Sincronía Otoño 2003


Para una mirada política microcósmica.  ¿Cómo reflexionar después del 11-M?


Nieves Soriano Nieto

Universidad de Murcia

nievessorianonieto@yahoo.es


 

1. Historia

Si tuviésemos que remontar el análisis de los problemas actuales en torno a los acontecimientos surgidos después del 11 de Septiembre, hasta este último atentado terrorista islámico de gran impacto, el 11 de Marzo, es posible que nos tocase llegar hasta el siglo XVIII. El Imperio otomano, el último de los grandes imperios islámicos, comienza a atisbar el horizonte de su caída. Bien es cierto que no es hasta la Primera Guerra Mundial cuando se desintegra totalmente, pero esa frontera, la de su final, ya se atisbaba por aquel siglo. Europa, que hasta ese momento no había logrado un poder suficiente, no sólo de fuerza militar o política, sino económica, social y cultural, comienza a desarrollar esa fuerza. De todos son conocidos los descubrimientos científicos y técnicos desarrollados en esta época Ilustrada, y el avance comercial con el Oriente más lejano, ya comenzado siglos atrás, que empezaba a dar sus frutos económicos. Estos pasos andados por los europeos no llegaron hasta los dominios otomanos, dado que desconocían los descubrimientos debido a los escasos conocimientos que tenían de las lenguas europeas, y el desarrollo comercial europeo comenzaba a evitar las antiguas rutas que favorecían a los países árabes.

Estas diferencias fueron acentuadas a lo largo del siglo XIX, con la llegada del ferrocarril, el telégrafo, la máquina de vapor a Europa, lo que llevó a una expansión comercial mayor, y, por ende, a una adquisición de más poder político y militar. Así, el proceso de colonización del mundo islámico comenzó, ya con la llegada en 1830 del ejército francés a Argelia, con la ocupación de Egipto por parte de los británicos, con la pérdida de las regiones búlgaras en la expansión rusa de 1877... El Imperio otomano, al que poco a poco se le fueron reduciendo el número de territorios, debido a estos procesos de colonización, trató de adaptarse a este giro de la política internacional del momento a través de una mayor europeización de su organización, su comercio…

En los territorios colonizados la forma de vida comienza a cambiar. Ahora existía una sociedad en la que convivían europeos colonizadores y nativos árabes colonizados, lo que implica una organización diferente de las ciudades, en las que se crean barrios exclusivamente habitados por extranjeros, los petits blancs del Magreb, con sus propios comercios, Iglesias, e incluso con sus propias leyes, que estaban de mano de los tribunales consulares europeos. Surge un conflicto potente, a nivel microeconómico, entre los mercaderes y comerciantes nativos y los grupos comerciales europeos. En suma, una serie de situaciones de tensión, que quedaban justificadas con el discurso orientalista que acreditaba, desde el punto de vista de la educación de una cultura superior a una inferior, ese colonialismo.

Ya desde la matriz de este colonialismo, y ante la situación de conflicto narrada, que tuvo lugar en los países colonizados, comienza a aparecer en el mundo árabe un discurso y una actitud de carácter nacionalista, que trataron de buscar las raíces islámicas, que en suma era lo que unía al Imperio otomano todavía no disuelto, dentro incluso de todo cambio y de toda adaptación al sistema de organización europeo. Una vez extinguido el Imperio otomano, con la Primera Guerra Mundial, este discurso nacionalista siguió existiendo. Bien es cierto que hubo unos años, al final del proceso de colonización, antes de la Segunda Guerra Mundial, en los que los países colonizados se europeizaban cada vez más, desde las artes plásticas hasta la introducción del séptimo arte, desde el regadío en la agricultura hasta el aumento demográfico debido a la inmigración, desde la dualidad de los sistemas legales (la sharia para los asuntos personales y los códigos europeos para los casos penales, civiles y comerciales) hasta el discurso de la posibilidad de separar el ámbito de la religión y la vida social. No obstante, seguía existiendo una tendencia a la definición de la identidad propia, la islámica, en ciertas zonas y en ciertos estratos sociales. El lugar principal era la península de Arabia (no hay que olvidar que es allí donde surgió la religión islámica) y las clases sociales eran aquellos árabes islámicos de la aristocracia, que habían tenido la posibilidad de adquirir ciertos estudios en escuelas de la colonia europea, y que querían conservar sus raíces.

