Las contribuciones de Amartya Sen al estudio sobre la pobreza
Miguel Ángel Mateo Pérez
Universidad de Alicante (España)
ma.mateo@ua.es
Los trabajos de Amartya Sen en la conceptualización y desarrollo empírico del Bienestar Social se insertan en la perspectiva dinámica del estudio sobre la pobreza. No podemos olvidar que el Premio Nobel de Economía de 1998 ha sido uno de los más importantes colaboradores con el PNUD para la conceptualización(1) y medición del desarrollo humano(2). Es por ello conveniente desarrollar algunas de las ideas fundamentales del economista hindú para poder enmarcar sus aportaciones en el enfoque dinámico y en el contexto del Desarrollo Humano.
En un magnífico trabajo de síntesis(3), Steven Pressman resume en tres puntos básicos la aportación de Amartya Sen a las ciencias económicas. A saber: la crítica filosófica a la economía del bienestar clásica; las titularidades y las capacidades; y la aplicación de la teoría de las capacidades. Vamos a tomar este trabajo, junto con el ya anteriormente citado de Alfonso Dubois, como esquemas y ejes de la exposición sobre la contribución de Sen a la Economía en general y al estudio sobre la pobreza en particular.
La crítica filosófica a la economía del bienestar clásica
Amartya Sen centra su trabajo en la importancia del desarrollo de las potencialidades humanas. Para el autor, desde la Economía se debe permitir el desarrollo de estas capacidades de las personas incrementando las opciones vitales. Este supuesto de partida está enfrentado con los de la Economía del Bienestar Clásica, atravesada por la lógica de hacer máximo el nivel de bienestar individual.
El centro de esta suposición está en que se piensa que los individuos son capaces de maximizar racionalmente la utilidad. Sen ataca estas suposiciones(4) concluyendo que la Economía ha ignorado sistemáticamente el bienestar de las generaciones futuras (aspecto que más tarde retoma cuando estudia el concepto de desarrollo sostenible) (5) y lo que es más importante, que ésta no ha prestado atención a las cuestiones éticas. Sen señala que en el comportamiento de las personas en el trabajo, por ejemplo, no sólo intervienen criterios de racionalidad económica en el sentido de maximizar beneficios monetarios. En el trabajo, los empleados obtienen otros beneficios más allá del económico.
El trabajo permite tener contactos sociales, desarrollar habilidades, alcanzar un estado de bienestar psicológico o mejorar la auto estima.
Otra de las críticas que Sen realiza a la economía del bienestar clásica se refiere a la suposición de ésta de que las acciones que realizan los sujetos económicos están dirigidas por el dictado racional de maximizar beneficios personales. En este sentido, Sen indica que en la toma de decisiones (económicas también), hay elementos sociales e interpersonales que están al margen de la utilidad racional. Amartya Sen señala que en todo proceso de elección intervienen preferencias que no tienen porqué ir dirigidas exclusivamente a maximizar beneficio personal. Pero el autor va más allá: señala que las preferencias no determinan las acciones humanas. Las personas no valoran el ser analfabetas y entonces deciden no aprender a leer y escribir. Estas cuestiones las desarrollará más tarde en sus teorías sobre las titularidades y capacidades.
Continuando con la crítica a la economía clásica del bienestar, Sen plantea que hay problemas incluso en las unidades de análisis de ésta. El bienestar de los hogares (unidad de análisis de la economía del bienestar clásica) no es solo un agregado del ingreso en dicho hogar, si no que depende de cómo estén repartidos los recursos dentro de éste. Además, muchos de los elementos que producen bienestar no pueden ser comprados en el mercado porque no tienen un valor monetario(6). Y este aspecto es sistemáticamente ignorado.
Finalmente, Sen introduce un elemento clave para poder establecer las bases de una nueva economía del bienestar. Él plantea que las políticas económicas y sociales tienen un efecto directo sobre el bienestar humano(7). Hay políticas económicas que tienen efectos positivos dentro de la lógica de la macroeconomía, pero con efectos muy negativos desde el punto de vista del bienestar.
