefactos modernos
(derivados de la invención de la bicicleta) que están apareciendo con más o menos
éxito nos muestra un grabado social preocupado por lo tecnológico, el progreso que se
está dando en la sociedad en esos momentos, por tanto una característica realista.
El reflejo social, de las
diversiones de una clase media, el patinaje en los días de invierno, es otro de los
motivos que captarán la atención del ilustrador realista como lo podemos observar en la
ilustración Patinando sobre el hielo[16].
Dentro
de un ambiente más lúdico y en ese interés de plasmar la vida moderna, se ilustrarán
escenas como El juego del Cricket[17], deporte de gran aceptación
por la clase media inglesa que con mayor o menor fortuna se intenta exportar a
otros lugares de Europa.
Las noticias bélicas
señalando los triunfos, las grandes paradas militares, los preparativos para la guerra
etc. son otro de los motivos que no puede dejar pasar por alto el reportero y artista
realista y trata de acercarse a ellos de una forma objetiva:
La parada en
Gruzol[18]
en
donde se nos muestra a un ejército francés eufórico que marcha hacia la frontera con
Alemania para enfrentarse con Bismark, dado que la unificación alemana a traído como
consecuencia que se erosionen los intereses franceses en cuanto economía, colonización
de África y cuestiones fronterizas, es más el hecho de la existencia de problemas
internos hace que la huida hacia el exterior sea un recurso tentador que se ve apoyado por
el incompetente duque de Gramont, a la sazón ministro de asuntos exteriores al final del
Segundo Imperio[19].
La imagen por tanto nos muestra a un ejercito con todo lujo de detalles, aclamado por las
gentes del lugar que se dispone a librar una de las más importantes guerras europeas del
siglo.
Otra cuestión que no pasa
desapercibida para el ilustrador es la cuestión cubana, a la altura de 1870 no es ningún
problema pero sí existen insurrecciones que deben de ser sofocadas y por ello España
manda voluntarios, la obra Embarque de voluntarios hacia Cuba[20]
es un buen ejemplo, aquí se ven los veleros que se dispones a hacerse a la mar mientras
que en el puerto quedan familiares, novias, amigos... que se despiden de los voluntarios,
De nuevo el detalle en barcos, mercancías, gentes o utensilios portuarios es grande.
Otro de los temas
recurrentes será el de reflejar determinados paisajes urbanos de grandes e importantes
ciudades que a muchos de los lectores les podría interesar conocer: En este sentido,
La restauración de la Tullerías[21], Vista de Río de
Janeiro[22]
o un Mercado de Génova[23]
son
también temas de interés para este grabador-reportero realista.
Finalmente y como
conclusión no podemos sino confirmar el espíritu periodístico de estos ilustradores que
bien por su propio pie, bien buscando en la prensa extranjera se dedicaban a
informar a su público de los acontecimientos más importantes que estaban
ocurriendo por todo el mundo, bien sean acontecimientos sociales, artísticos, de
ingeniaría, de costumbres, políticos etc. Bastante alejados de lo que unos años antes
estaba pasando con la prensa romántica en la que se recurría a lugares exóticos sólo
por el mero hecho de serlo y en los que los detalles, la precisión histórica, la
importancia política o la contemporaneidad no eran tenidos en cuenta.
En la época del realismo
nos encontramos con la aparición de la prensa taurina ilustrada. Anteriormente, durante
la primera mitad del siglo XIX, el tema taurino se circunscribía a las críticas,
noticias o comentarios que algunos periodistas e incluso toreros, realizaban en las
páginas de algunos periódicos de carácter general, pero con el tiempo y dada la
importancia que los toros van adquiriendo durante todo el siglo que nos ocupa, irán
apareciendo revistas especializadas de variable duración. El mismo caso ocurre con la
prensa madrileña o barcelonesa, tomándose como referencia para el caso español la fecha
de 1850 (Se publica en Madrid El Clarín) como
el origen de la prensa taurina española[24]. Fecha que para el caso
valenciano habría que retrotraerla hasta 1879 momento en el que se publica Las astas del toro[25], primera revista
especializada en la prensa valenciana.
Centrándonos ya en las
ilustraciones taurinas podemos observar cómo existen cuatro diferentes tipos que se van a
dar indistintamente en todo el siglo XIX sin distinción cronológica, de esta forma
tendremos las portadas, los retratos, las escenas taurinas y los chistes jocosos sobre
este tema.
Por lo que se refiere a
las portadas, éstas como en otras revistas ocupan un lugar destacado ya que la primera
página además de ser un reclamo también es el elemento determinante de la temática de
la publicación en cuestión de ahí que se procure la representatividad de la
ilustración que aparece en su cabecera.
Un tipo de portada en las
revistas de toros va a ser la que podríamos llamar simple, esto es la que en ella utiliza
un sólo elemento definitorio, ejemplo de ello lo podemos ver en la mencionada Las astas del toro en donde aparece en su cabecera
un dibujo de este animal[26]
sin
otro tipo de característica pero que siendo esta la primera revista que aparece en
Valencia es suficiente la indicación, sin embargo la misma publicación más adelante y
otras que van a pareciendo en la medida que han de competir por un mercado van con el
tiempo elaborando mucho más sus portadas al igual que aumentando su producción gráfica.
Simple, también
podríamos considerar la ilustración de la portada de la revista El toreo valenciano [27]
en donde se ha utilizado una imagen de la plaza de toros de Valencia durante tal y como
estaba construida en aquellos momentos[28]
Una complicación más en
las portadas es la introducción de una imagen escénica, la mayoría de las veces
referente a la escena de una corrida de toros, lo cual da a la portada un mayor interés y
la pone en relación directa con el tema que se va a tratar (las corridas), ejemplo de
ello lo encontramos en las últimas portadas de Las
astas del toro[29],
en ella aparece un torero con traje goyesco del siglo XVIII toreando un astado que en esos
momentos embiste contra la muleta del diestro. De la misma manera en la publicación Nuevo Quiebro[30], otro torero aparece en
el momento en el que se dispone a clavar las banderillas al toro[31].
La portada[32]
de la revista El taurino[33]
será el último de los ejemplos que citaremos, en ella aparece una complicación más del
asunto ya que la representación encierra el momento en el que un toro ha derribado el
caballo del picador que lo estaba rejoneando tirando por los suelos a su jinete, mientras
otra serie de toreros se lanzan a la plaza para poder distraer al animal por medio de sus
capotes y muletas con el fin de que el picador pueda salvarse de la cogida, escena taurina
como se ha dicho más complicada y que introduce el elemento de lo dramático con el fin
de poder atraer a un número mayor de lectores.
El ejemplo de portada más
complicada vendrá dado por las portadas decorativas que llegara incluir algún tipo de
alegoría o símbolos taurinos. Ejemplo de todo ello lo podemos encontrar en El Parranda[34], allí aparece [35]
frente a un paisaje de la ciudad de Valencia una serie de símbolos característicos de
esta fiesta: el toro, las banderillas, los rejones, las espadas, los capotes, las
muletas... También en El Varetazo[36]
se utilizará la misma forma de portada[37], a base de símbolos, sólo
que en este caso la riqueza iconográfica de la imagen será mayor al introducir más
elementos taurinos y tratarlos con más detalle (espectadores, plaza de toros, toreros,
elementos festivos...) La Revista taurina[38],
elaborará dos portadas para una misma publicación, una que abarcará toda la página
completa[39]
y otra como cabecera en la introducción del texto en donde se recogen nuevos elementos no
taurinos como la pluma y el tintero indicando de este modo el tema crítico de la misma[40],
elementos que con el paso de los años se convertirán en una alegoría en forma de mujer
(la crítica)[41]
que se dedica a recoger y a apuntar lo que ve en la corridas. Estas ilustraciones
seguirán ganado en complejidad y elementos descriptivos. Finalmente habríamos de citar El toreo de valencia[42],que se situará en
parecida línea[43].