Este nacionalismo latente resurge cuando, en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, ante el proceso de descolonización progresivo británico y francés, y con el ascenso de EEUU y la URSS como dos nuevas potencias, se crea la Liga de Estados Árabes, con Egipto, Siria, Líbano, Transjordania, Irak, Arabia Saudí y Yemen, para tratar de llevar una política de recuperación de la identidad árabe.

Permítaseme, por cuestiones metodológicas, dar fin aquí a este parágrafo que he titulado "Historia", para pasar al problema, a pesar de que en el siguiente parágrafo se traten cuestiones que pertenecen a la historia.

 

2. Problema

El problema que surge en la reflexión a raíz de los acontecimientos ocurridos a partir del 11 de Septiembre 2001 es de naturaleza múltiple: ¿qué posición, finalidad y estructura tiene al-Qaeda, principal organización terrorista islámica a nivel mundial?, ¿cuáles son los acontecimientos que influyen en el proceso de incremento del poder en esta organización en los últimos años?, ¿cómo puede considerarse a esta organización, unitaria o múltiple, después de los diferentes atentados que se han producido? Sea cierto que aquí no se va a responder a estas preguntas, algunas de las cuales resultan un tema de reflexión de los especialistas en ciertos ámbitos. Lo que tan sólo se pretende hacer aquí es tratar de ayudar a una reflexión sobre el asunto, basándonos en los acontecimientos históricos.

1. Desde muchos ámbitos se viene apuntando que el problema Israel-Palestina es el foco fundamental de la aparición del terrorismo islámico actual. Y que la solución o disolución del mismo llevaría a un equilibrio en este estado de inquietud de la política internacional. Para hacer esta consideración es necesario suponer que la red terrorista de al-Qaeda tiene su origen y su centro en el problema Israel-Palestina, hecho que la historia de los acontecimientos en los últimos años del siglo XX y principios del XXI desmiente. Esta última consideración no implica el hecho de que la solución del problema Israel-Palestina no sea un foco de gran ayuda en el equilibrio de la política internacional, y no sólo ya simbólicamente, sino económicamente. Es necesario poner solución al mismo, por supuesto de forma pacífica.

Como ya es sabido, el estado de Israel fue un constructo posterior a la Segunda Guerra Mundial, después de la gran pérdida de judíos que hubo, y siguiendo el discurso sionista que ya comenzó en el siglo XIX, de los pensadores que reclamaban una tierra para el pueblo judío. Cuando los judíos llegaron a las tierras Palestinas, que todavía seguían siendo colonia británica, tuvieron, como era de prever, problemas con los habitantes de las tierras que iban a ocupar, los palestinos. Ante la visión del problema, Gran Bretaña se retiró de las tierras, el estado de Israel fue declarado, y casi dos tercios de la población árabe abandonaron sus hogares, convirtiéndose en refugiados en otras tierras, desde Siria a Jordania, e incluso dentro de las tierras palestinas. Se pensó, no ya sólo por parte del gobierno israelí, sino por parte de los gobiernos británico y norteamericano, que aquellos palestinos serían absorbidos, con el paso de las generaciones, por la población de los lugares en los que se refugiaron. Hecho que en parte fue así, pero en otra parte no, sobre todo en los territorios de Gaza y Cisjordania, que posteriormente serían invadidos por Israel.