Aunque al principio de sus escritos Amartya Sen adoptara el enfoque de las necesidades básicas humanas (desarrollado previamente por autores como Paul Streeten en la década de los 70), más tarde planteará una revisión de este enfoque. Esta revisión iniciada por Sen en la década de los 80, señala que lo realmente importante del enfoque de las necesidades básicas es el modo que tienen las personas de acceder a los distintos bienes y servicios que satisfacen las necesidades. No es una discusión sobre los satisfactores o sobre la lista de necesidades básicas. Para Sen, una titularidad básica sería la anteriormente citada.
Siguiendo con las titularidades, Amartya Sen distingue entre dos tipos diferentes. En primer lugar señala la existencia de "titularidades de producción" y otro tipo que denominaría "titularidades de cambio".
Las primeras hacen referencia a cómo una persona produce bienes y servicios. Los pequeños productores agrícolas tienen titularidades de producción que consumen directamente o venden en el mercado. Los braceros, por seguir con el ejemplo planteado por el propio Sen (8), por norma general las tienen reducidas a la capacidad de compra que les permite su sueldo. En situaciones de desastres naturales, los meros receptores de sueldos son mucho más vulnerables ya que se produce una falta de ingresos y no pueden adquirir bienes en el mercado. En las mismas condiciones de desastre natural los pequeños productores tienen acceso directo a los alimentos, luego no son tan vulnerables.
Las "titularidades de cambio" hacen referencia al control de otros artículos basado en la habilidad de comerciar con éstos. Las titularidades de cambio expanden el número de artículos que una persona puede tener o consumir. En este sentido, las personas asalariadas que deben cambiar dinero por bienes, están en condiciones de disponer de más artículos que los pequeños productores agrícolas, por ejemplo.
En este contexto, Sen plantea la existencia de factores institucionales, además de los económicos, que afectan directamente a las titularidades. Las tradiciones, las leyes y las diferentes transferencias de bienestar, pueden aumentar o reducir las titularidades. Sin embargo, pronto Sen se dio cuenta de que el enfoque de las titularidades dejaba algunas preguntas sin responder. A esto hay que sumarle las críticas que se vertieron sobre su enfoque, críticas muy similares a las que él realizara sobre los postulados básicos de la economía del bienestar tradicional.
No se especificaban cuáles eran las necesidades básicas, si éstas eran iguales para todo el mundo y en cualquier periodo de tiempo, cómo podemos justificarlas y qué es lo que determina una u otra titularidad.
Ante estas cuestiones, Sen centra sus investigaciones en qué es lo que tiene un valor intrínseco para la vida más que en los bienes que devienen un valor instrumental o beneficio personal. De esta manera, llega al concepto de las "capacidades".
Las "capacidades" comprenden todo aquello que una persona es capaz de hacer o ser. El ser capaz de estar bien nutrido/a, escribir, leer y comunicarse, tomar parte de la vida comunitaria forma parte de estas "capacidades". Sen señala que las necesidades básicas constituyen una parte de las capacidades, pero que éstas se refieren a algo mucho más amplio.
Entonces, y siguiendo esta perspectiva, el bienestar se incrementará cuando las personas son capaces de leer, comer y votar. Estar alfabetizado no es importante por la utilidad que se deriva de ello, sino por el tipo de persona que puedes llegar a ser cuando sabes leer y escribir. Comer tendría valor no porque a las personas le guste la comida, sino porque es necesaria para la vida y la salud. Y las personas votan no por incrementar su beneficio personal, sino porque valoran un determinado sistema político y un determinado tipo de actividad política.
El número de opciones que las personas tienen y la libertad de elección sobre estas opciones también contribuye al bienestar humano. De esta forma, desde el enfoque de las capacidades, se postula que más libertad y más capacidad de elección, tienen un efecto directo sobre el bienestar, incrementándolo(9).