Junto a estas
ilustraciones de las portadas con las características específicas que hemos comentado,
anteriormente se desarrolla también en la prensa taurina una galería de retratos de los
toreros más famosos del momento, circunstancia lógica, primero porque muchas de las
revistas pese a su carácter de crítica imparcial se decantarán por un estilo u otro de
toreo, cada estilo con sus representantes. De esta forma el torero pasa a ser considerado
por los grupos de admiradores que tiene a sus espaldas como un héroe, alguien por quien
se toma partido, de ahí que la representación de su imagen en las revistas sea no sólo
un símbolo o un reconocimiento sino que también satisface el deseo de sus seguidores por
poder ver como es aquel hombre admirado. Desde este punto de vista no es de extrañar la
gran cantidad de retratos de toreros que aparecen en las páginas de estas revistas.
Ejemplos de todos ellos pueden ser:
-
Currito,
en
Las astas del toro, nº2, 4
de noviembre
de 1879, p.4.
El
santanderini, en
La Chicharra, nº2, 14 de
septiembre
de 1884, p.4.
Paquirro,
en La Muleta, nº1, 21 de septiembre de
1883, p.4
Frascuelo, en
El varetazo, nº4, 23 de julio de 1883,
p.4.
Otro
de los temas que van a aparecer en las revistas va a ser el de las escenas descriptivas de
las corridas, así una determinada faena, que se pudo llegar a comentar en determinados
círculos taurinos se tratará de reflejar por medio de una ilustración, circunstancia
que convierte al ilustrador en un reportero gráfico de las corridas de toros tratando por
medio de sus imágenes de plasmar el desarrollo de una determinada corrida para que pueda
ser vista por todo el mundo aficionado. Un ejemplo de este tipo de ilustraciones lo
podemos encontrar en la citada revista La Muleta[44],
en donde aparece un rejoneador tratando de picar a un toro mientras que a los lados los
toreros contemplan la escena[45].
Finalmente podemos hacer
referencia a aquellas ilustraciones festivas y humorísticas que se realizaban sobre el
mundo de los toros, éstas no estaban insertas las publicaciones especializadas ya que si
consideraban como algo serio el mundo de los toros, y no era admisible la
introducción de algún tipo de humorismo en las representaciones. Este vacío lo cubrían
algunas revistas satíricas que utilizaban el tema taurino como fuente de sus recursos
humorísticos, recursos que muchas veces iban encaminados hacia la crítica de esta fiesta
por considerarla salvaje y fuera de lugar (la polémica durante la segunda mitad del siglo
XIX sobre detractores y defensores de la fiesta nacional fue algo
relativamente recurrente en la prensa del momento). Desde este punto de vista El diablo Cojuelo, introduce en sus páginas
varias imágenes, una de ellas, será la denominada Los
jóvenes de la buena sociedad luciendo sus habilidades.[46]
En
ella se puede ver como la salida del toro ha provocado que unos cuantos jóvenes que se
disponían para su encierro hayan salido asustados a esconderse saltando precipitadamente
la barrera, en la plaza ha quedado sin embargo un particular rejoneador con caballo
famélico y con una escoba por rejón.
Por lo que salta el mundo
de los toros estrictamente dicho para poder también criticar el pretendido
valor de los jóvenes burgueses, enlazando por consiguiente con la crítica
social.
D)
LA REPRESENTACIÓN DE LOS VALORES MORALES
A lo largo del siglo XIX
la sociedad burguesa está en expansión, y no lo está sólo porque haya alcanzado un
poder económico fuerte o porque paulatinamente se haya alzado con determinadas cotas de
poder político, expansión porque además ha ido forjando unos determinados tipos de
conducta, unos determinados tipos de comportamientos sociales que se han convertido en
forma de distinción de la clase dominante anterior (si bien toma algunos elementos de
ella[47])
y de la clase trabajadora. Estos tipos de conducta abarcarán amplias gamas de las
costumbres sociales marcando lo que es bueno y por lo tanto un valor a seguir.
Por este motivo y porque
se trata de costumbres se puede llegar a hablar de moral (en su sentido más etimológico
del término: Mors-is traducido por costumbre). Esta moral hará referencia a lo
sexual, cuestión para la cual no duda en recurrir a la ayuda teórica de la Iglesia
buscando en ella una justificación divina. Hará referencia también a la familia,
institución que se llena de contenido en estos momentos recalcando sus características
de piramidal, patriarcal, paternalista y destinada a la procreación (elemento
imprescindible si se quiere llegar a tener un proletariado numeroso). También hará
referencia a los roles, los papeles de todo tipo que hombres y mujeres deben desarrollar
en la vida claramente marcados y diferenciados. Otras referencias serán la cuestión de
la mujer, de la infancia, del trabajo, de la religión, de la moda, de la higiene, el odio
hacia diferentes opciones sexuales...
Sin entrar en la
discusión teórica de si primero es un cambio social o económico y después un cambio de
mentalidades o viceversa y aceptando de antemano una relación dialéctica entre ambas
posturas lo cierto es que el panorama de la moralidad cambiará volviéndose más
puritana, más reaccionaria. Esta cuestión se podrá observar en la prensa desde el
momento en el que las publicaciones burguesas la van a utilizar, unas veces crítica
cómica hacia los que no están insertos en esta moral, otras como va a ser el caso que
nos ocupa como reflejo de lo que está bien y es modelo a seguir.
Bajo esta perspectiva nace
la revista El Juguete,[48]
revista decenal dedicada especialmente a los niños en donde se abren diversas secciones
como fábulas, máximas, poesías, variedades, explicaciones de la Biblia, todas ellas con
un fuerte grado aleccionador y moralista propios de un puritanismo decimonónico. El hecho
de existir una revista para niños ya es algo muy novedoso, ya que hasta ese
momento nadie se había preocupado por la infancia, pero esta preocupación va encaminada
a una formación moral que el niño ha de aprender para poder continuar
fomentando los valores burgueses.
La primera de las
imágenes que presentamos
corresponde
a un jardín en donde un niño se ha lastimado jugando, circunstancia que hace que la
madre vaya corriendo en su ayuda, la ilustración va acompañada del siguiente texto:
Y dieron sus ojos lágrimas
Y su mano herida, sangre[50]
Que no hace sino
recalcarnos el tono cursi de la situación, es más, la vestimenta del niño
con sombrero tocado de pequeñas plumas que cubren un largo pelo, puntillas y terciopelos
más propio de la moda inglesa del siglo XVII que de la contemporánea nos ahonda en esta
idea. La madre con vestidos que denotan una elevada posición social, ayude a socorrerlo
como si la vida le fuese en ello (sólo se trata de un arañazo).
Estamos pues ante una
imagen burguesa no ya solo por las ropas que en el caso del niño denotan que es una especie
de muñequito al que su madre cuida, sino por la acción del cuidado de la
madre que la sitúan en la nueva conciencia que sobre la infancia se está teniendo en
estos momentos. Conciencia hipócrita que hiperprotege a los pequeños
burguesitos y que sin embargo hace oídos sordos a la explotación laboral
infantil que se está produciendo en estos momentos.
