Sincronía Primavera 2000


LA METÁFORA,
ARQUITECTURA SENSORIAL DE LA IMAGINACIÓN

Ramón Iván Suárez Caamal


Cuando un escultor cincela el mármol o da forma a la arcilla, toda su sensibilidad se manifiesta a través del tacto: pesa, toca, golpea, acaricia, sostiene el mundo con las manos. El pintor, por su parte, recrea la realidad con la vista. Colores en armoniosa danza nacen del caos para tomar forma. Uno y otro artista trabajan con materiales carentes de significado. Su tarea es darles sentido. Aún la música, la más aérea de las artes, enamora el oído a través de melodías, acordes, tesituras y ritmos.

Al otro lado del puente está la literatura, y en ella, la poesía. Su material expresivo es la palabra la cual está cargada de significado pero carece de corporeidad. La tarea del escritor es, por tanto, darle consistencia. Que la podamos mirar, tocar, morder como a un delicioso fruto. Y esta labor está encomendada a la metáfora. Son muchas sus definiciones y no vienen al caso. Más importante es el gozo de capturarlas al leer o escribir. Camaleón del texto, miméticas en su arco iris semántico, las metáforas viajan al núcleo del lenguaje, dan lustre a las palabras desgastadas por el uso, arrojan sus redes de asociaciones y unen lo semejante y lo diverso. Hay un relámpago de intuiciones cuando una de ellas porta la llave que abrirá nuestro espíritu a la contemplación de la verdad y belleza que habitan cada uno de los rincones de lo aparente y lo oculto. Cuando la palabra da en el blanco a través de la metáfora, los objetos más comunes, las situaciones más triviales se muestran en toda su complejidad: por el ojo de la aguja del tiempo cotidiano pasan, no sólo el camello bíblico sino peces, árboles derribados y expediciones al mundo invisible.

Esto nos lleva a considerarla no como un adorno del lenguaje y sí hueso, nervio y alma de la expresión. No quiere decir que los poemas deban estar sobrecargados con el lenguaje connotativo. En el hilo del discurso poético se equilibran con ideas y hechos que se narran.

Basado en las consideraciones anteriores, aventuremos una primera clasificación de las metáforas: SENSORIALES y AFECTIVAS. Las primeras son aprehendidas por medio de los sentidos. El poeta interioriza el mundo, contempla la realidad externa y la da a conocer desde su particular visión. En las segundas, el mundo interno se expresa a través de la realidad externa. Los particulares estados anímicos del escritor son mostrados por medio de seres y objetos en sin igual ordenamiento metafórico. Ejemplifico.

METÁFORAS SENSORIALES:

Visuales:

Al mar no podemos regresar/ el mar ha envejecido/ muestra arrugas blancas y espuma alrededor de los labios… (Breyten Breytenbah).

Visuales y táctiles:

Llora el hielo/ quiere/ ser diamante… (Meztli Vianey Suárez Mc-liberty)
los últimos dedos de las hojas / se aferran y se hunden en la ribera húmeda… ( T. S. Eliot).

Gustativas, visuales y táctiles:

( Frutas )… las que sabían ácidas a tarde de tormenta, / las que tenían un vago sabor de luciérnaga de plata, / las que eran ambrosía o simplemente una caricia, / las que sabían a abrazo de la muerte, / las de cielo de invierno, las de dulce congoja… (Otto Raúl González).

Auditivas:

Una campana/ a mitad del silencio; / luego el silencio./¿Yo, qué puedo añadir / si no estas líneas muertas…? (Ramón Iván Suárez Caamal).

METÁFORAS AFECTIVAS:

Si en las metáforas sensoriales hay una cierta similitud entre los dos elementos de la realidad que se relacionan, en las afectivas el objeto, animal, planta o paisaje que dan cuerpo al mundo interior del poeta son sólo un pretexto y un punto de partida en el desarrollo textual. Digamos que hay una sola metáfora que abarca todo el poema. Michael Hamburger, citando a Philippe Jaccottet ( La verdad de la poesía, editorial F.C.E. , México, 1991) asienta que las imágenes se dividen en “necesarias” y “ornamentales”. Las metáforas necesarias son aquéllas que “surgen de intensos encuentros con fenómenos visibles, con el aire y la luz que los rodean, con paisajes internos expresados (…) minuciosa y amorosamente”. Valga el ejemplo siguiente:

CIRIOS

Constantino P. Cavafis

	Los días futuros se levantan ante nosotros
	como una fila de pequeños cirios encendidos,
	pequeños cirios dorados, cálidos y vivos.

	Los días pasados permanecen entre nosotros,
	triste hilera de cirios apagados.
	Los más recientes humean todavía,
	cirios fríos, fundidos e inclinados.

	No quiero verlos; su aspecto me aflige.
	El recuerdo de su antigua luz me daña.
	Y contemplo delante mis cirios encendidos.

	No quiero ni volver la cabeza
	ni constatar, temblando, cuán rápido
	la sombría hilera se alarga,
	cuán pronto los cirios apagados se multiplican.

Otra clasificación de las metáforas aparece a partir cómo se relacionan los elementos de la realidad.