La aplicación del enfoque de las Capacidades
El enfoque de las Capacidades ha tenido numerosas aplicaciones que han tenido importantes efectos políticos. Desde una nueva manera de afrontar la medición de la pobreza hasta el trabajo para determinar las causas de las hambrunas, pasando por los estudios sobre el papel de la mujer en el desarrollo económico. Varias han sido las consecuencias de la aplicación del enfoque de las capacidades:
En primer lugar, quizá la consecuencia más importante sea que este enfoque ha conseguido producir cambios profundos en el terreno del desarrollo económico y de la economía del bienestar. En este sentido, el "bienestar humano" consiste en desarrollar las capacidades de las personas". Desde este enfoque, es posible hablar de desarrollo cuando las personas son capaces de hacer más cosas, no cuando éstas son capaces de comprar más bienes o servicios.
En segundo lugar, Sen estableció que las cuestiones de género son parte integral de los procesos de desarrollo. Desmintió que bajos niveles de desarrollo económico afectasen de igual manera a hombres y a mujeres y que las políticas de desarrollo son neutrales en cuanto al género. Así, Sen mostró que en el interior de los hogares, las mujeres y los hombres no tienen el mismo acceso a los cuidados de salud y a la nutrición(10). De esto se desprenden algunas conclusiones a la hora de plantear políticas para el desarrollo que veremos más tarde.
En tercer lugar, Sen estudiará las causas del hambre en el mundo llegando a conclusiones importantes desde el punto de vista de las políticas económicas. Para él (y así lo demuestra empíricamente) el hambre no se produce por una insuficiente producción de alimentos. Las hambrunas pueden ser los resultados de una insuficiente producción, pero ésta es consecuencia de unos pobres o injustos mecanismos de distribución. Así, Sen señala que los problemas de distribución son en mayor medida la causa del hambre, contradiciendo los principios de la teoría económica tradicional.
Una cuarta consecuencia de la aplicación del enfoque de las capacidades hace referencia a cómo medimos la pobreza(11). Sen plantea que el incremento de los ingresos no implica un incremento del bienestar, ya que la mayoría de los hogares no son plenamente cooperativos.
Así, Amartya Sen se convierte en uno de los teóricos (en el plano de la conceptualización, operativización y diseño de metodología) del Desarrollo Humano. En 1990, cuando aparece el primer Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD, Sen es ya consultor de la ONU y trabajará en la construcción del Índice de Desarrollo Humano.
De esta manera, Amartya Sen sienta las bases de un concepto de pobreza dinámico, aunque desde el punto de vista empírico, sea muy complicado llevarlo a la práctica.
NOTAS
[1] ANAND, S. y SEN, A.K. (1997): Concepts of human development and poverty: a
multi-dimensional perspective, Nueva York: Human Development Papers
[2] ANAND, S;
SEN, A. K. (1994): Human development index:
methodology and measurement, Nueva York: Human Development Papers
[3] PRESSMAN,
S., (2000): The economic contributions of Amartya Sen, Review of Political Economy, 12, 1. pp .89-114
[4] Ver, SEN,
A. K. (1971): Choice functions and revealed preference, Review of Economic Studies, 38, 115, pp. 304-317;
y más tarde SEN, A.K. (1995): Nuevo
examen de la desigualdad, Madrid: Alianza.
[5] ANAND, S;
SEN, A.K. (1994): Sustainable Human Development,
HDRO: Human development Occasional Papers
[6] Ver, SEN,
A.K. (1997): Bienestar, justicia y mercado,
Barcelona: Paidós.
[7] En este
sentido, Sen incluye también el elemento ético a la hora de abordar las cuestiones
económicas, ver SEN, A.K. (1984): Sobre ética y
economía, Madrid: Alianza.
[8] Ver, SEN,
A.K. (1981): Poverty and famines: an essay on
entitlement and depression, Oxford: Oxford University Press
[9] SEN, A.K.
(2000): Desarrollo y libertad, Barcelona:
Planeta.
[10] SEN, A.K.
(1993): The economics of life and death, Scientific
American, 268, 5, pp. 40-47
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