Otra imagen[51]
nos muestra como una señora elegante tras salir de misa entrega una limosna a unos niños
desarrapados que se encuentran en la puerta del edificio. El tema de la caridad como
ayuda a los inferiores es un tema burgués, es un signo de distinción que se
enseña a los niños burgueses pero que en modo alguno se les pone al corriente de las
causas de la pobreza. La burguesía en la introducción de su nueva moral ha de recurrir a
la pedagogía como forma de transmisión de estos nuevos valores, de ahí que la
formación en valores de los niños sea una condición esencial. De la misma
manera otra de las imágenes[52], nos representa a una madre
que acompaña a su hija a visitar a un hombre enfermo, hombre que a tenor de la casa y las
ropas de sus hijos es un trabajador pobre que recibe complaciente el gesto caritativo de
las clases dominantes.
La ilustración de unos
niños jugando en el jardín[53] denota a tenor de los
juguetes que usan una elevada posición social de la misma forma que informa
de los tipos de juegos aceptables: La introducción del juguete en las nuevas clases
acomodadas fue una de las características de esta sociedad.
Los instrumentos
pedagógicos suelen ser convincentes aludiendo a la distinción, a la religión e incluso
a la razón (entendiendo un razonamiento burgués), pero cuando estos elementos fallan no
es de extrañar que se recurra al miedo, esto lo podemos comprobar el la figura sin nombre[54]
en la que una especie de monstruo en la oscuridad de la noche se adentra en el
dormitorio de un niño. Si bien es cierto que desde la pedagogía de Rousseau el castigo
queda relegado, el recurso al miedo siempre estuvo presente.
Imagen también burguesa
de unos niños ataviados para la ocasión que se disponen a dar un paseo campestre[55],
recuerda más a la idea de obligación mens sana in corpore sano como parte
del programa de formación de los niños que a un divertimento espontáneo de los mismos a
tenor del avituallamiento que llevan para la ocasión. Son como se puede apreciar niños
con puntillas y terciopelos que les dan un aire asexuado e intemporal que los alejan de la
realidad: la idea ilustrada de que el niño es bueno por naturaleza siendo la sociedad la
que lo corrompe con el tiempo hace que en estas representaciones idílicas se los aparte
de la realidad y de las posibles influencias que ésta pueda tener.
La cuestión de los juegos
en las pequeñas fiestas que los padres les organizaban (elemento socializador y de
reunión con gentes de su misma clase) idea nueva surgida en este siglo lo podemos ver en
la imagen también sin nombre[56],
en
donde los niños juegan a ser mayores e imitar el comportamiento y ropas de sus
progenitores, confirmación definitiva de que este modelo educacional está dando sus
frutos.
Finalmente y para concluir
hemos de hacer referencia al hecho de la importancia que la educación juega en la
transmisión de los nuevos valores burgueses, de ahí que una revista ilustrada para
niños tenga la necesidad de hacer hincapié en ellos intentado formarles y adoctrinarles
en una determinada moralidad.
Si la entrada de la
burguesía en la escena social a lo largo del siglo XIX supuso mejoras en la educación
como las escuelas y la escolarización, la preocupación por la infancia en cuestiones de
higiene, salud, ambiente hogareño etc.[57]. También supuso el marco
adecuado para poder construir una nueva moralidad por lo que cuestiones como el sexo, la
libertad individual o la solidaridad (que no, caridad) quedaban totalmente obviadas[58].
Como en el periodo
anterior la ilustración gráfica de la prensa valenciana da gran importancia al retrato
ya que es un elemento de información para el público de cómo son físicamente ciertos
personajes que ha oído nombrar. Intentar diferenciar el retrato del periodo romántico y
el del realista es difícil si no imposible ya que su distinción es netamente
cronológica, por otro lado la diferenciación en cuanto a procedimientos técnicos que
sería el uso de la litografía en la producción de imágenes no es excluyente del
realismo[59].
En cualquier caso y
hablando de los retratos en la prensa valenciana en la época del realismo podemos aludir
a una serie de ejemplos.
Los primeros de ellos nos
lo proporciona el Almanaque de Las Provincias para
1894[60]
en donde por ejemplo se inserta un retrato de Francisco Cirujeda[61],
este
militar valenciano empezó a adquirir renombre por su intervención en las guerras
carlistas al lado de los liberales, más tarde fue enviado a Cuba y a Filipinas con la
misión de sofocar las revueltas que se estaban produciendo por lo que en España se le
consideraba como un héroe nacional.
Pero será Valencia Ilustrada[62] la revista que abra
una galería en sus portadas de personajes famosos de una forma regular, uno de ellos
será el retrato de José de Orga[63], impresor valenciano y
editor de muchos libros sobre todo de música, siendo uno de los primeros que se decidió
a imprimir partituras. Otro retrato será el del Papa Pío IX[64],
quien desde 1846 a 1878 gobernó la Santa Sede, siendo el Papa que durante más tiempo ha
ocupado la silla de Pedro, al él se le debe la inauguración del Concilio Vaticano I y la
pérdida de los Estados Pontificios. También se representará a Joaquín Company[65],
arzobispo de Valencia durante el periodo de 1800 a 1810, quien vivió y fue participe de
los acontecimientos derivados de la ocupación francesa, él que vio en la invasión
Napoleónica un intento de introducir el anticlericalismo en España y un ataque más que a la nación española a la
religión y a la tradición, con el paso de los años se le llegó a tener por héroe que
se opuso a la invasión siendo por ello un patriota.
La Ilustración Valenciana[66],
será otra revista que abra una galería de retratos en sus portadas, ejemplos pueden ser
el retrato de Peregrín García Cádena[67], escritor, crítico musical
y político o el de Pascual Pérez Gascón[68], músico valenciano. De la
misma manera, El Miguelete[69] también abrirá una
galería en sus portadas, siendo el primer retrato que aparece[70]
el de su fundador y director Felix Pizcueta.
Otras publicaciones como
pueden ser Para todo el mundo[71],
La Revolución[72],
El tonto[73]
o Valencia Cómica[74],
entre otras, introducirán grabados de retratos de personajes famosos o que en esos
momentos están en boga, como ejemplo citar a José Zorrilla[75],
literato poeta romántico español muy aceptado por el público de su época. José
Antonio Guerrero y Ludeña[76],
político
dirigente del partido republicano federal de amplia repercusión en el movimiento obrero
valenciano. Elías Martínez Gil[77] o el dramaturgo Rafael
Torromé[78].
De la misma manera
también habríamos de hacer referencia a la serie de retratos que aparecen en la prensa
dedicados a los toreros, hombres famosos considerados en su época como mitos de los que
nos hemos dedicado en el apartado de la prensa taurina.
Resulta hasta cierto punto
curioso que en una etapa realista empiecen a aparecer caricaturas de personajes célebres,
ya que desde un primer punto de vista la caricatura es un alejamiento de la realidad para
participar en la subjetividad de cómo se ve un a personaje, sin embargo la caricatura (y
en este sentido es realista) va más allá de la simple representación formal de un
individuo para llegar a poder captar la verdadera forma de éste.
Muchas de las caricaturas
de personajes están insertas en un determinado contexto político, social o eclesial, de
ahí que merezcan un especial estudio independiente, dada la importancia y el volumen de
las mismas. No obstante existen unas caricaturas personales exentas en las que
sólo se ha tratado de caricaturizar al sujeto sin insertarlo en una escena determinada,
razón por la cual las estudiaremos en este artículo.
Buscar una clasificación
a tal cantidad de imágenes es una dura tarea ya que los caricaturizados serán
políticos, médicos, escritores..., las revistas en donde este tipo de grabado aparecen
serán muy diversas y los caricaturistas que las realizaron casi se puede decir que son
tantos como las caricaturas realizadas. Por tanto el orden que estableceremos para su
estudio lo obtenemos refiriéndonos a algunas de las revistas que realizaban este tipo de
representaciones.