En un principio, este nacionalismo árabe, que ya tuvo su expresión en la Liga de Estados Árabes, y que fue fortificado con la definición del nasserismo, teniendo ya en cuenta los nuevos problemas surgidos a raíz de la Segunda Guerra Mundial: el crecimiento de dos grandes potencias (URSS y EEUU) y el descubrimiento de grandes yacimientos de petróleo en los países árabes, sobre todo del medio oriente (Arabia Saudí, Kuwait…), este nacionalismo árabe tomó partido en el problema Israel-Palestina, en la medida en que el pueblo palestino era un pueblo árabe, y en la medida en que esta toma de posición llevaba a una situación en contra los países europeos, y contra las dos grandes potencias. Así, la Liga Árabe creó la Organización para la Liberación Palestina (OLP) como entidad para los palestinos, y que estaba bajo el control egipcio. Pero, a su vez, estaban surgiendo dos movimientos políticos palestinos: Al-Fatá, que trataba de mantener la independencia política de Palestina frente a los países árabes, dirigiendo, a su vez, un enfrentamiento militar contra Israel, y unos movimientos nacionalistas de menor escala y de origen nasserista, que creían que la solución del problema Palestino llegaba a través de una revolución en todos los Estados árabes. Estos pequeños movimientos nacionalistas pasaron a llevar una acción directa contra Israel, y fue el momento en el que éste, militarmente más fuerte, ocupó los territorios de Gaza y Cisjordania; la llamada crisis de 1967. Crisis en el sentido de que, para los pueblos árabes, resultó un acontecimiento que, unido a los posteriores incidentes guerrilleros contra Israel (que dieron lugar a la primera intifada), independientes, en principio, de la OLP y de la Liga Árabe, llevaron a una desunión de los árabes. En este sentido es muy sugerente el reflejo de esta desunión realizado por Albert Hourani, el cual considera que estos conflictos en Israel-Palestina, unidos a los conflictos que surgieron en el Sáhara occidental, con los movimientos por la independencia del Frente Polisario, los conflictos ocurridos en Líbano, una vez independizado, y ante la convivencia, en su seno de tres clases diferentes de población: cristianos maronitas, musulmanes y musulmanes chiíes, la invasión de Kuwait por parte de Irak, la guerra civil argelina, la ruptura de los Acuerdos de Oslo y el comienzo de la segunda intifada palestina…

El problema árabe, de los países árabes, ha ido pasando de ser un problema común a convertirse en un problema más local. En este sentido, los nacionalismos islámicos que siguieron perdurando en el seno de Arabia Saudí, con la escuela wahhabí y la organización de al-Qaeda, no centran su foco de atención únicamente en el problema Israel-Palestina, sino que se han convertido en algo más complejo.

2. El hecho de que la organización terrorista de al-Qaeda es algo mucho más complejo lo muestran los acontecimientos ocurridos en el reciente 11 de marzo en Madrid (vistos a la luz de los acontecimientos del 11-S), de los cuales es responsable esta organización, pero cuyos miembros particulares, los que llevaron a cabo el atentado, resultan ser de origen magrebí, mientras que los que realizaron el atentado del 11 de Septiembre 2001 eran en su mayoría de origen saudí. En este sentido puede verse la red de al-Qaeda no como algo unitario, a pesar de que existe un discurso, una ideología e incluso una base económica común, que une a cada una de las facciones que se encuentran en los diferentes países, y que no están definidas como tales. En este sentido, cabe reflexionar no sólo globalmente sobre la organización, la finalidad… de al-Qaeda, sino también aportar una mirada microcósmica, más local, iluminada por la global, pero que atienda a problemas más particulares. Esto es, cabe preguntarse por qué casi todos los miembros particulares de al-Qaeda que organizaron el atentado del 11-M son de origen magrebí, y no de origen saudí, o afgano. También cabe preguntarse si es no sólo el hecho de pertenecer a al-Qaeda lo que lleva a organizar un atentado como el de Madrid, si es necesario, a la hora de reflexionar y actuar sobre el problema, plantearse qué problemas económicos, políticos y culturales nos relacionan con el Magreb, como el pesquero, la inmigración en condiciones ínfimas, la construcción de sucursales de multinacionales en esos países en los que la mano de obra es más económica…

Y cabe plantearse estos problemas y soluciones de estas políticas locales no sólo para España, y porque hayan ocurrido unos atentados como los del 11-M, sino en cada lugar. Es posible que para dar interpretación a los problemas globales sea necesario empezar por lo más pequeño.

 

Notas

1. Para un estudio detallado y completo del tema es muy útil el libro de Albert Hourani, La historia de los árabes, Barcelona, Vergara. Grupo Zeta, 2003.

2. Resulta muy revelador el libro Orientalismo de Edward Said sobre este asunto.

3. Para el tema del nacionalismo árabe consultar el libro de Edward Said Cultura e Imperialismo.

4. La historia de los árabes. Ya citado anteriormente.


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