1. Las que descubren semejanzas entre los términos o elementos de que está hecha la realidad. Para crear este tipo de metáforas debe hacerse una cuidadosa observación de la realidad. Supongamos que nuestro sujeto poético es una tortuga. Tiene como características principales su lentitud, longevidad, piel arrugada, su carapacho, etc.

LENTITUD:

Tortuga: reloj de pared descompuesto.
Los días aburridos navegan sobre el carapacho de una tortuga.

PIEL ARRUGADA:

En pleno verano usan bufanda las tortugas.
Viejas verdes, las tortugas estiran el cuello para quitarse los años.

CARAPACHO:

Los caracoles y las tortugas nunca pagan renta.
Las tortugas duermen siempre a puerta cerrada.
Tortuga boca arriba: anticipo de cazuela.

2. Metáforas que acercan realidades distintas para formar una nueva. Aquí lo importante es la audacia al relacionar dos elementos de la realidad; mientras más lejanos, mejor será el logro:

“Las palabras son islas/ fabulosas, dispersas/ en el mar del silencio…”
“El hombre es un precipicio/ a cuyos bordes se acerca/ la muerte con un puñado/ de palabras como piedras…”
(Orlando González Esteva)

3. Metáforas que unen elementos contrarios. Los antónimos constituyen su material de trabajo:

“Toda hecha de ausencias tu presencia.”
“Estar juntos se apoya/ en nuestras soledades.”
“Hoy tenemos cuerpos de hacer más alma.”
“El abrazo que pone en libertad a lo abrazado.”
(Ulalume González de León)

4. Las que nos revelan la pluralidad e interdependencia de lo real. La realidad se abre en un abanico de significados. Algo es y no es sino aquello y lo otro simultáneamente: un libro es un libro y no es un libro sino un pájaro, una estrella, el mar o lo que deseemos. El procedimiento que lleva a este tipo de metáforas consiste en darle un vuelco sorpresivo a las frases aparentemente comunes:

“Un hombre pasa con un pan al hombro…” (César Vallejo)
“Un pájaro vivía en mí./ Una flor viajaba en mi sangre./ Mi corazón era un violín…” (Juan Gelman)

También se pueden clasificar las metáforas partiendo del criterio sintáctico. Este artilugio permite crearlas con mayor facilidad. Pueden reconocerse las siguientes:

1. En función de complemento adnominal o modificador indirecto:

“Una bandada de palabras / posándose / una/ a / una / en los alambres de la página.” (Julio Cortázar)

2. En función de aposición (expansión del sustantivo):

“Cuchara, / cuenca / de / la más antigua / mano del hombre…” (Pablo Neruda)
“Pulgar, diente flojo de un caballo. / Gallo para sus gallinas. / Cuerno de un diablo. Gordo gusano / que han atado a mi carne…” (Charles Simic)

3. En función de predicativo. Es el verbo copulativo SER el que produce la metáfora al relacionar términos semánticamente distantes:

“Permítanme decir que la poesía / es una habitación a oscuras…” (Sebastián Salazar Bondy)

4. En función de adjetivo calificativo o modificador directo del sustantivo:

“Pájaro paisaje / nada se oye…”
“La silla animal / rompe el escaparate…”
(Ricardo Bernal)

5. En función de circunstancial de lugar, tiempo o modo:

“Ni un pájaro queda / en la jaula vacía de sus costillas…” (Enrique Molina)
“Viene la lluvia con pasos de tortuga…” (Efraín Bartolomé)

6. En función de verbo metaforizador. Suelen ser las de mayor eficacia y dan lugar a inventarios ilimitados pues al asociar elementos que no guardan relación lógica hacen posible los hallazgos de imágenes inusitadas e inusuales:

“Mucha lectura envejece la imaginación / del ojo, suelta todas las abejas pero mata el zumbido / de lo invisible, corre, crece / tentacular, se arrastra, sube al vacío / en nombre / del conocimiento…” (Gonzalo Rojas)

7. Por perífrasis o circunlocución. Consiste en utilizar una frase para decir lo que podría expresarse con una palabra. Menciona las cualidades y atributos del objeto:

“Madre de piedra, espuma de los cóndores. / Alto arrecife de la aurora humana. / Pala perdida en la primera arena…” (Pablo Neruda, escribiendo de Macchu Picchu)

8. Caso especial es el de la metáfora por permutación sintáctica. El núcleo del sujeto cambia de sitio con el núcleo del objeto directo, o permutan las acciones de los verbos o los adjetivos:

“Aquí el aire respira hombres puros…” (José Ramón Nevárez)
“Ojos mudos lo ven / Labios ciegos intentan precisar tanta deriva…” (Ida Vitale)
“Pájaros que echan raíces / y árboles en largo vuelo verde…”

Concluyo esta primera parte de la arquitectura de la metáfora con aquéllas en donde los atributos del ser humano se aplican a la naturaleza o cuando es la naturaleza la que se instala en el cuerpo humano:

“El día abre la mano. / Tres nubes / y estas pocas palabras…”
“… tu vientre es una plaza soleada, / tus pechos dos iglesias donde oficia / la sangre sus misterios paralelos…”
(Octavio Paz)

Antes de construir la catedral del poema el aprendiz debe lograr la habilidad en el tallado de las piedras que conformarán su edificio verbal. Una vez conseguido lo anterior, se olvidará de la fuerza de gravedad y remontará su vuelo en alas de la imagen y no correrá el peligro, como Ícaro, de despeñarse en el fracaso. Leer e identificar estas construcciones metafóricas, practicar y practicar a escribirlas son requisito para recrear el mundo y sus misterios.