Tal vez la publicación
que más caricaturas personales haya introducido en sus páginas sea Arte Moderno[79] de Folchi, y en donde
podemos ver sobre todo las caricaturas de hombres de letras y músicos (los políticos los
ha situado en determinadas escenas contextualizadas) entre ellos y como ejemplo cabe
destacar a Vicente Peidró y Eduardo Escalante[80] representado con motivo de
los éxitos cosechados entre ambos en las zarzuelas, uno como autor y otro como músico,
la obra se acompaña del siguiente texto que remarca la unión entre ambos:
Aquí los tenéis delante,
Toda obra nuestra alcanzó
un éxito delirante...
Yo soy, Eduardo Escalante
y yo, Vicente Peidró.[81]
Otra obra es la de los
Hermanos Quintero y el maestro Jiménez[82]
dramaturgos
y compositor musical que celebran sus éxitos respectivos en obras teatrales y zarzuelas
respectivamente:
Los éxitos contamos por estrenos,
somos en el teatro vencedores,
y cobramos los tres trimestres buenos,
porque somos los tres buenos autores.[83]
De la misma forma el
doctor Moliner[84],
encargado de luchar contra la epidemia de cólera desatada en Valencia al final del siglo
XIX, y del que tantos chistes y caricaturas sociales ha generado, nos lo presentan en esta
revista desde su particular punto de vista: A modo quisquilla aparece este
doctor con una seta creciéndole en la cabeza (su gran conocimiento
científico sobre el tema) e intentando dar una poción a personas enfermas y pobres. La
crítica en todas las ocasiones a este médico y profesor universitario es una constante
cuando se aborda el tema social de las consecuencias del cólera, poniéndolo siempre como
ejemplo de la ineficacia, el oportunismo y las ambiciones. El texto que acompaña a la
viñeta es el siguiente:
Triunfó el sanatorio...
cumplí mi deseo.
¿Estoy cuerdo o loco?
¿Soy tonto o soy genio?[85]
Otra de las revistas que
introducirán la caricatura personal será Cascarrabias[86]
en ella podemos ver imágenes caricaturescas de Dualde y Furió[87],
jurista y abogado valenciano sobre el que se ironiza en cuanto que es el que más pleitos
ha ganado:
Pues Dualde y Furió,
el letrado es en Valencia
de más pleitos y mejor.[88]
Cánovas y Sagasta tampoco
se libran de sus críticas personales[89] como pilíticos,
al
igual que muchos literatos o músicos del momento.
La Degollá[90] también introducirá este
tipo de grabado como los del músico Salvador Ginés[91] o Teodoro Llorente[92], como La Moma[93]
con obras como la caricatura de Pinazo[94] o El Tonto[95] con ilustraciones de Rafael
María Liern[96]
o el músico Eduardo Ximénez[97] entre otros.
Lo social en la caricatura
o en el grabado en general va muchas veces intrínsecamente unido a lo político, siendo
esto último una fuente importantísima de ilustraciones en la prensa del siglo XIX. No
obstante y a tenor del elevado volumen de ejemplos que se pueden encontrar, de
ilustradores, de temas, de técnicas,... bien merecen un artículo independiente que pueda
abracar todas estas cuestiones concernientes a este tipo de imágenes. Sin embargo existe
entre estos grabados unos específicamente sociales, que aparecen en la prensa del periodo
realista y de las que consideramos que por su autonomía con respecto a la
política deberían tener un apartado especial incluido dentro de este artículo como
ilustraciones realistas.
Estas imágenes sociales
girarán en torno a una serie de temas, el primero de ellos será el de la sanidad, que
recoge una sensibilidad de las gentes hacia estas cuestiones tras la gran epidemia de
cólera sufrida en Valencia, ejemplo de esto lo encontramos en la revista Bertoldo[98], que introduce una
caricatura bajo el título Cordón sanitario[99] en donde se puede observar
la utilidad de estos cordones, que se suponía servían para mantener ciertas
zonas endémicas bajo cuarentena, cuando un personaje puede traspasarlos con sólo
enseñar por toda documentación la factura de su sastre. En esta como en las historietas
que se hicieron alusivas al tema se pone en ironía las medidas que las autoridades y los
médicos pusieron en marcha para poder controlar la enfermedad.
Otro de los temas sociales
va a ser el de los adelantos técnicos, nuevos artefactos que empiezan poco a poco a
formar parte de la vida cotidiana de las personas provocando en un primer lugar la
admiración, curiosidad o simpatías, pero de la misma forma antipatías ya que siempre
hay quien los considera como modas pasajeras que embaucan a los incautos, ejemplos los
encontraríamos en las bicicletas (o las extrañas variantes que de éstas se construyen),
el cinematógrafo, el teléfono, el fonógrafo o la linterna mágica, una
variante de la fotografía considerada como uno de los precursores del cine[100]
recogida
en las páginas de El Diablo Cojuelo[101]
en donde aparece un curioso artilugio rodeado por un montón de curiosos sorprendidos por
la magia de este nuevo recurso técnico.
Otras escenas
representarán pasajes determinados en la vida de las personas que por su importancia para
quien las vive pasan a ilustrarse como ejemplos en los que muchos espectadores se pueden
sentir protagonistas o conocer a quienes los fueron, esto, lo podemos ver en La
vuelta del soldado[102] de la revista Panorama, aquí aparece una escena en donde podemos
ver a una familia de extracción humilde sentada en una vieja mesa, detalles como el
mobiliario, el fogón, las ropas, las paredes... ahondan más en la idea de humildad, esta
tranquila escena hogareña se rompe cuando de repente entra en la estancia un soldado que
con su medalla saluda militarmente a la madre quien frente a la sorpresa del resto de los
familiares y curiosidad de los vecinos a través de las ventanas se lanza a abrazar a su
hijo.
Tal vez en un primer
momento podríamos hacer de esta imagen una interpretación simplista tratando de ver en
ella una alusión de que los soldados que van a la guerra pertenecen a una humilde
extracción social (los de siempre), sin embargo el tono orgulloso del hijo que viene
victorioso de la batalla (trae una medalla) o el saludo militar y no afectivo a su madre
(la guerra le ha hecho hombre) nos indican más que es una escena patriótica
y moral ya que todo el mundo sabe ocupar su papel en la sociedad y está muy
contento de realizarlo: el hijo varón sirviendo a la patria, la hija mayor en casa al
cuidado de los padres y de los hermanos pequeños (en la imagen haciendo la comida), el
padre sentado en la cabecera de la mesa un tanto impasible y desde luego dominando
sentimientos que le son propios a las mujeres: sólo se levanta con los brazos
abiertos la madre.
Es una obra por
consiguiente social, reflejo de una determinada situación ocurrida en un determinado
lugar y tiempo pero extrapolable a otros muchos, en donde el estereotipo moral domina la
composición.
Pero de todos los temas
que pueden aparecer tal vez el más representado sea el de la crítica a la Iglesia. Esta
crítica ha sido de diferentes maneras según se haya puesto a la Iglesia (léase frailes,
curas...) como seres tétricos o como autoritarios y poderosos. También en su relación
al dinero o al poder, a su relación con los temas sexuales, como seres incultos o
simplemente se ha ironizado sobre ellos.
Podríamos clasificar este
tipo de crítica en dos grupos diferentes, por un lado la crítica más acerba e incisiva
que se sirve de unos tópicos de fácil lectura iconográfica para atacar al clero, de
entre de este grupo podemos hallar diferentes motivos como la cuestión económica, lo
sexual, la hipocresía, lo tétrico... Un segundo grupo estaría compuesto por aquellas
ilustraciones que alejándose de los tópicos más recurrentes ahonda en determinadas
cuestiones que señalan la falta de caridad, fe o religiosidad de ese mismo clero.
Dentro de primer grupo
encontramos varios ejemplos en las ilustraciones estudiadas:
Con respecto a la
representación de forma tétricas podemos citar a la revista Bou Solt[103] publicación que en su
portada[104]
nos presenta a un fraile de la orden de los dominicos (los antiguos inquisidores) que
desde su púlpito se yergue amenazador saliendo de sus labios un maldito
sea... símbolo de los anatemas, amenazas y demás diatribas que en esos momentos
tiene que estar predicando es un ser distante y amenazador que intenta
provocar el miedo. Algo parecido realizará la publicación Pare Mulet[105] en donde un oscuro y tétrico fraile aparece como
reclamo. Las dos publicaciones son anticlericales y en sus portadas dan las imágenes de
una serie de personajes a los que se supone (como
en verdad lo hacen) van a ridiculizar.
La cuestión de la
relación entre el clero y el dinero, o lo que es lo mismo el interés casi exclusivo de
éste por la cuestión monetaria también se va a reflejar, un claro ejemplo será la
caricatura aparecida en La antorcha valentina[106]
que con el nombre de los reyes vagos[107] nos representa a tres curas
sobre unos camellos siguiendo como hipnotizados, no a una estrella como lo hicieron los
Magos de Oriente, sino a una bolsa de dinero.
Otra de las cuestiones a
criticar o a ridiculizar será sobre la preparación académica o cultural de un clero,
esto lo podemos apreciar en la publicación El lego [108]
en donde en su portada[109]
se puede ver a un monje (un lego) representado como un ser idiota o retrasado con una
mirada y actitud vacía denotando de este modo su sabiduría. En el mismo
sentido estarían las portadas de El Fraile Mostén,
en donde aparece un grotesco personaje bastante repugnante. O en esa misma revista la
ilustración denominada Amados oyentes...[110]
en
donde un domine lanza un sermón desde una cuba de vino.
Las referencias al
buen vivir del clero también son claras, El Fraile Mostén[111] en su ilustración
¡Alza pelele![112] se nos muestran a dos clérigos saltando y riendo
mientras beben vino.
Las referencias a las
cuestiones sexuales no podían faltar siendo uno de los tópicos del ataque anticlerical a
la Iglesia, el mismo Fraile Mostén De veraneo[113]
nos muestra a un fraile coqueteando con una mujer de la que se siente atraído.
Otra forma de plasmar
caricaturescamente una determinada cuestión religiosa, bastante diferente a las
anteriores es la que se hace por medio de los chistes irónicos, Valencia Cómica[114], revista a la que ya
hemos hecho referencia, nos muestra una ilustración[115] (entre otras muchas) de la
mano de Cilla, en ella un personaje vestido con ropas pobres realiza la siguiente
reflexión:
¿La Cuaresma?, Me río yo
de eso de la Cuaresma;
Para mi dura todo el año
y sin embargo me callo.[116]
Esta referencia utiliza
como crítica la ironía y la reflexión seria y profunda sobre unas determinadas
cuestiones bastantes serias: Si el protagonista dice que se calla alude a aquellos que se
jactan públicamente de sus mortificaciones religiosas, también nos da a entender que el
ayuno y la abstinencia es para aquellos que comen (el pobre simplemente no come). Es en
este sentido una crítica profunda cargada de sentimiento y argumentos difícil de poder
obviar por un espectador medianamente inteligente ya que se dirige no sólo al corazón
del espectador sino también a su razón. Bastante diferente pues de aquellas anteriores
en donde el insulto gratuito, el recurso al chiste fácil o tópico dirigido más a
provocar que a convencer, propio de un burdo anticlericalismo visceral, que si bien puede
tener su razón de ser como fenómeno histórico es más difícil de justificar desde un
punto de vista artístico.
H)
EL GRABADO COMO ILUSTRACIÓN DE LOS ANUNCIOS
Coincidiendo con la época
realista aparecen en la prensa ilustrada los anuncios de una forma generalizada, y con
ellos poco a poco la ilustración de los mismos. El surgimiento de los anuncios habría
que ponerlo en relación directa con la consolidación de las nuevas clases medias y su
mayor poder adquisitivo. Esta nueva clase social, la pequeña burguesía se va a convertir
en un mercado potencial que quiere adquirir una serie de productos una vez ha conseguido
una determinada riqueza, consumo que a su vez provoca el surgimiento de un pequeño
mercado inimaginable tan sólo cincuenta años atrás.
Pero a pesar de que existe
una demanda incipiente y una oferta que crece en razón a esta demanda, pronto surge la
idea de poner en relación directa oferta y demanda, esto es informar a los posibles
compradores de los productos en venta, esta información se hará por medio de
la publicidad, publicidad que en un nuevo mundo de masas ya no es suficiente con la
transmisión oral, el reclamo en la tienda o el pregonero que recorre las calles; ahora
para poder estar a la altura de las circunstancias una publicidad que quiere llegar a las
masas ha de utilizar los medios de masas para poder desarrollarse con todas sus
posibilidades.
El hecho de que la prensa
sea un medio de masas que llega a un gran público hacen de ella un terreno abonado para
este campo, es más, la simbiosis entre prensa y publicidad va a ser perfecta: por el lado
de la publicidad los anuncios en los medios de comunicación va a ser importantísimo ya
que se van a descubrir la primeras operaciones de marketing por las cuales se tiene
conciencia de que un producto anunciado se vende mejor (la gente lo conoce, se hace
familiar, si sale en la prensa será porque es bueno... mereciendo
por tanto cualquier inversión en publicidad) y por el lado de los periódicos quienes
descubren en los anuncios las posibilidades de encontrar otras fuentes de financiación
que posibilitan el abaratamiento o mejoras en la publicación pudiendo ser más
competitivos y no dependiendo tan directamente del mayor o menor grado de lectores en un
momento determinado.
Estos anuncios en primer
lugar serán bastante simples, se da noticia simplemente
de un producto, pero enseguida se descubren nuevas posibilidades: también se puede hacer
propaganda de él y sus virtudes, se puede intentar convencer por medio de
explicaciones de sus ventajas, y lo que es más importante, se puede hacer un anuncio
atrayente para que el producto se vuelva atrayente. En definitiva pequeñas operaciones de
marketing de las que sin disponer de un amplio aparato teórico sobre el tema como en la
actualidad, sí se va poco a poco intuyendo los mecanismos por los que se puede ampliar
una demanda, circunstancia básica para el desarrollo del capitalismo moderno.
En este contexto de poder
realizar una serie de anuncios atrayentes que sirvan como fuertes reclamos para los
posibles consumidores aparece la idea del anuncio ilustrado del que muy pronto se tiene el
conocimiento que cualquier inversión en su mejora produce sus frutos.
Si bien el contenido de
los anuncios es muy variable (todo se puede llegar a anunciar: medicamentos, máquinas,
libros, muebles...) en cuanto a forma se pueden distinguir una serie de tipologías
definida aunque no ajustadas estrictamente a una evolución cronológica.
Una de estas tipologías
es la que podríamos llamar de escenas, en ella podemos observar como se coloca una
determinada imagen: una fábrica, un paisaje, un acontecimiento... bastante sugerente y
relacionado directamente con el producto que se quiere vender y al lado o en la parte
inferior aparece el nombre del producto, acompañado las más de las veces por largos
textos explicativos de los mismos (todavía no se confía en el poder de la imagen, por
eso ésta es anecdótica y se cree más en el texto), ejemplos de esta tipología los
podemos encontrar en la revista Anunciador de
Valencia[117]
publicación de variedades centrada en las noticias cuya fuente fundamental de
financiación son los anuncios en ella por ejemplo aparece la tintura de árnica y
de urticaria[118],
bálsamo elaborado por los religiosos de El gran san Bernardo (Suiza) según reza la
propaganda y que para recalcar la idea de ser un medicamento elaborado por frailes
extranjeros se inserta una imagen de unos monjes a las afueras de un pequeño monasterio
situado entre las montañas, aquí la imagen se convierte en un claro referente
propagandístico ya que en principio recalcar que es un medicamento hecho por religiosos y
además extranjeros es como avalar de alguna forma la fiabilidad del producto.