 

 

     En la primera parte de este artículo se teorizó sobre la metáfora. En este nuevo aparte se pretende ofrecer una serie de ejercicios que lleven, mediante su práctica, a adentrarse en el uso del lenguaje figurado. No son los únicos, pero han probado su eficacia en los talleres literarios.

PROPUESTAS DE EJERCICIOS:

1. Escribe algunas imágenes tomando de modelo estos versos de Carlos Pellicer:

ESTUDIO

·Este árbol es __________________________________________________________
·Esta luna es ____________________________________________________________
·La noche es ___________________________________________________________
·¿Aquella mosca? Es _____________________________________________________

2. Inventa greguerías.

     Cuando pescamos en las aguas profundas y transparentes de la imaginación a veces muerden el anzuelo las greguerías, raros peces descubiertos por el escritor español don Ramón Gómez de la Serna. Él las define así : Humor + Metáfora = Greguería. Podríamos agregar que es una imagen, producto de asociar dos realidades con algún punto de semejanza. Van algunas :

3. Nicolás Guillén, uno de los grandes poetas cubanos, en su libro El gran Zoo transforma en animales a los objetos y personas:

RELOJ

-¿Por qué nombra quiróptero al reloj?
-¿En qué se basa para afirmar que es cruel con los ajedrecistas y los novios?
-¿Por qué a las dos horas que indica en su poema el reloj es cordial?

-Escribe greguerías con el tema del reloj:

3. Lee el siguiente texto e, igual que Orlando Donzález Esteva, nombra de nuevo el mundo:

UNA PALABRA QUISIERA

·Juega con los significados y escribe tu poema:

1. Luna. 2.Árbol. 3.Lápiz. 4.Espejo. 5. Sol. 6.Naranja. 7.Noche. 8.Hojas. 9. Tinta. 10.Mar. 11.Libro. 12.Tijeras.

La palabra luna quiere ser árbol y da frutos luminosos...

4. El gato-poético.

¿Te acuerdas de aquel pasatiempo llamado en algunas partes gato y en otras tres en raya? Se juega por parejas. Adaptado a la creación poética adopta estas modalidades:

No deben coincidir los números de las tres listas.

Sustantivos (tiradas): 1. libro. 2. Árbol. 3. Papeles. 4. Mar. 5. Sombrero. 6. Casa. 7. Hoja. 8. Zapato. 9. Esmeralda.

Verbos en infinitivo: (posición): 4. Soltar. 5. Nadar. 6. Caminar. 7. Llorar. 8. Reir. 9. Escribir. 1. Seguir. 2. Jugar. 3. Pintar.

Recursos literarios: 8: La puerta del sol. 9. Voz de silencios. 1. como una jaula sin voces. 2. Trinos que tiritan turbios. 3. Ojos como frutas. 4. Lagarto de niebla. 5. El tenor de los conciertos matutinos. 6. Lluvia sin sentido. 7. Collar de caracoles.

Se pone una cruz y unóvalo en la figura y, de acuerdo con ello, se relacionan los tres enlistados.

(Tirada 1, posición 6): El libro camina en una lluvia sin sentido.

(Tirada 2, posición 3): ¿Qué escribirías?
___________________________________, etc.

5. En el siguiente poema de Williams Carlos Williams la realidad externa y el mundo interior del poeta se mezclan y nace una nueva realidad que sólo existe en el poema:

· Desarrolla tres textos poéticos breves a partir de un objeto: MÄSCARA, abordando tres puntos de vista diferentes: describir la máscara a través de imágenes, usar la máscara como un pretexto para hablar de tus estados interiores; mezclar, por ejemplo, máscara y poesía para crear una realidad nueva.

6. Usa los pies poéticos:

Noé Jitrik en una entrevista asienta:

-¿A partir de qué escribe poesía?

-Yo diría que a partir de frases. De repente una frase me ocupa un espacio. Esa frase no aparece en cualquier momento, no es el fruto de una casualidad o de un sueño, sino que está vinculada con una cierta apertura sobre el discurso poético. Previamente hay periodos de uan cierta disposición a ver las cosas desde el punto de vista del discurso poético, una forma parcial de indagación no manifestada como un deseo muy claro. Esa actitud de indagación crea una apertura; dentro de esa apertura hay frases que permiten construir una idea poética que luego se empieza a desarrollar. Creo que, si no idealizo demasiado, ése es el mecanismo...

ALGUNAS FRASES POÉTICAS:

(Inventa nuevas frases poéticas y a partir de ellas, escribe tu poema).


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Una versión de este artícula apareció en  Nueva Alejandria