De la misma forma
Chocolates Tapioca[119] refleja en la imagen un
gran edificio (su fábrica) con el fin de dar a entender la fortaleza de la compañía que
elabora los chocolates que se venden o el Saluto de Andrés y Fabiá en la
revista Diario de avisos de Valencia[120] nos muestra a una familia dando un jarabe
milagroso[121]
a un pequeño niño enfermo para sanarlo.
Otros anuncios utilizarán
el retrato como medio de reclamo, así El Comercio[122],
publicación dedicada únicamente a hablar del comercio, la industria y noticias
relacionadas con estas cuestiones, aparece el anuncio Píldoras Bristol[123]
en donde por toda imagen aparece la figura de su descubridor.
Los anuncios que con más
profusión aparecen en la prensa serán los referidos a nuevas máquinas e inventos que
ayudan en las labores de la vida diaria bien domésticas bien estrictamente laborales,
estos anuncios como imagen reclamo grabarán una reproducción del objeto o máquina de la
que se está haciendo propaganda, ejemplos los tenemos en un sin fin de revistas y en una
gran variedad de objetos distintos, basten como ejemplos los aparecidos en La luz comercial[124] primera publicación
gratuita valenciana que se sustenta sólo a los anuncios que inserta en sus páginas
ocupando éstos un espacio dominante en la revista. Uno de estos anuncios será el de la
nuevas máquinas vitivinícolas, prensa y alambiques[125] en donde aparecen estos
objetos con todo lujo de detalles. De la misma forma las máquinas de coser o las tiendas
en donde éstas se venden[126]. O la revista La Sombra[127] en donde para anunciar un
taller de relojería, taller Evaristo Bonnemain[128]
se
recurre a la imagen de un decorado y elegante reloj de sobremesa.
También el recurso a
anunciar una empresa e ilustrar el anuncio con las modernas máquinas que se
utilizan es una constante, baste citar a la revista El
Trapero[129]
en donde se hace referencia a un nuevo laboratorio farmacéutico por medio de una
complicada máquina que se supone sirve para elaborar los medicamentos que éste expende.
Otro tipo de anuncios
serán los que giren en torno a una ilustración más o menos alegórica de lo que se
anuncia que se constituye muchas veces en símbolo sino de la misma empresa sí del
maravilloso producto que ésta elabora. Ejemplos de esta tipología los
encontramos en la publicación Potons[130],
revista eminentemente comercial que inserta un anuncio de jarabes[131]
en donde un ángel tocando una trompeta y portando en la otra mano una corona de laurel
recorre el globo terráqueo anunciando la buena nueva de un prodigioso
fármaco que ayudará grandemente a la humanidad. En esta ilustración se ha pasado
directamente a confiar en el poder de la imagen ya que no inserta ningún tipo de texto
explicativo del producto, con la imagen tan grandilocuente basta para poder atraer la
atención de un público a quien se supone que sin más va a adquirir este milagro.
Algo parecido (pero sin
tantas pretensiones) ocurrirá con La Equitativa[132],
una compañía de seguros que aparece en el Diario
de Avisos de valencia y en donde a modo de símbolo de la seguridad se representa a
una figura alegórica (mujer vestida con ropas clásicas portando instrumentos de guerra)
que con su escudo protege a una madre indefensa y a su hijo, verdaderamente todo un
símbolo atrayente para poder anunciar un seguro.
Finalmente hay anuncios
que insertarán el escudo de la empresa como símbolo distintivo del producto anunciado,
como por ejemplo Cognac Jiménez y Lamothe[133] en la revista Círculo de Bellas Artes[134].
Otra de las tipologías
que nos podemos encontrar en la prensa ilustrada valenciana es la de los anuncios que sin
otra pretensión introducen elementos decorativos en sus textos con el único fin de poder
hacerlos más estéticos y agradables a la vista, los ejemplos serían numerosos pero de
escaso o nulo valor formal o de contenido.
Pero tal vez el caso más
curioso e interesante sea el de los anuncios que por medio de un chiste, una ironía o un
comentario jocoso mediante una imagen y un texto reclaman la atención del público. Este
tipo son los últimos que aparecen en la prensa desde un punto de vista cronológico y
obedecen al intento de captar la atención de un público mediante nuevas fórmulas una
vez se ha generalizado el anuncio por medio de imágenes. Los ejemplos más
representativos estarían en Arte Moderno[135],
publicación festiva y humorística dirigida por Folchi. Uno de ellos será el del
Horno de San Francisco[136]
en ella unos pequeños angelitos se dirigen todos hacia Dios (representado como un señor
mayor con barba y aureola triangular trinitaria) pidiéndole postres de ese horno en
cuestión, el texto es el siguiente:
¡Pues no se ha armado mal cisco!
¿Qué quieren los angelitos?
Postre Martí y pastelitos
del Horno de San francisco.[137]
Con el mismo estilo será
el de Fonda de Oriente[138]
en
donde dos personajes tienen la siguiente conversación:
Si quieres comer al pelo,
bien, abundante y barato,
come en la Fonda de Oriente
San Vicente 84.[139]
La misma fonda se
anunciará más adelante con una imagen de unos indignados clientes de un restaurante que
ante la mirada atónita del camarero comentan lo siguiente:
-¡Qué almuerzo más indecente!
Yo no lo puedo pasar...
- Habremos de ir a almorzar
siempre a la Fonda de Oriente.
- Se come divinamente.
-
Pues ya podemos marchar.[140]
1) El Panorama, nº25 (año IV), 15 de
Enero de 1870, Primera sesión del concilio ecuménico, el día 9 de diciembre de
1969, p.197
2) El Panorama, nº18 (año V), 30 de
septiembre de 1871, Inauguración del tunel de los Alpes, p.144
3) El Panorama, nº25 (Año IV), 15 de
Enero de 1870, Costumbres de Oriente: Bodas de Candía, p. 205
4) El Panorama, nº 26 (Año IV), 30 de
enero de 1870, El pueblo corta el tiro del coche fúnebre de Victor Noir, p.
205
5) El Panorama, nº26 (Año IV) 30 de
enero de 1870, Velocípedo patinador, p. 216
6) El Panorama, nº26 (Año IV), 30 de
enero de 1870, Parada en Greuzol, p. 216.
7) El Panorama, nº22 (Año V), 30 de
noviembre de 1871, Feria de Génova, p. 204
8) Las astas del toro, nº1, 13 de octubre
de 1879, Portada, p.1
9) Currito
Las astas del toro, nº2, 4 de noviembre de 1879, p.4.
10)
La
Muleta, nº1, 21 de septiembre de 1883, Corrida de torosp.3
11)
Chiste
sobre corridas El Diablo Cojuelo, nº 1,
19 de abril de 1885, p.8.
12)
El
Juguete, nº1, 19 de mayo de 1871, Sin nombre, p. 12
13)
El
Juguete,
nº 11, 20 de julio de 1871, Sin nombre, p.85.
14)
Almanaque
Las Provincias para 1894,
Valencia, 1893, 15)
15)
Francisco Cirujeda, p. 285 La
Revolución, nº1, 11 de febrero de 1887, José Antonio Guerrero y
Ludeña, p. 1.
16)
Arte
Moderno, nº 3, 10 de Diciembre de 1899, Hermanos
Quintero y el Maestro Jiménez p.1.
17)
Cascarrabias, nº 20, 10 de junio de 1897,
Canovas y Sagasta, p. 1.
18)
El
Diablo cojuelo, nº2, 26 de abril de 1885, La linterna mágica, p.1
19)
El
fraile Mostén, nº23, 29 de julio de 1894, Amados oyentes, p.1.
20)
La
Sombra, nº12, 31 de diciembre de 1898, Anuncio de relojería, p.8
21)
Arte Moderno, nº1, 26 de Noviembre de 1899,
Fonda de Oriente p.6.
*********
[1]
El Panorama, Imp. Doménech, Valencia, 1870.
[2]
El Panorama, nº25 (año IV), 15 de Enero de 1870, Primera sesión del
concilio ecuménico, el día 9 de diciembre de 1969, p.197
[3]
Cfr. Lortz, Joseph, Historia de la Iglesia,
en la perspectiva de la historia del pensamiento, Cristiandad, Madrid, 1982, t. II, p.
414.
[4]
El Panorama, nº25 (año IV), 15 de enero de 1870, Inauguración del Canal de
Suez por la Emperatriz Eugenia, p. 200
[5]
Cfr. Hearder, H., Europa en el siglo XIX,
Aguilar, Madrid, 1973. p. 323.
[6]
El Panorama, nº 30 (año IV), 1 de abril de 1870, Vista del observatorio
astronómico de Parísp.240
[7]
El Panorama, nº18 (año V), 30 de septiembre de 1871, Inauguración del
tunel de los Alpes, p.144
[8]
El Panorama, nº18 (Año V), 30 de
septiembre de 1871, La exposición Universal de Londres, p. 144
[9]
El Panorama, nº 20 (Año V), 30 de octubre de 1871, Vista de Chicago,
p. 160
[10] El Panorama,
nº25 (Año IV), 15 de Enero de 1870, Costumbres de Oriente: Bodas de Candía,
p. 205
[11] El Panorama,
nº 26 (Año IV), 30 de enero de 1870, El pueblo corta el tiro del coche fúnebre de
Victor Noir, p. 205
[12] El Panorama,
nº 28 (Año IV), 1 de marzo de 1870, Tentativa de barricada, p. 220
[13] El Panorama,
nº30 (Año IV), 1 de Abril de 1870, Manifestación de obreros en Madrid, p.
240.
[14] El Panorama,
nº 16 (Año V), 30 de agosto de 1871, Las incendiarias de París, p. 128.
[15] El Panorama,
nº26 (Año IV) 30 de enero de 1870, Velocípedo patinador, p. 216
[16] El Panorama,
nº27 (Año IV), 15 de febrero de 1870, Patinando sobre hielo, p. 218
[17] El Panorama,
nº30 (Año IV), 1 de abril de 1870, El juego del Cricket, p. 236.
[18] El Panorama,
nº26 (Año IV), 30 de enero de 1870, Parada en Greuzol, p. 216.
[19] Hearder, H., Europa en el siglo XIX, Aguilar, Madrid, 1973. p.
184.
[20] El Panorama,
nº28 (Año IV), 1 de marzo de 1870, Embarque de voluntarios hacia Cuba, p.
224
[21] El Panorama,
nº21 (Año V), 15 de noviembre de 1871, La restauración de las Tullerias, p.
172.
[22] El Panorama,
nº21 (Año V), 15 de noviembre de 1871, Vista de Río de Janeiro, p. 173.
[23] El Panorama,
nº22 (Año V), 30 de noviembre de 1871, Feria de Génova, p. 204
[24]Pizarroso Quintero,
A., Notas para el estudio de la prensa y el periodismo taurino valencianos, Doscientos años de prensa Valenciana, Generalitat
Valenciana, Valencia, 1992. p. 270.
[25] Las astas del toro, Imp. Viuda Amargós, Valencia
1879.
[26] Las astas del
toro, nº1, 13 de octubre de 1879, Portada, p.1
[27] El toreo valenciano, Imp. José Domenech, Valencia,
1889.
[28] El Toreo
Valenciano, nº9, 2 de mayo de 1889, Portada, p.1
[29] Las astas del
toro, nº2, 4 de noviembre de 1879, Portada, p.1
[30] Nuevo Quiebro, Imp. José
Aparisi, Valencia, 1889.
[31] El Nuevo
quiebro, nº1, 10 de junio de 1889, Portada, p.1.
[32] El Taurino,
nº1, 11 de abril de 1892, Portada, p.1
[33] El taurino, Imp. Amargós, Valencia, 1900.
[34] El Parranda, Imp. Berengeuer, Valencia, 1888.
[35] EL Parranda,
nº1, 22 de julio de 1888, Portada, p.1.
[36] El Varetazo, Imp. Nueva alianza, Valencia, 1883.
[37] El Varetazo,
nº4, 23 de julio de 1883, Portada, p.1.
[38] La revista taurina, Imp. Manuel Ferrero García,
Valencia, 1896.
[39] La revista
taurina, nº1 (Año I), 4 de abril de 1896, Portada, p.1
[40] La revista
taurina, nº1, (Año I) 4 de abril de 1896, Portada, p.1. (Segunda portada)
[41] La revista taurina, nº7, (Año II) 29 de mayo de 1899, Portada, p.1.
[42] El toreo de Valencia, Imp. Ripollés, Valencia,
1896.
[43] El Toreo de
Valencia, nº79, 19 de octubre de 1896, Portada, p.1
[44] La Muleta,
Imp. Ayoldi, Valencia, 1883
[45] La Muleta,
nº1, 21 de septiembre de 1883, Corrida de torosp.3
[46] El Diablo Cojuelo, nº 1, 19 de abril de 1885, p.8.
[47] Cfr. Mayer, Arno, La persistencia del Antiguo Régimen, Alianza
Universidad, Madrid, 1984, p.251.
[48] El Juguete, Imp. Ayoldi,
Valencia, 1871
[49] El Juguete,
nº1, 19 de mayo de 1871, Sin nombre, p. 12
[50] El Juguete, nº1, 10 de Mayo
de 1871, p.12.
[51] El Juguete,
nº 5, 10 de junio de 1871, Sin nombre, p.40
[52] El Juguete,
nº14, 10 de agosto de 1871, Sin nombre, p.108
[53] El Juguete,
nº 10, 10 de julio de 1871, Sin nombre, p.80.
[54] El Juguete, nº 11, 20 de julio de 1871, Sin nombre, p.88.
[55] El Juguete, nº 11, 20 de julio de 1871, Sin nombre, p.85.
[56] El Juguete, nº 11, 20 de julio de 1871, Sin nombre, p.85.
[57] Cfr. Gracia
Beneyto, Carmen, Iconografía infantil en la pintura
valenciana, Alfonso el Magnánimo, Valencia, 1977. p. 61.
[58] Cfr. Flandrin,
Jean Louis, La moral sexual en Occidente, Juan
Gránica, Barcelona, 1984, p. 415.
[59] Desde un punto de vista muy general podemos hacer
referencia a la relación entre procesos litográficos y grabado realista ya que éstos se
empiezan a generalizar en esta época siendo en este sentido una diferencia con respecto
al grabado romántico. No obstante el hecho de que determinadas imprentas con menos
recursos económicos continuasen con los procedimientos de grabado en madera o a la fusta
hace que el retrato litográfico no sea exclusivo del periodo realista.
[60] Almanaque Las Provincias para 1894, Imp. Doménech,
Valencia, 1893.
[61] Almanaque Las
Provincias para 1894, Valencia, 1893, Francisco Cirujeda, p. 285
[62] Valencia Ilustrada, Imp. Alufre, Valencia 1877,
[63] Valencia
Ilustrada, nº29, (Año II) 18 de noviembre de 1877, José de Orga, p.1.
[64] Valencia Ilustrada, nº9 (Año II), 3 de marzo de 1878, Pío IX, p.1.
[65] Valencia Ilustrada, nº4 (Año II), 27 de Enero de 1878, Joaquín Company, p.1.
[66] La Ilustración Valenciana, Imp. Viuda de Ayoldi,
Valencia, 1883
[67] La Ilustración
Valenciana, nº9, 4 de marzo de 1883, Peregrín García Cádena, p. 1
[68] La Ilustración Valenciana, nº1, 7 de enero de 1883, Pascual Pérez Gacón, p. 1
[69] El Miguelete, Imp. Casa de la beneficencia,
Valencia, 1883.
[70] El Miguelete,
nº1, 14 de enero de 1883, Féliz Pizcueta, p.1.
[71] Para Todo
el Mundo, Imp. Doménech, Valencia, 1880.
[72] La
Revolución, Imp. Unión Tipográfica, Valencia, 1887.
[73] El Tonto, Imp. Imprenta de la Beneficencia,
Valencia, 1883.
[74] Valencia Cómica, Imp. Ismael Hasse, Valencia,
1889.
[75] Para todo el
mundo, nº3, Septiembre de 1880, José Zorrilla, p.20
[76] La Revolución,
nº1, 11 de febrero de 1887, José Antonio Guerrero y Ludeña, p. 1.
[77] El Tonto,
nº11, 2 de Diciembre de 1883, Elías Martínez, p.4
[78] Valencia
Cómica, nº5, 5 de enero de 1890, Rafael Torromé, p.1
[79] Arte Moderno,
Imp., Valencia, 1899.
[80] Arte Moderno, nº2, 3 de Diciembre de 1899, Vicente Pedro y Manuel escalantep.1
[81] Arte Moderno, nº2, 3 de
Diciembre de 1899.p.1
[82] Arte Moderno, nº 3, 10 de Diciembre de 1899, Hermanos Quintero y el Maestro Jiménez p.1.
[83] Arte Moderno,
nº 3, 10 de Diciembre de 1899, p.1.
[84] Arte Moderno, nº1, 26 de Noviembre de 1899, Doctor Moliner, p.1.
[85] Arte Moderno, nº1, 26 de Noviembre de
1899, p.1.
[86] Cascarrabias,
Imp. Ripollés, Valencia, 1897.
[87] Cascarrabias,
nº 14, 29 de abril de 1897, Dualde y Furió
p.4
[88] Cascarrabias, nº 14, 29 de Abril de 1897, p. 4.
[89] Cascarrabias, nº 20, 10 de junio de 1897, Canovas y Sagasta, p. 1.
[90] La
Degollá, Imp. Ripollés, Valencia, 1890.
[91] La Degollá,
nº 5, 26 de enero de 1890, Salvador Ginés, p.1
[92] La Degollá, nº 3, 12 de enero de 1890, Teodoro Llorente, p.1
[93] La Moma,
Imp. Ramón Ortega, Valencia, 1886.
[94] La Moma,
nº40, 14 de enero de 1886, Ignacio Pinazo, p.402
[95] El Tonto,
Imp. Beneficencia, Valencia, 1883.
[96] El Tonto,
nº18, 14 de diciembre de 1883, Rafael María Liern, p.1
[97] El Tonto, nº11, 2 de diciembre de 1883, Eduardo Ximenez, p.1
[98] Bertoldo, Imp. Vitorino León Valencia, 1879.
[99] Bertoldo,
nº1, 6 de noviembre de 1870, Escena, p.3
[100] El
Diablo cojuelo, nº2, 26 de abril de 1885, La linterna mágica, p.1
[101] El Diablo Cojuelo, Imp. Se desconoce, Valencia,
1885.
[102] El
Panorama, nº 30 (Año V), 30 de noviembre de 1871, La vuelta del soldado,
p.205
[103] Bou Solt, Imp. J. Blesa, Valencia, 1877
[104] Bou
solt, , nº1, 23 de abril de 1877, Portada, p.1.
[105] Pare Mulet,
Imp. J. Blesa, Valencia, 1877.
[106] La
antorcha valentina, Imp. La Parisien, Valencia, 1889.
[107] La
antorcha valentina, nº30, 15 de agosto de 1889, Los tres reyes vagos, p.
2y3.
[108] El Lego,
Imp. A. G. de Peidró, Valencia, 1889.
[109] El
Lego, nº30, 1 de marzo de 1889, Portada, p.1.
[110] El
fraile Mostén, nº23, 29 de julio de 1894, Estimados oyentes, p.1.
[111] El Fraile
Mostén, Imp. Se desconoce, Valencia, 1894.
[112] El
Fraile Mostén, nº1, 8 de febrero de 1894, Alza pelele, p.1.
[113] El Fraile Mostén, nº20, 1 de julio de 1894, De veraneo, p.1.
[114] Valencia
Cómica. Imp. Valencia, 1890
[115] Valencia Cómica, nº 17, 30 de Marzo de 1890, p.8.
[116] Valencia
Cómica, nº 17, 30 de Marzo de 1890, p.8.
[117] Anunciador
de Valencia, Imp. Juan Guix, Valencia, 1876
[118] Anunciador
de Valencia, nº1176, 29 de junio de 1876, Anuncio de tintura, p.4
[119] Anunciador
de Valencia, nº1176, 29 de junio de 1876, Anuncio de la compañía
Tapioca, p.4
[120] Diario
de Avisos de Valencia, Imp., Valencia, 1884
[121] Diario
de Avisos de Valencia, nº156, 1 de julio de 1884, Anuncio de jarabe, p.4
[122] El
Comercio, Imp. Juan Guix, Valencia, 1876.
[123] El
Comercio, nº7, 26 de enero de 1876 Anuncio de píldoras de Bristol, p.4
[124] La luz
comercial, Imp. Emilio Pascual, Valencia, 1879.
[125] La
Luz comercial, nº32, 15 de octubre de 1879, Máquinas industriales, p.3.
[126] La Luz comercial, nº33, 17 de octubre de 1879, Máquina de coser , p.4.
[127] La sombra,
Imp. de Onteniente, Valencia, 1898.
[128] La
Sombra, nº12, 31 de diciembre de 1898, Anuncio de relojería, p.8
[129] El
Trapero, Imp. nº E. Pascual, Valencia, 1888.
[130] Potons,
Imp. Viuda de Ayoldi, Valencia, 1876.
[131] Potons,
nº1, 15 de enero de 1876, Anuncio de jarabes, p.1.
[132] Diario
de Avisos de Valencia, nº156, 1 de julio de 1884, Anuncio compañía de
seguros, p.4
[133] Círculo
de Bellas Artes, nº1, 1896, Anuncio p.3
[134] Círculo
de Bellas Artes, Academia de Valencia, Valencia, 1896.
[135] Arte
Moderno, Imp. Viuda E. pascual, Valencia, 1899.
[136] Arte Moderno, nº1, 26 de Noviembre de 1899, Horno San Francisco p.6.
[137] Arte
Moderno, nº1, 26 de Noviembre de 1899, p.6.
[138] Arte Moderno, nº1, 26 de Noviembre de 1899, Fonda de Oriente p.6.
[139] Arte Moderno, nº1, 26 de noviembre de
1899, p.6.
[140] Arte Moderno, nº2, 3 de Diciembre de 1899,
p.6.